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Formación de Liderazgo Ignaciano en tiempos de pandemia: un desafío en clave de oportunidad

miguel francisco navarrete tovar*, juanita marcela del portillo solarte** FORMACIÓN DE LIDERAZGO IGNACIANO EN TIEMPOS DE PANDEMIA:

UN DESAFÍO EN CLAVE DE OPORTUNIDAD

El programa Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano adaptó su formación a la modalidad remota, acompañando a sus participantes en la reflexión del liderazgo que necesita hoy el mundo y la sociedad.

El transcurso de los últimos dos años ha sido desafiante, doloroso e inquietante para todos. Y qué mejor escenario para un programa de formación en liderazgo ignaciano, pues, si algo supone la vivencia de un liderazgo inspirado por san Ignacio de Loyola es la capacidad de releernos y resignificarnos, de responder con audacia y creatividad ante los retos que nos encontramos en el cumplimiento de esta apuesta vital por “ser más para servir mejor”.

En el programa Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano (LIUL) potenciamos nuestras capacidades de creatividad e intrepidez para responder a los retos de la mediación virtual de manera pertinente en el diseño, oferta y orientación de nuestra experiencia.

Hemos procurado ser acompañantes de un proceso vivo, que se encarna en la vida de personas concretas, a quienes se les ha invitado a salir al encuentro, a construir comunidad, a ser sensibles y conscientes del mundo que los rodea y los necesita, especialmente en perspectiva de la actual situación de pandemia, la cual ha impactado la realidad social, política, cultural, educativa y ambiental de la sociedad, y que no solo posibilitó la adaptación del proceso a una formación virtual, sino que generó reflexiones profundas acerca del liderazgo Ignaciano en estos tiempos.

“Maravillosa. Esa es la palabra que describe la experiencia de formación del programa LIUL. A pesar de los retos que implicó la virtualidad, fue extraordinaria la manera en la que pude sentir no solo la compañía de los demás participantes, sino que la experiencia me permitió tocar fibras tan profundas que le dio sentido, color, forma a como quería desarrollarme personal y profesionalmente”, comenta Paula Herrera, participante de la implementación 2020.

Fruto de la permanente reflexión y análisis sobre los nuevos alcances de la propuesta formativa, emergieron tres acentos claves para el proceso:

Conocimiento del entorno: es conocer el perfil y características de los participantes, así como las condiciones físicas

Participantes del programa Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano.

y espaciales en que se veían envueltos a la hora de atender su proceso de formación.

Experiencia de mediación virtual: la experiencia requirió establecer metodologías variadas, como el uso de plataformas digitales, la disposición de recursos audiovisuales, el trabajo sincrónico y asincrónico, personal y grupal, siempre desde la novedad como un elemento transversal en el proceso.

Acompañamiento: la capacidad de caminar junto a los otros desde lo humano, reconociendo cómo opera la gracia de Dios en cada uno, ha sido un elemento fundamental para el proceso de formación.

Como programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano, se nos propone un camino que nos exige ofrecer lo mejor de cada uno de nosotros, en un constante diálogo con la realidad y permanente reflexión de lo que se requiere de un líder ignaciano para este momento, construyendo así una sociedad justa, sostenible, incluyente, democrática, solidaria y respetuosa de la dignidad humana, a la luz de nuestro inquebrantable deseo de: siempre ‘en todo amar y servir’

* Coordinador programa Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano

** Profesional programa Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano

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