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Esta semana el Pleno del Congreso acogió el debate y aprobación de una Proposición no de Ley del Grupo Parlamentario Socialista sobre la soledad no deseada en entornos rurales y de baja densidad de población. Un asunto más que importante que llevamos al Congreso, que es donde se tienen que trasladar los problemas fundamentales de nuestra sociedad y así ofrecer soluciones.

Una iniciativa con la que los y las socialistas queremos poner de manifiesto una realidad, una problemática que debemos abordar de una manera diligente implicando a las administraciones de una manera global y de forma consensuada. Porque este es el arte de la política: dialogar, negociar, consensuar y sobre todo, en temas tan importantes y urgentes.

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La soledad no deseada en entornos rurales tiene nombres y apellidos. Son nuestros vecinos y vecinas, y debemos expresarlo sin tapujos. Son aquellas personas que por diversas razones, en la actualidad no tienen una familia cercana a la que recurrir, son aquellas personas que no tienen a nadie que se preocupe por ellas o que las ayude ante cualquier dificultad. Todo ello sumado a las dificultades que entraña vivir en un entorno rural hacen que este problema adquiera una dimensión más preocupante.

Soy alcaldesa de Alcolea de Cinca, un pequeño municipio de la provincia de Huesca, y no puedo olvidar los peores momentos de la pandemia del Covid19, cuando pusimos todo nuestro empeño en gestionar aquellos momentos críticos en los que salieron a la luz muchas necesidades y soledades, no solo de personas mayores, sino de colectivos vulnerables, personas con discapacidad o simplemente personas que no estaban preparadas para estar solas. Lo intentamos resolver de la mejor manera, por el camino de la unidad. Un concepto fundamental en nuestros pueblos porque con ella pusimos por delante la dignidad de nuestros vecinos y vecinas.

Desde el Grupo Parlamentario Socialista, con esta iniciativa, seguimos impulsando y apostando por el progreso, como siempre lo hemos hecho durante nuestra historia de gobiernos socialistas. Siempre poniendo en pie y desarrollando los grandes avances en este país en materia de cuidados, como fue la Ley de Dependencia de Zapatero, cuarto pilar del Estado del bienestar.

Son nuestras políticas socialistas, progresistas, socialdemócratas, las que permiten desde el Gobierno central, liderado por Pedro Sánchez, seguir dando respuestas y soluciones a los problemas reales de la sociedad actual.

Es por ello que necesitamos seguir avanzando, generando instrumentos y herramientas que lo hagan posible. Apostando por una estrategia nacional integral prioritaria, y siempre juntos y unidos. Para que nadie esté solo y nadie se sienta solo. Apostando, en definitiva, por la política de lo humano.

Esta semana se ha convalidado en el Congreso el Real Decreto Ley que prorroga la excepción ibérica, un mecanismo que es un verdadero caso de éxito para nuestro país.

Hace menos de un año que entró en vigor, y en este tiempo se ha convertido en la red de seguridad que ha servido para protegernos de los momentos más difíciles que ha vivido Europa en relación con los precios de la energía.

Los beneficios de este mecanismo son claros e indiscutibles. Para todos menos para el PP, que en su obcecación lo sigue llamando “timo ibérico”. Pero la realidad es que ha supuesto que los hogares españoles hayan podido ahorrar ya más de 5.100 millones de euros. Un caso de éxito total que ha hecho que muchos otros países europeos hayan solicitado implementar mecanismos similares.

Todo esto ha sido posible únicamente por el buen hacer del Gobierno de España, con el presidente Pedro Sánchez y la ministra Teresa Ribera siendo referentes en política energética en Europa.

España ha hecho virar la austeridad aplicada para afrontar la crisis de hace poco más de una década, hacia una etapa de políticas públicas de impulso de la inversión, del bienestar social, de la protección de la ciudadanía.

Lo hizo promoviendo la respuesta conjunta a la pandemia. Lo hizo promoviendo los fondos de recuperación. Y lo sigue haciendo al proponer una reforma del mercado eléctrico que nos prepare para la transición energética.

La solución ibérica es cada vez más el éxito ibérico. El liderazgo de España es cada vez menos una excepción ibérica y se ha convertido ya en la norma.

C Sar Ramos

Garantizar que los jóvenes de nuestro país puedan poner en marcha su proyecto de vida porque tengan acceso a una vivienda digna, es uno de los objetivos de la nueva ley de vivienda y de las políticas que lleva tiempo poniendo en marcha este Gobierno.

El nuevo paradigma económico que afecta a todos los sectores nos está enseñando que la falta de regulación hace que pierdan los de siempre, los más débiles, y en materia de vivienda este aspecto es una muestra más.

¿Nos podemos permitir como país que los precios del alquiler suban sin parar en determinadas zonas sin que facilitemos herramientas a Comunidades Autónomas y Ayuntamientos para que puedan actuar? Defendemos una regulación adecuada y justa que ponga frenos a los desajustes del mercado, que son muchos, pero permitiendo que el mercado siga funcionando de una forma equilibrada, y es lo que se plasma en la Ley de Vivienda. Diferenciamos entre los grandes tenedores que están especulando brutalmente con un derecho que aparece recogido en la Constitución, respecto a aquellos pequeños propietarios que con el esfuerzo de su trabajo disponen de varias viviendas.

No permitimos que el PP intente darnos lecciones; es el mismo partido que rescató a bancos abandonando a las familias, el mismo que vendió viviendas sociales a fondos buitre, algo que ya no van a poder volver a hacer gracias a esta ley, que prohíbe la venta de vivienda pública a fondos de inversión.

Ese PP que en sus últimos presupuestos destinaba a políticas de vivienda 475 millones frente a los más de 3.400 de los presupuestos del Gobierno socialista. Esto explica su oposición a esta ley, siguen defendiendo que unos pocos sigan haciendo caja a costa de la gran mayoría.

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