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El diálogo entre el texto y el objeto de Miriam Medrez, por Hernando S. Garza

El diálogo entre el texto y el objetode Miriam Medrez / Hernando S. Garza

LA ESCULTORA en tela Miriam Medrez elaboró 15 obras basadas en textos y poemas de igual número de poetas, críticos, ensayistas, escritores, artistas visuales y dramaturgos de Nuevo León y el resto del país.

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La exhibición de la creadora con más de 30 años de trayectoria es una bocanada de aire fresco, un aplauso a la imaginación, al objeto y a la palabra en su condición de sagrada en tiempos salvajes. Los trabajos que integran esta muestra inaugurada en el Festival Alfonsino UANL 2017, son intensos, dúctiles, nostálgicos y familiares, asimismo suaves, frágiles y poderosos. Realizados al cabo de un año de trabajo, recogen las esencias de los textos de los autores participantes en el proyecto: son poemas, cuentos, narraciones y ensayos de textos sin título de Yolanda Barrera, Mayra Silva, Miriam Ramos, Erick Vázquez, “Frente a mi espejo”, de Francia Perales, y “Espejos”, de Ingrid Bringas; “Partituras”, de Myriam Moscona.

Igual están “La cafetera”, de Virgine Kastel; “La miope”, de Jessica Nieto, “La inmortalidad cabalga intermitente sobre las cordilleras de un lugar desconocido”, de Horacio Warpola; “Flores”, de Carla Faesler; y “Esto quisiera ser un poema, un relato o el comienzo de una novela, el poderoso principio”, de José Javier Villarreal.

Además, “Cuatro piedras”, de Rocío Cerón; “Olla de flores”, de Reynol Pérez Vázquez; “Híbridos: Ambivalencia por doquier”, “Yuxtaposiciones y choques poéticos” y “Enigma y subversión” de Luminita Albisoru.

Entreverados como corrientes sanguíneas, nerviosas, extensiones, los mismos objetos incluyen las historias bordadas entre telas y metales; abordan recuerdos, ausencias de las presencias amadas, gestos, carcajadas, huellas, miradas, aventuras, anécdotas.

Así, la exposición cuenta con flores, caballitos de juguete, una cafetera, una libreta, varios espejos, un abanico, una boca, una cuchara, unos lentes, una olla de flores, entretejidos con palabras, oraciones, textos. Ellos conforman El diálogo entre el texto y el objeto, en la sala de exposiciones temporales del Colegio Civil Centro Cultural Universitario.

Objetos que trascienden, trasvasan y comunican reflexiones, cercanías, intimidades.

La creadora ganadora del Premio a las Artes UANL 2016, con muestras a nivel nacional e internacional, es conocedora a profundidad del poder de la palabra y de su gran importancia en los tiempos salvajes que vivimos. Por ello, los desplazamientos de la palabra al objeto y del objeto a la palabra son literales y metafóricos, y las piezas, distintas entre sí, mantienen una intercomunicación entre el mundo visible y lo invisible. Tienen sentidos poéticos, filosóficos, místicos.

Miriam Medrez ha convocado a otras voces, así, a uno de los principios fundamentales del conocimiento humano, la escritura, la imaginación, el recuerdo, la melancolía y todo el caudal de sentimientos y sensaciones. Recurrió a las instancias más primigenias del hombre: narrar, describir, soñar.

Con El diálogo entre el texto y el objeto, la artista ha tejido las historias, reflexiones, andanzas, a esa intimidad cálida que casi se ha perdido: la intimidad, la imaginación, la riqueza de las palabras sobre las cosas.