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consejos para mejorar la concentración
Según la Real Academia de la Lengua Española, la concentración es “la acción y efecto de centrar intensamente la atención en algo”.
Para nuestra vida diaria, es importante aprender a concentrarnos. Tener una buena capacidad de concentración nos ayuda enormemente a ser más efectivos a la hora de realizar cualquier tarea. Las bondades de tener una buena concentración son muchas: aumentan nuestra memoria, nuestra efectividad en la toma de decisiones, nuestra precisión y nuestra agilidad en el reto que tengamos entre manos.
Tener una buena concentración está muy ligado a poder retener y recordar mucho mejor. En este sentido, la concentración es una buena virtud para tener una memoria fluida. Si logramos desarrollar la concentración, nuestra memoria también mejorará.
Las estrategias básicas para concentrarse están vinculadas a dos aspectos fundamentales: evitar distractores externos y, por otra parte, contar con un estado mental con un nivel de activación adecuado para poder mantener la focalización en la tarea durante cierto tiempo.

Con el fin de aclarar los aspectos y circunstancias que nos permiten potenciar la focalización, en el artículo de hoy hemos recopilado nueve estrategias y técnicas que pueden ayudarte a mejorar estas capacidades tan útiles para la vida diaria.
1. Descansa las horas suficientes
Un punto básico: para poder concentrarnos bien necesitamos estar descansados. Dormir las horas suficientes nos proporciona la recuperación cerebral y cognitiva necesaria para poder rendir perfectamente al día siguiente. Dormir bien nos proporciona un estado de lucidez en vigilia.
Es un consejo habitual para los estudiantes: el día anterior a un examen, hay que dormir bien. Porque si no se descansa lo suficiente, en el momento del examen vamos a estar dispersos y vamos a tener menos memoria. Durante las horas en que dormimos, el cerebro realiza un “reseteado” de ciertas funciones, preparándonos para que el día siguiente podamos procesar mucho mejor la información y los estímulos. Además, dormir ocho horas es también muy bueno para nuestra memoria a largo plazo.


Es fundamental que durmamos las horas necesarias, para que nuestro estado mental sea lo suficientemente lúcido como para mantener la atención. Cuando estamos cansados o hemos dormido mal, el cerebro se resiente y los procesos mentales asociados a la memoria y la focalización no pueden rendir al 100%. Además, la falta de sueño puede producir molestias en los ojos y visión borrosa de manera transitoria, lo cual es un grave inconveniente. Por tanto, como base de todo, un buen descanso.
2. Masca chicle
Puede parecer un poco extraño, pero masticar chicle es bueno para nuestra concentración. Así lo indican distintos estudios científicos: masticar chicle nos ayuda a recordar información en el corto plazo.

Además, puede ser un elemento que nos permita concentrarnos mejor en la tarea que debemos realizar, sobre todo en exámenes y pruebas que precisen de nuestra memoria auditiva y visual.
3. Escribe con papel y bolígrafo Estamos muy acostumbrados a escribir las cosas en el teclado del ordenador. Es un método de escritura automático y que nos permite muchas cosas positivas, pero no es lo mejor para nuestra concentración ni para nuestra memoria. Si escribimos a mano, nuestro cerebro hará un esfuerzo superior para concentrarse y recordará más fácilmente los datos y apuntes que salgan de nuestro puño y letra, según ha explicado Lizette Borreli para Medical Daily. Una mejor concentración cuando redactamos las ideas será un apoyo para nuestra memoria a largo plazo. que será capaz de rescatar esos datos días e incluso semanas después.
4. Gestiona el estrés ¿Eres muy proclive a padecer estrés? Cuando estamos en un estado de tensión vemos muy reducida nuestra capacidad para focalizarnos en algo.
Para que nuestra mente pueda realizar una actividad cognitivamente demandante durante un rato, necesitamos gozar de un estado mental que no sea ni excesivamente relajado (que nos induciría al sueño y a la escasa retención de datos) ni excesivamente activo (en cuyo caso estaríamos tan nerviosos que simplemente no seríamos capaces de focalizarnos en una sola tarea).
Algunos trucos para gestionar el estrés son tan simples como apretar fuerte el puño o una pelota anti-estrés, durante un minuto. Este acto va a liberar nuestras tensiones por un buen rato. Pero, si sufres un estrés más permanente, lo óptimo será que te pongas manos a la obra para solucionar el problema. Asimismo, es importante que tengamos una buena salud física: mantenerse bien hidratado, realizar deporte a menudo...
5. Juega al ajedrez Si hablamos de aumentar nuestra concentración, el ajedrez es el deporte rey. Este juego nos exige una gran capacidad de concentración para analizar cada situación que se produce en el tablero, tomar decisiones acertadas y anticiparnos a los movimientos del rival.