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Red Innovación

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Presentación

Red Innovación

Los partidos políticos alrededor del mundo, atraviesan crisis que pueden tener explicación en factores diversos. Por un lado, el hecho de que sean organizaciones surgidas principalmente en el siglo XIX, y por supuesto con características que tenían como referencia ese contexto social y político, hace que eventualmente exista la percepción ciudadana de que son organizaciones anacrónicas. Otro posible factor que ha deslegitimado a las organizaciones políticas, tiene que ver con sonados casos de corrupción en los que han participado líderes y lideresas políticas, y que si bien son más recurrentes en algunas regiones, se han dado en todo el mundo. Un tercer factor, tiene que ver con la falta de democracia interna en muchos partidos y movimientos políticos que ha facilitado, y con razón, que la ciudadanía vea a los partidos como organizaciones que no se renuevan y más bien se convierten en clubes excluyentes y autorreferentes. Por último, un factor determinante es la distancia que encuentra la ciudadanía entre los partidos, sus propuestas, prácticas, mensajes, líderes, dinámicas, maneras de comunicarse, etc. y las necesidades específicas de la comunidad. Distancia a la cual se añade el divorcio de los partidos con valores, ideas y problemas de la sociedad que deberían solucionarse y ser prioridad de los partidos, cuando ocupan el poder del Estado.

Todos estos factores hacen pensar que los partidos enfrentan retos permanentes que deben llevarlos a lo que resulta obvio: transformarse para mejorar. Y del último factor presentado en el párrafo anterior, es que este manual intentará ocuparse: este instrumento tiene como propósito, presentar ideas a los partidos y movimientos políticos para la actualización, mejoramiento y ajuste de sus plataformas ideológicas y programáticas, pero además en la utilización de mecanismos participativos que hagan que estas plataformas no solo se actualicen y mejoren técnicamente, sino que involucren a sectores de la sociedad que

pueden aportar su visión de la realidad y de la sociedad que esperan, logrando mayores niveles de empatía.

Para lograr este propósito en la primera parte de este manual, se plantearán algunas reflexiones sobre la crisis de representación de las organizaciones políticas, y su relación con la percepción de la falta de conexión de los partidos y movimientos con las necesidades ciudadanas, que invalida su calidad de voceros de la comunidad en los escenarios de toma de decisión y de debate público. La debilidad en las ideas de los partidos es un elemento que ha contribuido a su crisis de representación.

En segundo lugar, existe una tendencia de algunos partidos y movimientos de desideologizar sus propuestas creyendo que esto les dará mayor conexión con las necesidades ciudadanas, pues la ciudadanía no cree o no le da importancia a lo ideológico. Tomar esta decisión, puede con el tiempo hacer que los partidos pierdan identidad, lo que en el mediano y largo plazo los hace poco representativos de sectores específicos de la sociedad. En su tercer componente este manual invitará a los partidos a lograr una combinación entre hacer una buena gestión de gobierno cuando se está en el poder, diferenciándola de la gestión de otras agrupaciones políticas, es decir, con base en los valores ideológicos del partido.

Como se mencionó anteriormente, uno de los “pendientes” de muchos partidos es la ausencia de democracia interna; de alguna manera se ha “elitizado” la construcción de propuestas y de plataformas, dejándolas en manos de “sabios” que no siempre se comunican de manera efectiva con las bases de apoyo de los partidos. Si bien es cierto que es posible que esto haga que se gane en suficiencia técnica, al mismo tiempo se sacrifica apoyo social. En este sentido, no es solo el resultado final lo que evalúa la ciudadanía, sino muchas veces la ruta que elige un partido para llegar a soluciones frente a las demandas ciudadanas. Al mismo tiempo, es mucho más comprometido el papel de una militancia que se siente incluida en las discusiones internas de su partido, que de la militancia que debe seguir instrucciones de dirigentes. Es por esto que en la cuarta parte de este manual, se presentarán algunos elementos que contribuyan a pensar de manera creativa en la inclusión de actores relevantes en el proceso de construcción de propuestas y plataformas programáticas.

En la quinta parte de este manual, se presentará una guía paso a paso para dar ideas a las y los integrantes de los partidos y movimientos políticos, sobre cómo hacer más participativa la construcción o el mejoramiento de sus plataformas. Como cualquier guía, las ideas presentadas en este manual son referencias que deben ser adaptadas a la realidad,

Los partidos enfrentan retos permanentes que deben llevarlos a lo que resulta obvio: transformarse para mejorar.

contexto y coyunturas de cada partido, pues al igual que cualquiera otra organización social, los partidos y sus estrategias se enmarcan en contextos específicos que hace que no se puedan plantear medidas estandarizadas. Es importante insistir en que el éxito de cualquier estrategia de mejoramiento organizacional depende fundamentalmente del reconocimiento de la necesidad de transformarse para avanzar.

Como instrumento metodológico para empezar la utilización de este manual, se presentará una autoevaluación en forma de test, que permita a cada partido reflexionar y evaluar de manera sencilla si cuenta con niveles de democratización suficientes para mejorar o actualizar sus plataformas. Como se mencionó anteriormente, es imprescindible contar con voluntad política para iniciar este tipo de procesos, así como con un primer ejercicio de análisis interno, y con este propósito se presenta este instrumento.

Por último, este documento contendrá recomendaciones finales que servirán para animarse a iniciar procesos de construcción colectiva, y que les permitirá a las y los dirigentes de los partidos y movimientos tomar en cuenta algunos factores relevantes.

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¿Los Partidos Políticos representan a la ciudadanía?

Las dinámicas sociales de la actualidad, no necesariamente hacen pensar a la sociedad que es imprescindible contar con partidos y movimientos políticos que representen sus necesidades y expectativas en los escenarios del poder público. La alta influencia que puede lograr1 la ciudadanía, en escenarios como las redes sociales virtuales, en las que muy especialmente han tenido éxito causas sociales y sobre todo, ha contado con episodios importantes y visibles. Es el caso de la conocida “primavera árabe” en 2011, los “cacerolazos” en Argentina y Venezuela de 2008 y 2013, y el de los Indignados, o 15-M en España, en 2011, así como otras manifestaciones en Europa y otros países como Grecia.

El que estos “picos” de movilización cívica y ciudadana se hayan dado en estos años, cuenta con varios factores para revisar, que deben interesar a los partidos y movimientos políticos: primero, las personas sí se movilizan! Y aunque este elemento puede sonar un tanto superficial, no lo es tanto cuando a veces al interior de los partidos se argumenta que puede ser una pérdida de tiempo trabajar en las ideas pues el electorado no les presta atención, o que las personas solo se activan políticamente si cuentan con alguna contraprestación que supla un interés personal e individual. Segundo, un elemento común de estas movilizaciones recientes es que se dan alrededor de causas y hace ver que la ciudadanía se moviliza cuando existe suficiente indignación colectiva, y esto no necesariamente ha sucedido alrededor de demandas ciudadanas que afecten la cotidianidad de las personas. Ej: el movimiento 15-M se da con una demanda que es la profundización de la democracia participativa, protesta dirigida además a los dos partidos políticos principales de España.

1 Este puede ser un asunto de percepción, pues la inmediatez y falta de permanencia de la agenda pública que aparece en escenarios como las redes sociales virtuales, no siempre permite que realmente haya influencia directa de la ciudadanía.

El tercer elemento para resaltar, es el de las nuevas formas de movilizarse políticamente; como se mencionó antes, las características de la comunicación hoy han hecho que las personas movilicen opiniones sobre sus intereses con más facilidad, pues no necesitan de intermediarios. Asimismo, estas manifestaciones se dan en tiempo real lo que da la sensación a la gente de haber “logrado algo”. No necesariamente es así, pues no siempre el que muchas personas movilicen un tema de agenda pública que logre visibilizarse hará que se transforme la realidad, pero esta sensación de protagonismo, ha activado el ejercicio de la ciudadanía de muchas personas que probablemente de otra manera no se interesarían. Como se menciona en el documento El Desarrollo de Políticas de Partido, “En las democracias establecidas, los científicos políticos le atribuyen la disminución en la afiliación a los partidos al acceso cada vez mayor a la información y a los niveles superiores de educación, lo que ha hecho que los ciudadanos dependan menos de los partidos políticos para ayudarlos a identificar y entender las cuestiones de políticas y las opciones que tienen”2 . El cuarto elemento por considerar, que resulta fundamental para los partidos y movimientos políticos, es que a pesar de que estas movilizaciones ciudadanas logran visibilidad, activan a la sociedad, plantean temas de agenda pública, etc. terminan en la inclusión de nuevas fuerzas en el sistema político, protagonizado por las organizaciones políticas. Es decir, si bien es cierto que han sido poderosas e influyentes, de alguna manera reconocen que la democracia y los partidos siguen siendo los vehículos para acceder al poder del Estado para poder transformar lo que tanto indigna. Concretamente en el caso de Grecia y España, uno de los resultados de estas grandes movilizaciones ha sido la creación de movimientos políticos que hacen un gran esfuerzo por diferenciarse de los partidos tradicionales, pero que han entrado en el juego de la democracia representativa. Estos elementos representan retos imposibles de eludir para los partidos, que les obligan a no ser inferiores al momento histórico que protagoniza la ciudadanía. Los partidos políticos deben tomar elementos de su historia, trayectoria y lucha, para avanzar al ritmo que impone la sociedad y no deberían quedarse en debates internos sobre sus propios conflictos y desacuerdos, pues estas no son preocupaciones sociales y terminan sacándolos del debate real de la “calle”. Los partidos políticos deben tomar elementos de su historia, trayectoria y lucha, para avanzar al ritmo que impone la sociedad.

2 http://redpartidos.org/files/policy_development_paper_-_spanish_ final.pdf página 13

La crisis de representatividad, y en este mismo sentido de legitimidad de los partidos como organizaciones fundamentales para la democracia, para la movilización de demandas ciudadanas y para ocupar el poder público debe significarles a las organizaciones políticas considerar la posibilidad de transformarse y lograr mayores niveles de aceptación, y es por esto que el debate sobre las ideas, sobre el modelo social que se ofrece a la ciudadanía y su pertinencia, no son un tema menor y deben hacerse todos los esfuerzos posibles para hacer una lectura de la realidad y generar masa crítica que permita corregir y avanzar.

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Ideología vs. Gestión

Como se mencionó en el capítulo anterior, los partidos y movimientos políticos pasan por una crisis de legitimidad que tiene explicación en diversos factores, y que incluyen por supuesto, fallas en la gestión de gobierno o en la gestión pública. En todo el mundo, aparecen recurrentemente casos de corrupción, reformas tributarias impopulares, indicadores sociales negativos, temas problemáticos sin resolver en los territorios, etc. Todos estos temas, que no parecieran tener solución en lo ideológico de los partidos, son sinembargo, materias en torno de las cuales vale la pena generar reflexiones. La ideología de un partido es un conjunto de ideas filosóficas, pero no por esto alejadas de la realidad y de los contextos en los que se construyen. Asimismo, estas ideas son las que hacen que los partidos cuenten con elementos diferenciadores que le permitan a la sociedad apoyar y privilegiar una opción política, pues su visión del futuro y de la sociedad esperada pues su visión del futuro y de la sociedad esperada, es la mejor y la que mayor empatía les genera.

Esa visión del futuro y de una sociedad deseada, debe ser el principal marco de referencia de cualquier organización política para desarrollar propuestas específicas en las coyunturas electorales, pero sobre todo de manera que se vuelvan políticas en el caso de llegar al poder, o que se sigan desarrollando y promoviendo en caso de no ganar elecciones estando en la oposición. La ideología no es un elemento estático de un partido o movimiento político, sino que más bien es el principal elemento para crecer política y organizativamente, en tanto que marca la ruta para continuar en la movilización política.

Una organización política que le da importancia a su ideología, se fortalece en la posibilidad del debate, de la defensa de ideas, del desarrollo de un modelo económico, social y político del cual surjan las principales políticas públicas o reclamos en el marco del control político. Lamentablemente, algunos partidos y movimientos políticos han caído en la trampa del inmediatismo o de la banalización de las ideas, creyendo que lo importante es construir propuestas de acuerdo a los cambios de la agenda y las demandas ciudadanas.

Más bien se trata de contar con una base ideológica firme desde la cual luego sea más sencillo ajustar, adaptar y mejorar propuestas que logren atraer a una base electoral suficiente para lograr los objetivos propuestos. Las demandas sociales serán las mismas para cualquier partido: servicios públicos, seguridad, empleo, derechos garantizados, desarrollo urbano, políticas para el campo, etc. pero lo ideológico es lo que permite a un partido desarrollar su propia oferta, que como se mencionó antes, le diferencia del resto.

Por otro lado, y para hacer referencia otra vez a cómo han cambiado las formas que usa la sociedad para comunicarse, la fortaleza ideológica de un partido es lo que permite diseñar los medios que utilizará para comunicarle estas ideas, principios y enfoques a sus grupos de interés. En este sentido, es fundamental que los partidos comprendan cómo se comunican sus bases, cuáles son sus intereses y en qué escenarios ejercen su ciudadanía, para adaptar contenidos e ideas y lograr mayor aceptación. Es decir, no es suficiente con considerar que la propuesta de un partido es la “mejor” (si es que eso existe), sino encontrar las mejores formas para comunicar estas ideas de acuerdo a las características de la sociedad, que cambian todo el tiempo.

Recuerde que se trata de difundir la visión del mundo propia del partido, cuáles son los problemas que más le interesan y el enfoque que le da el partido a la solución de estos problemas y es aquí donde la identidad es un factor determinante.

Por último, es importante mencionar que los partidos políticos son las organizaciones básicas de un sistema político democrático, y el concepto de la democracia ha cambiado. Como se podrá ver en las siguientes definiciones, que se han escogido arbitrariamente pues en la literatura hay muchas más, son visibles estos cambios en el concepto, que permiten aportar a esta reflexión:

Los partidos y movimientos políticos están obligados a enmarcar sus ideas, enfoque, soluciones y propuestas en el reconocimiento de los derechos de las personas, en su diversidad e igualdad. Ninguna sociedad puede admitir la existencia de partidos que promuevan la discriminación, la desigualdad, la inequidad (por razones de sexo, etnia, género, clase, edad, etc.) como aspectos ideológicos.

“El método democrático es ese expediente institucional para llegar a decisiones políticas en virtud del cual algunas personas adquieren el poder de decidir mediante una lucha competitiva por el voto popular”3 .

3 SCHUMPETER, JOSEPH. 1942. Capitalismo, Socialismo y Democracia. Harper & Brothers. EEUU. Página 127

“Democracia: es el gobierno del pueblo sobre el pueblo, que será en parte gobernado y en parte gobernante. ¿Cuándo será gobernante? Obviamente cuando hay elecciones, cuando se vota”4 .

“La democracia debe otorgar un lugar capital a la garantía de la discusión libre, y a la interacción nacida de la deliberación, tanto en el pensamiento como en la práctica política, y no solo gracias a las elecciones o durante las elecciones. Lo que se requiere como observa Rawls, es salvaguardar la diversidad de doctrinas, el hecho del pluralismo, que es central para la cultura pública de las democracias modernas y que debe ser asegurado en una democracia por los derechos y libertades básicas”5 .

Como se ve en estas tres definiciones y los años en las que se escribieron, el concepto de democracia ha transitado desde la visión de ser un método para el acceso al poder público, pasando a la democracia representativa como única y llegando a ideas más recientes y alrededor de las cuales hay cierto nivel de consenso, expresado en declaraciones y acuerdos internacionales: la democracia es una forma de organización social y política en la que se celebran elecciones, pero que además tiene como referente ético los derechos humanos. Es decir, que si bien son las mayorías las que eligen, al Estado le corresponde la garantía de los derechos de las minorías, admitiendo, como afirma Sen, que la democracia debe estar caracterizada por el pluralismo y la diversidad de ideas.

4 SARTORI, Giovanni. 2009. La democracia en 30 lecciones. Taurus. Madrid. Página 21 5 SEN, Amartya. 2009. El valor de la democracia. Ed El viejo topo. Madrid. Página 14

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¿Con quiénes contar para la construcción o mejoramiento de las propuestas de un Partido o Movimiento Político?

Lo primero que hay que decir sobre la utilización de mecanismos participativos para la construcción o mejoramiento de plataformas políticas partidistas, es que éstos no necesariamente son la manera más sencilla de elaborar documentos que sirvan de ruta para la presentación de la oferta partidista al electorado y posterior implementación de políticas. La democracia no siempre es fácil… por lo mismo, el primer “requisito”, es sin duda la voluntad política. Esta voluntad puede darse de diversas maneras: la tradicional, consistente en que la dirigencia del partido o movimiento, encuentre importante empezar, democratizar y hacer participativo el proceso de construcción ideológica. Otra posible, es que las bases del partido motiven (o presionen) a la dirigencia hasta que tenga que darse la decisión de empezar. La voluntad política no siempre está dada, y como se mencionará más adelante, es necesario disponer un ambiente favorable para que ésta se dé. En esto, es fundamental la construcción de acuerdos y alianzas, la negociación, y sobre todo la apertura para encontrar las ventajas en el corto, mediano y largo plazo.

Lo segundo que es importante mencionar, es que como en cualquier proceso de fortalecimiento organizativo, hay que contar con el contexto social, político, económico, e incluso de seguridad en países con situaciones de inestabilidad en el orden público, para su puesta en marcha.

Estos dos aspectos se desarrollarán con mayor profundidad en el siguiente capítulo de este manual. El tercer elemento importante para el inicio de un proceso participativo de construcción ideológica y programática, y del que se ocupará este componente, es: Quiénes participarán en este proceso. Es decir, responder a la pregunta de qué tan democrática será la tarea que se emprenderá.

Los aspectos internos y externos de la realidad del partido, tendrán que ser determinantes en esta decisión: por un lado, están los aspectos políticos y por otro los “logísticos” o de organización. Por ejemplo, no tendrá los mismos riesgos y resultados, un proceso totalmente abierto de discusión ideológica en un contexto en el que un partido esté en el gobierno y tenga un alto nivel de control del poder político, a un partido minoritario y débil organizativamente. O en un partido con fuertes bases rurales y con difícil acceso a las regiones donde cuenta con apoyo, a un partido con presencia urbana y con acceso a recursos tecnológicos.

Este tipo de preguntas tendrá que hacerlas la dirigencia de cualquier partido o movimiento para definir cuáles serán los actores que participarán del proceso de discusión y fortalecimiento programático. Teniendo en cuenta, como se ha dicho en varios momentos en este documento, que todos los factores de la realidad hacen que no haya respuestas únicas, y que las y los lectores de este manual tendrán que considerar todas las particularidades de su propia organización para la adaptación de ideas y toma de decisiones.

A continuación, se presentarán diferentes actores que pueden participar en este proceso democrático y deliberativo, tomando en cuenta los niveles de apertura que cada partido podría elegir. Se descarta la alternativa de conformar un comité técnico de expertos y expertas que construirán en su totalidad los documentos programáticos, pues este esquema no contaría con elementos participativos. Cada alternativa tiene niveles de control de mayor a menor, que como se mencionó anteriormente, dependerá de la realidad de cada partido y de las posibilidades reales de apertura democrática:

1. Líderes y Lideresas: con esta alternativa, se conserva un esquema democráticamente limitado, pues sigue residiendo en los liderazgos del partido la construcción de programas o la actualización ideológica, pero se amplía un poco a líderes de mediano nivel que eventualmente pudieran representar de una manera más informada la opinión de la base partidista.

El partido tendrá alto control sobre los resultados de esta alternativa, pues su liderazgo estará identificado y será difícil permearlo. Puede considerarse para partidos que pasan por crisis, por procesos de división, por el surgimiento de alta desconfianza y que requieren de un proceso de fortalecimiento interno.

2. Unidades Funcionales: esta alternativa reconoce a los diferentes sectores que conforman el partido, que pueden ser sociales (mujeres, jóvenes, población con discapacidad, población LGBTI, grupos étnicos), políticos (facciones, tendencias, grupos de poder) y territoriales o regionales. Por un lado, esto le per-

mite al partido tener como resultado plataformas programáticas informadas y adaptadas a grupos sociales específicos, pero además, permitiría contar con una plataforma completa y con enfoque diferencial.

Con esta alternativa, es necesario contar con algún sistema de inscripción que permita que las personas del partido puedan identificarse con las opciones que se planteen para poder aportar sus ideas. No necesariamente tiene que ser excluyente, es decir, que por ejemplo una mujer de menos de 25 años tenga que escoger en cuál sector participa, dependerá del tiempo o metodología que elija el partido, o de recursos tecnológicos que facilitaría participar en varios escenarios.

Un esquema similar a éste fue implementado por el Consejo Nacional Africano en 2012; el partido, reunió a personas de unidades operativas para que debatieran sobre los temas de política. La Conferencia estaba dirigida a unificar a las personas con ideas afines del mundo por la paz, la solidaridad y la transformación social para crear un mundo libre de violaciones de los derechos humanos y la creación de entornos sostenibles, es decir una plataforma ideológica amplia6 .

3. Centros de Pensamiento Partidarios: los centros o institutos de pensamiento de los partidos políticos, son en esencia, las unidades dedicadas a construir pensamiento e ideas para que las y los integrantes de un partido, cuenten con reflexiones permanentes sobre la política y la agenda pública y por lo mismo, deben ser partícipes de cualquier estrategia de discusión ideológica que el partido adelante. En algunas ocasiones hacen parte orgánica de los partidos y en otras, son organizaciones independientes pero con una abierta simpatía con algún partido en particular.

Su participación en procesos democráticos de discusión programática e ideológica debería hacerse en la construcción de documentos iniciales que sirvan como base para las discusiones de quienes participen en este proceso, y en el momento final cuando se sistematicen los aportes y salgan documentos finales.

4. Congresos Ideológicos: estos escenarios son los más comunes en partidos y movimientos políticos alrededor del mundo. Normalmente se desarrollan en varios días de reunión (según los recursos con los que cuente el partido), y acuden personas que han sido delegadas por sectores, facciones, tendencias,

6 Consultado en http://www.anc.org.za/content/3rd-anc-international-solidarity-conference el 31 de agosto de 2016

regiones, que tienen derecho por ser electos o electas, o por hacer parte de alguna unidad funcional del partido.

Como se mencionó anteriormente, cuando la militancia de un partido o movimiento político se siente incluida en sus decisiones, más fácilmente defenderá sus principios, ideología y propuestas electorales. Para poder debatir y aprobar documentos programáticos en escenarios como éstos, se hace necesario que las y los asistentes aporten a versiones preliminares antes de la celebración del Congreso o Asamblea. Es prácticamente imposible contar con opiniones informadas de parte de delegados y delegadas, en espacios numerosos y con tiempos limitados.

Tomando en cuenta esta dificultad, en 2011 el Partido Colorado de Uruguay inició un proceso de “actualización” ideológica que permitió que en 2012 se contara con una gran declaración de principios democráticos7. Para poder hacer una discusión integral y amplia, este partido decidió:

- Descentralizar la construcción ideológica para lo cual se establecieron foros regionales

- Conformar una comisión organizadora democrática en la que se incluían diversos sectores del partido

- Crear secretarías técnicas para poder definir líneas de discusión

- Realizar foros, mesas redondas, reuniones, intercambio de propuestas, etc. con el objetivo de ampliar las discusiones con la militancia lo más posible

- Celebrar, después de este proceso, un congreso ideológico en el que las secretarías presentaran informes técnicos y se terminara con una declaración de principios.

Esta estructura permitió que el partido realmente actualizara sus principios ideológicos de una manera democrática; es posible, que algunos partidos celebren congresos o asambleas pero que se vuelvan espacios poco efectivos para estos propósitos por no contar con un diseño que considere todas las condiciones internas y la necesidad de implementar mecanismos democráticos.

7 Aquí es importante mencionar que cuando este partido empezó a considerar la celebración de un congreso ideológico, el gran reto era la transición democrática por lo que este tema hizo parte fundamental de la agenda temática. Uruguay tuvo dictadura de 1973 a 1985, lo que limitó el desarrollo de ideas de varios partidos pero animó a la discusión interna a partir del fin de la misma. Consultado en http://www.redinnovacion.org/experiences/840 el 5 de octubre de 2016

Otra experiencia para resaltar, es la de la Juventud Demócrata Cristiana del Partido Demócrata Cristiano de Chile, que en 2012 celebró su Congreso Ideológico con algunas características que resultan de interés en este manual. Por un lado, se organizaron comisiones de discusión en las que las y los delegados se inscribían previamente a la celebración del Congreso, con lo cual se garantizaba que los aportes u opiniones de sus participantes fueran informados y con un trabajo previo.

En segundo lugar, las discusiones y decisiones de estas comisiones eran autónomas mediante un sistema de mayorías: si el 65% de la comisión aprobaba el documento final de cada comisión, éste tendría que ser aprobado por la plenaria del Congreso. Con esto, la totalidad de participantes manifestaban su confianza delegando a comisionados para cada tema, lo cual, en procesos internos de partido es un valor muy positivo. Asimismo, el que estas comisiones se desarrollaran de manera autónoma y que sus decisiones solo tuvieran que comunicarse al pleno, logró enfrentar las limitaciones de tiempo que en sistemas de plenaria resulta ser un obstáculo.

Otro elemento importante, es que los documentos desarrollados como borradores iniciales, guardaban armonía ideológica con los documentos generales del partido, lo que fortalece la empatía e identidad por parte de los jóvenes del partido con sus principios8 .

Los congresos ideológicos además, permiten contar con la participación de actores externos al partido que puedan aportar opiniones o análisis informados de diferentes temas de la agenda pública. Se pueden incluir en las discusiones, foros o paneles con organizaciones de la sociedad civil, del movimiento social, de organizaciones de activistas, de universidades, etc.

Es imprescindible la voluntad de la dirigencia del partido para iniciar procesos de este tipo. Sobre esta experiencia, un dirigente del Partido Colorado de Uruguay afirmó “No se hizo un congreso ideológico porque se tuviera un problema de identidad, se hizo un congreso ideológico porque actualizar la idolología es parte del espíritu reformista del partido” (Edgar Fitzgerald - Representante Nacional).

5. Proceso de Consulta con Organizaciones Sociales Afines: este tipo de proceso ha sido muy común en los tradicionales “partidos de masas” en los que se busca crecer en apoyo popular, por lo que es necesario buscar alianzas con or-

8 Consultado en https://congresojdc.files.wordpress.com/2012/03/instructivo-metodologico-y-reglamentario-congreso-jdc.pdf el 10 de octubre de 2016

ganizaciones gremiales o grupos de interés, en lo que los partidos de izquierda lograron avanzar especialmente con organizaciones sindicales.

A pesar de que esta forma ha sido más común en partidos de esta tradición, cada vez más partidos de todo el espectro ideológico ven a organizaciones de sociedad civil como un actor relevante para obtener apoyo. En este caso, la sugerencia de este manual es que el partido vea al movimiento social como un actor relevante en la construcción de plataformas programáticas. Generalmente, estas organizaciones se especializan en temas de agenda pública, lo que permite construir propuestas informadas, con elementos técnicos e información que sería difícil construir desde el propio partido.

Requiere de un proceso de sistematización y armonización con el que se logren encontrar los puntos en común en términos políticos, sin perder de vista que el papel en el marco de la democracia, es que no se junten del todo los partidos políticos y los movimientos u organizaciones sociales; es importante conservar independencia y autonomía entre unos y otras. Asimismo, se puede obtener como resultado, el apoyo de sectores que antes no se habían conquistado.

6. Foros Ciudadanos: esta es la alternativa con mayores niveles de apertura democrática, lo cual tiene ventajas y desventajas. Como ventaja, se puede mencionar la posibilidad de visibilizar un proceso de discusión amplio y diverso, que contaría con la opinión ciudadana acerca de temas socialmente relevantes (información que no siempre es fácil de recopilar), y sobre todo, que le permitiría al partido demostrar que tiene voluntad de cambio y de democratización. Sin embargo, es posible que no pueda tener un nivel de control necesario organizacionalmente para poder darle curso a los resultados, sumado a que supone procesos de largo plazo, y no siempre se cuenta con tiempo suficiente. Lograr que sectores de la sociedad que no han hecho parte en la vida de un partido o movimiento político, se involucren de manera activa en discusiones ideológicas, puede generar unas expectativas difíciles de satisfacer.

Esta alternativa, puede contar además con elementos tecnológicos y de información como las redes sociales virtuales; no siempre los partidos políticos cuentan con recursos y tiempo suficiente para poder celebrar congresos, o tener procesos de largo plazo en el que se abran espacios diversos de discusión, por lo que las redes sociales virtuales resultan muy útiles.

Si el partido decide usar este tipo de recurso, es importante que primero determine sus objetivos para elegir el medio que, por sus características, se ajuste

mejor a los propósitos planteados. Por ejemplo, FaceBook es una plataforma que a pesar de ser red social, es relativamente cerrada y en la que la gente comúnmente se contacta pues se conoce de antes, o tiene amigos en común, es decir, generalmente hay alguna familiaridad. Twitter en cambio, es una red mucho más abierta, con lo cual, hay poco nivel de control; está más asociada a la empatía que sobre un tema o “causa” siente la gente. Linkedin, es una red profesional, con lo cual la gente se relaciona con fines laborales especialmente. Youtube que ha logrado producir material audiovisual y divulgarlo con costos mucho menores que en el pasado, cuando la producción de un video, exigía contar con equipos, producción, estudios, etc.

En general, es importante primero pensar en qué tan amplio y democrático será el debate ideológico que se adelantará para determinar si se pueden usar las redes, y cuáles de ellas resultan más útiles. Sobre esto, la experiencia del Partido de Acción Nacional de México resulta un buen ejemplo: en 2011 este partido tenía el interés de dar a conocer logros de su gobierno y al mismo tiempo hacer una medición de opinión pública sobre estos logros, y en general sobre la percepción del partido. Para esto, puso en marcha un concurso en el que usando el hashtag #logrosPAN, dieran a sus opiniones sobre acciones de gobierno. Para hacer que mucha gente participara, se diseñó un sistema en el que las y los participantes obtendrían puntos por “tuitear” con esta etiqueta y ser “retuiteados”.

Al final del concurso, la puntuación más alta ganó un iPad y un reconocimiento por parte del presidente. La militancia del partido redactó mensajes desde la cuenta de Twitter del partido, obteniendo igual una respuesta importante de parte de las y los “tuiteros”. Como se mencionó anteriormente, Twitter es una red social en la que se viralizan opiniones muy rápidamente por lo que es difícil de controlar el mensaje que se replica. Esto hizo que algunos detractores del PAN emitieran mensajes negativos sobre el partido y su gestión; sin embargo, el partido encontró en esto una oportunidad, y era la posibilidad de recopilar información crítica para poder mejorar.

Por último, es importante que los partidos fortalezcan sus páginas Web. En una sociedad en la que Internet es una fuente de consulta, un espacio para el activismo, para formar opinión, denunciar e informar, resulta imprescindible que los partidos y movimientos políticos destinen recursos (no solo financieros) para el fortalecimiento de este importante medio de comunicación oficial. Sin embargo, no es suficiente contar con plataformas virtuales: es necesario que éstas se adapten a las características de las y los integrantes del partido, a

sus formas de comunicación, a las regiones en las que viven, etc. Las páginas Web no son simplemente medios de información, sino que deben contar con recursos para incentivar la comunicación con las bases del partido y por supuesto con la ciudadanía. Asimismo, y como el tiempo es un factor relevante de Internet, deben actualizarse permanentemente y por supuesto referirse a las coyunturas políticas y sociales del territorio. No es suficiente tener página Web, sino entenderla como un instrumento de comunicación, y en este mismo sentido, de movilización.

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