1 minute read
Lo que hay qué saber
Next Article
Para Juan de Jesús
El acercamiento a cualquier objeto estético posibilita una variedad de interpretaciones, cada espectador experimenta diversas sensaciones ante una misma representación, las cuales están condicionadas por muchos factores. Ejemplo de ello es la experiencia cinematográfica y en estos días de pensar en la redacción de la columna llegó a mi mente The Father (2020), película dirigida por Florian Zeller. En ella se describe la relación entre un padre que sufre demencia senil y su hija, recuerdo que uno de los aspectos que más me gustó de la trama es que no se abordaba desde la simplicidad melodramática para la que se presta la temática que desarrolla.
![](https://assets.isu.pub/document-structure/230609114603-794ca51c6b70de916816b14f401d6bdb/v1/50750611735948e5fbfbe18e0ca651e5.jpeg)
El largometraje no reconforta, por medio del montaje y el diseño de producción sumerge al espectador en la realidad percibida por Anthony, la pérdida y el olvido se convierten en la cotidianidad de los personajes y ese desconocimiento del entorno torna rígida la relación entre ellos. De todo este entramado de relaciones humanas destaco las afectivas, específicamente las que solemos tener con nuestros progenitores y cómo, con el devenir, se va modificando la perspectiva que tenemos sobre la crianza y los vínculos que creamos con ellos.
Este comentario lo escribo de madrugada, en la habitación de un hospital mientras vigilo el sueño de
Artefactos En Escena Gibr N Alvarado
alvaradohh92@gmail.com