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CUIDARLA

La granja marina más grande de todas la tenemos aquí delante de casa y no necesitamos alimentarla, sólo cuidarla”

Por Carla Pons

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La cultura marinera sigue aún muy presente en la Marina Alta . Aunque la flota pesquera se haya reducido a la mitad en los últimos 20 años, todavía los puertos y lonjas mantienen una frenética actividad que hace patente una cosa: el producto de nuestro mar se valora . Y no es para menos . Los ritmos de vida han cambiado y la forma de consumir y comer también, pero todavía hay quien aprecia la calidad y la frescura de los frutos de nuestro mar . En estos tiempos que corren, en los que los ultraprocesados y las comidas preparadas están a la orden del día, es importante educar a las generaciones venideras para que adquieran mejores hábitos . “Falta mucha cultura alimenticia, la que tenía la gente de antes . Valoraban mucho más lo que comían, ahora cada vez se consume más comida basura . Pero lo cierto es que cuando te dan a probar un 118

producto de calidad y otro que no, se nota mucho la diferencia”, apunta Aurelio Orenes, encargado de los dos puestos que tiene la Cofradía de Pescadores en Xàbia, uno en la lonja y otro en el Mercat Municipal . Y ese producto de calidad es el que tienen en los puestos de pescado de Dénia, Xàbia y Calp . “Sabes que se ha pescado ahí al lado de nuestra playa, como quien dice . El de los supermercados, en cambio, la mayoría es de importación . Aquí el pescado es del día, no de viaje” . Porque no es lo mismo un producto que todavía retoza de lo fresco que está, que uno que lleva 20 días cargado en un barco . “Hay barcos que salen a pescar y a lo mejor están semanas en el mar . Lo mantienen fresco con hielo y sal, pero sabes que ya no es producto del día y posiblemente tampoco nacional” .

Foto: Miquel Llopis

Foto: Diego de la Torre

Calidad… y también tradición Aparte del pescado fresco, otros productos muy valorados en la zona son los pescados secos, como el pulpo, el capellán, la moixa… El secado es una forma de conservación que se practicaba antaño, cuando todavía no existían los frigoríficos . Pero lo cierto es que esa tradición se ha mantenido, y todavía queda gente que elabora sus propios productos . Es el caso de Xavi ‘el fusteret’, un gran aficionado a esta técnica . Todas las semanas repite el mismo proceso . Primero se destripa el pescado, después se limpia con un poco de agua del mar y se le tira una pizca de sal . Finalmente, sólo queda dejarlo a secar en la barca . El capellà y la moixa están dos días y el pulpo, cuatro . Aunque no todo es tan fácil . La venta de pescado secado de manera artesanal no se contempla en la legislación . Hay un vacío legal . “No hay un epígrafe

en la Conselleria de Consum dedicado a ello, como sí viene en otras comunidades autónomas” . Por lo que hay una serie de trabas que dificultan a la gente disfrutar de este producto tan delicioso que prepara Xavi .

La clave: cuidar la materia prima y su entorno “La granja marina más grande de todas la tenemos aquí delante de casa y no necesitamos alimentarla, sólo cuidarla” . Amadeu Ros es uno de los pescadores más conocidos de Xàbia . Su embarcación, el “Cap Prim Segon” sale a faenar todos los días a las cinco de la mañana y vuelve por la tarde, a hora de la subasta, con lozanos pescados y mariscos .

En los últimos años, ha habido un cambio de mentalidad bastante

El mar es muy agradecido. En el notorio en cuanto a la necesidad momento en que dejas de hurgar se recupera enseguida de respetar el entorno marino si se quiere seguir viviendo de él . “El mar es muy agradecido . En el momento en que dejas de hurgar se recupera enseguida . Por eso hacemos unos paros biológicos . Y se nota después” . No sólo son importantes estos paros, sino también la incorporación de técnicas menos dañinas, como la que ha incorporado la barca de Amadeu . “Hemos integrado, ahora hace diez años, unas puertas voladoras que no tocan el fondo . Sólo el bou (red) toca la arena, y con este artilugio no hacemos polvareda”, comenta . La reserva marina del cabo de Sant Antoni Respetar las especies y dejarlas crecer es otra de las claves para sostener el modelo actual . Y en este sentido, la reserva del cabo de Sant Antoni podría jugar

Vive la experiencia de comer rancho a bordo, como auténticos hombres de mar. Una experiencia completa de la que disfrutar del mar es la que ofrece “Trip and feel” una joven empresa valenciana . Se trata de una iniciativa europea que quiere fomentar por un lado el conocimiento del medio marino y el trabajo de los pescadores y por otro lado la experiencia gastronómica de comida de rancho a bordo de la barca . No hay manera más auténtica de comer pescado y marisco fresco . Hay barra libre de vinos, cavas y refrescos . Las jornadas y precios son variables y van desde los 125 € pax con una barca de fondo, 12 horas entre ida y vuelta y los 85 € con una barca de trasmallo, jornada de 5 horas y la comida se hace en el bar del puerto .

un papel crucial . En las reservas los peces pueden reproducirse y acaban extendiéndose por más zonas . Aunque hoy en día cuenta con un inconveniente, tal y como apunta Xavier Pascual, presidente del Institut de Recerca Oceanogràfica de Xàbia (IROX): las restricciones para llevar a cabo estudios científicos sobre el mar y las reservas son excesivas y no se contempla el impulso de su promoción y divulgación para llegar a entender el alcance de sus beneficios . “Debería de estar incluido en la protección el hecho de impulsar el estudio científico de la mar y su divulgación para que llegue a la población y pueda valorar lo que tiene . Eso es fundamental, porque si no, el conocimiento es poco útil en el sentido que no promociona la estima por la mar y el entorno, que es lo que haría más eficiente esa protección” .