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Viejas crónicas para un

José Emilio Rubio Román Periodista

n 80 cumpleaños merece una mirada atrás en el tiempo, a los días de la posguerra en los que surgió una nueva cofradía que rompía con el estilo clásico del procesionar murciano, tanto en la estética como en la puesta en escena y la interacción conelespectador.

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El diseño de las túnicas, inspirado en las de la procesión del Cristo de la Agonía ciezana; el completo silencio de los nazarenos, que se requirió también del público; la completa oscuridad en las calles y la ausencia de la tradicional entrega de caramelos y otros presentes al público, tradicional en el resto de las procesiones de la ciudad, sin olvidar el hecho de hacer su itinerario a partir de la medianoche, marcaron un nuevo tiempo para la Semana Santa murciana y dieron paso, con los años, a otros cortejos penitentes de parecidocorte.

La historia de los motivos que movieron a los fundadores a crear una nueva cofradía, con esas peculiaridades y en torno a la imponente imagen del Cristo del Refugio es sobradamente conocida, aunque interesa, con ocasión de esta efemérides, entresacar algunos párrafos de lo que se escribió en el tiempo de la fundaciónenlaprensamurciana.

Y así, aunque la fundación oficial tuvo lugar en el mes de noviembre de 1942, lo cierto es que ya en junio el diario 'La Verdad' ofreció a los murcianos amplia información sobre los pasos que se venían dando en pro de la fundación de la nueva corporación pasionaria:

“Goza España el retorno de la esencia de su vida: el catolicismo. Se restauran templos, se reorganizan devociones y se suscitan otras nuevas. Algunos murcianos piensan en plasmar en una realidad inmediata las antiguas procesiones de penitencia que en nuestra ciudad tienen estirpe medieval. Don Manuel Nadal, nuevo cura de esta parroquia, trata del asunto con sus feligreses más emprendedores: don Enrique Ayuso, don Jesús López Pujol, don Ramón Sánchez Parra... ¿Por qué no examinamos el Cristo de la Sacristía a ver si es posible repararlo y acogerse a su devoción para estaempresadevota?”.

IntervencióndeSánchezLozanoy nuevacruz

Y tiene lugar el gran hallazgo, la constatación de que la efigie a la que rezaron los acogidos en el refugio de San Lorenzo, unía a su valor devocional y testimonial la valía patrimonial: “Desprenden la cruz de la pared, y la imagen de la cruz. Una espesa capa de suciedad casi oculta sus facciones; pero, no bien reparan las adherencias, surge una talla de impresionante belleza y de gran unción. Entonces encomiendan al escultor Sánchez Lozano que limpie a conciencia la estatua”.

Una de las primeras acciones que se adoptaron en relación con la talla fue la de cambiarle la cruz, al tiempo que se llevaban a cabo las primeras conjeturas acerca de la autoría del crucificado: “La examinaron algunos entendidos. Y la atribuyen, con el antedicho escultor, al siglo XVI. Acaso pueda ser una nueva obra de aquel artista cuyo nombre exalta Murcia al admirar la imagen titular de la iglesia de Jesús.

Juan de Rigustera es el escultor que entre nosotros cultiva la nota tradicional castellana, con aguda emotividad”.

La datación se ha mostrado atinada con el paso de los años, aunque la mano que labró la imponente talla sigue siendo desconocida en el terreno de los documentos, si bien es sabido que se viene apuntando con fuerza a Jerónimo Quijano y a su antecesor en los trabajos de la Catedral de Murcia Jacobo Torni,llamado'Florentino'porsuorigen.

Llamativa resulta la alusión a Juan de Rigustera, llamado también Rigusteza, supuesto autor del Nazareno de la Cofradía de Jesús hasta que en 1983 quedó aclarado que una lectura errónea del documento original conservado en el archivo de la cofradía morada había dado tal denominación a quien en realidad se apellidaba Aguilera, y de quien, en un caso u otro, nada más se sabe ni se conoce más obra, sin perjuicio del empeño en adjudicarle algunas como el Cristo del Refugio ensudíaoeldelConsuelo,deCieza.

Un dato de interés para la historia se cuela en aquella primera crónica sobre la nueva cofradía: “El gran murciano don José Alegría, buen catador de arte, confirma estas impresiones, y 'con el mazo dando', ofrece y cumple donarunacruznuevadeciprésparala imagen. Esta se encuentra ya instalada provisionalmente, en una de las capillas de la iglesia. Se le rezará con la advocación de Cristo del Refugio, en memoria del destino que se dio al templo durante la época anárquica”.

Queda constancia, en consecuencia de que el torreagüereño José Alegría Nicolás, entusiasta impulsor de las obras de restauración del Santuario de la Fuensanta desde 1939 hasta su fallecimiento en 1948, volcó también su fervor en contribuir a la puesta en marcha de la nueva entidadpasionariadelaciudad.

Aprobación canónica y primeros cultos

El obispo de la Diócesis, Miguel de los Santos Díaz y Gómara, apoyó la idea desde el principio, por lo que firmó el Decreto de Erección Canónica y aprobó los Estatutos el día15denoviembrede1942,conlacuriosidad, poco conocida, de que fueron firmados en Barcelona, por encontrarse en aquella ciudad como administrador apostólico aquella diócesis.

De la primera reunión de los fundadores tras este hecho, el día 24, dio cuenta el diario La Verdad. Se celebró en el salón de juntas de San Lorenzo, presidida por el párroco, Manuel Nadal, que estuvo acompañado por el canciller (secretario) del Obispado, que lo era Antonio Conejero, y los principales impulsores laicos de la hermandad penitencial: Ramón Sánchez Parra, Enrique Ayuso y Jesús Pujol. Y al día siguiente dio comienzo el primer quinario, a cargo del jesuitaÁngelGómez.

En abril del año siguiente, próximo el estreno procesional de la nueva cofradía, el entonces profesor del Seminario y más tarde canónigo de la Catedral, José María Aguilar Areuescribióenelotrodiariolocaldelaépoca, Línea, un artículo titulado 'Procesión del Silencio' y, como subtítulo, 'Simbolismo del SantísimoCristodelRefugio'.

El refugio de Jesucristo Crucificado

Aguilar comenzaba: “Si es verdad que la vida es una calle de Amargura, también lo es que, al cabo de ella, aparece, animándonos a caminar Jesucristo clavado .en una cruz y despidiendo los fulgores de una consoladora esperanza, sin desesperación ni presunción. Todo el que se salve ha de entrar por las heridas de Cristo, refugiarse en ellas, participar de su Pasión. Los humildes hallan refugio y consuelo para todos sus sufrimientos en la Cruz de Cristo, al lado de Cristo, viendo y oyendo a Cristo. Todos los hombres, en el calvario de sus tribulaciones, encuentran el refugio de Jesucristo Crucificado”.

Abundando en su argumentación, el sacerdote, autor de un 'Catecismo Rural' e impulsor por medio de un artículo de prensa de la reorganización de la Cofradía del Resucitado en 1948, escribía: ¡Cuántos afligidos han desfilado por delante del Santísimo Cristo del Refugio! ¡Cuántos besos han dado a sus divinas llagas! ¡Cuántos consuelos han manado de sus dulces heridas! Muchas penas y dolores hay que se resisten a todo consuelo; pero el lenitivo que da este Santísimo Cristo no puederesistirningunapena”.

Y más adelante: “La pobreza y la miseria, la enfermedad y el dolor, la humillación, la ingratitud con que nos pagan los favores, el desamparo de los conocidos, la traición del amigo del alma, la angustia de la madre del .corazón, los apuros de los hijos queridos y, en fin, la amargura interior, cuando nos parece que Dios nos ha hecho desgraciados en el Mundo, que parece que no nos escucha… pues todo eso y más se dulcifica besando las llagas del Santísimo Cristo del Refugio. ¿Por qué? Porque no hay género de dolor que no padezca Cristo Crucificado que, por padecerlos todos, Él soloesllamadoVaróndeDolores”.

Concluía Aguilar Areu la emotiva, sentida y honda exposición indicando: “En la .próxima Semana Santa, el Santísimo Crista, del Refugio saldrá en su nueva Procesión del Silencio por las calles de nuestra ciudad y, sin duda, quedará asombrada, pues como dice el poeta: 'Porque Cristo, que a nadie desampara, con los brazos abiertos nos espera'.Tal es la belleza y expresión del Santísimo Cristo; y experimentarán cuantos le vean la eficacia de estos consuelos, y gozarán de los frutos sabrosísimos que a sus hijos predilectos sabe dar Jesús Crucificado en su venerada imagen del Cristo delRefugio”.