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Cara a cara con El Chicle: un lobo con piel de cordero, por Patricia Alcaraz
CARA A CARA CON EL CHICLE: UN LOBO CON PIEL DE CORDERO Condenado a prisión permanente revisable por el asesinato de Diana Quer
(*) Por la doctora Patricia Alcaraz
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El Chicle, agazapado, silente, escondido detrás de un monitor de televisión se mantiene impertérrito en el juicio ante los argumentos que se vierten en su contra, ante las rotundas pruebas que demuestran que sabe lo que hizo y que sabe de su maldad; es decir, con una habilidad volitiva y cognitiva conservada. Mirada esquiva y ausente.
Ausencia de empatía
Tal y como se ha probado, no muestra sufrimiento ni arrepentimiento, hecho compatible con haber estado llevando una vida normal durante los 496 días en los que sabía dónde estaba Diana, conociendo que había tres víctimas más sufriendo lo que, él mismo como padre, podía haber llegado a comprender. Ello
nos conduce a la conclusión de una falta de empatía, a una falta de “ponerse en el lugar del otro”, de un absoluto desprecio por la vida humana y por el sufrimiento ajeno.
Si una persona en plenitud de facultades mentales agrede sexualmente, hace sufrir intensamente, mata, esconde el cuerpo y es capaz de vivir de forma normal, obviamente no estamos ante un sujeto arrepentido, estamos nuevamente ante un monstruo sin valores y con un absoluto desprecio por la vida ajena. Víctimas Un monstruo con apariencia frágil, un lobo con piel de cordero, descripción que en este caso se ajusta perfectamente a la persona enjuiciada, que he tenido oportunidad de observar a corta distancia. En este juicio se estimaron 4
víctimas: una víctima mortal y 3 víctimas que he va
lorado personalmente. Tres víctimas que sufren la terrible pérdida precedida de los 496 días de agónica espera, de inconmensurable sufrimiento, de un daño emocional que se ha ido gestando y aferrando a lo más profundo de su ser, y que en este momento tiene La forense Patricia Alcaraz, autora del artículo
José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, durante el juicio por el asesinato de Diana Quer

La doctora Alcaraz prestando testimonio en el juicio del asesinato de Diana Quer. Foto El Cierre Digital

una gran dimensión, siendo su único consuelo la búsqueda de la Justicia y evitar que vuelva a haber más víctimas inocentes.
Cuando se acaben definitivamente los últimos trámites del proceso judicial (por los recursos), se baje el telón y se apaguen los focos, quedará, de hecho ya ha quedado, su dolor más profundo en la soledad de sus días. Para nosotros será algo que ocurrió; para las tres víctimas, su condena en vida, la añoranza de su hija y la imposibilidad de asumir el hecho de su asesinato.
Prisión permanente revisable
Unos hechos desproporcionadamente grandes para una sala pequeña. La magnitud de lo sucedido no se ajustó a la sala en la que se juzgó y sin embargo se hizo justicia. José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, fue condenado a prisión permanente revisable por el asesinato de Diana Quer. Ese era el deseo de todos los que intervenimos en el juicio intentando transmitir la realidad de lo sucedido y de sus consecuencias al jurado popular y al juez.
En estos casos no cabe duda de que hay que proteger a la sociedad de este tipo de depredadores; hay que evitar nuevas víctimas inocentes, siendo la prisión permanente revisable la única medida útil de todo el elenco existente en nuestro actual cuerpo legislativo.
(*) Patricia Alcaraz Torres es doctora especialista en medicina legal/forense. Colabora como analista en la materia en medios de comunicación. Fue perito forense en el caso Diana Quer