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Palabras mayores
En este número vamos a realizar una entrevista a una residente de Geriasa Brunete que ha superado el Covi-19, entrevistaremos a Doña Purifi cación Sánchez Solabarrieta o, como prefi ere que la llamen, Puri. Puri, de 83 años y natural de Valencia es madre de dos hijos y desde el año 2018 vino a vivir a Geriasa Brunete donde ha sabido granjearse el cariño de todos los residentes y del personal del centro. Puri, mujer de carácter, buen humor y unas ganas de bromear dignas de mención, ha pasado por un trance tan difícil que jamás olvidará. Conozcámosla. La entrevista fue realizada el pasado día 13 de mayo.
P. Buenos días Purifi cación, ¿Puedo tutearte y llamarte Puri?
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R. Desde luego.
P. Puri, vamos a lo más importante, ¿Cómo te encuentras?
R. Pues verás (piensa unos segundos), me encuentro estable, contenta y alegre en cuanto a que a mí me toca, pero hay otra parte por la que siento pena porque esta situación es Doña Purifi cación Sánchez Solabarrieta residente de Geriasa Brunete. muy negra y ves como la gente está sufriendo pérdidas de seres queridos.
P. Una situación muy difícil la generada por este virus del que, nunca mejor dicho, eres una superviviente, ¿Cómo has vivido la situación de haberte visto afectada por el Covid-19?
R. Pues, te corrijo, no me he visto afectada, sino muy afectada. Dicho esto, te diré que unos días antes de que yo me viera afectada ya recibí una triste y desgraciada noticia por el fallecimiento de un ser muy querido de mi familia. Eso ya me dejó sobrepasada anímicamente.
P. ¿Pero, notaste algo, te sentiste mal?
R. No, nada de nada. Yo estaba normal, sin malestar, hasta el punto que, aunque ya estaban limitadas las actividades, estuve haciendo algo terapia y alguna otra actividad, después de eso ya solo recuerdo que me estaban llevando la ambulancia. Claro, yo tengo unas lagunas enormes, porque no recuerdo nada entre ese día de estar haciendo terapia y el momento de llevarme al hospital. De hecho, sí que recuerdo cuando llegué al hospital, pero estaba muy desorientada yendo de un lado a otro y todo está lleno de confusión y lagunas.
P. Entonces, ¿no recuerdas nada de tu estancia en el hospital?
R. Pues, tengo ráfagas, recuerdos que van y vienen y no sabía por qué estaba en el hospital y de algún modo me entregué a lo que Dios quisiera. Al cabo de unos días ya sí recuerdo algo más, como la comida, que no me gustaba nada, así que me negué a comer. Y sin comer, estuve algunos días hasta que una doctora del hospital, un encanto de doctora, me dijo que en ello, en lo de comer, me iba la vida, así que empecé a comer aunque la comida era malísima. El hecho de recordar esa visita de la doctora me hace pensar que desde ese momento yo ya empecé a enterarme de las cosas.
P. ¿Cual era tu contacto con la familia?
R. Ninguno, no me podían ver. Sé que ellos iban al hospital y en recepción preguntaban por mi estado, pero no, no podían ir a verme a la habitación.
P. Tardas algunos días en ubicarte en el hospital ¿Cuándo crees que empezó a mejorar tu estado de salud?
R. A los diez días o doce de estar en el hospital, porque me acuerdo que la doctora me dijo que mi evolución <<iba fenomenal>> y que parecía que esto <<lo sacábamos adelante>>.
P. Muchos días de incertidumbre entonces, mucho tiempo. ¿Cuándo te dicen que estás fuera de peligro?
R. Un día antes de mandarme de vuelta a la residencia. Recuerdo que la doctora que me trató me dijo << Purifi cación, esto lo hemos vencido. Lo hemos vencido usted y yo>>.
P. ¿Cuándo te informan que vuelves a la residencia?
R. Cuando la doctora me dijo que habíamos vencido al “bicho ese”. Bueno, luego me hicieron más pruebas y la doctora me dijo que mi test había dado negativo y que yo había generado anticuerpos. Más tarde me subieron a una ambulancia y me trajeron a casa, o sea, que me trajeron a la residencia, que es mi casa.
P. Y de ahí a la residencia ¿Cómo fue el regreso a casa?
R. Cuando llegué a la residencia todo el mundo me iba saludando y alegrándose de mi regreso. Me decían <<¡Bien Puri, ya estás aquí!>> (mientras dice esto a Puri se le escapa una sonrisa).
P. ¿Y ahora como te sientes?
R. Pues mira, me siento muy bien. Me dice la doctora de la residencia, que es otro encanto, que saturo un poquito bajo aún, pero me encuentro bien. Hablo con mi hija todos los días, con mi hijo, mi nuera, mi nieto... Estoy volviendo a la normalidad.
P. Las residencias siguen aisladas. ¿Cómo te lo tomas?
R. Me lo tomo como es, (enfatiza con un gesto) me lo tomo como es: una tragedia mundial.
P. Sí, así es, es una tragedia mundial, pero me refería a cómo te tomas el aislamiento actual.





R. Me lo tomo como lo que es (enfatiza de nuevo). Si es una tragedia mundial ¿Cómo no va a serlo en Madrid o en un sitio tan pequeño como los centros?. Las cosas hay que tomarlas como son y esto es trágico, pero es lo que ha venido. Ahora parece que hay gente que quiere que se levanten las limitaciones rápido, pero yo creo que eso puede ser un error. Además, yo a mi familia la veo gracias a las videollamadas, sufi ciente.
P. Desde hace semanas estáis viviendo que el centro está confi nado, sectorizado y que todo está diferente a lo habitual. ¿Qué me dirías, como lo llevas?
R. Pues no lo llevo mal, no me importa. Es verdad que no es una juerga, aunque los de terapia y fi sios me traéis muchas cosas para hacer… Así que, ¿que quieres que te diga? No lo llevo nada mal.
P. Pues, no llevarlo mal está muy bien. ¿Estás al día de cómo está el panorama actual?
R. Sí, claro.
P. Y con este panorama ¿Cómo ves el futuro que puede venir?
R. ¿A la larga o a la corta? (Puri sabe bien lo que se hace)
P. Ya que me preguntas, en ambas distancias. ¿Cómo ves el futuro corto plazo y como ves ese futuro a largo plazo?
R. Pues, mira, a corto plazo no creo que pueda dar una visión certera, pero bueno, sin saber de cosas fi nancieras, creo que vamos a entrar en una crisis fuerte y que será difícil superarla. Y ahora me estoy acordando de un refrán.
P. ¿Puedo preguntar por cual refrán?
R. Sí, es un refrán que dice “Si no hay harina, todo es mohína”. Mira, si el país fuera diferente, como Alemania (aunque no me caen bien), mejor nos iría.
P. Y en tu opinión ¿Qué tendría que hacer España para no entrar en esa crisis?
R. ¡Uy!, mi opinión no cuenta, si contara yo estaría en el Gobierno.
P. Bueno, entonces dejemos ciertos temas para el Gobierno, de acuerdo y cambiemos de banda. ¿Crees que esta pandemia servirá como cura de humildad a la sociedad?
R. Yo no soy beata, pero he pensado en algunos momentos que esto bien podría parecer un castigo divino. En todo caso, respondiendo a tu pregunta, no, no creo que aprendamos algo de todo esto porque nadie aprende en cabeza ajena.
P. Pero esto le está afectando a todo el mundo.
R. No, de eso nada. Hay quien se ha quedado en casa y sí, ha echado de menos la calle, pero no les ha afectado más que eso. Esto le está afectando a gente como tú, que te levantas, te pones la ropa de trabajo y sales a trabajar. Tú y gente como tú que salís a luchar frente a esta crisis, a trabajar, sí, esa gente sí aprenderá algo de todo esto, los demás no, no lo creo.
P. Como persona afectada por el Covid-19 ¿Qué consejo darías la sociedad para superar esto?
R. A la sociedad no sé, pero a vosotros, a Geriasa poco, porque si seguís actuando como hasta ahora lo superaréis. El que vale, vale… Y añado, el que vale, vale y siempre debe intentar valer mucho.
P. Puri, sabemos que tienes un buen catálogo de frases y eres mujer que sabe lo que se dice, por favor, añádenos lo que te venga en gana.
R. Bueno, pues mira, te diré que yo desde bien pequeñita ya me quedé solita con mi madre, mi padre falleció. Con 8 añitos me dio el tifus, estuve cerca de la muerte y desde pequeña parece que me están dando golpes… Dicho esto, si alguien me pregunta <<Puri ¿Tú estás de acuerdo con la vida?>> Yo les digo <<Desde luego que estoy de acuerdo con la vida, con lo que no estoy de acuerdo es con lo que se hace en la vida>>, porque la vida es lo más bonito que se ha “pintao”.
P. Estoy de acuerdo, pero estarás conmigo que la vida hay que lucharla, ¿verdad?.
R. Sí, lucharla, y mucho. En la vida hay que saber ponerse en su puesto y respetar a los demás. Hay que convivir respetando a los demás porque mientras no nos respetemos… Así que, mira, tú que me preguntabas por la sociedad, mira si está mal el asunto, no hay respeto por los demás.
P. Respeto. Quizá eso sea lo que nos saque adelante. ¿Crees que saldremos adelante?
R. Dios te oiga. Mira, yo soy mayor, pero me importa mucho el futuro, por mi nieto, tus hijas, la gente joven. Hay gente pura, buena, esa gente aún tiene mucho que aprender, aunque bueno, yo con 83 años sigo aprendiendo.
P. Harás celebración con la familia cuando acabe todo esto?
R. Sí, desde luego. Mira, el otro día hablé con mi nieto y me dijo eso, que habría que celebrarlo en cuanto pudiéramos (se ríe ) y me dijo que yo me tendría con conformar con una “Agua de Bichí” (vuelve a reir).
Es difícil dar las gracias a todas las personas, ONG´s, colectivos y empresas que, de un modo u otro y siempre de una manera desinteresada y altruista, han apoyado a Residencias Geriasa en todo este tiempo. Han sido muchas las ocasiones en que han sonado nuestros teléfonos y al otro lado del hilo había una voz que nos ofrecía su apoyo y colaboración porque veía que las noticias hablaban de falta de material sanitario en todo el país. Otras veces nos han escrito a nuestros correos electrónicos para darnos palabras de consuelo y mandarnos dibujos realizados por niños y niñas que a su modo han querido formar parte de esta lucha contra el coronavirus. El personal de los centros nos habla de ocasiones en los que ha sonado el timbre porque una persona anónima traía un paquete o una bolsa con ayuda… Gente anónima, gente que no conocíamos y que no hubiéramos conocido en condiciones normales. Es difícil agradecer lo sufi ciente el gesto de esos profesionales sanitarios que no dudaron en sumarse a nuestras fi las, en su disciplina o no, cuando los efectos del virus arreciaban contra nuestro personal y era prácticamente imposible encontrar sustitutos que tomaran el relevo. ¿Cómo dar las gracias sufi cientemente cuando has visto que esos profesionales, gente única hecha de otra pasta, dejaron a un lado la seguridad de la cuarentena y, sin más motivación que la de sumar sus conocimientos y energías a nuestras plantillas y con la convicción de estar haciendo algo grande por el prójimo, echaron el miedo a un lado, se enfundaron el pijama blanco, se remangaron y se pusieron a trabajar? Es emocionante comprobar que gente de todos los sitios de nuestra geografía, con independencia de su condición económica, su tendencia ideológica o sus convicciones vitales han sumado sus fuerzas y energías en auxilio de nuestros mayores y en solidaridad de nuestro personal. Como en todo, nuestra sociedad ha dado una cal y otra de arena y, aunque todos estos héroes anónimos no salgan en los noticieros ni en los periódicos, os podemos asegurar que existen, nosotros les hemos visto con nuestros propios ojos y por eso queremos mostraros las siguientes imágenes como muestra de su existencia. Por eso, aunque sea difícil abarcar a tanta personas y tantos momentos, gracias por lo que habéis hecho y gracias por haber honrado la palabra “humanidad”. Una y mil veces, GRACIAS
Eduardo, hijo de nuestra querida Demetria, fue el primero en donarnos material sanitario, en este caso mascarillas. Carlos carga con el primer envío de La Revista Hola, que envió revistas para entretener a nuestros residentes en estos días complicados. Mónica con una de las pantallas protectoras donadas por la familia de nuestro querido residente José María. Ana y Susana con las batas llegadas desde la casa cuartel de la Guardia Civil de Brunete. Mascarillas personalizadas de nuestro amigo Daniel, de Markamanía en Badalona, familia de nuestro querido Sr. Martos. Daniel se embarcó en una campaña desinteresada y altruista que tuvo este resultado.
Estas magnífi cas batas fueron hechas con la maña de Isabel, Susana y Mercedes. Milagros con una de las 50 mascarillas donadas por Uniformes Madrid. Gorros para protegernos realizados por Marina, y además de colores, que alegran la vista. Sheila con una de las gafas protectoras donadas por la familia de nuestro querido residente Jesús. Maleni, con uno de los buzos que se donaron a Geriasa durante los momentos de crisis. Satur con uno de los trajes buzo donados por la fundación de Don Amancio Ortega.
Nada menos que el creador del himno a la resistencia contra el Covid-19, Ramón Arcusa del Dúo Dinámico, fue uno de los primeros en mostrarnos su apoyo y nos mandó un mensaje de resistencia.
Geriasa recibió una llamada muy especial en la que se escucharon palabras de aliento y apoyo a nuestros mayores y profesionales: Luz Casal, una gran mujer que sabe lo que es la lucha. Gracias Luz, estos gestos no hacen más que acrecentar nuestro cariño y admiración hacia tu persona, seguimos tu ejemplo de lucha.
PRUEBAS PCR EN LOS CENTROS GERIASA
Aprovechamos este medio para mostrar nuevamente nuestro más profundo a agradecimiento a R, hija de nuestra querida residente Doña Rosa Gomariz, por ser ella quién ha hecho posible la realización de las pruebas PCR con la mayor celeridad, profesionalidad y de forma altruista en los laboratorios de Visavet del Hospital clínico Veterinario de la Universidad Complutenses de Madrid. Gracias Rosa porque gracias a personas como tú es posible ganar batallas en esta triste y desgarradora guerra contra el Covid19, un virus que se ceba en los más débiles y vulnerables También mostrar nuestro sincero agradecimiento a Dña. Eva Resel, integrante del Dpto. de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, que ha mediado y colaborado en todo el proceso y por hacerlo además con grandes dosis de paciencia. Y gracias Hospital clínico Universitario de la facultad de Veterinaria, al magnífi co equipo de los Laboratorios Visave
TIEMPOS DE SOLIDARIDAD Empresas que colaboraron con su solidaridad con Residencias



En esta imagen, un grupo de residentes junto a personal de Geriasa Brunete dando las gracia, en su propio nombre y el de su compañeros de Geriasa Madrid, a entidades donantes que se solidarizaron con las residencias.
Maleni con una de las estupendas batas realizadas por Marta Hernández, vecina de Navalcarnero. Milagros junto a una de las muchas cajas de guantes de vinilo donadas por la familia de nuestro querido José Luís. Botes de gel hidroalcohólico enviados por la farmacéutica Pierre Fabre Ibérica. Antonio y Gustavo, reciben cajas de legía que los trabajadores de EAT-DHL Barajas, con Noelia a la cabeza, donaron a título particular. Germán (CovidFighters) entrega pantallas protectoras a Maleni.
Gustavo con gel hidroalcohólico y bata de las muchas entregados por Ana Belén. compañera Vanesa. Sin la ayuda de la sociedad nada hubiera sido posible. Sobre estas líneas Virginia Marín, directora del centro, junto a la ayuda solidaria que llegó de la mano del SUMMA de Leganés, que han entregado material sanitario a nuestro centro Geriasa Madrid. Gracias amigos. Maleni y Cristina recibieron un enorme cargamento de geranios donados por viveros Dubagán con motivo del Día de la Madre. Cada geranio fue regalado a nuestras residentes y se llenaron de fl ores todas las habitaciones del centro.. Recibimos muchas batas con mensaje de apoyo de un grupo de vecinas de Brunete. Mónica con pantallas protectoras donadas por la familia Lamamie de Clairac. Jenny recibiendo el envío de mascarillas donadas por un grupo de amas de casa de
Patricia y Susana con dos tabletas que fueron donadas gracias a la gestión de Sergio Miguel, hijo de nuestra querida Elia. Eloísa recibiendo el envio de ropa de cama donado por Metro de Madrid, material donado gracias a las gestiones de nuestra

Madrid. Una de las tabletas donadas por Mutua Madrileña que fueron empleadas para videollamadas o para

uso terapéutico.