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1.8 El Puente de Piedra

Osorno” y “del Consulado”. En esa última plazoleta terminaban los paseos laterales, continuando solamente la calzada central de 20 varas de ancho con dos hileras de árboles. En el extremo del Callao había también dos plazoletas, las nombradas “de Bellavista” y “de Pescadores”. Esta alameda, o por mejor decir, este camino de Lima al Callao fue mandado a construir por el virrey D. Ambrosio O’Higgins, marqués de Osorno, y se inauguró en 1799. Autor de la obra fue el ingeniero Luis Rizo y director de ella el regidor D. Antonio de Elizalde. Su costo fue de 343.600 pesos.

Alameda de Tajamar

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Durante el gobierno del virrey marqués de Villagracia, fue designado el oidor de Lima D. José de Santiago Concha, marqués de Casa Concha, superintendente de la obra de construcción de un tajamar en la banda derecha del río, frente al local del matadero de reses, el que, concluido, tuvo una extensión de 412 varas y que debía impedir que las aguas del río entrasen al barrio de San Lázaro. Entre la barranca del río y el tajamar quedó un espacio de terreno, que se convirtió, con los desmontes y el estiércol que se arrojaba en él, en un vasto muladar. El marqués proyectó aprovechar aquella extensión de terreno, abonado ya con estiércol, para formar un paseo que sirviera de ornato y desahogo a la ciudad. Esta obra se hizo, efectivamente, el año 1739. Al efecto se plantaron estacas de árboles que debían formar dos calles de 12 varas de ancho cada una. Para la conservación de la nueva alameda solicitó Santiago Concha que se la dotase de un riego de agua que se sacaría de la acequia que iba a la Alameda de los Descalzos y que estaba cercana al molino del marqués de Otero. De esa manera, decía el marqués al virrey, se formaría una hermosa alameda en sitio que antes era una ruina y constituía notorio peligro para el arrabal de San Lázaro. La solicitud del riego de agua fue atendida por el citado virrey. En el documento inédito de donde hemos tomado las presentes noticias se dice que el suelo de la alameda se abonó también introduciendo en él perros muertos.

1.8 EL PUENTE DE PIEDRA

El único puente que había en el río de la ciudad en 1861 era el llamado “de piedra”, que lo hizo construir el virrey marqués de Montesclaros en el año 1610, en sustitución del que mandó labrar el virrey D. Andrés

Puente Balta. Colección Jorge Benavides-Lima La Única

Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, y que en 1607 fue casi totalmente derribado por una inundación del río. El puente de Montesclaros fue ejecutado por el renombrado arquitecto Juan del Corral y tuvo un costo de más de 400.000 pesos, suma de dinero con la que contribuyeron todas las principales ciudades del Perú mediante el impuesto denominado sisa, que se impuso a la carne, al jabón, al sebo y al vino. A la entrada del puente, frente a las Casas Reales, se formó un gran arco de cantería y ladrillo. Este arco se averió varias veces con los temblores habidos. En 1738, cuando fue totalmente reconstruido, se colocó en él la estatua de bronce del rey Felipe V de España, obra del notable artista criollo Baltasar Gavilán. En 1746, con el terremoto de ese año, el más asolador que sufrió Lima, volvió a caer el arco y quedó destrozada la estatua del soberano de España. En el nuevo arco que se levantó posteriormente se colocó entonces un gran reloj, arco y reloj que también desaparecieron cuando en 1789 un incendio los destruyó. En 1818, el virrey Pezuela hizo reparaciones en el mismo puente y en 1902 se le ensanchó y modernizó en la forma que hasta ahora conserva. El puente de fierro llamado “de Balta” se hizo en el año 1869.

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