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La peruanidad de Maynas

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Bibliografía

Bibliografía

Es deplorable que aun autores a los que debemos reputar como serios, tal como quien fuera Canciller del Ecuador y firmante en nombre de su país del Protocolo de Río de Janeiro, Julio Tobar Donoso, en su clásico libro La invasión peruana..., señala en la página 6 unas extrañas expresiones del "probo y sabio Ministro peruano Unanue"; curiosamente, luego de esa alabanza a la personalidad del sabio peruano, le atribuye expresiones que llevarían a que todo lo perteneciente a la orilla izquierda del Marañón debía pertenecer al Ecuador. Es lamentable que Tobar se escude específicamente en la Guía de 1793 que editó Unanue. Señalamos estas incoherencias por respeto a la verdad, aunque sabemos que los derechos en Jaén vienen de la libre determinación de su pueblo. La mencionada Guía contiene un mapa que no respalda las afirmaciones de Tobar y más aún, en la página 277, al mencionar a los clérigos del Obispado de Truxillo figura en Jaén: "Vicario: Don Joseph Muñoz Ponce. Curatos 7". La página 274 incluye un Cuadro del "Estado del Producto y Distribución de Diezmos del Obispado de Truxillo, comprehensivo del Sexénio corrido de 1774 á 1779"; allí figuran: Truxillo, L a m b a y e q u e, C a x a m a r c a, H u a m a c h u c o, Piura, Jaén y Chachapoyas. Jaén aparece con un producto de 4,450 pesos. Queda claro que el Obispado de Trujillo conservó b a jo su jurisdicción a la provincia de Jaén, ya agregada antes al Virreynato de Santa Fé. Mas todos estos datos, reiteramos, no los mencionamos sino para restituir la verdad, desmintiendo las expresiones atribuidas al sabio Hipólito Unanue. No niega el Perú que al crearse el Virreinato de Nueva Granada, Jaén pasó a integrar aquella jurisdicción. C o mo en el caso del manejo indebido de esta Guía, muchas veces autores ecuatorianos han hecho mal uso de las Guías de Forasteros pretendiendo que en ellas no se consignan los territorios y autoridades sometidas al Virreinato del Perú.

La peruanidad de Maynas

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Junto a Tumbes y a Guayaquil, no se pueden entender las iniciales relaciones peruano-ecuatorianas si no se hace frente al tema relacionado con la peruanidad de Maynas.

Hoy, Maynas es una de las provincias del departamento de Loreto, precisamente la que tiene por capital a Iquitos, a su vez capital del departamento. Pero la extensión territorial de Maynas, hoy, es mucho menor que la que poseía la jurisdicción de tal nombre en los días virreinales. C o mo ya sabemos, hasta 1717 sólo existió en Sudamérica un Virreinato, el que fuera creado en 1542. Así, las leyes de Indias editadas en 1681, Libro V, Título II, Ley primera, mencionaba los territorios (distritos) que comprendían los Virreinatos de Perú y Nueva España. Al Perú le correspondían los territorios audienciales de Panamá, Lima, Santa Fé, Charcas, San Francisco de Quito, Chile, Trinidad y Puerto de Buenos Aires. En el siglo XVIII, como ya hemos señalado, la administración borbónica reorganizó sus posesiones americanas. En lo referente al norte del Virreinato peruano, se le segregó territorios para dar origen al Virreinato de Santa Fé o Nueva Granada, nombre este último que prevaleció. Por decreto del Rey del 29 de abril de 1717 y Real Cédula del 27 de mayo del mismo año, se refundían en la nueva entidad virreynal los territorios que habían estado anteriormente b a jo la jurisdicción de las audiencias de Quito y Panamá (que quedaron suprimidas), agregándose los territorios de la Comandancia de Caracas que venían dependiendo de la Audiencia de Santo Domingo. La experiencia demostró que los resultados de esta secesión realizada en territorios del antiguo Virreinato peruano no eran positivos, por lo que se suprimieron en 1723. Parte de los malos resultados provenían, por ejemplo, de la eliminación que se había hecho de la Audiencia de Quito. C o mo esta medida no mejorara la situación, una Real Cédula del 20 de agosto de 1739 dispuso el restablecimiento del Virreinato, esta vez manteniendo la subsistencia de las audiencias de Panamá y Quito. La segregación de Maynas del territorio peruano estuvo implícita al crearse el Virreinato neogranadino, lo que ocasionó simultáneamente el aislamiento de los territorios amazónicos por las dificultades para comunicarse con Quito; de todo esto aprovecharon hábilmente los colonos portugueses para ir expandiéndose. La tarea catequizadora, que hasta 1767 habían llevado a efecto los jesuitas (expulsados ese año), se vio debilitada para contener las avanzadas portuguesas desde el este. Fue tan evidente lo que venimos diciendo que el presidente de la Audiencia de

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