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CON GARRA

Un gol de Córdova echa al odiado rival Rayados y Tigres es el primer finalista

Por Carlos Ruvalcaba

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Con un salvador Sebastián Córdova, Tigres derrota 1-0 (2-1 en el global) al líder Monterrey en el Clásico Regio y consiguen su pase a la final del futbol mexicano, donde espera al América o a Chivas

Los primeros minutos fueron de mero análisis por parte de ambas escuadras, ninguno se lanzó al ataque de forma desmedida, sino todo lo contrario, se examinaba el uno al otro. Prometía un partido más de tensión que de espectáculo, especialmente por la postura de los felinos” quienes se plantaron con una línea defensiva de tres centrales y dos laterales para apostar al contragolpe.

Al 8’, apareció el hombre protagonista, el experimentado portero Nahuel Guzmán volvió a cometer un error que para su suerte no se vio reflejado en el marcador como en el partido pasado. El argentino se equivocó al querer jugar con los pies y el balón fue obstruido por Rogelio Funes Mori, quien no pudo quedarse con la pelota ante la capacidad de reacción del mismo meta que había excedido su calidad en una zona tan peligrosa.

Y a pesar del planteamiento timorato de Robert Dante Siboldi, Tigres se fue, poco a poco, apoderándose del esférico, del medio campo. Mientras que La Pandilla apostaba por los pases verticales y la altura de Berterame y Rogelio para generar peligro, pero esos tres centrales vestidos de amarillo bloquearon cualquier intento.

El golpazo más fuerte del encuentro fue un choque de cabezas entre Jesús Angulo y Funes Mori, quien fue el más afectado tras descalabrarse la parte superior de la cabeza.

El equipo de conmociones ingresó de inmediato y después de curar su herida y colocarle el clásico gorro de nadador para contener la hemorra- gia, regresó al pasivo juego.

Al minuto 41, ni el gorrito pudo evitar que el argentino dejara de sangrar de su herida, así que se vio forzado a salir del campo y a cambiarse por segunda vez la playera.

Y el combate ya no estaba entre Rayados y Tigres, sino entre el vendaje y el argentino, que tuvo que salir nuevamente del campo por la intensa hemorragia. Para su suerte y para la de algunos somnolientos aficionados, el silbante Luis Enrique Santander pitó el final de una insípida primera parte.

Las acciones se reiniciaron y cada equipo se dedicó a soltar patadas y pegar de jalo- nes para cortar los circuitos del otro, mientras tanto, la lluvia que caía desde el arranque del juego, ya era más intensa que los 22 jugadores de la cancha. Los de la UANL eran los obligados a encontrar el marcador, pues el empate de 1-1 que obtuvieron en la ida no les iba a ser suficiente para avanzar a la final por la posición en la tabla. Fue hasta el 57’ que les cayó el veinte y el profe Siboldi reajustó sus piezas: suplió al discreto mediocampista Fernando Gorriarán por el delantero Nicolás Ibáñez, y entonces el equipo se mostró mucho más ofensivo, así que el turno de defender le tocaba a Monterrey, por lo que Manuel Vucetich realizó tres cambios a los seis minutos después. Maximiliano Meza, Funes Mori y Celso Ortiz fueron cambiados por Jordi Cortizo, Rodrigo Aguirre y Omar Govea, respectivamente. Hasta el 68’ llegaron las aproximaciones y el partido logró despertar al Gigante de Acero, aunque las estadísticas arrojaron sólo un disparo por cada equipo. Vinieron más cambios: salió Diego Reyes, Jesús Ángel García y Juan Pablo Vigón por Luis Quiñones, Nicolás El Diente López y Diego Lainez, respectivamente. Maniobras claves para que el partido se rompiera. Así llegó el grito de gol al 74’ en una jugada de tiro de esquina a favor de Rayados. Nahuel Guzmán se equivocó en la salida y dejó descubierta la portería para que Héctor Moreno metiera el tanto más fácil de su vida. Al final, el VAR fue el aguafiestas e invalidó la anotación por fuera de lugar. La dinamita explotó en el arco de Monterrey cuando Quiñones desbordó por derecha y envió un servicio a Sebastián Córdova, quien sólo empujó la pelota al fondo de las redes para poner la ventaja a su favor en el global (2-1) y así soñar con una nueva final. Sebas , además de anotar el gol que a la postre fue el de la victoria, salvó una jugada clave del Monterrey, un disparo amenazante fue obstaculizado por la pierna del mexicano. El mediocampista se echó al equipo al hombro y de paso al líder del campeonato, a su acérrimo rival.

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