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PROSTITUCIÓN: LEGALIZARLA O ABOLIRLA

La prostitución es el trato consistente en el intercambio de sexo por precio entre prostituta y cliente; una actividad, que, dicen, tiene lugar desde tiempos inmemoriales; una realidad cuya existencia resulta evidente en nuestros días –basta la lectura de los anuncios por palabras de los periódicos–; y una cuestión sobre la que hoy se debate de lleno. En concreto, la pregunta que está en el aire es: ¿cuál es la mejor forma de hacer frente, jurídicamente, a la prostitución?Y las alternativas- respuestas sobre las que se discute son, sobre todo, dos: abolirla o legalizarla.

Por A. GALLEGO

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El pasado 8 de marzo pudimos ver dos manifestaciones simultaneas en las principales ciudades españolas. El feminismo hegemónico, escenificaba las dos posiciones que confluyen dentro del movimiento respecto a temas como la identidad de género o la prostitución.

Este segundo tema es en el que nos centraremos en abordar en el siguiente artículo.

Nos centraremos en algunas de las cuestiones que surgen en la mayoría de debates en los que se aborda el tema.

¿Es un Trabajo la prostitución? ¿Se puede entender fuera del contexto del patriarcado? ¿Es lo mismo la prostitución femenina que masculina? ¿Es lo mismo abolir que prohibir? ¿Y si me gusta ser prostituta?

En relación a la prostitución podemos encontrar tres principales posturas y modelos normativos:

España, con un 32,1% (CIS, 2009) de hombres que afirman haber pagado alguna vez en la vida por mantener relaciones sexuales, presenta cifras de demanda de prostitución muy altas en el entorno europeo, según todos los estudios.

Un informe reciente de la Universidad de Valencia estima un 6% de prevalencia anual. Ese porcentaje, sobre el total de la población masculina residente en España, supone que 1.390.000 hombres han ejercido como puteros en el último año.

Aello hay que sumar otro crimen oculto a la vista de todos: la demanda del turismo extranjero de explotación sexual.

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