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Del Sacapezoneras Automático al Control de punto de Ordeño
ING. GUILLERMO AGUIRRE Equipo técnico de DeLaval +54 9 11 6866-2190 guillermo.aguirre@delaval.com
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En algunos aspectos nos quedamos atrás
Los productores destacan por su sentido crítico a la hora de seleccionar e implementar nuevas tecnologías. Nuestra lechería no ha experimentado el mismo ritmo de implementación de tecnología de ordeño visto en países de lechería desarrollada. Sin embargo, la evidencia empírica lo justifica ya que esa diferencia no ha sido determinante en la evolución continua de la eficiencia de producción.
Sin embargo, en la última década se ha visto una incorporación masiva de dispositivos de extracción automática de pezoneras al punto de que no hay una marca de equipo de ordeño comercializada en el mercado local que no posea al menos una opción de automatización de la unidad de ordeño.
La incorporación de tecnología suele comportarse de esa forma: no gradual, pasando a muy rápida una vez que los productores la consideran probada, eficaz y necesaria.
La extracción automática de pezoneras no es la simple eliminación de un paso de la rutina, sino que hace posible que cada hombre pueda aumentar su capacidad de trabajo significativamente, atendiendo mayor cantidad de unidades.
Ahora se va más rápido
Varios factores actuando en conjunto han desencadenado el rápido proceso de adopción de la extracción automática de pezoneras y que podemos encuadrar dentro de la mano de obra, la vaca y el equipamiento; lo que habla de la cantidad de efectos positivos y las ventajas que su implementación conlleva.
Los primeros retiradores automáticos, si bien se encontraban probados en otros países, tenían una relación costo beneficio que no conformaba las expectativas del mercado. En esas épocas las producciones promedio de los tambos tecnificados se mantenían por debajo de los 25 litros por vaca y las rutinas de ordeño eran simples y de pocos pasos, la cantidad de unidades de ordeño por ordeñador raramente superaba las 6 bajadas. Bajo estas condiciones, difícilmente los dispositivos automáticos podían competir con la velocidad de detección y extracción de unidades de un ordeñador y si bien →

éste carecía de la precisión de un dispositivo automático, el ordeño lo hacía sensiblemente más rápido manualmente que con automatización. Era notable en las pocas salas de ordeño automatizadas de esas épocas como los ordeñadores efectuaban el retiro manual mucho antes que el dispositivo, salteando los pasos de espera necesarios en el equipo automático.
Al igual que la adopción de tecnología, las producciones se mantuvieron en esos niveles durante muchos años, incluso en establecimientos que buscaban llegar a promedios de 30 lts/vaca.día sin éxito. Se produjeron cambios importantes y las producciones se incrementaron a niveles ampliamente superiores a ese umbral. Los cambios que se implementaron en los sistemas de producción fueron muchos y llevó a que se revisaran las tecnologías que podían acompañar y facilitar los procesos necesarios para lograr esos resultados.
Aparecieron nuevas necesidades
Así aparece la necesidad de implementar rutinas de ordeño con más pasos (para maximizar el estímulo y reducir los riesgos de mastitis en animales de mayores requerimientos) y también de aumentar la cantidad de unidades manejadas por hombre (debido a la necesidad de aumentar la cantidad vacas ordeñadas por hora y por hora/hombre). Estas dos necesidades se contraponen en sus efectos y se hace necesario no solo automatizar pasos de la rutina para liberar tiempo, sino también reducir la atención del ordeñador para detectar el punto final de ordeño. Esto último no es menor ya que implica más desplazamientos en la fosa y obliga al personal a mantenerse alerta para cumplir con la extracción de las unidades en el momento justo.
Los principales beneficios
La extracción automática de pezoneras entonces no fundamenta sus beneficios en la simple eliminación de un paso de la rutina, sino en hacer posible que cada hombre pueda aumentar su capacidad de trabajo significativamente, atendiendo mayor cantidad de unidades, sin aumentar, e incluso reduciendo sensiblemente, los riesgos de afectar la salud y capacidad productiva de los animales.
Los extractores automáticos de pezoneras han evolucionado hacia sistemas de alta confiabilidad y precisión con un costo conveniente para el productor. Paralelamente han aumentado sus prestaciones hasta llegar a ser verdaderos Controles de Punto de Ordeño que pueden medir con precisión la producción de leche individual, los flujos de leche, flujos de aire,

detectar sangre y medir la conductividad eléctrica y, principalmente, conectarse a los sistemas de gerenciamiento automático que, asociados a la identificación automática de animales, pueden procesar los datos capturados permitiendo una alta precisión en el manejo de la salud, la alimentación y la reproducción de los animales.
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