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CHILE: Isabelina, la primera variedad de mandarina sin semilla chilena que busca conquistar EE.UU.

Impulsores de la nueva variedad de mandarina en la U. Católica destacan que está pensada para quienes quieran seguir plantando cítricos pese a la sequía. “Es una mandarina de cosecha temprana y se planta sin mallas, lo que reduce el costo de inversión”, explican.

Un color naranja intenso, de cosecha temprana, fácil de pelear y, lo mejor, sin semillas. Estas son algunas de las características con las que describe Johanna Mártiz, investigadora del Programa de Mejoramiento Genético de Cítricos de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica (UC) a Isabelina, una nueva variedad de mandarina y la primera sin semilla de Chile con la que apuesta por conquistar el mercado estadounidense.

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Su nombre, Isabelina, se debe en honor a la abuela de Mártiz, María Isabel, y a su hija Antonia Isabel. “El nombre de la variedad es por estas dos grandes mujeres que marcan mi vida”, comenta. Isabelina se enmarca en el proyecto “Obtención y desarrollo de nuevas variedades de mandarinas y limones sin semillas –low seed y seedless– para mejorar la competitividad de la industria citrícola chilena”. Este es apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Viveros Deliplant y Agricom.

Mártiz destaca que la nueva variedad de mandarina será muy atractiva para los productores del norte que quieran seguir plantando cítricos. “Es una mandarina de cosecha temprana y se planta sin mallas, lo que reduce el costo de inversión considerablemente”, agrega.

No obstante, añade, que la nueva variedad de mandarina también es una solución a quienes buscan plantar más al sur, pese a los riesgos de bajas temperaturas.

«Considerando que el cambio climático nos ha obligado a buscar nuevas zonas de plantación que tengan disponibilidad de agua, esta variedad podría ser una opción en zonas de la sexta y séptima región. Si bien podríamos contar con agua de riego, existe un mayor riesgo de heladas», explica Mártiz. «Al ser una variedad tempranera, puedes cosecharla antes de que se produzcan estos eventos climáticos». Por ello, señala, les gustaría verla plantada en la Región del Maule, lo que era impensado hace cuatro, cinco años atrás por el clima de la región.

15 A Os De Trabajo

El proceso de mejoramiento de cítricos no es sencillo, ya que para llegar a Isabelina fueron 15 años de trabajo. Mártiz indica: “El programa empezó en 2007, con 10.000 plantas y después de cinco años llegamos a tener 400 plantas, en donde comenzamos a visualizar la nueva variedad. Isabelina proviene de Oronules, que es la variedad madre, que se obtuvo por el proceso de irradiación, y que presentó características sobresalientes en cuanto la ausencia de semillas, que fue la principal característica que buscábamos”. Así, el primer paso fue elegir el material vegetal que se comenzaría a mejorar. “Una decisión que tomamos en conjunto con las empresas que participaron de la primera parte del programa. Luego se irradió el material vegetal, se hicieron las plantas y estableció el bloque de evaluación. Tuvimos que cortar toda la fruta de cada árbol por tres años, para ver si tenía o no semillas”, señala la especialista.

Isabelina, bajo polini- zación forzada (polinización manual con po- len fértil de W. Murcott), tiene un máximo de 0,5 semillas promedio por fruto, mientras que su «mamá» Oronules llega a 5 semillas promedio por fruto, con un máximo de 30 en las mismas condiciones.

“Podemos asegurar que esta es la máxima contaminación con semillas que puede tener, lo que es altamente competitivo y también un gran éxito para nuestro programa de mejoramiento”, afirma Mártiz.

Por la naturaleza de la nueva variedad de mandarina, no es necesario usar mallas para protegerla de otros cítricos cercanos para evitar la polinización cruzada.

“Una mandarina común requiere estar distanciada al menos 5 km de otro cítrico compatible para no ser polinizada. Por ejemplo, si mi vecino tiene una plantación de una mandarina como W. Murcott o limones, mis clementinas van a ser polinizadas y aparecerán con semillas. Con Isabelina ese riesgo se reduce considerablemente a pesar de las plantaciones vecinas y no se utilizarán mallas», detalla la especialista. EL CAMINO A EE.UU.

EE.UU. se ubica como el principal destino que llegan más del 90 % de las exportaciones de cítricos chilenos. Desde el Programa de Mejoramiento Genético de Cítricos buscan reconquistar ese mercado con una fruta de calidad y sin semillas que destaque sobre otros orígenes como Perú y Sudáfrica.

El mercado de EE.UU. exige que la fruta sea sin semillas. “Por lo tanto, crear la primera variedad de clementina sin semillas de Chile fue nuestra principal motivación. Otro atributo de la fruta es que es tempranera, se cosecha la última semana de abril. Esto nos permite llegar antes a ese mercado y competir con mejor condición y calidad con la fruta de otros destinos como Perú y Sudáfrica”.

Para llegar a EE. UU., Isabelina ha tenido que pasar por varias etapas como ser parte del registro de variedades protegidas del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Lo anterior permitió iniciar el proceso para establecer los primeros huertos semi comerciales de Isa- belina. «Estamos comenzando con la multiplicación, por lo que esperamos en 2024 tener las primeras plantas comerciales para su venta», comenta Mártiz.

Deliplant es el vivero que está encargado de la propagación de las plantas. “Buscamos beneficiar a los productores chilenos, a los que quieran tener la variedad. Obviamente pagando el royalty, pero no cerrando la variedad a un grupo de empresas, ya que Isabelina es una variedad que creamos para Chile”, dice la investigadora de la UC.

COSECHA Y POSCOSECHA: LA APUESTA POR EL CALIBRE

Isabelina actualmente cuenta con un solo huerto ubicado en Naltagua, Región Metropolitana. “La variedad se ha comportado muy bien porque mantiene las características de su madre (Oronules) qué consiste en tener un color maravilloso, naranjo intenso. Estamos muy contentos porque la fruta presenta un buen calibre. Uno de nuestros grandes miedos consistía que al ser una mandarina tempranera tuviera un calibre chico, y eso no fue así”, dice Mártiz.

Debido al buen calibre, la investigadora prevé que la productividad por hectárea se ubicará en torno a las 40 toneladas por hectárea. En cuanto a la cosecha, Isabelina presenta una relación sólidos solubles/acidez óptima a fines de abril en la zona central.

En poscosecha la nueva variedad de mandarina también ha tenido un buen comportamiento. “Hemos guardado fruta en frío y responde bien en guarda. Por lo tanto, es una variedad que se puede exportar”, añade Mártiz.

Fuente: Redagricola

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