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Presentación

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Introducción

Introducción

1 | UN DAMERO SOBRE

EL CURACAZGO DE LIMA

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EL CURACAZGO DE LIMA Al abrirse por fin el valle del Rímac frente a ellos, Antonio Bravo y Miguel de Orenes debieron de sentirse abrumados. Las jornadas desde que partieron de Cajamarca junto a Hernando Pizarro habían sido largas y llenas de incertidumbre, y este amplio y frondoso valle en tierras del señor de Pachacamac, hogar del famoso oráculo del que tanto habían oído hablar desde su llegada al Perú, era a primera vista todo y más de cuanto les habían contado e imaginaron. Corría el primer día de febrero de 1533 y sobre el horizonte, del otro lado del “río que habla”, perdiéndose hacia el sur entre las montañas y el mar, podían ver una inmensa y verde campiña salpicada por pequeños poblados y curacazgos asentados entre fértiles tierras arrebatadas al desierto por medio de cauces y canales de regadío.

Eran los primeros españoles en contemplar este valle los encargados de profanar el sagrado templo de Pachacamac, y aunque Hernando Pizarro debió partir a Jauja tras pasar casi 30 días en el pueblo de Pachacamac, fray Miguel de Orenes y fray Antonio Bravo decidieron permanecer en el valle de Rímac. Pasarían casi dos años antes de fundarse aquí la Ciudad de los Reyes, cabecera de los reinos en conquista y capital del futuro virreinato del Perú, pero quedaba bastante clara desde ya la relevancia que adquiriría este lugar.

»El verde valle del Rímac, actual distrito de Surco, 1943. Hacia el fondo, los cerros de Monterrico.

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