PREMIO ANUAL DE BIOÉTICA 2016 - 1er PREMIO

PREMIO ANUAL DE BIOÉTICA 2016 FUNDACIÓN DR. JAIME ROCA 1er PREMIO ÉTICA DE LAS TÉCNICAS DE REEMPLAZO MITOCONDRIAL ¿Existe una Diferencia Moral Entre la Transferencia Pronuclear y la Transferencia del Huso Materno?

Dr. César Palacios Gonzalez

TABLA DE CONTENIDOS

RESUMEN

4

INTRODUCCIÓN

4

DESARROLLO

5

1. Mitocondrias, Enfermedades Mitocondriales y Técnicas de Reemplazo Mitocondrial

1.1 Técnicas de Reemplazo Mitocondrial

1.1.1 Transferencia Pronuclear

1.1.2 Transferencia del Huso Materno

1.1.3 Transferencias Indeseadas

1.2 ¿Qué Técnica de Remplazo Mitocondrial es

Moralmente Superior?

5

2. Modificaciones de Línea Germinal o de Línea Somática

9

7 7 8 8 8

3. Terapia o Creación

10

4. Destrucción de Embriones

12

CONCLUSIÓN

15

BIBLIOGRAFÍA

17

3

Resumen

entró en vigor (Human Fertilisation and Embryology Authority 2015). Al año siguiente el

Institute of Medicine of the National Academies

En el debate sobre la ética de las Técnicas Remplazo Mitocondrial un tema que no se ha abordado de manera substancial es si existe alguna diferencia moral significativa entre la Transferencia Pronuclear y la Transferencia del Huso Materno. En este artículo examino esta pregunta y él prosigue de la siguiente manera.

Introduzco el tema haciendo referencia a la reciente legalización de las Técnicas de Remplazo Mitocondrial en el Reino Unido.

Posteriormente, presento qué son las mitocondrias, las enfermedades mitocondriales y las Técnicas de Remplazo Mitocondrial. La primera pregunta que examino es si existe alguna diferencia moral entre la Transferencia Pronuclear y la Transferencia del Huso Materno visto desde la óptica de las modificaciones de línea somática y las de línea germinal.

La segunda cuestión que investigo es si existe una diferencia moral entre estas dos técnicas desde la óptica de los actos creacionales y los actos terapéuticos. Y por último si existe una diferencia moral entre estas técnicas desde la óptica de la destrucción de embriones humanos.

Concluyo este artículo explicando por qué es importante que, de acuerdo a estas tres preguntas, no exista una diferencia moral significativa entre la Transferencia Pronuclear y la Transferencia del Huso Materno.

(2016) de los Estados Unidos de América publicó sus propias recomendaciones respecto a las TRM.

La literatura acerca de la ética de las TRM ha crecido sustancialmente desde que este tema se comenzó a debatir en el Reino Unido. Hasta el momento, los temas que dominan la discusión son sobre: la identidad personal post-TRM (Wrigley, et al. 2015); la posibilidad de riesgos trans-generacionales a la salud post-TRM (Appleby 2015; Baylis 2013; Johnson 2013; Bredenoord et al. 2010; Rubenstein et al. 1995); el revelar, o no, que uno fue concebido por medio de las TRM (Appleby 2015; Harris 2015; de Melo-Martin 2017; Harris 2017; Palacios-González 2017); el estudio genealógico por medio del ADN mitocondrial (Baylis 2013; Palacios-González 2016); y la primera aplicación de las TRM en humanos (Bredenoord and Braude 2010).

Una cuestión que hasta ahora no se ha abordado de manera substancial es si existe una diferencia moralmente significativa entre la TPN y la THM. Algunas de las razones por las cuales no se ha abordado este tema es porque tanto en el Reino Unido como los Estados Unidos de América existe legislación permisiva respecto a las técnicas de fertilización asistida, el aborto, y la creación y destrucción de embriones humanos. En este artículo lo que haré es investigar si existe alguna diferencia moralmente significativa entre la TPN y la THM.

Introducción En febrero de 2015 el parlamento del Reino Unido aprobó, por medio de voto, legislación que permite a clínicas especializadas en medicina reproductiva que cuenten con una licencia especial el llevar a cabo Técnicas de Remplazo Mitocondrial (TRM), específicamente la Transferencia Pronuclear (TPN) y Transferencia del Huso Materno (THM) (Feltman 2015). Estas dos técnicas permitirán a mujeres con enfermedades del ADN mitocondrial tener hijos libres de dichas enfermedades. Este voto histórico sucedió después de una larga consulta pública por el Nuffield Council on Bioethics (2012), el Departamento de Salud del Reino Unido (UK Department of Health 2014a; 2014b) y la Human Fertilisation and Embryology Authority (Human Fertilisation and Embryology Authority 2013). El 29 de octubre de 2015 la regulación nombrada:

Hacer esta investigación es importante por dos razones. La primera es que, desde un punto de vista ético, cuando tenemos que elegir entre dos opciones, siendo todo lo demás igual, debemos optar por la que sea mejor moralmente. Esto quiere decir que si existen diferencias morales entre la THM y la TPN entonces debemos elegir aquella que sea mejor. La segunda razón para realizar esta investigación es para dilucidar si la oposición conservadora a amabas TRM está justificada, o si es el caso que los conservadores han emitido juicios morales sobre ambas TRM que en efecto sólo se le pueden aplicar a una de ellas (Newman 2013; Newman 2014; MacKellar 2014b; MacKellar 2014a).

The Human Fertilisation and Embryology (Mitochondrial Donation) Regulations 2015

4

(Taylor et al. 2001).

Este trabajo está dividido en cinco secciones.

En la primera sección expongo de manera breve qué son la mitocondrias, qué son la enfermedades mitocondriales y cuáles técnicas - la TPN y la THM- se han desarrollado recientemente para que mujeres con enfermedades del ADN mitocondrial puedan tener descendencia libre de dichas enfermedades. En la segunda sección, primero presento la postura que mantiene que sí existe una diferencia moral entre las modificaciones de línea somática y las modificaciones de línea germinal. Luego de hacer esto examino si la TPN y la THM son instancias de modificaciones de línea somática o si son modificaciones de línea germinal.

Que las mitocondrias sean sólo heredadas matrilinealmente significa que tanto hombres como mujeres ‘recibimos’ nuestras mitocondrias de nuestras madres y ellas a su vez de sus madres, y esto ha sucedido así desde que el hombre es hombre. Las mitocondrias paternas que podríamos heredar, aquellas que están presentes en el espermatozoide que fertiliza el óvulo, no son transmitidas a generaciones subsecuentes pues se destruyen momentos después de la fertilización (Zhou et al. 2016).

Ya que las mitocondrias son las principales responsables de generar la energía necesaria para que las células trabajen adecuadamente, no es de extrañarse que cuando ellas fallan nosotros nos enfermemos. Como caso análogo basta imaginar como funciona un juguete a baterías cuando estas están defectuosas. A los desordenes causados por una deficiencia en el funcionamiento de las mitocondrias se les han llamado enfermedades mitocondriales, y estas se pueden dividir en dos grandes grupos: i) aquellas que son causadas por problemas en los genes del núcleo celular y que afectan la función mitocondrial, y ii) aquellas que son causadas por problemas en los genes de las mitocondrias mismas (Nuffield Council on Bioethics 2012, vii).

Esto quiere decir que hay enfermedades mitocondriales que se originan en las mitocondrias mismas, podríamos llamarles mitocondrias con problemas intrínsecos; y enfermedades mitocondriales que se origina en el núcleo celular, es decir mitocondrias con problemas extrínsecos. En el presente artículo me concentraré de manera única en las enfermedades mitocondriales ocasionadas por problemas intrínsecos, en otras palabras, aquellas ocasionadas por problemas en los genes de las mitocondrias mismas. De aquí en adelante me referiré a este tipo de enfermedades como enfermedades del ADN mitocondrial.

En la tercera sección, primero explico cuál es la diferencia entre técnicas creacionales y técnicas terapéuticas. En segundo lugar, expongo la postura que mantiene que sí existe una diferencia moral entre los actos creacionales y los acto terapéuticos. Una vez realizado esto examino si la TPN y la THM son instancias terapéuticas o si por el contrario son instancias creacionales. En la cuarta sección, examino si hay una diferencia moral entre la TPN y la THM desde la óptica de la destrucción de embriones humanos. Para realizar esto primero presento las tres grandes posturas éticas sobre el valor moral de los embriones humanos y luego examino qué es lo que debería hacer una sociedad democrática plural frente al caso de la TPN y la THM. En la quinta sección, presento las conclusiones de este artículo.

Desarrollo 1. Mitocondrias, Enfermedades Mitocondriales y Técnicas de Reemplazo Mitocondrial Las mitocondrias son orgánulos celulares cuya función principal es producir la energía necesaria para que las células realicen su trabajo adecuadamente, de ahí que en los medios de comunicación se les presente generalmente como las ‘baterías’ de las células. Las mitocondrias se caracterizan por poseer su propia ADN y ser transmitidas sólo matrilinealmente. El ADN mitocondrial no se encuentra dentro del núcleo celular, sino que se encuentra dentro de cada una de las mitocondrias. Mientras que el ADN nuclear corresponde al 99.9% del total del ADN humano, el ADN mitocondrial, con sus 37 genes, únicamente corresponde al 0.1%

Profundicemos un poco más en las enfermedades del ADN mitocondrial. Estas son un grupo de enfermedades neuromusculares que afectan de manera más prominente a las partes del cuerpo humano que requiere altos niveles de energía para funcionar adecuadamente, por ejemplo el corazón, los músculos, el cerebro, etc. Dichas enfermedades pueden causar, entre otras cosas: falla cardiaca y de los órganos mayores, demencia, apoplejía, 5

ceguera, síndrome de Leigh, sordera, neuropatía óptica de Leber, y muerte prematura (Institute of Medicine of the National Academies 2016). Los efectos de estas enfermedades se manifiestan dentro de un rango que va desde leve hasta devastador. La calidad de vida de aquellos afectados severamente por enfermedades del ADN mitocondrial se ve dramáticamente impactada, pues dolor y sufrimiento son una constante en sus vidas.

Se estima que al menos 9.2 de cada 100,000 personas presentan una manifestación clínica de una enfermedad del ADN mitocondrial (Schaefer et al. 2008). El tratamiento estándar, en la actualidad, es lidiar con los síntomas de estas enfermedades, en vista a incrementar la calidad de vida de los pacientes. Este es el estándar clínico puesto que no existe, a la fecha, ninguna cura para ellas.

por enfermedades del ADN mitocondrial a tener hijos relacionadas genéticamente con ellas pero sin que ellos posean a su vez dichas enfermedades. Antes de hablar de estas dos técnicas revisemos las opciones reproductivas que existen hoy en día para las mujeres que tienen una enfermedad del ADN mitocondrial, saben sobre ello, y quieren tener descendencia: i) tener un hijo de manera ‘natural’, ii) utilizar un óvulo donado por alguien que no posea una enfermedad del ADN mitocondrial, iii) utilizar un embrión donado producido con un óvulo de alguien que no posea una enfermedad del ADN mitocondrial, iv) recurrir a fertilización in vitro (FIV) y al diagnostico genético preimplantacional (DGP). El DGP es una técnica que se utiliza dentro de la reproducción asistida y consta de extraer una célula de un embrión producido in vitro, generalmente cuando este se encuentra en la fase de 6-8 células, y examinar su contenido genético en busca de mutaciones genéticas o alteraciones cromosómicas (Ramos Fuentes y Ribate Molina 2007).

Ahora, una característica de las mutaciones genéticas que ocasionan las enfermedades del ADN mitocondrial es que ellas pueden ocurrir a lo largo de todos los genomas mitocondriales del cuerpo, o pueden ocurrir sólo en algunos genomas mitocondriales del cuerpo.

Se dice que la mutación genética en el ADN mitocondrial es homoplásmica cuando esta ocurre a lo largo de todos los genomas mitocondriales, y heteroplásmica cuando ocurre sólo en algunos de los genomas mitocondriales. Aquí es necesario recordar que en cada célula hay muchas mitocondrias y que cada una de estas tiene su propio ADN mitocondrial.

Ahora explicare cuáles problemas existen con estas cuatro opciones reproductivas y por qué su existencia no anula la necesidad de las TRM. El problema con la cuarta opción es que cuando la madre es homoplásmica el DGP no puede ayudarla a tener un hijo sin su enfermedad del ADN mitocondrial. Esto es así puesto que las mutaciones genéticas del ADN mitocondrial ocurren en todas las mitocondrias de todos los embriones que ella pueda producir.

Esto quiere decir que no se puede elegir un embrión libre de mutaciones en el ADN mitocondrial, pues todos ellos tienen mitocondrias con ADN mutante. Por otra parte, el DGP sólo puede ayudar a madres heteroplásmicas a tener hijos sin enfermedades del ADN mitocondrial cuando las mutaciones del ADN mitocondrial que aquejan a la madre son conocidas con suficiente detalle. Es decir, no puede ayudar a mujeres que poseen mutaciones poco comunes o privadas (Smeets et al. 2015).

Todo esto significa que el DGP puede ser utilizado sólo por un número reducido de mujeres heteroplásmicas que tienen enfermedades del ADN mitocondrial.

Las mujeres aquejadas por enfermedades del ADN mitocondrial de tipo homoplásmico siempre transmitirán la enfermedad mitocondrial a sus hijos. Esto es así puesto que todas las mitocondrias que contienen sus óvulos tienen mutaciones genéticas deletéreas. Las mujeres afectadas por una enfermedad del ADN mitocondrial de tipo heteroplásmico pueden, o no, tener hijos aquejados por la enfermedad. El que los hijos de una madre heteroplásmica tengan su enfermedad, o no, dependerá del tipo de mutación genética que afecte a las mitocondrias y la cantidad de mitocondrias que posean dicha mutación.

El problema con la tercera y la segunda opción

para las mujeres que quiere tener descendencia genéticamente relacionada con ellas

Aun cuando no existe una cura para aquellos infantes y adultos que ya poseen estas enfermedades; científicos especializados en medicina reproductiva y genética han ideado dos técnicas que pueden ayudar a mujeres afectadas

es que no existe un vínculo genético entre la mujer que desea ser madre y el hijo (o hija) resultante.1 La existencia de este vínculo es muy 6

importante para algunas mujeres, al punto de ser un factor determinante en sus decisiones reproductivas y de planeación familiar. Hay mujeres que no desean tener descendencia si ésta no está relacionada genéticamente con ellas. En la segunda y tercera opción la mujer con la enfermedad del ADN mitocondrial puede ser madre gestante, si su condición de salud se lo permite y así lo desea, pero lo cierto es que no tiene conexión genética con su hija o hijo. Esta conexión existiría si gestara a un hijo o hija que fue producido con su óvulo.

remplazo mitocondrial, fertilización in vitro de tres padres, fertilización in vitro de tres personas, técnicas de donación mitocondrial, entre otros. Hasta el momento nadie discute que los términos THM y TPN sean adecuados para describir dichas técnicas; sobre lo que sí ha habido discusión es sobre qué término se debe de emplear cuando se habla de ambas técnicas en conjunto. Por ejemplo, Stuart Newman asevera que deberíamos rechazar los términos ‘transferencia mitocondrial’ y ‘remplazo mitocondrial’. De acuerdo a él deberíamos adoptar el término ‘transferencia nuclear’ pues éste es el que mejor encapsula que es lo que sucede en estas dos técnicas (Newman 2014). Cuando hable de estas dos técnicas en conjunto utilizaré el término ‘técnicas de remplazo mitocondrial’ (TRM), pues es uno de los más empleados en la discusión académica y porque utilizarlo no afecta la fuerza de mis argumentos.4

Finalmente, el problema con la primera opción es que mujeres con enfermedades del ADN mitocondrial pueden no querer tener descendencia con dicha enfermedad. Las razones por las cuales pueden querer esto son varias, por ejemplo: no cuentan con los recursos económicos necesarios para encargarse de un hijo o hija enfermo; no cuentan con los recursos emocionales necesarios para encargarse de un hijo o hija enfermo; ya cuidan a una hija o hijo con una enfermedad del ADN mitocondrial y no pueden cuidar a otro más; y pueden no querer traer al mundo a alguien con una enfermedad que causa sufrimiento y dolor (Banjeri 2012).

1.1.1 Transferencia Pronuclear Para llevar a acabo la TPN se crean dos cigotos por medio de fertilización in vitro (FIV).

Uno de los cigotos es creado con un óvulo de la mujer que posee una enfermedad del ADN mitocondrial y que desea ser madre, y con un esperma de su pareja (o de un donador). El otro cigoto se crea con un óvulo de una donadora que no posee una enfermedad del ADN mitocondrial, y el esperma de la pareja de la mujer que posee una enfermedad del ADN mitocondrial y desea ser madre (o el esperma de un donador). Durante las primeras horas posteriores a la fertilización los cromosomas del óvulo y del esperma se encuentran contenidos en membranas separadas llamadas el pronúcleo masculino y el pronúcleo femenino.

Durante el primer día de desarrollo, y antes de que los pronúcleos se fusionen, ellos son removidos de ambos cigotos. Los pronúcleos que residían en la célula producida con el óvulo de la donadora y la célula enucleada producida con el óvulo de la mujer que posee una enfermedad del ADN mitocondrial y que desea ser madre son desechados. Los pronúcleos que residían en la célula producida con el óvulo de la mujer que posee una enfermedad del ADN mitocondrial y que desea ser madre son transferidos a la célula enucleada producida con el óvulo de la donadora. El cigoto reconstruido es transferido a la mujer que desea ser madre o a una gestante subrogada (Craven et al. 2010).

1.1 Técnicas de Reemplazo Mitocondrial Las dos técnicas que pueden ayudar a mujeres que poseen una enfermedad del ADN mitocondrial y que quiere tener descendencia genéticamente relacionada con ella son: la ‘transferencia pronuclear’ (TPN) y la ‘transferencia del huso materno’ (THM). Aquí cabe recalcar dos cosas: primero, estas dos técnicas no pueden asistir a mujeres que poseen una enfermedad mitocondrial causada por problemas en los genes del núcleo celular, como ya quedará claro más adelante. Ellas únicamente pueden auxiliar a aquellas mujeres que poseen una enfermedad del ADN mitocondrial (Craven et al. 2010; Tachibana et al. 2009; Yabuuchi et al. 2012).2 Segundo, los hombres afectados por enfermedades del ADN mitocondrial no están en peligro de trasmitir dicha enfermedad a su descendencia puesto que, como ya he dicho, las mitocondrias son heredadas sólo matrilinealmente.3 Antes de presentar las dos técnicas también cabe mencionar que diversos términos se ha utilizado para hablar de la TPN y la THM en conjunto, algunos de ellos son: técnicas de 7

1.1.2 Transferencia del Huso Materno

Mitocondrial es Moralmente Superior?

La THM, al contrario de la TPN, sólo requiere la modificación de óvulos sin fecundar. Para llevarla a cabo es necesario utilizar técnicas de reproducción asistida para obtener, al menos, un óvulo de la mujer que quiere reproducirse y tiene una enfermedad del ADN mitocondrial, y otro de una donadora que no posea un enfermedad del ADN mitocondrial. La THM sucede de la siguiente manera: los cromosomas del óvulo de la mujer que desea ser madre y que posee una enfermedad del ADN mitocondrial y los de la donadora son removidos. Remover dichos cromosomas es relativamente sencillo, puesto que en la fase celular en la que esto se realiza estos se encuentran hacia un lado del óvulo en forma de huso. Después de que los cromosomas han sido removidos los cromosomas de la mujer que desea ser madre son transferidos al óvulo enucleado de la donadora. El óvulo reconstruido posee los cromosomas de la mujer que desea ser madre y las mitocondrias sanas de la donadora. Subsecuentemente este óvulo es fertilizado in vitro y luego es transferido a la mujer que desea ser madre o a una gestante subrogada. Debe ser claro que el óvulo reconstruido puede ser fertilizado con un esperma de la pareja de la mujer que desea ser madre o con el esperma de un donador. Finalmente, el óvulo enucleado de la mujer que desea ser madre y los cromosomas de la donadora son desechados (Tachibana et al. 2009).

Ahora que he presentado que son las enfermedades del ADN mitocondrial y cómo las TRM pueden ayudar a mujeres con dichas enfermedades a tener hijos genéticamente relacionados con ellas pero sin dichas enfermedades, hay que investigar si existe alguna diferencia moral significativa entre la THM y la TPN. Debemos investigar esto porque entre dos opciones, todo lo demás siendo igual, siempre debemos elegir aquella que sea moralmente superior.

1.2 ¿Qué Técnica de Remplazo Mitocondrial es Moralmente Superior?

Ahora que he presentado que son las enfermedades del ADN mitocondrial y cómo las TRM pueden ayudar a mujeres con dichas enfermedades a tener hijos genéticamente relacionados con ellas pero sin dichas enfermedades, hay que investigar si existe alguna diferencia moral significativa entre la THM y la TPN. Debemos investigar esto porque entre dos opciones, todo lo demás siendo igual, siempre debemos elegir aquella que sea moralmente superior.

Antes de examinar cuál de las técnicas es mejor desde un punto de vista moral voy a hacer un precisión metodológica: dado que la investigación sobre la THM y la TPN está en su ‘infancia’ asumiré de aquí en adelante, ex hipótesis, que ambas técnicas funcionan adecuadamente y que no existe una diferencia en la eficacia entre ellas. Asumo lo presente pues la evidencia empírica que se tiene hasta el momento apunta a que esto es así. En otras palabras, asumiré que la posibilidad de un obtener un embrión de ‘alta calidad’ es la misma si se emplea la THM que si se emplea la TPN.

1.1.3 Transferencias Indeseadas Aun cuando la THM y la TPN pueden ayudar a mujeres con enfermedades del ADN mitocondrial a tener hijos sin dichas enfermedades, es importante aclarar que esto sólo sucederá si durante el proceso de transferencia del huso materno, o de los pronúcleos, no se transfieren de manera accidental un número importante de mitocondrias con ADN mutante. Si suficientes mitocondrias con ADN mutante se transfieren accidentalmente durante la realización de cualquiera de las dos técnicas esto puede causar heteroplasmia mitocondrial al punto de la expresión clínica de la enfermedad (Hyslop et al. 2016; Yamada et al. 2016). Esto quiere decir que así como los cromosomas se transfieren también se transfiere la enfermedad del ADN mitocondrial.

2. Modificaciones de Línea Germinal o de Línea Somática Una de las características que podrían diferenciar moralmente a la TPN y la THM es si una de ellas fuera una instancia de modificación de la línea germinal mientras que la otra fuera una instancia de modificación de línea somática. Las modificaciones de línea somática son aquellas que no se heredan a generaciones futuras, mientras que las modificaciones de línea germinal

1.2 ¿Qué Técnica de Remplazo 8

son aquellas que se heredan a generaciones futuras. La corriente principal considera como una opción moralmente superior las modificaciones de línea somática, porque ellas no tienen la posibilidad de afectar ‘para mal’ a generaciones futuras.5 Esto quiere decir que si la técnica de modificación saliera mal los efectos de la misma no se propagarían hacia el futuro de la humanidad. Siendo este el caso, si alguna de las TRM sólo fuera un instancia de una técnica de modificación de línea somática y la otra una instancie de modificación de línea germinal, entonces, podríamos establecer que

o del sexo femenino. Como ya dijimos antes, en el DGP se toma un célula de un embrión temprano y se puede investigar si este contiene los cromosomas sexuales ‘XX’ o ‘XY’. Una vez que hemos elegido dicho embrión (o embriones) este se transfiere. Recordemos, finalmente, que es común que durante el proceso de FVI se creen varios embriones.

Debemos concluir que no existen una diferencia moral entre la THM y la TPN cuando se consideran desde el punto de vista de las modificaciones de línea somática o de línea germinal. Esto es así puesto que ambas técnicas pueden ser instancias de modificaciones de línea somática o de línea germinal.

aquella que es de línea somática es superior moralmente.

Ahora, es una característica de las TRM ser instancias de técnicas de modificación genómica que pueden afectar, o no, la línea germinal. Cuando después de la THM o la TPN se transfiere un embrión del sexo masculino ambas técnicas de modificación genómica son de línea somática, dado que las mitocondrias sólo se transmiten por línea materna. Esto quiere decir que las modificaciones ocasionadas por las TRM, en este caso, no se heredaran a generaciones futuras, sino que sus efectos se contienen en el individuo del sexo masculino afectado por ellas. Por otra parte, cuando después de la THM o la TPN se transfiere un embrión del sexo femenino ambas técnicas de modificación genómica son de línea germinal. Esto es así dado que las mitocondrias se transmiten matrilinealmente, como ya he dicho.

3. Terapia o Creación Una segunda manera en la que podríamos diferencia moralmente entre la THM y la TPN es si una de ellas fuera un técnica terapéutica y la otra fuera un técnica creacional. Por técnica terapéutica entiendo una técnica que se realiza sobre un individuo para mejorar su salud. Esto quiere decir que podemos hacer juicios contrafácticos6 sobre la técnica que se emplea, y esto sólo es posible porque antes de que la técnica sea empleada ya existe un individuo sobre el cual se actúa (Feinberg 1986). Por ejemplo, si utilizamos la técnica ‘X’ para tratar al individuo ‘Y’ podemos decir que ‘X’ puede beneficiar o dañar a ‘Y’. Podemos decir esto porque la existencia de ‘Y’ es independiente al hecho de que ‘X’ se lleve a cabo, o no. Un ejemplo de una técnica terapéutica es proporcionar una vacuna a una niña de 10 años. Si damos la vacuna contra el sarampión al individuo ‘Y’ podemos hacer un juicio sobre si dicha vacuna beneficia o perjudica a ‘Y’. Podemos hacer este juicio porque ‘Y’ existe independientemente de que se le de la vacuna, o no.

Existen dos técnicas que pueden ser utilizadas para seleccionar el sexo del embrión a ser transferido después de las TRM: la clasificación de espermas y el DGP. La clasificación de espermas (técnica conocida en ingles como sperm sorting) puede ser utilizada para seleccionar el sexo del embrión que se va a producir (Johnson et al. 1987). Por medio de esta técnica se puede seleccionar un esperma que contenga un cromosoma sexual ‘X’ o uno que contenga un cromosoma sexual ‘Y’. Una vez seleccionado el esperma deseado se puede utilizar la inyección intracitoplasmática de espermatozoides para producir un embrión del sexo masculino o uno del sexo femenino.

La segunda técnica que se puede utilizar es el DGP (Malpani et al. 2002). Con esta técnica no se crea directamente un embrión del sexo masculino o del sexo femenino sino que se elige un embrión(es) del sexo masculino

Por técnica creacional, por otra parte, entiendo un técnica que ‘trae’ a la existencia a alguien. Este tipo de técnicas no actúan sobre alguien sino que ‘traen’ a alguien a la existencia. Por ejemplo, si la técnica ‘A’ trae a la existencia al individuo ‘B’ no podemos hacer juicios contrafácticos sobre si la técnica ‘A’ benefició o perjudicó a ‘B’7, en metafísica a este efecto se le conoce como el efecto de la no-identidad (en ingles es conocido como el nonidentity effect) (Boonin 2008; Lawlor 2015). ¿Por qué no podemos hacer juicios contrafácticos en este caso? No podemos realizarlos 9

porque la existencia de ‘B’ está atada al hecho de que ‘A’ haya sucedido. No podemos imaginar como habrían sido las cosas para ‘B’ si ‘A’ no hubiera sucedido, puesto que para que ‘B’ exista ‘A’ necesariamente tiene que suceder.

Un ejemplo de una técnica creacional es el uso de FIV con inyección intracitoplasmática de un espermatozoide. Supongamos que ‘C’ fue concebido por medio de FIV con inyección intracitoplasmática de un espermatozoide.

Ahora supongamos que la técnica de inyección intracitoplasmática de espermatozoides siempre causara la enfermedad ‘D’. Si este fuera el caso ‘C’ no podría decir que la FIV con inyección intracitoplasmática de un espermatozoide lo dañó, en un sentido contrafáctico de daño8, en tanto que ahora él tienen la enfermedad ‘D’.

‘C’ no puede decir esto porque si la FIV con inyección intracitoplasmática de un espermatozoide no hubiera sucedido ‘C’ no existiría. Para ‘C’ las opciones son existir con la enfermedad ‘D’ o no haber existido jamás. Debe ser claro que todo lo anterior depende de que nuestra identidad numérica esté atada a los gametos que nos dan origen, si esto es así basta con que cambiara un gameto para que un individuo disintió resultará.9 En general se considera como un opción moralmente superior, todo lo demás siendo igual, utilizar recursos médicos escasos para proporcionar terapia a un individuo que ya existe, que utilizar los mismos recursos para crear a alguien sin cierta condición. Siendo esto así podemos investigar si la THM o la TPN son instancias de técnicas terapéuticas o si son instancias de técnicas creacionales. Si una de dichas técnicas fuera terapéutica y la otra fuera creacional entonces deberíamos inclinarnos, moralmente, por la técnica que es terapéutica.

sucede se fertiliza el óvulo modificado, esto es así porque la THM ocurre sobre un óvulo no-fertilizado. En otras palabras, para que después de la THM se cree un embrión necesitamos que por medio de FIV se fertilice el óvulo. Esto significa que al momento de que la THM pasa no hay todavía un individuo. Esto quiere decir, entre otras cosas, que la THM no puede dañar a aquel individuo que se produce por medio del óvulo reconstituido, puesto que podemos aseverar con gran certeza que el espermatozoide que fertilizara al óvulo postTHM es uno diferente al que hubiera fertilizado al óvulo si la THM no hubiera ocurrido. Esto es así porque la fertilización, tanto in vitro como in vivo, es un proceso altamente variable por al menos dos motivos (si sólo nos fijamos en el rol que juegan los espermatozoides). Primero, hay un gran número de espermatozoides que pueden fertilizar el óvulo y cualquiera espermatozoide sano puede hacerlo. Segundo, qué espermatozoides se encontrarán en contacto con el óvulo depende, entre otras muchas cosas, de cuándo se tengan relaciones sexuales o cuándo se colecta la muestra de esperma para la FIV. Por otra parte, de acuerdo a Wrigley et al. la TPN debe ser clasificada como una técnica terapéutica, como ya dije antes, al contrario de la THM:

Con la TPN, sin embargo, la intervención sucede después de las fertilización, los gametos que se usan no son afectados, y por lo tanto el Problema de la No-Identidad no se hace presente. Esto significa que la TPN es capaz de beneficiar o dañar de manera directa a cualquier infante creado, en el sentido de ‘dañar-sus-intereses’ (Wrigley, et al. 2015, 635).11 Si esto es cierto entonces lo que tendríamos que concluir es que la THM es, en efecto, un tipo de reproducción selectiva mientras que la TPN es un tipo de terapia embrionaria, puesto que ella ocurre cuando ya existe un individuo con una determinada identidad genética Es por esto que Wrigley et al. concluyen que madres con riesgo de transmitir una enfermedad del ADN mitocondrial a sus hijos, o hijas, tienen razones morales de peso para preferir la TPN sobre la THM. Esto es así, ellos aseveran, puesto que si ellas rechazan la TPN entonces podemos decir que se daña al infante.

Rechazar la TPN es moralmente análogo a re

En un artículo reciente Anthony Wrigley et al.

(2015) han defendido que la TPN debe ser considerada como una técnica terapéutica, mientras que las THM debe ser considerada como una técnica creacional: “La TPN, argumentamos, es una forma de terapia basada en la modificación de un embrión mientras que la THM es, por el contrario, una instancia de reproducción selectiva (Wrigley, et al.

2015, 631).”10

La THM se puede caracterizar como una técnica creacional cuando después de que ella 10

chazar la cura de un enfermedad que causa dolor y sufrimiento.

Aun cuando la postura de Wrigley et al. parece convincente, de hecho, es errónea. En las líneas siguientes demostraré que las dos técnicas, la THM y la TPN, deben ser catalogadas como técnicas creacionales en tanto que opciones reproductivas y por lo tanto ambas tienen el mismo valor moral de acuerdo a este estándar. El problema con la aproximación de Wrigley et al. a la TPN es que toman la técnica en abstracto de cómo se llevaría a cabo en la práctica clínica. Esto quiere decir que examinan la TPN sin tomar en cuenta la ‘temporalidad’ de las decisiones médicas y de la paciente (o pareja). Por ‘temporalidad’ aquí

entiendo cómo es que cada decisión tomada afecta cuándo se llevará a cabo la FIV y luego la TPN. Es cierto que cuando examinamos la

TPN sin tomar en cuenta la ‘temporalidad’ debemos concluir que ella es un tipo de terapia embrionaria, en tanto que las cosas podrían haber sido distintas para este embrión (este embrión pudo, o no, haber sido sometido a la TPN).

‘L’ sólo existe porque la mujer decidió utilizar la TPN como opción reproductiva en un primer momento.12 Esto es así porque la técnica, en la práctica clínica, requiere tanto de la extracción de óvulos como de la toma de muestra de esperma en determinado momento. Durante la FIV, para posteriormente realizar TPN, qué esperma y qué óvulo se fusionan depende de cuándo se obtuvieron los gametos, entre otras muchas cosas. Si la mujer ‘Z’ no hubiera decidido emplear la TPN otro cigoto diferente a ‘L’ hubiera sido creado, puesto que otros gametos se hubieran fusionado.

Dado todo lo anterior, tenemos que concluir que tanto la TPN como la THM son opciones

reproductivas que deben ser catalogadas como de tipo creacional, pues de que ellas se

elijan depende que ciertos individuos existan.

No queda otra cosa que decir más que como opciones reproductivas la TPN y la THM tienen el mismo valor moral de acuerdo al estándar de terapia o creación.

4. Destrucción de Embriones

Ahora bien, si una condición necesaria para que la TPN, como opción reproductiva, pueda ser considerada como una técnica terapéutica es que un individuo exista antes de que ésta se lleve acabo, entonces, basta mostrar cómo es que la TPN, como opción reproductiva, de hecho crea a un individuo, o que sin ella el individuo nunca hubiera sido creado, para revelar que en realidad es una opción reproductiva de tipo creacional. Como ya dijimos anteriormente, la TPN no crea al individuo pues ella ocurre cuando ya existe un cigoto. Pero, por otro lado, lo que sí sucede es que la decisión reproductiva de emplear la TPN es lo que trae a la existencia al embrión que será sometido a la técnica, y es en este sentido que podemos decir que la TPN como opción reproductiva es una técnica de tipo creacional. Cuándo tomamos en cuenta la ‘temporalidad’ de las decisiones médicas y de la paciente (o pareja en conjunto) otra imagen de la TPN como opción reproductiva se hace patente.

Una tercera manera en la que podríamos tratar de establecer una diferencia moral entre la THM y la TPN es examinando ambas técnicas desde el punto de vista de la destrucción de embriones humanos. En ética, podemos decir, existen tres grades posturas respecto al valor moral de los embriones humanos y a la destrucción intencional de embriones humanos. La primera de ellas defiende que la destrucción intencional de embriones es moralmente irrelevante en tanto que su valor moral es nulo, llamémosla la postura liberal (Harris 2006; Singer 2011). La segunda mantiene que el valor moral de los embriones tempranos es nulo o casi nulo, pero que su valor moral va incrementándose conforme transcurre el embarazo, llamémosla la postura gradualista (Scott 2007). La tercera mantiene que la destrucción intencional de embriones humanos es equivalente al asesinato de personas13 adultas inocentes, llamémosla la postura conservadora (Finnis 1973; Marquis 1989).

Exploremos esto más a detalle, si una mujer ‘Z’ tienen una enfermedad del ADN mitocondrial y decide emplear la TPN entonces esta decisión afecta causalmente qué esperma y qué óvulo se fusionarán, y por lo tanto quién se crea. Si la TPN se realiza sobre el cigoto ‘L’ este cigoto

De acuerdo con la postura liberal y a la gradualista no hay ninguna diferencia moral significativa entre la THM y la TPN, puesto que en la TPN sólo se destruyen embriones tempranos.

Recordemos que durante la TPN el embrión que fue creado con el óvulo de la donadora 11

es enucleado, para después transferirle los pronúcleos de aquellos que desean ser padres.

Esto quiere decir que el embrión producido con el óvulo de la donadora es destruido

intencionalmente.

La postura conservadora, por su parte, mantiene que sí hay una diferencia radical entre la THM y la TPN: la THM es moralmente superior.

Para ellos la TPN es moralmente indefensible en tanto que el embrión producido con el óvulo de la donadora es destruido intencionalmente. Los conservadores mantienen que la TPN es tan moralmente indefensible como lo es el asesinato de personas adultas inocentes.

ADN mitocondrial. Ahora bien, una manera de investigar cuál TRM se debería adoptar en dichas circunstancias es respondiendo a la pregunta: ¿cuál TRM encontraría menor resistencia tanto en la práctica, como en su aprobación ante la ley, cuando se considera a una sociedad plural en su conjunto?

Tanto para los liberales como para los gradualistas amabas TRM son igualmente moralmente aceptables, desde el punto de vista de la destrucción de embriones. Para los conservadores la THM es moralmente superior.

Siendo este el caso un sociedad plural parece que debería inclinarse por la THM como la técnica a llevarse a cabo. Parece que debe hacer esto por dos motivos: i) en el contexto

Por ejemplo, Lucía Gómez-Tatay et al. aseveran que: Nosotros también creemos que los esfuerzos de investigación no deben ser divididos entre la THM y la TPN, dado que la segunda, aparte de no presentar ninguna ventaja en términos de seguridad y eficacia, presenta más dificultades éticas, insuperables para muchos, que tienen que ser tomadas en cuenta en el contexto de una sociedad plural.14 (Gómez-Tatay, et al. 2016, 16).

de las enfermedades del ADN mitocondrial

no se pierde nada al renunciar a la TPN y ii) con el apoyo de los conservadores se facilita la promulgación de legislación respecto a esta técnica. Una pregunta que surge en este momento es: ¿por qué podemos aseverar que sucederá lo segundo? Hay dos motivos para hacerlo. Primero, porque al optar por la THM logramos que el proceso legislativo sea menos arduo, puesto que no tendremos que enfrentarnos a la oposición de los conservadores. Esto, claramente, se traduce en un menor tiempo de espera para las mujeres que desean ser madres y tienen una enfermedad del ADN mitocondrial. Segundo, porque nos alejamos de la discusión sobre el aborto y por lo tanto evitamos todos los problemas políticos que vienen atados a dicho tema, y esto también se traduce en un menor tiempo de espera para las mujeres que desea ser madres y tienen una enfermedad del ADN mitocondrial.

Ahora, a partir de estas dos razones (‘i’ y ‘ii’) podemos, a su vez, presentar una razón moral prudencial para endorsar la THM por encima de la TPN. La razón moral prudencial, desde la óptica de la destrucción de embriones, es que al elegir la THM, y dejar a un lado la TPN, reducimos el tiempo que las mujeres con

En este momento parece que para poder hacer una evaluación sobre si existe una diferencia moral entre la TPN y la THM, desde el punto de vista de la destrucción de embriones, me tendría que decantar por alguna de las tres posturas respecto al valor moral de los embriones humanos. Aun cuando esto es así, defender satisfactoriamente alguna de las tres opciones requiere mucho más espacio de aquel con el que cuento disponible aquí.15 Mi estrategia para evaluar si existe una diferencia moral entre la TPN y la THM desde el punto de vista de la destrucción de embriones será distinta.

Lo que haré es investigar que TRM debería adoptar una sociedad democrática plural contemporánea que buscan el consenso y en donde cohabitan personas que mantienen alguna de las tres posturas anteriores respecto al valor moral de los embriones humanos.

Antes de investigar esto recordemos que estoy presuponiendo que tanto la TPN como la THM son igualmente seguras y eficaces, y por lo tanto, elegir entre una de estas dos no implica ningún costo de oportunidad con respecto a proporcionar atención médica reproductiva a mujeres que tienen una enfermedad del

enfermedades del ADN mitocondrial tendrían que esperar para llevar a cabo sus planes reproductivos y esto es bueno.

Al llegar a este punto alguien podría pensar que sí existe una diferencia considerable entre la THM y la TPN en lo que respecta a la destrucción de embriones, y que por lo tanto debemos inclinarnos por la THM en una sociedad democrática plural. Aun cuando esto podría parecer así en las líneas siguiente mostraré 12

que en el corto y mediano plazo la THM requiere, o se ve implicada en, la destrucción de embriones, y por lo tanto no puede ser considerada como una opción moralmente superior a la TPN y los conservadores no tienen razones para tratar de facilitar su legalización.

La primera razón por la cual la THM requiere de la destrucción de embriones es porque durante su fase de desarrollo y cuando se realicen mejoras técnicas (esto quiere decir durante el corto y mediano plazo) se necesita de la creación de embriones experimentales.

Estos embriones experimentales servirán para investigar si el desarrollo embrionario posterior a la THM es normal, y también servirán para investigar si el desarrollo embrionario posterior a modificaciones técnicas de la THM-original es normal. Esto quiere decir que, aun cuando en el largo plazo la THM no requiera de la destrucción de embriones humanos, durante el corto y mediano plazo ella sí requiere de la destrucción de embriones humanos. Requiere esto para así poder establecer que la técnica funciona adecuadamente y que se obtendrá una descendencia sana.

La segunda razón por la cuál la THM implicará la destrucción de embriones en el corto, mediano y largo plazo es porque esta técnica se realizará en varios óvulos, aun cuando esto no es completamente necesario sino que forma parte de la práctica común de las técnicas de reproducción asistida, la mayoría de estos se fertilizarán y posteriormente aquellos de ‘mala

calidad’ se desecharán o serán donados para la investigación. Sabremos sobre la calidad

de los embriones observando su desarrollo o por medio del DGP. Recordemos que por medio de este último podemos conocer tanto sobre alteraciones cromosómicas como sobre alteraciones genéticas.16 Como dije hace un momento, lo más probable es que la reproducción asistida que incluya cualquier TRM seguirá el proceso ya establecido para la FIV. Durante la FIV, habitualmente, se generan varios embriones y generalmente algunos se transfieren, otros se criopreservan, otros se donan a investigación y otros se desechan (Gurmankin, et al. 2003; Hough 2012). Esto quiere decir que recurrir a la THM, cuando se considera esto dentro de un proceso de reproducción asistida completo, implicará la destrucción de embriones humanos.

segundo punto que la THM no requiere de manera necesaria de la destrucción de embriones.

Basta con requerir que todos los embriones

creados post-THM se transfieran para desactivar la objeción que presenté. El problema con esta contra-objeción es que es antitética al motivo principal por el cual mujeres con una enfermedad de ADN mitocondrial en un primer momento optan por la THM: evitar en la medida de lo posible tener descendencia con problemas de salud. Si se obliga a que se transfieran todos los embriones creados post-THM entonces se vuelve a incluir en la ecuación reproductiva no sólo la posibilidad de tener descendencia con una enfermedad del ADN mitocondrial (si hubo transferencia accidental de ADN mitocondrial mutante), sino que también se incluye la posibilidad de tener descendencia con otros problemas de salud que hubieran sido fácilmente identificados por medio del DGP.

La última razón por cual la THM no está completamente desligada de la destrucción de embriones es porque su aplicación clínica expresa apoyo por esta práctica (Green 2002).

Si la THM se da en un marco de aplicación clínica que involucre los dos puntos anteriores entonces no sólo de manera directa contribuye a que se destruyan embriones, sino que también expresaría apoyo por la destrucción de embriones humanos en otros ámbitos de investigación biológicas y de reproducción asistida.

La THM expresaría apoyo por la destrucción de embriones en otras áreas de la medicina en tanto que el razonamiento que permite la destrucción de embriones post-THM se puede aplicar de igual manera a otras investigaciones y técnicas. Esto quiere decir que expresa apoyo en tanto que apela a la consistencia moral. Si de hecho justificamos moralmente la destrucción intencional de embriones supernumerarios, por ejemplo, post-THM, cuando el fin es tener descendencia libre de una enfermedad genética, entonces toda otra técnica que requiera la destrucción intencional de embriones cuando el fin es tener descendencia libre de una enfermedad genética debe ser permitida y apoyada.

Los tres puntos anteriores muestran que aun cuando pareciera que una sociedad democrática plural contemporánea debiera favorecer a la THM por encima de la TPN, cuando se evalúan ambas técnicas desde la óptica de la destrucción de embriones, lo

En este momento alguien podría objetar a este 13

cierto es que la investigación de la THM requiere la destrucción de embriones humanos en el corto y mediano plazo y que por lo tanto los conservadores se ven obligados moralmente, si quieren ser consistentes, a rechazar tanto la TPN como la THM. De igual manera, la THM, cuando la consideramos desde la medicina reproductiva, estaría implicada en la destrucción de embriones en el corto, mediano y largo plazo puesto que embriones supernumerarios son regularmente desechados postFIV. Finalmente, podemos decir que la THM expresa apoyo a otras técnicas que destruyen embriones en tanto que las mismas razones que se aplican a la THM se pueden aplicar a otras técnicas reproductivas.

Por todo lo anterior debemos concluir que, en términos de destrucción de embriones una sociedad democrática plural contemporánea no debe favorecer a la THM sobre la TPN. No lo debe hacer pues ambas técnicas requieren de la destrucción de embriones humanos y por lo tanto los conservadores no facilitarían su legislación. Alguien podría defender que, aun siendo este el caso, deberíamos apoyar la THM sobre la TPN, pues en el largo plazo se destruirían menos embriones. El problema con esta ‘solución’ es que para los conservadores es inaceptable, porque requiere que ellos sancionen positivamente la destrucción un número determinado de embriones humanos. Recordemos que esto es análogo a pedirles que sancionen positivamente el asesinato de personas inocentes adultas.

Conclusión En este artículo investigué si existe alguna diferencia moral significativa entre la TPN y la THM. Lo hice respondiendo a tres preguntas. ¿Hay alguna diferencia moral entre la TPN y la THM desde el punto de vista de las modificaciones de línea germinal y las de línea somática? ¿Hay alguna diferencia moral entre la TPN y la THM desde el punto de vista de los actos creacionales y los actos terapéuticos? ¿Hay alguna diferencia moral entre la TPN y la THM desde el punto de vista de la destrucción de embriones humanos en una sociedad democrática contemporánea? La respuesta a la primera pregunta es que no hay diferencia moral entre la TPN y la THM desde el punto de vista de las modificaciones de línea germinal y las de línea somática. No la hay porque

dependiendo del sexo del embrión es si los efectos de ambas técnicas se transmitirán a generaciones posteriores, o no.

La respuesta a la segunda pregunta es que – aun cuando Wrigley et al. (2015) mantienen que sí existe una diferencia moral significativa entre la TPN y la THM – desde el punto de vista de los actos creacionales y los actos terapéuticos no hay diferencia entre ambas técnicas cuando estas se consideran como opciones reproductivas. Wrigley et al. mantienen que la TPN es moralmente superior porque es una instancia terapéutica, mientras que la THM es una instancia creacional.

El problema con su postura es que ellos no tomaron en cuenta cómo la ‘temporalidad’ de las decisiones de los médicos y de la mujer que posee una enfermedad del ADN mitocondrial (o de la pareja en conjunto) afecta qué esperma y qué óvulo se fusionan, y por lo tanto, afecta qué individuo se crea. Al tomar en cuenta la ‘temporalidad’ de dichas decisiones nos damos cuenta que la TPN, así como la THM, es un tipo de técnica creacional en tanto que opción reproductiva.

Responder a la tercera pregunta necesariamente requiere que nos decantemos, y defendamos, una de las tres grandes posturas sobre el valor moral de los embriones humanos.

Como no tengo el espacio suficiente para hacerlo aquí, mi estrategia fue preguntar cómo debería actuar una sociedad democrática contemporánea plural, que busca el consenso, cuando se enfrenta a la pregunta de si debería de apoyar a la TPN o la THM. Lo primero que di por supuesto es que la THM y la TPN son igualmente eficaces, esto quiere decir que decantarnos por sólo una de estas técnicas no implica un costo de oportunidad para las mujeres con una enfermedad del ADN mitocondrial. Ahora, dado que la postura liberal y la gradualista aceptan como moralmente equivalentes a la TPN y la THM17, y la conservadora mantiene que la THM es moralmente superior porque durante su ejecución no se destruyen embriones humanos, concluí de manera provisional que una sociedad democrática contemporánea plural debería decantarse por la THM. Después de presentar esta conclusión provisional examiné a fondo cómo es que la THM se lleva a cabo en la investigación y cómo se llevaría a cabo en la práctica clínica, y ello

14

revelo que la THM implicaría la destrucción de embriones en el corto, mediano y largo plazo. Esto es así pues durante el tiempo que dure la investigación básica, y cada vez que se modifique la técnica, se requiere crear embriones experimentales. La THM, vista dentro un proceso de reproducción asistida, también implica la destrucción de embriones porque durante la FIV los embriones de calidad pobre son destruidos o donados a la investigación (aun cuando esto no es estrictamente necesario). Finalmente, podemos decir que la THM expresa apoyo por la destrucción de embriones, en tanto que toda otra técnica que tenga el mismo fin que la THM, tener descendencia libre de enfermedades debilitantes que causan dolor y sufrimiento, debe ser considerada como moralmente permisible. Es por todo esto que en una sociedad democrática plural los conservadores se tendrían que oponer de manera absoluta tanto a la THM como a la TPN, y por lo tanto no habría motivo para apoyar a una técnica sobre otra cuando se busca consenso.

Finalmente, en este artículo mostré que la TPN y la THM no son significativamente moralmente diferentes cuando son examinadas desde las tres ópticas anteriores (somática/ germinal, creación/terapia y destrucción de embriones). Esto quiere decir que los liberales y gradualistas pueden apoyar el desarrollo técnico y la práctica clínica tanto de la THM y la TPN por igual. Por su parte, la posición conservadora tiene motivos válidos, desde su postura teórica, para rechazar tanto la TPN como la THM. Este hallazgo es relevante pues hay quienes, como Gómez-Tatay et al., mantienen que sí existe una diferencia radical entre las dos técnicas y que deberíamos abandonar el desarrollo y práctica clínica de una de ellas.

15

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Referencias

12. La única excepción a este caso es cuando antes de realizar la TPN los futuros padres ya habían seleccionado un óvulo y un espermatozoide para su proyecto reproductivo. Si los padres ya habían seleccionado dichos gametos entonces la decisión de emplear la TPN no afecta cuáles gametos se fusionarán. Aun cuando esto es cierto esta excepción debe ser considerada como ‘meramente académica’, pues en la práctica clínica nunca se elijen dos gametos específicos por adelantado.

13. Aquí persona se tiene que entender como un término técnico: “un ser pensante inteligente dotado de razón y de reflexión, y que puede considerarse a sí mismo como el mismo, como una misma cosa pensante en diferentes tiempos y lugares; lo que tan sólo hace en virtud de tener su conciencia.”(Locke 1992, Libro II, capítulo 27, parágrafo 9).

1. Esto mismo sucede cuando mujeres con enfermedades del ADN mitocondrial deciden por la adopción de infantes.

2. Las TRM también podrían ser utilizadas para tratar otros trastornos de fertilidad, aun cuando por el momento esto no se haya discutido a profundidad (Coghlan 2016).

14. “We also believe that research efforts should not be divided between MST and PNT, since the latter, besides not presenting any advantage in terms of safe-ty and efficacy, presents more ethical difficulties, insurmountable for many, that must be taken into account in the context of a pluralistic society.”

3. Cabe aclarar que sólo existe un caso registrado en la literatura académica de herencia mitocondrial paterna (Schwartz and Vissing 2002).

4. Dirijo al lector al artículo de Vardit Ravitsky et al. (2015) y al de Erica Haimes y Ken Taylor (2015) para una discusión sobre cómo los términos utilizados, cuando se habla en conjunto de la THM y la TPN, pueden impactar tanto el debate ético como el político sobre dichas técnicas.

15. En otro lugar defiendo la postura liberal.

16. En el Reino Unido se ha favorecido no realizar DGP de manera posterior a THM o TPN. La razón detrás de esto es reducir el número de intervenciones a las que el embrión se ve sometido (HFEA 2013; Appleby 2015). Por otra parte, en Estados Unidos de América se ha favorecido realizar DGP. La razón detrás de esto es que en Estados Unidos de América se ha recomendado que en las primeras aplicaciones clínicas de las TRM sólo se transfieran embriones del sexo masculino (Institute of Medicine of the National Academies 2016).

5. Aun cuando la postura que diferencia moralmente entre las intervenciones de línea somática y línea germinal es muy popular, por ejemplo Jürgen Habermas (2003) y Miachel Sandel (2009) la mantienen; es importante aclarar que no todos los filósofos mantienen que existe una diferencia moral entre las modificaciones de línea somática y línea germinal, por ejemplo Nicholas Agar (2004) y John Harris (2010) mantienen que no hay una diferencia moral entre ambas.

17. La versión de la posición gradualista que reconoce que el embrión humano tiene un valor moral mínimo mantendría que la THM es ligeramente superior a la TPN.

6. Por juicio contrafáctico me refiero a aquel que se hace cuando se pregunta: ¿Qué hubiera ocurrido si la acción que se llevó acabo no se hubiera llevado a cabo (Feinberg 1986; Purshouse 2016)?

7. El único caso en el cual podemos hacer un juicio moral sobre la técnica ‘A’, en tanto que trae a la existencia a ‘B’, es si la vida de ‘B’ es una vida con tanto sufrimiento que para ella sería mejor no haber existido nunca (lo que se conoce como wrongful life cases).

8. Una visión contrafáctica del daño asevera que: un acto ‘x’ daña a alguien cuando dicho acto hace que aquel alguien esté en una peor situación que en la que ella de otra manera estaría. (Boonin 2014, 3).

9. A esta postura se le conoce como ‘esencialismo gamético’ (Parfit 1984, 312).

10. “PNT, it is argued, is a form of therapy based on embryo modification while MST is, instead, an instance of selective reproduction.” Todas las traducciones son hechas por el autor.

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