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Todos somos Escuela Viaje a Escandinavia La rodilla que no viajó a los fiordos

Escandinavia

POR MAITE

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Viajar permite huir de la rutina diaria, del miedo al futuro. Graham Greene

POSIBLEMENTE la primera premisa la hemos cumplido todos los que formamos el grupo de viaje a Escandinavia, es decir, por ocho días dejamos las rutinas de horarios, comidas e incluso temperatura atmosférica por otra nueva y desconocida; sin embargo, la segunda, la de perder el miedo al futuro, no estoy yo tan convencida de que todos lo hayamos al menos, si no conseguido, deseado. Realmente los países escandinavos son desde nuestra perspectiva mediterránea un horizonte de futuro. Son países ricos, democráticos, ecológicos, ordenados, amantes de la naturaleza, silenciosos, pacíficos... países que se adelantan al futuro mediante una tecnología eficaz y práctica. Entre estos países se encuentran dos de los que visitamos, Suecia y Noruega. Suecia situada en el norte de Europa está entre los diez países con mayor renta per cápita, tiene una superficie de 447.430 km2. Y una población de 10.230.185. (España en 2018: 46,72 millones de habitantes y 505.990 km2 de extensión) las diferencias entre los dos países hablan por sí solas. El Índice de Desarrollo Humano o IDH, que elabora las Naciones Unidas, indica que los suecos se encuentran entre los que mejor calidad de vida tienen. La conservación de la naturaleza, la protección del medio ambiente y la eficacia energética son, por lo general, una prioridad en la formulación de políticas y cuentan con acogida por gran parte del pueblo. Su modelo de bienestar brinda asistencia sanitaria universal y educación gratuita a sus ciudadanos. Suecia cuenta y ha contado desde hace tiempo con un alto número de emigrantes que provienen de Finlandia, de Irak, la antigua Yugoslavia, Somalia, Turquía Polonia, Rumania... Además, Suecia es el hogar de la comunidad europea que más grande exiliados sirios alberga. Estocolmo es su capital. Está situada en un archipiélago de 14 islas sobre las que se sitúa

la ciudad y provincia de Estocolmo. Es a menudo conocida por su belleza, sus edificios y arquitectura, su agua limpia y abierta y sus numerosos parques, jardines y canales. Forma parte del grupo de ciudades conocidas como las "Venecias del Norte", debido a sus numerosos canales se conoce a Estocolmo como una ciudad entre puentes. Fue premiada con el título Capital Verde Europea 2010. El avión que nos llevó desde Madrid, Air France nos dejó en su capital a eso de las 11.30 del mediodía, hora española y sueca pues no hay diferencia horaria y como el hotel no estaba en la misma ciudad nos dieron la opción de recorrer la parte histórica que se halla situada en la isla denominada Gamla Stan, en ella está el centro histórico de la ciudad que vimos al día siguiente. Poco tiempo para ver todo lo que esta monumental capital nos ofrecía, pero nos pudimos hacer una idea visitando el ayuntamiento en cuyo salón dorado, que no es dorado, se celebra el banquete de honor de los premios Nobel; el resto de monumentos y plazas las recorrimos con chubascos y ratos de sol, su enorme y barroco palacio real, que tiene 609 habitaciones y es uno de los mayores del mundo, la catedral del Salvador, el museo Vasa, la plaza mayor con sus dos típicas casas de colores, el museo Nobel, el palacio de conciertos, lugar en el que se lleva a cabo la ceremonia de la entrega de los Nobel, bien guardado por una increíble escultura, la fuente de Orfeo de Hötorget, que está a las puertas del mismo. Evidentemente nos quedaron muchas cosas por ver pero el tiempo es lo que tiene, da de sí lo que da de sí, no obstante como teníamos la tarde libre nos fuimos por nuestra cuenta a ver el famoso y desconocido metro de Estocolmo. Según ellos una galería de arte, la más larga de la ciudad, según nosotros un rato divertido en un metro desconocido que nos libró de la lluvia. El metro tiene tres líneas que nosotros recorrimos, no enteras, para buscar las estaciones más recomendables. Como pondrán alguna foto en el periódico, dejamos el juicio del mismo al respetable. Y como no, Suecia es el país de Alfred Bernhard Nobel que fue un químico, ingeniero, escritor, inventor y fabricante de armas sueco, famoso princi-

palmente por la invención de la dinamita y otras armas mortíferas. Parece ser que un año más o menos antes de morir leyó en un periódico francés la noticia de su propia muerte con un horrible epitafio que decía: "Ha muerto el mercader de la muerte". El periódico francés que dio la noticia lo había confundido con la muerte de su hermano. Se piensa que este hecho le obsesionó de tal manera que se propuso remediarlo de alguna forma legando la mayor parte de su capital a premiar a la humanidad por realizar obras en favor de la misma. Una hemorragia cerebral le causó la muerte cuando estaba en su hogar en San Remo, Italia, el 10 de diciembre de 1896 a la edad de 63 años. Se calcula que su fortuna en el momento de su muerte era de 33 000 000 de coronas, de las que legó a su familia apenas 100 000 coronas. El resto fue destinado a los Premios Nobel. Todos los Premios se entregan el 10 de diciembre, día en que murió Alfred, en Estocolmo, salvo el de la Paz que se entrega en Oslo. Y sin prisas pero sin pausa al día siguiente nos embarcamos, en autobús, para recorrer más de 500 km hasta llegar al nuevo país, Noruega, y más concretamente a su capital Oslo. En cuanto al país decir que desde la Segunda Guerra Mundial, el país ha tenido un rápido crecimiento económico y en la actualidad es uno de los países más ricos del mundo. Noruega mantiene el modelo nórdico de bienestar con atención médica universal y un sistema de seguridad social integral, y sus valores están arraigados en ideales igualitarios. El estado noruego tiene grandes reservas de petróleo, gas natural, minerales, madera, mariscos y agua dulce. Un dato actual, el Fondo de Pensiones Global del estado noruego, que invierte los ingresos de gas y petróleo en el extranjero, ganó 99.780 millones de uros hasta junio de este año. Oslo, llamada Cristianía en español, es la capital desde 1624 a 1897 y la ciudad más poblada de Noruega, además de ser su centro político, económico y cultural. Según el censo de 2018, su población era de 673 469 habitantes. Es la tercera ciudad y área urbana escandinava más poblada, solo superada por Copenhague y Estocolmo. El viaje estaba organizado de tal forma que dedicamos muchos más día a este segundo país, el país de los fiordos, el país del agua. Casi todo lo que vimos tuvo que ver con el agua, la que caía del cielo y la que brotaba de la naturaleza en inmensas y repetitivas cascadas; mi pensamiento voló reiteradas veces a África. Qué mundos tan distintos, a veces daban ganas de decir, qué injusta la vida que a unos les da tanto y a otros tan poco, aunque a estas alturas todos sabemos que eso no es del todo cierto. Así como Estocolmo es una ciudad monumental, Oslo es una pequeña ciudad, casi provinciana, pequeña, acogedora. El recuerdo más vivo de ella

es una calle, Karl Johans Gate, que parte del palacio real que está en una colina y termina en el propio fiordo de Oslo, donde se ubica el nuevo palacio de la ópera, metido en el agua que talmente parece un iceberg o un glaciar. Una belleza. Y vimos jardines con múltiples flores combinadas con tal gusto que nos parecía no haber visto nada igual, y teatros, y museos e iglesias y algo más impresionante, el parque Vigeland con más de 200 estatuas de granito que representan distintas situaciones y momentos de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, desde la niñez, la juventud hasta la vejez, y todas ellas reflejando distintas emociones de esos momentos. Es difícil recordar todo lo que vimos e intentar describíroslo sin aburriros. Terminaré diciéndoos, que vimos glaciares, que tristemente estaban disminuyendo, paisajes increíbles de un verde muy verde, estaciones de saltos de esquí, y los fiordos, esas lenguas de mar que han entrado hasta el cauce hecho por los glaciares pero que como dijo una compañera, son como "los arribes del Duero" a lo bestia. Y terminamos en la ciudad de Bergen con sus famosas y coloridas casitas de madera, un antiguo barrio mercante, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. A pesar de la benevolente naturaleza los habitantes de estos países también contribuyen a que esa naturaleza se conserve. Lo comentado de Estocolmo respecto a la ecología aquí en Noruega está corregido y aumentado. Son conscientes del futuro negro que tenemos, en cuanto cambio climático y tratan de trabajar por ello. La estudiante sueca Greta Thunberg así lo demuestra convocando los viernes a los estudiantes de todo el mundo para que los políticos tomen conciencia del cambio climático. Estos son los países visitados, Suecia y Noruega, países ricos, con fuertes impuestos y por ello muchas prestaciones en sanidad y educación, pero también con una conciencia ecológica envidiable. Y también hubo algo que no olvidaremos, además del salmón y fueron "los días sin fin", no podíamos creerlo pero tanto en Estocolmo como en Noruega no se llegó a hacer noche cerrada nunca. Al llegar el verano, en esta época del año el sol no se oculta por completo durante la "noche" por lo que hay claridad durante las 24 horas del día con variable intensidad. Menos mal que las habitaciones tenían buenas cortinas si no... no hubiéramos podido ver tanta belleza porque nuestros ojos estarían cerrados por el sueño y el cansancio que la dura vida del turista acarrea. Y como siempre, el grupo estupendo, este año más numeroso, 33, pero como siempre armónico, amistoso y con muchas ganas de disfrutar. Una gozada.

La rodilla que no viajó a los fiordos

POR SEVE VELASCO

A LARODILLA le hacía mucha ilusión conocer los fiordos, los noruegos; le apetecía desde que era una rodilla adolescente. A la rodilla izquierda. A la derecha también le apetecía así que prepararon la maleta, el denei y la tarjeta de crédito, que allí todo es más caro. El itinerario, apetecible; la compañía, excelente y el pronóstico del tiempo, favorable, es decir algo lluvioso, que no se olvide el chubasquero. Primera parada, Estocolmo. Visita rápida, como todas, incluso escasa. La rodilla desearía encontrar y seguir la huella de Selma, Selma Lagerlof, la tercera mujer en recibir un nobel, y a primera en el de Literatura, allá por el año 1909. Empeño imposible, porque la casa familiar, hoy museo, en la que vivió y murió Selma, está alejada de Estocolmo, en Mårbacka, y no está prevista en el itinerario. Pero no importa, Selma es una amiga desde hace muchos años, allá en los 70, cuando La leyenda de Gösta Berling y El maravilloso viaje de Nils Holgerson a través de Suecia llegaron a casa, así que seguiremos conformándonos con sus libros, y con revivir su gloria en el ayuntamiento, en el salón de entrega de los premios. En Suecia solo se visita Estocolmo, así que tampoco es posible hacer un recorrido por los lugares donde el inspector Wallander vive y trabaja, Malmö. Como no se puede tener todo en la vida la rodilla se resigna y sabe Henning Mankell, el padre literario de Wallander, la perdonará a cambio de que siga leyendo sus libros, los policiacos y los no policiacos. La rodilla resiste heroicamente los kilómetros que la separan de Noruega, siguiente punto del viaje. En Oslo se las promete muy felices porque allí está la Casa Museo de Ibsen, en la que el autor vivió los últimos once años de su vida. Cerrada por obras. Pero seguimos teniendo a Nora, la protagonista de Casa de muñecas; parece mentira que una obra que escandalizó en su tiempo, se estrenó en 1879, siga tan de actualidad. Henrik Ibsen fue un autor prolífico. Escribió poesía, dirigió teatro en Bergen y Cristianía y se interesó por las tradiciones y el folklore, Peer Gynt, el héroe noruego, es uno de sus dramas, con música de Grieg. La rodilla se resigna, ya que no se puede visitar su casa lo compensará releyendo otra de sus obras teatrales, Un enemigo del pueblo, que también sigue de actualidad. Qué pena. La rodilla había leído en su juventud a otro escritor noruego, Knut Hamsun. Había dos obras míticas suyas, Hambre y Pan. Con el tiempo se convirtió en un autor proscrito ¿qué habría hecho? Buscando en la Wikipedia para preparar el viaje (porque la rodilla es cotilla y quisquillosa y quiere enterarse de todo) se descubre el pastel: convencido defensor del nazismo hasta el punto de regalar la medalla de su premio Nobel a Goebbels. Ser un hombre horrible no impide que su obra Hambre sea una importante contribución al intento de entender las oscuras profundidades de los seres humanos en el mundo moderno. La rodilla izquierda se pregunta por las escritoras noruegas. Su gemela encontró a una perfecta desconocida, Sigrid Unset, también premio Nobel en 1928, pero ninguna de las dos conoce su obra; habrá que remediarlo, así que lo anota para pasar por la biblioteca al volver de los fiordos, a ver si encuentra algún libro suyo, por ejemplo, Cristina, hija de Lavrans. A estas alturas del viaje las

Lagerlof, Holgerson, Mankell, Ibsen, Sigrid Unset, Orstavik... Afalta de un viaje físico las rodillas de Seve hacen uno literario a los fiordos escandinavos

dos rodillas dedican un rato del trayecto en autobús a hablar de lo poco que conocen de literatura, de cine, de arte en general, de Suecia y Noruega. De los países nórdicos. De los países escandinavos. De los Pirineos para arriba, ya si nos descuidamos. Las películas de Bergman , porque las rodillas ya tienen una edad, los cuadros de Munch, la música de Grieg y Sibelius y pare usted de contar. ¡Ah, sí! Los autores actuales de novela negra. En total, nada, prácticamente nada. Pero la rodilla izquierda no quiere ser pesimista porque, con la ilusión del viaje, buscó en Gil, su librería de cabecera, con la ayuda de Sara, su librera, que conoce perfectamente los gustos de las dos rodillas y del resto del cuerpo, de la cabeza, incluso, y encontró dos joyas actuales que, además, son obra de mujeres, siempre más escasa y difícil de encontrar. Las leyó antes de coger el avión y la sorprendieron mucho. Así que deja de hablar con su hermana para concentrarse en el paisaje y tratar de entender, para descifrar algunos misterios encontrados en esos dos libros. Mujeres de los fiordos es el título de uno de ellos. Es una antología de relatos escritos por once autoras noruegas, la más joven de 35 años, la mayor de 85. Dos son de Oslo y una de Bergen ¡qué ilusión llegar a Bergen! La rodilla disfrutó mucho con esa lectura, los cuentos le parecieron preciosos pero el mundo que se vive en ellos, Noruega de sur a norte, le pareció un mundo frío, deshumanizado diría, gélido incluso. Las relaciones entre los diferentes personajes, sin importar su edad o condición, le habían parecido distantes, sin calor humano, con incapacidad de hablar y de comunicarse. Al terminar la lectura le había quedado como un regusto de tristeza. Después leyó Amor, una novela breve, de unas 160 páginas. La autora, Hanne Orstavik , una mujer en su madurez como escritora. La rodilla reconocía a los personajes y la historia y es que el primer capítulo formaba parte de la antología anterior. Y se repetían las sensaciones pero ahora más duras. No sobra ni falta ninguna palabra, la narración es exacta, precisa, sin adornos, sobria, muy sobria. Tristeza es poco: era más bien sensación de derrota la que le quedaba a la pobre rodilla al terminar la lectura, lectura preciosa y que merece la pena, sí. Cambió de postura la pobre rodilla, que los asientos del autobús en los viajes se hacen potros de tortura y el recuerdo de la novela la estaba agobiando un poco. El autobús hizo un movimiento brusco y la rodilla izquierda abrió los ojos. Espantando las telarañas intentó reconocer a sus compañeros de viaje, a la rodilla derecha, sentada a su lado. Pero solo pudo reconocer la oscuridad de su dormitorio y recordar, entre sueños de tristeza y melancolía, que nunca había subido al avión camino de los fiordos y que su sueño de adolescencia tendría que esperar otra ocasión.

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Vacaciones

POR MARISA

ESTEAÑO las vacaciones las hemos realizado en los países bálticos, Noruega y Suecia, en conjunto han sido fantásticos, pero han tenido momentos con bastante tensión, y a mi corto entender, no voy a culpar solo a la Comunidad de Madrid, que también tiene parte de culpa, por abaratar los precios en detrimento de la comodidad del viajero, de entrada las distancias son muy grandes y nos hemos pasado la mitad de las vacaciones en un autocar, a mitad de recorrido ha habido un viaje de 10 horas y para colmo al llegar al hotel a las ocho de la noche con media hora para la cena, nos encontramos con algunas habitaciones s in hacer, con lo cual la ducha de refresco para después del viaje, nada , al reclamar en recepción, te encuentras con que no hablan español y el guía ( muy majo)… entre comillas, tampoco es un experto en noruego y sacamos en conclusión que no tienen ni una habitación libre, a si que a cenar con la pringue del viaje y sin poder cambiarte lo más íntimo, una delicia. Hicimos una excursión de alta montaña en el ferrocarril de Flám desde la estación de Mirtal al comienzo del fiordo de Aurland, no hay en todo el mundo un ferrocarril más empinado que este. Tardaron en construirlo 20 años y transcurre por dentro y fuera de la montaña, por los 20 túneles que tiene y que fueron excavados a mano por lo abrupto del terreno, el tren tarda una hora en recorrer 20 km. El viaje entre Mirdal y Flám ofrece unas vistas panorámicas sobre algunas de los paisajes mas salvajes y grandiosos de la naturaleza noruega. La última parada de nuestro viaje fue a Bergen, conocida por su hermosa localización al abrigo de siete montañas y por una serie de construcciones características que se encuentran catalogadas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Una parte indispensable de visitar en Bergen, un paseo en el teleférico de Floibanen que se eleva a 320mts. Sobre la ciudad y ofrece el más maravilloso espectáculo de la ciudad y sus alrededores. Algunos fiordos alcanzan tanta profundidad como altura tienen sus acantilados, el que nosotros visitamos en el viaje, alcanzaba los 1.400 metros. Llamado el fiordo de los sueños las vistas son maravillosas, con pueblecitos al pie de las montañas que parecen postales de Navidad, con cascadas espectaculares y granjas preciosas. El tiempo nos acompañó, salvo un par de chaparrones, pero eso no nos quito las ganas de pasarlo bien y divertirnos a tope, en resumén un viaje inolvidable que me dejo unas ganas a que hubiera sido un poquito mas largo sin tanto tiempo libre y más visitas a lugares históricos para conocer más la cultura escandinava.