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El entrenador

El entrenador / monitor es la figura clave en el proceso educativo del fútbol para la salud. Debe reunir cualidades personales y competencias profesionales para desarrollar con fiabilidad y soltura su actividad.

Recordad que nuestra meta principal no es lograr la máxima tecnificación a nivel futbolístico, sino el desarrollo de la juventud mediante una mejor educación, salud, valores y habilidades para la vida.

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El buen monitor o educador, más se hace que nace. Trabajando con perseverancia toda meta es posible.

A. CUALIDADES PERSONALES PARA TRABAJAR CON JÓVENES

1. COMPROMISO

Firmeza en cumplir un propósito a pesar de las dificultades que podamos encontrarnos, ya que la meta merece el esfuerzo.

2. LIDERAZGO

Comportamiento ejemplar y coherente con los valores que promovemos, en todo momento. Implica tener una actitud proactiva, enfocada hacia un cambio positivo. El liderazgo es un concepto complejo y diverso, pero bajo nuestro punto de vista, estas son algunas de las cualidades más importantes que implica, en el caso de monitores, entrenadores y educadores

3. EMPATÍA

Actitud que nos permite ponernos en el lugar de otras personas, en nuestro caso, vernos representados en la juventud que crece en un contexto de alta vulnerabilidad. Sentir las amenazas y problemas que les rodean como propias, y poner todo nuestro empeño en sobreponernos a ellas.

4. RESPONSABILIDAD

En el desarrollo de la juventud, hay que evitar riesgos innecesarios y ejercer nuestra labor como diligente padre o madre de familia. Pero si cabe, en el ámbito de la salud, aún más, por las consecuencias que puede acarrear tomar una decisión equivocada o una errónea transmisión de conocimientos.

1. HABILIDAD PARA COMUNICAR

Es nuestro vínculo de unión con niños y jóvenes. Factores externos como el cansancio, la temperatura y ruido ambiental, o nuestro estado de ánimo, indudablemente influyen en nuestra capacidad de comunicar. Cuanto más trabajemos la habilidad comunicativa, menos vulnerables seremos frente a estos factores externos.

La comunicación se expresa verbalmente y también con nuestro cuerpo, jugando un papel crucial la escucha activa y la capacidad de captar los mensajes que nos llegan, tarea no siempre fácil.

Existen múltiples recursos para potenciar la comunicación con jóvenes, y conectar con ellos, como canciones, bromas, etc. Nuestra comunicación debe en cualquier caso terminar por fortalecer su autoestima. Un líder educativo debe de comunicar, tanto verbal como gestualmente, con una serie de pautas: COMUNICACIÓN VERBAL

• Utilizar lenguaje sencillo • No expresarse violenta ni agresivamente • Claridad al hablar: velocidad, vocalizar • Adaptado al receptor: edad, discapacidad • Cuidar el lenguaje, no decir tacos ni utilizar expresiones inapropiadas • Sonreír ¡es gratis! • Dejar hablar a todos • Facilitar que intervengan los menos participativos • Voz de mando –sin imponer autoritariamente– en actividades y entrenamientos

COMUNICACIÓN NO VERBAL

• Cuidar gestos, evitando agresividad • Escucha activa • Cuidar la mirada • Mirar cuando se dirigen a ti • Teatralizar, gesticular • Postura que denote interés • Evitar bostezos • Utilizar bromas (adecuadas) ayuda a captar la atención

Cualidad muy relacionada con el estilo de comunicación, en cómo nos expresamos y manifestamos. También llamado entusiasmo, consiste en mantener una actitud positiva que se proyecta hacia el exterior, capaz de arrastrar a los demás hacia una meta común. No equivale a negar la realidad, sino a interiorizar el convencimiento de que se van a superar los obstáculos y ser capaz de transmitirlo. Para ser motivantes y transmitir alegría y entusiasmo deberemos tener en cuenta:

• Dar refuerzo positivo, siempre que se tenga ocasión, tanto de forma verbal como no verbal

• Tener siempre en cuenta la autoestima del niño y el joven. Generar confianza en todo momento.

• Estimular la participación de todos, especialmente de aquellos con más dificultad para integrarse

¡Una actitud alegre y motivante tendrá una repercusión muy positiva sobre la actividad y quien la practique!

Estamos jugando al fútbol, una actividad que de partida pone en frente a dos equipos, y que potencialmente es un espacio de conflicto. La forma de relacionarnos puede ser un potente aliado a la hora de resolver conflictos. Estas son las tres variantes más comunes.

Estilo pasivo: cuya nota principal es “no meterse en líos” Evita el enfrentamiento. Elimina la ansiedad, pero sólo momentáneamente. El conflicto realmente se queda ahí. Busca la aceptación social. También se pierde la oportunidad de crecer. Son expresiones comunes el “vale” “como tú digas” o “llevas razón”.

Estilo agresivo: ventaja a corto plazo, basado en imponer. Consigue objetivos sin tener en cuenta a los otros. Para ello, necesita tener un pasivo en frente. Son expresiones comunes “aquí mando yo” “esto es así y no hay más que hablar” “tú cállate, no tienes ni idea”

Estilo asertivo: expresa sentimientos y opiniones sin ofender. El entrenador debe hablar con claridad y autoridad –que no equivale a agresividad–. Implica pensar más, y es más arriesgado. Encamina las cosas para que sucedan. Expresiones: “te entiendo, pero…” “te sugiero que” “respeto tu opinión, aunque yo pienso que”. Como entrenadores no debemos tener miedo a comunicarnos de forma asertiva

Para resolver conflictos resulta clave tratar de focalizarse en el análisis de la situación objetiva, y no en las personas. Un conflicto mal resuelto puede traer problemas entre personas. Un problema personal mal resuelto puede degenerar en un conflicto.

Habilidad para transformar situaciones de conflicto en oportunidades para cohesionar al grupo y sumar nuevos integrantes. La situación ideal no es la ausencia de conflicto alguno (cosa por otra parte muy difícil). Una discusión bien encaminada puede servir para cohesionar el grupo. Debe evitarse siempre la formación de bandos enfrentados. En el deporte, la actitud de hacer equipo debe estar en el grupo, pero sin duda el entrenador debe ser su principal promotor. No dejar nunca a niños en el banquillo más de la cuenta.

C. COMPETENCIAS PROFESIONALES

1. SALUD COMUNITARIA

Conocimientos o actitudes necesarias para impartir con solvencia programas y actividades relacionadas con la salud en la comunidad. Pueden estar relacionados con enfermedades infecciosas, higiene y salud básica, nutrición o cuidados básicos entre otras.

2. DINAMIZACIÓN Y LIDERAZGO DE JÓVENES

Esta competencia no solo trata de una serie de cualidades personales, sino que implica habilidades específicas que se van desarrollando. Suponen un resumen de las habilidades personales.

3. ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Conocimientos y habilidades para llevar a cabo sesiones de entrenamiento deportivo, sin riesgos para la salud y de forma organizada e inclusiva

4. CAPACIDAD ORGANIZATIVA

Factor esencial para realizar bien nuestro trabajo. Tratándose de un entrenador, puede comenzar por algo tan concreto como preparar bien las sesiones, con antelación y al detalle. Implica la gestión de grupos humanos, material y espacios en los que trabajamos. Implica capacidad de planificar, evaluar y pensar en el corto, medio y largo plazo.