
2 minute read
PATRONES DE CONDUCTA REPETITIVOS
PSIC. MÓNICA PIEDAD DE JESÚS RAMÍREZ CISNEROS
¿Quién no ha visto a niños pequeños jugando a ser constructores con un martillo de plástico, a ser mamás que alimentan muñecas con pedazos de plastilina, o a ser doctores con un set médico de juguete? Sin duda se divierten y al mismo tiempo practican ciertas habilidades motrices y de relaciones interpersonales con sus pares, además de que se ven súper tiernos.
Advertisement
Imagínate que esos pequeñitos crecen y de pronto los ves en Universidad practicando a revisar pacientes con un set médico de juguete. Haciendo sus prácticas profesionales con muñecas en un aula o levantando una pared como proyecto de su carrera de ingeniería civil o arquitectura, utilizando un “tierno martillo de plástico”. ¿Qué pensaríamos?
Resulta poco realista que alguna vez nos topemos con una de estas situaciones, y si acaso lo hiciéramos seguramente cuestionaríamos los métodos de enseñanza-aprendizaje de las instituciones que pusieran este tipo de prácticas a los alumnos.
patrones de conducta”.
De pequeño quizá funcionó hacerme el gracioso cuando papá y mamá discutían, para sacarles una sonrisa y distraerlos. Pero de adulto quizá ya estoy tan agotado emocionalmente hablando de hacer reír a los demás en las situaciones difíciles que lucho con una depresión encubierta… o estoy agotado de siempre “elegir” parejas problemáticas a las cuales tengo que hacer reír o complacer en todo para tener algo de paz.
COMO ADULTO NO PUEDES PERPETUAR EL VICTIMISMO CASÁNDOTE CON EL TRAUMA.
Lo triste de esto, es que muchos de nosotros en nuestras vidas adultas utilizamos herramientas emocionales o habilidades que nos servían de pequeños para enfrentar situaciones difíciles…
De pequeños solemos copiar y adaptar internamente las actitudes negativas y positivas de nuestros padres o cuidadores queriendo ser como ellos para que nos acepten y nos amen, para resolver o enfrentar problemas, para sobrevivir o salir triunfantes. Resulta ser que, sobre todo si no trabajamos lo suficiente en nuestras heridas de la infancia para resignificar lo que vivimos y sanar, pasaremos gran parte de nuestra vida adulta afrontando situaciones difíciles, tratando de sobrevivir o de salir triunfantes con las mismas herramientas emocionales que nos fueron de utilidad de pequeños. A esto, se le llama en psicología “repetir
De pequeño tal vez me fue útil evadirme en la televisión, o lectura mientras había problemas en casa, pero de grande no me ha servido mucho evadirme en alguna adicción para “enfrentar” los problemas. Y de adulto estoy agotado de que me reclamen por no involucrarme cuando las situaciones se ponen difíciles.
Un patrón de conducta corresponde a un modelo que rige nuestra respuesta o acción ante las circunstancias que se nos presentan en la vida. Si nos interesamos en detectar qué nos hace sentir heridos o inseguros, lograremos identificar estos patrones de conducta dañinos que nos impiden dar un resignificado a las situaciones que nos hirieron de niños.
Recordemos que ya no somos los pequeñitos indefensos y vulnerables que sólo podían usar un martillo de plástico para evitar salir lastimados, ahora que somos adultos tenemos más fuerza y coordinación que nos permiten usar un gran martillo de hierro, sin lastimarnos ni lastimar a otros.
Si no se sana, se repite…
No tengas miedo: ¡pide ayuda! Un profesional de la salud mental te ayudará en el camino a la recuperación.