madrileño ubicado en un edificio señorial de 1887. CUESTIÓN DE GENES. En el imponente Palazzo Kramer de Brera, Milán, tiene su casa el empresario Filippo

CUESTIÓN DE GENES

En la elegante ubicación del Palazzo Kramer en Brera, Milán, el empresario Filippo Cirulli tiene su casa, un apartamento con bellas piezas de su familia. Sus interiores son como un melting pot en constante ebullición y estimulante cambio.

FOTOS: FRANCESCO DOLFO/LIVING INSIDE. TEXTO: SARA DAL ZOTTO. ADAPTACIÓN TEXTO: MIRIAM ALCAIRE.

El gusto por las piezas vintage, especialmente las de mediados del siglo XX, son seña de identidad decorativa. Un ejemplo en el salón: al fondo, banco y consola contemporáneos creados por el propietario. A la derecha de la puerta, adornada con una pequeña pintura al óleo del artista Rudy Cremonini, luce una pieza francesa icónica de los 70, un aparador del diseñador Jean Claude Mahey. El mueble se compró en la Galerie Glustin Saint Ouen, París.

OBR AS DE ARTE H EREDADAS , PI EZ AS DE DIS EÑO, CER Á M ICA M I NG: TODO CABE EN EST A REFI NADA M EZCL A

Escolta la entrada a un segundo salón, una doble pareja de peanas de mármol, fabricadas por Federico Sigali, que sirven de soporte a jarrones Ming traídos de Nueva York. El orden y la duplicidad son las claves estéticas, imponiéndose la línea recta, rota apenas por el diseño ovalado de la silla con estructura tubular a la que da luz una lámpara de los Eames. El sofá Saratogaes el centro de este espacio y del contiguo. Se trata de una pieza de los 70 diseñada por Massimo & Lella Vignelli para la firma Poltronova. La original mesita-bar es creación de Paul Michel, adquirida en la Galería Glustin Saint Ouen, de París. Entre los balcones, boceto en tonos azules y verdes de Bruno Munari realizado para una escenografía teatral.

La sala de la chimenea replica el mismo esquema de amueblamiento, con piezas muy especiales que protagonizan los ambientes. Es el caso de la mesa de centro o la lámpara de pie, ambas creadas por Jean Claude Mahey y adquiridas en la Galería Glustin Saint Oue, de París. También la butaca blanca, un modelo del diseño setentero con estructura tubular. El telón perfecto que los hace brillar es la paleta cromática en tonos neutros, solo rota por el colorista cuadro de Paolo Manazza y la pieza de Calder que cuelga del techo.

a planta de este apartamento tan cool recuerda las de las clásicas viviendas milanesas de principios de 1900, una distribución que se abre a los lados de un largo pasillo con numerosas habitaciones pequeñas: “Este tipo de trazado choca claramente con la tendencia actual de los espacios abiertos, que no me gustan personalmente”, subraya su dueño, el empresario y creativo Filippo Cirulli. Esto explica por qué decidió mantener la estructura original, cuando se mudó a la que se convertiría en su residencia, hace ya ocho años. Entonces, tal como él mismo cuenta, era un joven recién graduado en la universidad y buscaba un hogar que marcara la transición de la fase estudiantil a una más madura. Nada tuvo de flechazo a primera vista, el enamoramiento llegó a medida que iba conociendo el potencial de la casa y ésta se llenaba de retazos de su personalidad.

La caja es espléndida, amplia, luminosa, con paredes ornamentadas de molduras y suelos pétreos continuos que combinan cenefas lisas y grandes superficies moteadas. En los interiores reina el orden, el desahogo, la línea recta, la elegancia. Pero también la mezcla, el movimiento. Para el propietario, la puesta en escena ha sido un proceso de cambio continuo, constante y estimulante, y la decoración plasma “el deseo de percibir todo aquello que me gusta como mío”. Así, su pasión por los muebles vintage, especialmente de los años 70, está muy presente en la decoración. Mesas, sofás, butacas, aparadores de diseño italiano y francés de esa década, de las posteriores y anteriores, conviven con otras que ha diseñado él mismo. Ama las piezas únicas, cada una por separado tiene su razón de ser en la composición estética, y en su búsqueda Filippo se ha empleado a fondo. Las principales fuentes de su investigación son las casas de subastas, galerías de arte, mercados de brocantes y antigüedades... Y si el apartamento tiene mucho de él como persona y creativo, también está muy conectado a su familia. Las obras de arte que se exhiben en las paredes, sobre los muebles o coronando los marcos de las puertas, son casi en su totalidad del Archivo Massimo & Sonia Cirulli, la colección de los tíos de Filippo representa el mayor archivo privado de arte italiano del siglo XX. Un lienzo en la sala de estar, que recuerda la casa de campo familiar en las colinas boloñesas donde pasó gran parte de su infancia, es su favorito. “La posesión de la belleza es la única manera de llevar la paz a mi alma inquieta y el deseo de percibir lo que me gusta como mío”, concluye. El lugar donde vive el diseñador Filippo Cirulli va sobrado de aquella. •

FILIPPO CIRULLI CREADOR DE TENDENCIAS

Diseñador de zapatos y dueño de la firma de calzado Edhèn Milano, junto a su socio Filippo Fiora, Cirulli es todo un influencerdel estilo masculino italiano. Lo da a conocer en el blog The Three F, del que ambos Filippos son autores. Su filosofía creativa, en cuanto a zapatos se refiere, reivindica un lookcontemporáneo y el respeto hacia las tradiciones artesanas. ¿Y en los interiores de una casa, qué claves son las que funcionan? “En mi opinión, no hay un objetivo final. Es un proceso de cambio continuo, un entorno flexible que se transforma al ritmo la vida y la estética de su inquilino”.

Asientos de los 70 y 50 componen zonas de estar bien diferenciadas en el salón. A la izquierda, el sofá Saratoga, de estructura geométrica, se acompaña de una mesa de centro con la inconfundible impronta de Jean Claude Mahey. A los lados de la puerta, al fondo, gorgonas de Positano completan un delicioso atrezo. La butacas verdes son típicas de los fifties. En cuanto al espejo, se trata de una pieza retro rescatada del Mercado de las Pulgas, en París.

Amueblado con un moderno gueridón de mármol, diseño del propietario -como la lámpara suspendida-, el pasillo desemboca en un comedor de escenografía teatral. El motivo en cuadrícula pintado en la pared, a juego con las cortinas, dinamiza el espacio y parece ensancharlo visualmente. En el centro, mesa con sobre de cristal, de los años 80, y sillas tapizadas con tela de Dedar, cuyos filos y patas doradas armonizan con los marcos de los espejos Hollywood Regency.

“ LOS MU EBLES PROCEDEN DE M I BÚSQ U EDA IM PAR ABLE EN SU BAST AS , BROCANTES Y GALERÍ AS ON LI N E”

Con un look clásico actualizado, el dormitorio es amplio, luminoso y relajante. A ello contribuye la gama de colores que lo visten -gris, marrón y alguna pincelada de azul turquesa- y la elección de un mobiliario poco voluminoso. Las paredes se han enmarcado con filos y molduras blancos, reinventando la estética de las casas nobles del siglo XIX. Hay escasos muebles, aunque bien elegidos, que combinan madera y metal. De este material es el sencillo cabecero y piecero de la cama, así como el banco, ideado por Filippo Cirulli. En una preciosa madera oscura están construidas las mesillas y las sillas venecianas. Entre las ventanas, se exhibe una colección de grabados italianos que reproducen los diferentes tipos de vestimenta utilizada durante el Renacimiento.

CERRAR EL CÍRCULO

En Basilea, donde hace un siglo se construyó una cochera con un establo, ahora se levanta la casa del arquitecto Andreas Bründler, autor de un proyecto que demuestra su virtuosismo al trabajar con la luz, el espacio y los materiales.

Metamorfosis. Hace años era una cochera con sala de carruajes, establo y depósito de heno. Ahora, un brillante proyecto arquitectónico la ha convertido en una casa cuyo núcleo es una gran estancia a modo de atrio interior, que integra el salón, el comedor, la cocina y una zona de lectura. Una nueva estructura de hormigón, elementos de madera y aberturas para potenciar la luz son la clave para una vivienda soñada.

Un oasis en la urbe. El aguilón semicircular de madera que coronaba la vieja construcción y el amplio jardín con magnolios y una secuoya, entre otras cosas, cautivaron a los nuevos propietarios, quienes decidieron comprarla y transformarla en su vivienda, ahora una casa de tres alturas. De ella conservaron la fachada original de ladrillo y piedra.

O

da al círculo” es una frase que podría resumir este asombroso proyecto arquitectónico. Los guiños a esta figura geométrica son una constante en esta casa en la que, desde la pasada primavera, habitan el arquitecto Andreas Bründler, su esposa Sandra y sus dos hijos. El semicírculo de madera que decora el techo a dos aguas de este edificio -una cochera construida en 1889 y que sirvió a una villa que ya no existe-, fue uno de los elementos que enamoraron a Andreas y Sandra cuando lo vieron por primera vez en 2018. Y por eso, al realizar el proyecto, el arquitecto puso ventanas redondas, arcos y aberturas circulares, como un nexo emocional con el pasado. “Esta forma geométrica armoniosa, que rompe con la ortogonalidad, nos permitió crear un vínculo entre lo existente y lo nuevo”, nos cuenta Andreas.

Fundador del estudio suizo Buchner Bründler Architekten, se enfrentó a un reto mayúsculo para transformar la vieja cochera, que no había sido construida para ser habitada y carecía de luz natural, en una vivienda contemporánea para su familia. Su intención de respetar y poner en valor la historia y el carácter auténtico del espacio aumentó el desafío. Por eso, se mantuvieron la fachada, una pared de piedra caliza y las vigas originales de la planta baja. Se eliminaron todos los tabiques y se realizó una gran estructura vertical de hormigón en el interior, como una casa dentro de otra. Esto permitió crear un amplio atrio interior que recibe luz desde los ventanales y el lucernario. En la planta baja, un gran espacio abierto integra salón, comedor y cocina. Desde éste se aprecian las tres alturas bañadas por la luz. Diferentes tipos de apertura: ventanas pivotantes y abatibles, puertas correderas y otras, potencian la luz y conectan visualmente el interior de la casa con el jardín exterior. Así como la luz juega un papel fundamental, también los materiales elegidos son clave para la atmósfera que Bründler ha querido conseguir. Las puertas y ventanas son de roble, pero abedul fue la madera elegida para los revestimientos de las paredes divisorias y los techos. Los suelos de hormigón blanco fueron lijados hasta conseguir un precioso efecto terrazzo y las paredes son de yeso beis. El resultado es deslumbrante. “Me encanta el flow que se produce bajo el atrio interior en el salón y la manera en que el espacio se abre verticalmente hacia la luz”, nos dice. Para él, lo que da el alma a la casa es “el diálogo y la interacción entre lo antiguo y lo nuevo, la composición de los materiales de construcción tradicionales con pátina y la precisión de la estructura de hormigón”. Obras de arte contemporáneo y muebles clásicos del s. XX, coleccionados por Andreas y Sandra, se combinan con elementos diseñados por en un proyecto redondo. • él mismo

ANDREAS Y SANDRA BRÜNDLER NUEVA VIDA

Desde hace un año, Andreas y Sandra, diseñadora de moda, disfrutan de la casa tras la compleja reforma. Él está habituado a los retos difíciles desde Buchner Bründler Architekten, el estudio en Basilea que fundó en 1997 junto a Daniel Buchner. Han recibido premios y firmado aplaudidos proyectos, como la Loft House en Basilea , y el pabellón suizo para la Expo Universal de Shanghái, entre otros. bbarc.ch

Arte y diseño. Junto a la pared, obra de Thomas Hauri. La escultura de bronce es de Adolf Glatt. Sofá Naviglio, de Umberto Asnago para Arflex. Mesa de centro Kono, diseñada por Lella y Massimo Vignelli y editada por Casigliani en 1983. Sobre ella, Menorah en hierro y piedra de David Palombo. A la derecha, butaca Diz del brasileño Sergio Rodrigues.

Comedor con vistas. Junto a los ventanales que dan al jardín, la mesa de castaño es un diseño a medida de Buchner Bründler Architekten. La rodean sillas Shanghai,de teca, de INCHfurniture. La lámpara Arco, de Achille y Pier Giacomo Castiglioni para Flos. La obra fotográfica junto a la pared es de Daniel Gustav Kramer.

Zonas integradas. Siguiendo con el juego sinuoso, la intersección entre las dos partes que había en el edificio antiguo está marcada por paredes curvas salientes. Después del comedor está la cocina abierta y, al fondo, una zona de estar con la mesita Loro,de INCHfurniture, y un jarrón de hormigón diseñado por Buchner Bründler.

SE BUSCÓ CONSEGUIR “UN CAR ÁCTER ÚNICO Y QUE SE REL ACIONAR A CON L A HISTORIA Y PERSONALIDAD EXISTENTES ”

Armonía absoluta. Gracias al uso de los mismos materiales en toda la casa. En la cocina abierta, la isla es de hormigón blanco y roble. Los electrodomésticos y el espacio de almacenamiento están escondidos detrás de paneles de roble macizo aceitado. Éstos ocultan también un vestidor y un baño para invitados. A la izquierda, dos butacas de piel PK22,de Paul Kjaerholm. El suelo de hormigón se lijó para crear un efecto terrazo. Zona de lectura. Está detrás de la cocina y recibe luz natural del lucernario. En una pared, una librería diseñada por Buchner Bründler, y en la otra, una obra de Fabian Marti, junto a la butaca Shanghai y la mesita Tuju, de INCHfurniture, y la lámpara Daphine, de Tommaso Cimini. Las dos obras colgadas junto a la escalera son del artista Florian Germann.

“LA LUZ ESELPRINCIPALMOTORDEL CONC E P T O ”

Brillante arquitectura. En esta zona de paso en la primera planta, entre los dormitorios de los niños, una par de anillas que penden de una viga invitan al juego. Un magnífico lucernario aporta luz natural a todas las alturas de la vivienda, conectadas por una escalera. Zona de trabajo. En la habitación de invitados, también en la primera planta, un escritorio de roble macizo se empotró junto a la ventana pivotante con vista al jardín (pág. izquierda).

Un juego infinito. Los círculos se repiten una y otra vez, creando una atractivo efecto visual. En la primera planta, en el baño de los niños, la abertura circular en el panel de abedul junto al lavabo, dialoga con la ventana pivotante de la zona de escritorio, y también con el hueco redondo que se ha abierto en la estructura de hormigón junto a la bañera (pág. derecha). Este último se abre hacia el atrio interior inundado de luz, iluminando este baño.

ABEDULCONVIVENENELBAÑO Y Ó N G LUZ ,HO R M I

Ver las estrellas. Una ventana triangular abierta en el techo muestra el cielo desde la cama Piure, de Christian Tanner, en el dormitorio principal, cuyas paredes y techo se revisten de abedul. En la zona de cabecero, otra de las ventanas redondas. Escultura de madera, de Michel Pfister, y obra de Bernd Ribbeck. Junto a la cama, un mandala de Lourdes Paiva y sillón de teca y ratán, de Arne Hovmand Olsen. “UNO DE MIS FAVORITOS ES EL DORMITORIO BAJO EL TECHO”

Zona privada. Una bañera exenta y una cabina de ducha, de hormigón, hacen del baño del dormitorio principal un lugar placentero, bañado por la luz natural gracias a la abertura lateral. Las paredes y el techo, revestidos de abedul, dan calidez. Guiño al pasado. En la planta superior, junto al dormitorio principal y su baño, se instaló una galería con dos comederos pertenecientes a los antiguos establos, ahora convertidos en lavabos en armonía con la estética de la casa.

“QUISE DESVEL AR Y ENRIQUECER L A BELLEZA DE LO VIEJO Y OLVIDADO”

FUEGO BLANCO

Esta casa ubicada en el lugar más privilegiado de París destila poesía. El diseñador e interiorista Damien Langlois-Meurinne ha logrado un refinamiento estético en clave contemporánea: todo en ella es equilibrio y ligereza.

El salón rinde homenaje a la línea curva: el sofá con TreviraAvalon, de la firma Sahco, y las butacas Drummond, de Plant, con tapicería Zak,de Nobilis, abrazan la mesa de centro Saturno, un diseño de Eric Schmitt. Sobrevuela el conjunto el chandelierLibellule,de Damien Langlois-Meurinne, editado por Pouenat. La fachada del edificio que aloja el apartamento es de mitad del siglo XVII.

Este tono del verde es el que se encuentra en los tapices del siglo XVII. Por eso, el interiorista quiso pintar de este color el vestíbulo. Entre las puertas que conducen al estar y al comedor, se ha querido destacar un jarrón de gres sobre pedestal firmado por Turi H. Pedersen, de la galería Mouvements Modernes, en París. La lámpara LostAngelses creación de Damien Langlois-Meurinne y fabricada por Pouenat.

DAMIEN LANGLOIS-MEURINNE EN ESTADO PURO

Uno de los más impor tantes interioristas en Francia, creador de muebles y espacios de “alta costura”, como él mismo define su trabajo. Ha diseñado colecciones de piezas para firmas como Zimmer + Rohde, Pouenat, Sé London... Su estilo se asienta en la sobriedad, la pureza, la elegancia atemporal y una difícil mezcla de sofisticación y sencillez.

Vivir a la sombra de la catedral parisina de Notre Dame, en la Isla de San Luis, es probablemente uno de los mejores sueños que pueden hacerse realidad. Así lo cree el diseñador e interiorista Damien Langlois-Meurinne, autor de la reforma de esta espectacular vivienda situada en un lugar único. El encargo de renovarla lo recibió de sus actuales propietarios, una pareja francesa de mediana edad, y tuvo la inmensa suerte de conocer el inmueble un día realmente mágico. “Fue después de una nevada. Todo era blanco y silencioso, recuerda Damien. Tenía la impresión de que estaba en otro lugar, como un castillo en el campo”. Quizás ese primer impacto explique el hecho de que los interiores parezcan una continuidad de aquel paisaje invernal, todo luz e inmensa claridad... Nada que ver con la decoración previa de la casa, cuyos anteriores dueños habían llenado de rojos y amarillos brillantes, telas en las paredes, muebles de época del siglo XVII y cortinas pesadas. Todo bastante convencional y sofocante, a decir de Damien. “Había una verdadera falta de vida”, subraya. Posteriormente, el piso aún cambió de manos, adquiriéndolo un promotor inmobiliario que instaló entreplantas en muchos espacios secundarios para rentabilizar los metros cuadrados. La sorpresa del interiorista fue que las autorizaciones solicitadas para restablecer las dimensiones originales de las estancias se rechazaron, por lo que tuvo que reinventarlas albergando en las que había la cocina, la sala de TV, los dormitorios de invitados... “Cada una es como una caja. Usé idéntico tratamiento en techos y paredes para crear la sensación cálida de un capullo... Y de esta forma, las habitaciones contiguas parecen mucho más majestuosas”, explica.

Esta sensación de grandiosidad queda reforzada por una puesta en escena pintada en colores suaves -crema, blanco, arena-. En los suelos, tarima, alfombras, moquetas y el maravilloso mármol Panda Blanco, añadiendo un toque teatral con sus expresivas venas negras que recuerdan trazos caligráficos. Esta paleta cromática crea una atmósfera tranquila, fresca y muy moderna. Porque ese ha sido el objetivo principal del interiorista: “Anclar este apartamento en el siglo XXI”. Para amueblarlo, Langlois-Meurinne solicitó ayuda a la consultoría de diseño y arte Aster, con quien ha desarrollado una colaboración regular en los últimos años. Los jóvenes fundadores hicieron una acertada selección de piezas contemporáneas, entre las que hay muchas firmadas por el propio Damien. “En el capítulo del arte aportan algo muy interesante: su capacidad para descubrir artistas prometedores, que no son necesariamente tan conocidos”. Nombres como Georges Rousse, Caroline Halley de Fontaines (o diseñadores como Joris Poggioli) dan forma a un contenido fascinante resultado de esta suma de esfuerzos... ¡Chapeau! •

Un gran ventanal inunda de luz el vestíbulo-distribuidor con un bellísimo suelo de mármol Panda White. Desde él se accede al generoso salón, dividido en varios ambientes. Una paleta casi monocromática decora la zona de la chimenea de mármol Calacatta Oro. Sobre la repisa, luce una escultura en cerámica de William Coggin, adquirida en la galería Scène Ouverte, y a cada lado se han dispuesto los apliques Melange Elongated, de Kelly Wearstler. Tanto la chimenea como el sofá, Above the Clouds, son diseños de Damien Langlois-Meurinne. El mueble lleva tapicería Robie, de Mark Alexander; disponible a través de The Invisible Collection.

DESTELLOS EN AZUL CREAN POTENTES PUNTOS FOCALES

Los muebles de madera caldean un escenario neutro, casi níveo. El suelo se ha enmoquetado con la alfombra Pluie,diseño del interiorista, como también lo son las mesitas de centro. Ponen chispazos de color las esculturas-bolas azules, cuyo autor es Tim Orr (1970); la pieza de vidrio es la obra de Kim Kototamalune llamada BourgeonII,de Maison Parisienne. Una obra en gran formato, Lambda, de Georges Rousse, se exhibe encima del aparador del fondo, sobre el que también se apoya la lámpara en alabastro Bob, de Eric Schmitt (2012).

Equilibrio y armonía mandan en el comedor, con mesa de mármol Delfi, diseño vintagede Carlo Scarpa (1968). Procede de la galería Gate 5, en Mónaco, y está adornada con un cuenco de cerámica, de Peter Lane, adquirido en Chahan Galerie. Las sillas llevan la firma del interiorista y tela Stella,de Nobilis. También de él es la alfombra Auray la lámpara Chandelles, fabricada por Pouenat. El modelo de sobremesa Frank, sobre la consola, es de Nicky Haslam. Dos obras de arte completan el atrezo: una escultura de Maarten Stuer, hallada en Aurélien Gendras, en el Mercado de las Pulgas de París, y un cuadro de Thomas Fougeirol .

Esta vista en perspectiva de los distintos espacios muestra el cambio de color de esta sala de estar respecto al salón del fondo. En primer término, la butaca Havana,de José Leite de Castro, tapizada con tela Avalon, de la firma Sahco. En la pared, destaca la obra fotográfica de Georges Rousse.

MADERA Y TEXTURAS AMABLES ENVUELVEN COCINA Y SAL A DE ESTAR

La caja en roble natural ofrece ultracalidez en la cocina. La encimera es de mármol Arabescato y las puertas, acabadas en bronce. En el suelo, taburete de cerámica firmado por Tim Orr y adquirido en Aurélien Gendras. El grifo de Graff pone el contrapunto a un fondo suave. Similar esquema cromático se repite en el estar, con mesitas negras, de Damien Langlois-Meurinne. Sobre ellas, cenicero Volcano, creación de Kostia, y plato BlackBotanica1, de Helle Damkjaer, en la galería Carole Decombe. Corinne Mercadier es autora de la impresión sobre Hahnemuhle que luce sobre la consola-escultura de Joris Poggioli.

El dormitorio principal es un remanso de paz avivado por notas brillantes, como la impresión montada en aluminio que decora la pared, de Caroline Halley des Fontaines, o las mesitas de latón creadas por Edouard de la Marque junto al sofá. De nombre Morning Sun, el asiento es un diseño de Langlois-Meurinne y se puede comprar a través de The Invisible Collection. Pone luz a ese rincón la lámpara Bedford, de Circa Lighting; otro modelo suspendido sobre la mesilla en cobre es el Sumatra V, de Alain Ellouz. El espacio que ocupa la cama se enmarcó con cabecero de papel de paja, de Nobilis. A los pies, un tocador decorado con la pequeña luminaria Night Cup, de Emmanuel Levet Stenne (galería Carole Decombe), y jarrón de Shizue Imai (galería Chahan).

EL SUELO OFRECE UN BELLO EFECTO PICTÓRICO QUE HIPNOTIZA

El bello veteado del mármol Panda Blanco dibuja elegantes formas en el suelo y en el lavabo, con armario de roble natural; también de este material es la “la piel” que recubre la bañera. La corona un dibujo a lápiz de Nicolas Moulin. Los grifos son de Graff. Junto a las cabinas de la ducha y del inodoro, mesita Stromboli,diseñada por Eric Schmitt, realizada en bronce pulido y con tapa de cristal de Bohemia.

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