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Los Falsificadores Prestan Atención a los Polímeros
¡Era sólo cuestión de tiempo! Uno de los beneficios conocidos del polímero es que es más resistente a la falsificación y, por tanto, más seguro, y las cifras así lo demuestran. Pero algunos argumentan que la razón de la menor incidencia de falsificaciones de polímeros es que, con el 95% de los billetes de banco del mundo todavía producidos en papel, los delincuentes siguen el camino de menor resistencia, y apuntan a las divisas con los mayores rendimientos potenciales. O, para decirlo de otra manera, no se molestarán con el polímero porque no hay suficiente para que valga la pena. Puede haber algo de verdad en eso en los primeros días, pero no hoy, con cada vez más países adoptando el polímero. Y no hace falta decir que el aumento en la adopción de polímeros para billetes también está provocando un aumento de las falsificaciones de los mismos. Analizamos los antecedentes desde eel desarrollo de polímeros para mejorar la seguridad, y también el caso más reciente en Rumania, donde, a diferencia de la mayoría de los intentos hasta la fecha de falsificar billetes de polímero, los delincuentes eran profesionales y, durante un corto período de tiempo, exitosos. Donde todo comenzó...
Los billetes de polímero fueron desarrollados por el Banco de la Reserva de Australia (Reserve Bank of Australia - RBA) para superar la falsificación de sus recién introducidos billetes de dólar australiano, los que reemplazaron a las libras imperiales en 1965, con la introducción de la decimalización. Solo 10 meses después, un grupo de aficionados que utilizaban equipos de impresión básicos, produjeron billetes falsos de 10 dólares australianos, por un valor total de más de 12 millones de dólares australianos al valor actual. Aunque los falsificadores fueron capturados, los billetes falsos continuaron circulando durante varios años, lo que redujo la confianza del público en la nueva moneda. El RBA entonces se dirigió a los científicos del país en CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation - Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth), desafiándolos a desarrollar "el billete de banco más seguro del mundo". La idea del polímero surgió de una tarjeta de presentación impresa en plástico, proporcionada por un visitante de Japón varios años después de iniciada la investigación. Finalmente, en 1972, CSIRO y la RBA habían acordado comenzar un proyecto para desarrollar billetes de polímero. El primer billete de polímero conmemorativo se emitió en 1988, el año del bicentenario de Australia. Las estadísticas del RBA indican que entre 2005 y 2010, y entre 2011 y 2020, el número de falsificaciones, por millón de billetes en circulación, fue de 7 y 18 respectivamente, ambas cifras bajas. La experiencia de Australia no es una excepción; los billetes de polímero han disfrutado de una baja tasa de falsificación en otros países con una serie de polímeros, como Nueva Zelanda y Canadá. Hay dos razones probables. En primer lugar, está la razón antes mencionada, a saber, que hay tan pocas series de polímeros o billetes en comparación con los billetes de algodón, que los falsificadores los ignoran, y se concentran en objetivos basados en papel, ya que son menos difíciles de falsificar y, por lo mismo, más lucrativos. En segundo lugar, es que de verdad son más difíciles de falsificar.
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El primer caso de falsificación industrial
Ambas razones podrían ser válidas, pero lo que es innegable es que, hasta hace poco, se han registrado relativamente pocos casos de falsificación de polímeros de gran volumen, una excepción conocida siendo el billete de 50 pesos mexicano, con falsificaciones de baja calidad que surgieron por primera vez en el 2010, pero que luego vendrían versiones más profesionales, las que no podían distinguirse de los billetes genuinos que entraban en circulación a "escala industrial". La banda criminal responsable de las falsificaciones fue detenida, pero no antes de que se desarrollara un billete mejorado con nuevas características de seguridad, y aparecieran planes de desechar la conversión de los 100 pesos a polímero.

El billete de 50 pesos falsificado (arriba) y la versión (abajo) que lo reemplazó rápidamente con nuevas características de seguridad.
El de más reciente interés, es la falsificación de billetes de polímero en Rumania, cuyo banco central introdujo, por primera vez, los billetes de polímero en 1999, y fue el primer país europeo en hacerlo. Alrededor de 2005, se introdujo una serie donde se usó el polímero para todas las denominaciones. Esta serie demostró ser un gran éxito, tanto desde el punto de vista de la durabilidad como de la seguridad, con una falsificación excepcionalmente baja; durante los últimos cinco años, ha estado por debajo de las 4 ppm. Sin embargo, en junio de 2020, 15 años después de la puesta en circulación de la serie actual, la Dirección de Investigación del Crimen Organizado y el Terrorismo de Rumania (Directorate for Investigating Organized Crime and Terrorism - DIICOT) eliminó una imprenta ilegal que falsificaba el leu rumano. En un día, la Europol desplegó a un especialista, el que proporcionó conocimientos y comprobaciones en vivo sobre las bases de datos utilizadas en apoyo de las actividades operativas. El DIICOT rumano detuvo a un hombre que fue acusado de liderar una pandilla que comenzó sus actividades en 2014 y que produjo poco más de 17.000 de las mejores falsificaciones en Rumania hasta la fecha. Los investigadores pudieron identificar una huella digital en uno de los billetes falsos, lo que les ayudó a localizar a los sospechosos. Falsificadores cuidadosos
Según los fiscales, los billetes falsos eran difíciles de detectar, ya que estaban fabricados en polímero, e imitaban todos los elementos de seguridad destinados al público. Esto significaba que también habrían sido muy difíciles de detectar para el público rumano, especialmente porque, antes de esto, las falsificaciones eran tan poco comunes. En particular, la ventana transparente fue muy bien imitada, por lo que es muy probable que pocos inspeccionaran dichos billetes con detenimiento. No solo se engañó al público en general, sino también a los cajeros de unidades comerciales e instituciones financieras. Además, la pandilla tuvo cuidado al pasar los billetes, emitiendo solo unos pocos a la vez, y variando las ubicaciones. Según DIICOT, los billetes falsos se identificaron por primera vez en los centros de procesamiento de efectivo. El valor de los 17.065 billetes falsos de 100 leu (RON), rondaba los 1,7 millones de RON (aproximadamente €374.000). Solo siete meses después, Europol volvió a entrar en acción con las autoridades rumanas, esta vez desmantelando un grupo delictivo organizado, responsable de hacer circular tanto billetes en euros falsificados, como leus rumanos falsificados. Se impidió la entrada en circulación de falsificaciones por un valor de 50.000 euros, debido a las actividades operativas llevadas a cabo durante la investigación preliminar. Las autoridades policiales de Austria, Bélgica, Alemania, y España, así como del Banco Central Europeo, colaboraron en la investigación, la que tuvo como resultado 10 detenciones, la incautación de 450.000 euros en billetes falsos, y también, como 16.000 euros y leu genuinos, y la confiscación de cocaína y cannabis.







