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La Industria Social

Por: José Luis Peroni - Expresidente del Comité de Confecciones de SNI y ADEX

Decimos que la industria de prendas de vestir es “La Industria Social” por la gran concentración de mano de obra que emplea; creando puestos de trabajo digno, formal y con una inversión relativamente pequeña, comparada con otros sectores. Esta gran ventaja diferencial se ha mantenido con el pasar de los años y a pesar de los grandes avances tecnológicos. Más aún, las confecciones han sido el “detonante” para la generación de empleo en segmentos de población con bajos ingresos y con restricciones para acceder a puestos de trabajo donde se demanda mayor capacitación y que por lo tanto son menos masivos.

Para tener una idea real y global de lo que significa la industria de las confecciones de prendas de vestir, debemos mencionar que en Estados Unidos (USA), el total de personas empleadas en las confecciones en el año 1941 ascendía a más 8 de 1.4 millones de personas, puestos de trabajo básicamente ocupados por los inmigrantes. Esta gran industria emerge tras la “Gran Depresión de 1929” como una respuesta efectiva a la crisis de desempleo que se había generado.

Cuando analizamos las confecciones en Perú encontramos que tenemos mucho más ventajas que las que había en Estados Unidos por esos años. Tenemos fibras oriundas y exclusivas como el algodón Tangüis y Pima. Contamos con algodón ecológico y de colores naturales; reconocidos en el mundo, hoy más que nunca. Fibras naturales de gran prestigio mundial como la fibra de Alpaca y también la más fina y costosa: La fibra de Vicuña. En el arte de la confección tenemos más de 3000 años de tradición textil. Están los mantos Paracas como grandes testigos de nuestra experiencia. Tenemos diseñadores peruanos reconocidos mundialmente, que se presentan en pasarelas de las grandes ciudades durante todo el año.

Es decir, tenemos todo lo necesario para seguir siendo la industria social que, hoy por hoy, tanto necesita el Perú. Entonces nos preguntamos, ¿qué nos falta?, ¿qué es lo que no estamos haciendo correctamente? Para entender estas interrogantes voy a comentar algunos puntos que son vitales y otros que son absolutamente opuestos al desarrollo del sector.

Dentro de los puntos favorables para el país tenemos:

1. Alta demanda de mano de obra, para la producción de confecciones, creando puestos de trabajo que tanto se necesitan.

2. Reducido costo directo para la creación de un puesto de trabajo, comparado con otros sectores industriales (US$ 2000 por puesto).

3. Productos exportables de prestigio internacional, cada día con mayor valor agregado.

4. Generación de divisas por las exportaciones realizadas.

Entonces nos preguntamos: ¿Por qué las confecciones no se considera “Industria Estratégica” para el desarrollo?, ¿por qué seguimos permitiendo la “invasión” (no solo importación) de prendas de vestir y textiles, procedentes de países que ingresan a precios tan absurdos que

De este gráfico podemos ver como en una década hemos “caído” en más del 30% en nuestras exportaciones de textiles y confecciones.

Sin embargo, es vital mencionar que el sector de confecciones también ha sido afectado dramáticamente en el mercado local. El valor/Kg promedio en que han ingresado las prendas importadas al Perú es de: US$ 4.84. Este valor promedio es menor al valor de la materia prima y el valor total importado en el año 2018 ha sido de US$ 1 830 498 246; es decir 29.32 % “mayor” que nuestras exportaciones. Valores y montos que siguen destruyendo la industria local.

En resumen, la industria textil y de confecciones se encuentra, hoy por hoy, más abandonada que hace una década. Nadie ha tomado conciencia, desde el Estado, para reforzar un sector generador de mano de obra directa, formal, digna y con un tremendo potencial; que todos conocen pero muy pocos aceptan. Basta con ver que las publicaciones del Estado, donde se promueve la “creación de empleo”. La foto o video que las acompañan corresponde al sector de confecciones, ícono del empleo formal.

En cuanto a las cifras negativas, estas se basan en la “falacia” repetida permanentemente: “Es por el bien del consumidor”. Desafortunadamente por eso, miles de personas han perdido sus puestos de trabajo en los últimos diez años, y por lo tanto, están pasando a las filas de los desempleados.

A continuación las cifras comparativas correspondientes a las exportaciones, según cada partida, de los años 2008 y 2018, es decir una década después. Estas cifras corresponden a los valores FOB exportados del Perú al mundo:

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