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Prólogo
from Apropiaciones emergentes de tecnologías digitales en Colombia: hegemonías y contrahegemonías
by PUJaveriana
Prólogo
Este libro de Silvia Buitrago nos ofrece una perspectiva muy sugerente para pensar la apropiación de tecnologías como acto contrahegemónico en condiciones de desigualdad social y cultural. A partir de una rigurosa investigación de carácter etnográfico sobre las apropiaciones emergentes en tres comunidades de muy diversa composición, intereses y objetivos, como la asociación cafetalera De Finca, el semillero de investigación Red Fusa Libre y Grafoscopio en la ciudad de Bogotá, reconstruye la experiencia de colectivos que “establecen relaciones con tecnologías digitales para resolver sus necesidades locales y transformar tanto su entorno como sus vidas; es en este ejercicio que proponen modos de expresión, participación y conocimiento diferentes a los jerarquizados por lógicas hegemónicas” (267). La investigación le permitió a la autora reconstruir los modos en que las tecnologías son representadas y experimentadas por los colectivos, explorar los imaginarios y estrategias de inclusión que desarrollan frente a ellas y reconocer un desfase constitutivo entre los universos simbólicos hegemónicos donde se inscriben los diseños, patentes y aplicaciones tecnológicas, y aquellos donde se inscriben las prácticas e imaginarios de los colectivos que las utilizan. Dicho enfoque tuvo como premisa fundamental la recuperación de la perspectiva de los sujetos en la definición, comprensión e interpretación de su experiencia con la tecnología a partir de la reconstrucción y comprensión de los mundos de vida donde interactúan. Desde el punto de vista epistemológico y metodológico, destaca, por una parte, que la propuesta compromete tanto a la investigadora como a los sujetos protagonistas de las diversas experiencias de apropiación de la tecnología, en un espacio político de reflexividad sobre sus prácticas, y, por otra, que promueve una articulación entre teoría y práctica de la investigación con sentido para los actores involucrados: “Esta articulación de conceptos al encontrarse con las experiencias concretas posibilitó la configuración de reflexiones
y aportes que, si bien se alimentaban de la teoría, encontraron en la práctica directa y en el tejido creado con las comunidades mediante diálogo el involucramiento y la colaboración, localizaciones que enriquecieron y aterrizaron la elaboración de respuestas propias a los objetivos propuestos” (269). En condiciones de desigualdad social y cultural, la apropiación práctica y simbólica de los artefactos tecnológicos se expresa necesariamente por medio de procesos de interacción conflictiva y a través de negociaciones de sentido que no siempre son trasparentes (Winocur y Sánchez Vilela). El desafío, que la autora resolvió exitosamente, como bien lo expresaba Jesús Martín-Barbero, consiste en superar el profundo desencuentro entre método y situación (De los medios a las mediaciones 204; 3.ª ed.), que hasta ahora sigue prácticamente ausente en la investigación sobre la apropiación de las tecnologías en diversas realidades sociales de la región. Ausencia particularmente evidente en la escasa preocupación por estudiar las apropiaciones simbólicas (y no solo prácticas) dentro de sus universos socioculturales de pertenencia: “Las razones del desencuentro apuntan más allá de la teoría, a un des-conocimiento que, en lugar de más conocimiento en la lógica pura de la acumulación, reclama el re-conocimiento, según la lógica de la diferencia, de verdades culturales y sujetos sociales” (Martín-Barbero, De los medios a las mediaciones 204; 3.ª ed.). En esta perspectiva, la autora realiza una meticulosa reconstrucción de las dimensiones materiales y simbólicas que intervienen en la generación de las diversas prácticas de apropiación contrahegemónica que genera cada comunidad a partir de la transformación creativa de sus propios recursos. Dimensiones que a lo largo del libro permiten dar cuenta de los procesos prácticos y simbólicos que moldearon la experiencia de apropiación de diversas tecnologías, tal como ocurrieron en cada colectivo estudiado, y no como se supone deben ocurrir en los indicadores hegemónicos de apropiación exitosa, concebidos por los creadores de los artefactos, los diseñadores de manuales, las
agencias internacionales o los organismos del Estado encargados de implementar programas de innovación y capacitación tecnológica:
Nuestra inserción en la nueva mundanidad técnica no puede ser pensada como un automatismo de adaptación socialmente inevitable sino más bien como un proceso densamente cargado de ambigüedades y contradicciones, de avances y retrocesos, un complejo conjunto de filtros y membranas que regulan selectivamente la multiplicidad de interacciones entre los viejos y los nuevos modos de habitar el mundo. De hecho, la propia presión tecnológica está suscitando la necesidad de encontrar y desarrollar otras racionalidades, otros ritmos de vida y de relaciones tanto con los objetos como con las personas. (MartínBarbero, De los medios a las mediaciones 13; 3.ª ed.)
Desde el punto de vista político, el trabajo de la autora aporta una contribución relevante para la comprensión de los procesos de apropiación desobedientes y que elude las simplificaciones ideológicas de los discursos anticapitalistas, y apunta a reconstruir el tejido local de formas alternativas de usar y pensar la tecnología desde necesidades y significaciones distintas a la racionalidad científicatécnica de las formas dominantes del capital:
Estas prácticas de apropiación desobedientes entran a cuestionar la idea de una tecnología hermética característica de un escenario regido por las lógicas hegemónicas del crecimiento, el desarrollo y el progreso de la máquina capitalista neoliberal. Es así como la emergencia de la noción de contrahegemonía en respuesta a este escenario no es gratuita, pues entra a nombrar la apertura de grietas en dichas lógicas hegemónicas que, impulsadas por las apropiaciones de las tecnologías que las comunidades realizan, proponen modos alternativos de pensar desde lo comunal dichas tecnologías, como un entramado y tejido que soporta la existencia, constituyéndose en posibilidades de transformación y ruptura de los modos normalizados de ser y estar en el mundo. (268)
Por último, otro mérito del trabajo de la autora es poner en evidencia que la incorporación de cualquier tecnología en la vida social y productiva de una comunidad ha estado siempre mediada por las representaciones sociales que cada grupo o segmento social ha construido históricamente con otras tecnologías a partir de una apropiación muy desigual de sus posibilidades. Por lo tanto, cualquier proceso de apropiación de nuevos artefactos es inevitablemente resignificado por otras formas de socialización tecnológica previas y características de los modos de subsistencia en las comunidades, que establecen funciones, sentidos y prescripciones sobre su utilidad y trascendencia a nivel individual, familiar y social, contradictorias con las previstas en el diseño de los artefactos, en las políticas de innovación tecnológica y en los protocolos de asistencia a los colectivos y comunidades.