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Anti-Reseña: Shogun

ANTI-RESEÑA Shogun de Queen Games

por Marcelo Martínez (argentilandia@fibertel.com.ar)

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El juego de mesa elegido es el Shogun; y aclaro de mesa porque mi amor por este juego se inicia más o menos por el 2000 o 2001 en formato PC, época de pentiums 233 Mhz y placas de sonido Sound Blaster 16, todo muy groso para el gamer de esos días. Yo trabajaba en una casa de computación y podía probar todos los juegos, fue así que llegué al Shogun Total War, un novedoso juego que mezclaba estrategia por turnos, moviendo ejércitos en un mapa del antiguo Japón y en tiempo real. Pero no es la idea contarles todo un juego de PC, sino como esta gente logró traspasar todo ese quilombo, si, dije quilombo, a un juego de tablero. Utilizaron la base del juego Wallenstein, le agregaron temática y estética japonesa y les salió bien. Lo primero que les voy a contar es de qué se trata el juego. Nos situamos en Japón en la época donde distintos clanes dominaban diferentes regiones y el líder más poderoso era el Shogun, como una especie de Rey, si queremos hacer una comparación. Pero para llegar a ser el Shogun hay que dominar a todos los clanes, construir mejoras, darles de comer a todos, distribuir recursos y planificar cuidadosamente cada batalla. Es un juego de 3 a 5 jugadores, puede durar entre 90 y 120 minutos aproximadamente. La caja dice que es +12 pero yo le daría un poco más de edad o diría que es de nivel intermedio. Ya que mencioné la caja, puedo decir que es lo primero por lo que me impresiono, no sólo por el tamaño y peso, sino por su hermosa estética. Ni bien lo abrimos nos encontramos con un enorme tablero de casi un metro de largo por 36 cm de ancho. El tablero está dividido en 5 regiones y saben qué… ¡¡¡ hay una provincia que se llama Kaga!!! Me encanta conquistarla para poder decir: “te cagué en Kaga”. También podemos ver en el tablero un espacio reservado para el líder de cada clan, que indica el orden de juego, un marcador de puntos y un marcador de arroz; sí, arroz. Resulta que en algunos momentos del juego hay que darles de comer a los ciudadanos de las provincias que dominamos y si no lo logramos se pudre todo. Como se ve que a los creadores del juego les encantan los tableros y les sobraban unos euros, incorporaron un tablero de acciones para cada jugador, donde debemos decidir de forma secreta entre construir, dar de comer, defender, atacar, distribuir tropas, recaudar impuestos y participar de una subasta. Seguramente los que ya conocen el juego deben decir que me estoy olvidando de un montón de detalles, claro que sí, pero la idea es describir lo más destacado y es por eso que si hablamos de des-ta-ca-do me voy a arrodillar ante la idea más original de manejo de azar en ataque y defensa. Se trata de una Torre de Combate por donde se tiran, al mismo tiempo, los ejércitos de los que se enfrentan y los aldeanos que están furiosos porque no les dieron de comer, el tema es que salen a una bandeja, pero no salen todos, algunos quedan atrapados en el interior y ese es el secreto del resultado. ¿Qué pasa con los que quedaron adentro?, los que quedaron adentro van a salir en futuras batallas y darán nuevos cálculos y resultados, toda una genialidad. La verdad es que yo no compré este juego sólo por sus mecánicas de juego, sino tam

bién por su estética, su diseño, sus ilustraciones, su historia, digamos que lo veo más como una obra de arte que como un juego, posiblemente suene como un fanático, puede ser, pero no les va a resultar difícil comprobar lo que estoy diciendo, hay mucho material disponible para ver y bajar de Internet. También hay grupos de juegos que lo tienen y podrían probarlo y verlo sin necesidad de comprarlo. Si no te gustó esta nota mi dirección es: Melastomé 1234, provincia de Notedigo. Gracias por llegar hasta acá.

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