2 minute read

Vidaurre contra Vidaurre………………………….……..........……........…249

Next Article
EPÍLOGO

EPÍLOGO

en garantes de la paz interna y únicos defensores de la integridad nacional. Se han creído Perú. Todos sus atropellos a la democracia han sido aceptados con pocas reticencias por los pocos gobiernos civiles, sabedores que necesitan de los militares para sobrevivir.

Rechazar la intrusión militar en la vida civil ha sido tabú en el Perú. Enfrentarse a las FFAA era un asunto peligroso, pocos historiadores se han atrevido a ello, la mayor parte se ha limitado a proporcionarnos fechas, datos, nombres, sin enjuiciar las graves consecuencias que ha dejado en nuestro espíritu nacional la injerencia y el atropello de los militares en cada golpe de estado y, lo que es peor, los grandes historiadores peruanos no sólo no han denunciado sino que han edulcorado o hasta justificado los golpes de estado de militares ambiciosos achacando estos al grado de descomposición de las instituciones democráticas.

Advertisement

Los motivos expuestos me han obligado a escribir el presente ensayo. Advierto al lector que éste no es imparcial, como tampoco lo sería aquél que atacase la tortura, la violación o el asesinato. Pretendo demostrar, basado en referencias históricas veraces y contrastables, lo nefasto que ha sido el militarismo para el desarrollo del país. Cada vez que los líderes militaristas, civiles o militares, han usurpado el poder para salvar a la nación, la situación ha empeorado mientras que ellos se enriquecían, enriquecían a sus amigos atropellando los derechos humanos de sus compatriotas. Los gobiernos en que se ha robado más han sido los gobiernos militaristas, sin embargo, casi todos ellos han escapado de ser juzgados por sus escandalosos latrocinios. Seríamos demasiado cándidos para creer que el arrepentimiento oportunista e inevitable de unos generales, y el encarcelamiento de otros el año 2001 va a cambiar dos siglos de mal ejemplo y catequesis de los que predican que lo que falta en el Perú es mano dura.

También intento subrayar, sin importar su corriente liberal o conservadora, el pensamiento de tantos políticos que durante casi dos

siglos han luchado, hasta ahora estérilmente, por hacer un Perú democrático y solidario con su diversidad.

Desde que otro objetivo es demostrar que la enseñanza de la historia en el Perú a influido en la distorsión de los valores democráticos de sus ciudadanos, el peso de la bibliografía * ha recaído en autores de este país. Sin embargo, hemos recurrido a historiadores extranjeros cuando la información peruana era insuficiente o cuando se creyó necesario contrastar los hechos. Por otro lado, resulta curioso, y da pie a especulaciones de diversa índole, que el estudio del militarismo en el Perú haya interesado a los estudiosos extranjeros, principalmente estadounidenses, desde su etapa a fines del siglo XIX, como muy temprano, y principalmente en el siglo XX, años que este volumen no cubre.

Una última observación, el militarismo del Perú no es “sui generis”, diferente ni especial, como quisiera argüir el equívoco orgullo de algunos de sus ciudadanos. En el análisis y hechos que relatamos se pueden ver reflejados todos los militarismos de América, algunos que tuvo Europa hasta épocas muy recientes, muchos de Asia, y varios que lamentablemente existen en África.

* Aunque el ensayo está dirigido al público en general, espero que las notas al final de cada capítulo sean útiles a los especialistas en el tema.

This article is from: