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John Jairo Bermúdez Garcés Colombia Pág

LENGUAJE CLARO, NO TAN CLARO Colombia

John Jairo Bermúdez Garcés: Representante a la Cámara por Antioquia (2018-2022) con el aval del Partido Centro Democrático. Abogado bellanita, con estudios complementarios en Gestión Pública, Derechos Humanos y Ciudadanía, hoy lidera asuntos económicos, agricultura, emprendimiento, educación, transparencia gubernamental, inclusión y accesibilidad. @JohnBermudezG

En uno de mis recorridos por el departamento de Antioquia, en momentos en que el planeta lo permitía, los abrazos y los saludos eran las manifestaciones más comunes para expresar afecto y respeto, un joven tímido, pero arriesgado me preguntó ¿qué debo hacer para sacar mi libreta militar?, acudiendo a la inmediatez para dar una respuesta y solucionar la inquietud del joven le dije que ingresara a la página del Ejército Nacional, que allí encontraría la información que él necesitaba; allí quedó todo, la conversación terminó en ese momento y continué con mis actividades.

En la noche dispuesto a descansar, lo primero que se me vino a la mente fue si la respuesta dada a aquel muchacho habría sido la mejor, me surgieron preguntas como ¿tendría computador? o peor aún ¿tendría acceso a internet?, sin poder darme respuesta a estas preguntas decidí ingresar a hacer la misma consulta y después de un buen rato de cliquear aquí y allá, la información en resumen no fue clara. Fue en ese momento en el que entendí que no toda información pública es siempre fácil de entender.

Lenguaje claro no tan claro Colombia

A veces damos respuestas sin pensar en que toda comunicación sin importar el medio debe tener desde su estructura y diseño una forma accesible a cualquier público y debe ser suficiente para resolver fácilmente lo que se necesita, eso es lenguaje claro.

Las entidades públicas y privadas a la manera de comunicar, a veces por tecnicismos o por costumbre, no son precisas ni efectivas a la hora de transmitir información en sus distintos medios, utilizan tecnicismos que son claros para quien los escribe pero no para quien los lee. Así mismo, se han olvidado de aquellas personas que no tienen acceso a la información ya que no cuentan con un dispositivo e internet para solicitarla.

En Colombia son 272 entidades del orden nacional y más de 6000 del orden territorial. Teniendo en cuenta la proyección del DANE, para febrero del 2020 habría en Colombia cerca de 50 millones de habitantes, se puede concluir que esta misma cifra equivale al número de usuarios en el país que acuden a los servicios de las diferentes entidades del Estado, esto, sin contar con los extranjeros que requieren información aún más concreta. Así mismo, en el país existen más de 1.600.000 empresas a las que también a diario acuden los usuarios solicitando información. Con base en lo anterior, surge otra pregunta ¿cuántos de estos usuarios quedan satisfechos con la información obtenida a través de los diferentes canales que ofrecen tanto entidades públicas como privadas? En Colombia, tan sólo 12 entidades entre lo público y lo privado han avanzado en este tema, siete de ellas de carácter público. Este tema que hasta aquí hemos relatado, se ha trabajado en distintas guías y pareciera que cada entidad tiene sus propios parámetros acogiéndose a principios generales donde se entiende principalmente que el lenguaje claro permite el ajuste de un texto para hacerlo fácil tanto en su lectura como en su comprensión, sin perder de vista el carácter técnico, el concepto preciso, asunto que nos debe remitir directamente a pensar en la audiencia a la cual nos dirigimos.

Y hemos llegado a lo menos claro del lenguaje claro: el público. Es necesario visualizar a quien nos dirigimos tener en cuenta sus diferentes facetas, en su diversidad y no encasillarlos en una masa amorfa sin distinciones, ni características especiales que llamamos usuarios.

Debemos acoger esa multiplicidad de caracteres que diferencian a la personas y huir de los métodos y las formas a las que nos hemos acostumbrado ya que, por lo general, resultan en comunicaciones imprecisas y para nada efectivas que dispersan al usuario y en muchas ocasiones no transmiten el mensaje deseado.

El Estado, en todas sus ramas, deben garantizar el goce efectivo de derechos y el cumplimiento de deberes, esta responsabilidad implica un aumento en la participación ciudadana, una comunicación fluida de forma clara y efectiva la información sobre todos los programas, trámites y servicios. Es así como el lenguaje claro es una prioridad, no solo por su marco normativo como el CONPES 3785 de 2013, sino porque todo la función y el servicio público debe ser cada vez más eficiente ante las solicitudes de los ciudadanos, debe ser transparente, ágil, accesible y abierto al control y participación ciudadana, lo cual fomenta la inclusión social de los distintos grupos. Se puede concluir que, si bien aún hoy no tenemos tan claro eso del lenguaje claro, pero si es cierto que deben multiplicarse las acciones para que cada encuentro de servicio al ciudadano no sea un trámite engorroso sino que sea visto como una transferencia de información, como un contacto con las soluciones, una interacción comunicativa entre las entidades públicas y los ciudadanos, en la que todos ganamos y en la que se satisfacen las necesidades, se promueven los deberes y se garantizan y protegen derechos.