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Edén tailandés
Si crees que el paraíso no está en la Tierra, te equivocas. Al sur de Tailandia, en el mar de Andaman, existen archipiélagos rodeados de aguas cristalinas que retratan un paisaje de ensueño.
EscribE billy Koch
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Islas tropicales de diversos tamaños, arenas finas y aguas calmas, cubiertas con densa vegetación. Algunas, incluso, nos reciben con monos curiosos listos para robar lo que puedan de turistas descuidados. A este cautivador paraje llegamos a través de un vuelo corto desde Bangkok. Phuket es la isla más grande de la región, y fue la escogida para convertirse en nuestra base durante el viaje. Disfrutar de la perfecta combinación entre el relax de las playas y la alegría de las noches es posible en el boulevard. Sus docenas de restaurantes, bares, casas de masajes y peculiares personajes la convierten en idónea para obtener lo mejor de ambos ¡Un recorrido nocturno garantiza la diversión!
En esta gran zona de islas y balnearios, existen múltiples atracciones capaces de fascinar a turistas de todo el mundo. Phuket es un ejemplo de ello. Este pueblo tailandés ofrece encantadores templos budistas para visitar. El más conocido es el Gran Buda, una imponente estatua blanca que representa la figura del sabio sentado en la cima más alta. Las vistas son tan espectaculares como las diversas playas que podrás recorrer. Para conocer el pa-


Edén tailandés
raíso prometido al inicio de este artículo, debemos tomar la ruta del norte, y dirigirnos hacia Phang Nga Bay. Allí, seremos testigos de un deslumbrante paisaje con numerosas islas de película que parecen desafiar la gravedad. El sur también posee una particular belleza. Nosotros optamos por visitar Phi-Phi. Tras 45 minutos de recorrido en bote, las primeras islas nos dieron la bienvenida con un sol intenso sobre las cabezas y un pacífico mar azul ante las maravilladas miradas. Para nuestra sorpresa, a medida que nos acercábamos, el agua adquiría una tonalidad más turquesa y transparente. Algunas de estas islas son demasiado escarpadas para visitar a pie; sin embargo, son ideales para practicar buceo o snorkel, y admirar cientos de coloridos pececillos nadando tranquilos entre las piernas.
Al retomar nuestro camino, nos cruzamos con simpáticos pescadores artesanales laborando para obtener la comida del día. La brisa del mar se mezclaba con el aire puro creando un ambiente de postal. Nuestra travesía continuó hasta la isla Phi Phi Don. Aquí, encontramos una pequeña área comercial con tiendas y restaurantes. Sus diversos resorts y hoteles son ideales para escapar del bullicio de Phuket. Si lo que buscas es paz, mi recomendación es acudir directo a este lugar. Unos días de playa, sol y buena comida te permitirán mantenerte alejado del mundo, y vivir unos días de ensueño.
Si nos referimos al transporte, lo más representativo de estas islas son los longtail boats, unos botes de madera largos y estilizados con cintas multicolor atadas a sus puntas. Sin duda, estas embarcaciones otorgan un aire alegre y festivo a la zona. Alquilarlos es la mejor forma de recorrer estos paisajes de cuento. Además, apoyarás la economía local, puesto que muchos de estos botes son manejados por los mismos pobladores. Algunos ofrecen tours de sunset e incluyen comida. La variedad de las rutas se debe a las múltiples islas que podemos visitar.
Tras deleitarnos con la más deliciosa comida Thai, llegó la hora de volver a Phuket, relajados para una noche larga de descanso. Al amanecer, recorrimos las playas de Patong Beach. Su boulevard, tiendas, restaurantes, salones de tatuajes, centros de excursiones y deportes acuáticos le otorgan un aire similar a South Beach. En esta zona, las aguas no son tan bellas como en las islas, pero lo cautivador de sus playas es innegable. La última noche decidimos salir a divertirnos. Caminamos por Bangla Road, repleta de visitantes. Las luces de neón y música electrónica eran la invitación irresistible a pasar una noche de descontrol. Los vendedores ambulantes de comida y souvenirs, los impulsadores y personas vestidas de fiesta transmitían una frenética sensación, ideal para los amantes de la juerga. //

Vuelta a la vida
Diciembre es uno de los meses más esperados del año. El inicio del verano, las festividades, y los regalos marcan la temporada. Es la época propicia para la unión familiar. Por ello, te ofrecemos un itinerario de cuatro días a unas pocas horas de Lima.
¿Te imaginas hospedarte en una playa prácticamente virgen? Sí, en el Perú todavía quedan destinos paradisíacos poco conocidos. Si nos referimos al sur limeño, pensamos automáticamente en Asia. Sin embargo, recorriendo unos kilómetros más, podremos disfrutar de lugares donde los protagonistas continúan siendo los cangrejos, las aves y la majestuosidad de las olas.
Con ese objetivo, salimos de Lima rumbo a San Vicente de Cañete. Si no cuentas con vehículo propio, ir en auto-
EscribE PAulA bArrigA
bús es una posibilidad. PerúBus y Turismo Cañete ofrecen salidas durante todo el día. El precio del boleto oscila entre los 15 y 20 soles. En aproximadamente tres horas, nos encontramos en nuestro destino. ¡Es hora de buscar una playa de ensueño! Nuestros ojos vuelven al mapa: al sur del pueblo existen diversas alternativas con pocas casas a sus alrededores. Para llegar, necesitamos tomar un colectivo con dirección a Chincha. Al subir, debemos indicar a qué altura de la Panamericana deseamos bajar. También es posible viajar en taxi por unos 50 soles.
Imagínate despertar frente al mar, dormir escuchando las olas, y pasear por una playa desértica. Todo lo que necesitas para desconectar de la rutina es una copa de vino, la tranquilidad del océano y una hoguera en la noche. Entre los hoteles de la zona, destacamos Topara Hotel Boutique, Wakama Eco Playa o Casa Playa Moreno. Los tres se encuentran en la misma arena, a unos pocos metros de la playa. Tu única obligación será no olvidar ponerte protector solar y decidir en qué dirección pasear. Lo maravilloso de este entorno es la completa intimidad que podrás disfrutar.
Amanece con un poco de niebla, como si de un escenario de novela romántica se tratara. Más tarde, el sol brillante regala una fotografía digna de postal.
Una vez relajados y desconectados del mundo exterior es momento de buscar un poco de aventura. Cada uno puede organizarse como desee; personalmente, creo que dos noches en el paraíso serán perfectos. De este modo, podrás gozar de la adrenalina recorriendo tu cuerpo antes de volver a la rutina limeña. Pensando en ello, regresamos a San Vicente de Cañete. Ahí, debemos buscar un colectivo rumbo a Imperial por 1.5 soles. Luego, nos dirigiremos a Lunahuaná en otro vehículo por 7 soles. Seguro que muchos de vosotros habéis estado antes en este pequeño pueblo. En esta ocasión, realizaremos una actividad de aventura. Además, es imposible retornar sin visitar una bodega, no debemos olvidar que estamos en la tierra del vino. Entre la oferta de deportes que nos ofrece esta fascinante tierra, me quedo, sin duda, con el canotaje. Breve, pero intenso. Si tienes suerte, puede tocarte algún monitor que despierte tu instinto de supervivencia al máximo. Disfrutar de esta fantástica actividad costará entre 35 y 40 soles.

Tras la aventura y una relajante ducha, es hora de degustar algún exquisito vino. Los tours a las bodegas rondan los 15-25 soles, con visita y degustación. Para los amantes de esta bebida, además de comprarlos en el lugar donde se fabrican, podrán conocer con qué comidas combinarlos. ¿Eres más de vino tinto, afrutado o blanco? Lunahuaná posee una infinidad de hostales y restaurantes. Si llevas un presupuesto más apretado o solo deseas un lugar para dormir también lo puedes encontrar. Por ejemplo, el Hostal los Andes; sencillo, económico y bonito. Está ubicado a una cuadra de la Plaza de Armas, donde podrás encontrar una variedad de restaurantes idóneos para degustar los famosos camarones. Ahora, tienes todo lo que necesitas para un viaje relámpago que te permitirá reencontrarte contigo mismo, o con tu pareja. Deja que la brisa marina acaricie tu piel y, sobre todo, conéctate con la naturaleza. ¿Ya tienes lista la maleta? //


Tierra de papá noel

Se puede llegar sin escalas desde Madrid, Ámsterdam, París, Barcelona, Nueva York, Chicago o Los Ángeles a través de Finnair, una excelente aerolínea, miembro de la Oneworld. Tuve la fortuna de visitar este fantástico país en dos oportunidades. La primera fue en un viaje a la Unión Soviética, al inicio de un tour que iniciaba en Helsinki y terminaba en Berlin Occidental en 1989. Posteriormente, aterricé en sus tierras con Premier Travel en el 2012. Sin duda, Helsinki siempre regala una sensación de tranquilidad; incluso, si te diriges a la plaza del Mercado (Kauppatori). Esta forma parte de una costanera donde los protagonistas son los múltiples y coloridos puestos. Este lugar es ideal para degustar la comida clásica finlandesa. El salmón y las carnes, entre las que destaca la de venado, berries y souvenirs, deleitan los sentidos.
Si estás en Finlandia, será inevitable notar la popularidad de los saunas. Este es el lugar en el cual los finlandeses se relajan y entablan relaciones sociales mientras un relajante vapor los envuelve. Este país ofrece atractivos que prometen sorprenderte. Si deseas conocerlos, una parada obligatoria será el Unique Lapland Bar de hielo, ubicado en la capital. El hotel de hielo en la ciudad de Kemi tampoco puede faltar en tu lista.
Desde Helsinki, podrás ir en barco a Tallinn, capital de Estonia. Esta es una ciudad medieval, cuya historia conoceremos en otro artículo. A tres horas en auto, en dirección a la costa oeste, una maravillosa ciudad se alza: Rauma. Su arquitectura

Finlandia es conocida por su educación, libertades y turismo sostenible. Cuando pensamos en aquel destino, imaginamos nieve, auroras boreales y sol de medianoche. Sin embargo, este país ofrece también hermosos paisajes, y lagos.
EscribE cArlos dElFín AlTAMirAno

nórdica tradicional, donde predomina la madera, la convirtieron en Patrimonio de la Humanidad, declarado por la Unesco. Este pueblo nos deja contemplar sus más de 6000 edificios de madera. Mientras caminamos por las calles de adoquines, divisamos un cautivador monasterio franciscano del siglo XV. No dejes que su sencillez externa te engañe, por dentro, esconde verdaderos tesoros de arte religioso. La plaza de mercado, la torre reloj y los museos que existen en la ciudad constituyen alternativas que no podrás perderte.

El archipiélago de Turku es otra zona interesante. Aquí encontrarás más de 20,000 islas. Será el lugar ideal para dar un espectacular paseo por paisajes de película. En la zona norte del país, te espera el parque Koli, una zona para fundirte con la naturaleza, y apreciar pinos, y lagos clásicos de la región de Laponia finlandesa. Si deseas ver las auroras boreales, existe una buena posibilidad de que puedas volver este sueño realidad de setiembre hasta marzo. Sin embargo, en diciembre, una parada es indispensable. La ciudad de Rovaniemi es famosa por ser donde se encuentra el pueblo de Papá Noel. El querido personaje ícono universal de la Navidad. Este parque temático se ubica en el círculo polar ártico, y es la atracción ideal para completar un viaje perfecto para toda la familia. //
