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Hubo una vez una línea en el centro de Lima

Elio Martuccelli

Esta intervención efímera en el espacio público logró recordar algunos acontecimientos de la ciudad, del pasado remoto y reciente, señalando huellas de la urbe enterrada. Un proyecto artístico que consiguió intervenir un lugar simbólico y estratégico del centro de Lima.

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El jirón Quilca sería parte de un extenso recorrido entre el Callao y Cajamarquilla, de este a oeste. Pocos usuarios de la plaza San Martín podrían suponer que el jirón Quilca es, desde hace siglos, el «camino a la mar»; y en la otra dirección, la ruta a la sierra. A su vez, la intervención quiso evidenciar la vitalidad política y cultural que ha tenido el jirón Quilca durante décadas, una historia que, al igual que el camino prehispánico, se mantiene subterránea pero latente.

La obra se expuso al público del 8 al 17 de junio de 2012. Una línea roja continua empezaba en la primera cuadra del jirón Quilca y recorría, cruzando pistas y veredas, toda la plaza San Martín, hasta el jirón Carabaya, prolongando la intervención sobre el edificio Encarnación.

La línea, de material vinílico color rojo, estuvo pegada sobre adoquines, asfalto y granito. Algunos elementos del mobiliario urbano que se encontraban en el camino también fueron forrados. El recorrido horizontal era de casi 200 metros. La línea vertical sobre el edificio, de más de 20 metros, se pintó directamente sobre la fachada.

Durante diez días la gente se sintió atraída e intrigada con la línea roja y se produjeron espontáneamente usos no previstos. Fue motivo de conversación, una invitación a mirar de nuevo la ciudad; sirvió para visibilizar la realidad que se pasa por alto. Además, contribuyó a la recuperación de la memoria y revalorizó el lugar, potenciando sus propias energías.

El espacio público es un espacio real de convivencia y un espacio simbólico en disputa. En casos como este, el arte tiene la voluntad y la capacidad de contribuir a una nueva interpretación de la realidad y a generar nuevos sucesos. Queda de esta intervención urbana el registro fotográfico y el recuerdo de quienes la vieron. También ella forma parte de las huellas de esta ciudad.

Intervención urbana. Jirón Quilca y Plaza San Martín. Centro Abierto 2012

1. Una raya en la cuadrícula. La línea roja de la historia. Imagen digital de la propuesta, con dibujos de Guamán Poma de Ayala. Elio Martuccelli, 2012. 2. Una raya en la cuadrícula. La línea roja de la historia. Vista aérea del Cercado de Lima y Barrios Altos, incluida la zona intervenida del jirón Quilca y la plaza San Martín. Lima. Elio Martuccelli, 2012. Fotografía: Servicio Aerofotográfico Nacional. Diseño: Dina García. 3, 4, 6, 7, 8. Una raya en la cuadrícula. La línea roja de la historia. Intervención urbana, jirón Quilca y plaza San Martín. Lima. Elio Martuccelli, 2012. Fotografías: Elio Martuccelli. 5. Una raya en la cuadrícula. La línea roja de la historia. Intervención urbana, jirón Quilca y plaza San Martín. Lima. Elio Martuccelli, 2012. Fotografías: Jorge Miyagui.

Elio Martuccelli Casanova (Lima, 1968). Arquitecto por la Universidad Ricardo Palma. Doctor en Teoría e Historia de la Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid. Ejerce de manera independiente su profesión como diseñador, docente e investigador. Profesor en la Universidad Ricardo Palma y en la PUCP. Autor de libros y editor, desde 1999, de la revista Arquitextos. Artículos suyos han aparecido en diversas publicaciones del Perú y del extranjero. Ha sido conferencista en Latinoamérica y España. Artista visual autodidacta, con tres exposiciones individuales y más de treinta colectivas. Sus técnicas son diversas y su obra aborda temas personales, así como de la realidad política y social, con ingredientes de denuncia y humor. Con distintos colectivos ha elaborado escenografías para teatro, televisión y conciertos, así como trabajos de diseño gráfico. Promueve la práctica de murales participativos, ha realizado intervenciones urbanas de carácter efímero y proyectos de esculturas públicas. Vive y trabaja en Lima.