1 minute read

Pinturas europeas de la Pasión en las iglesias de Lima

arrodillan por breves instantes, dicen una pequeña oración y prosiguen su visita a otras iglesias.

LOS PERSONAJES DE LAS PROCESIONES En los casi quinientos años de historia de la ciudad, muchas procesiones han recorrido sus calles y en ellas han ocurrido importantes cambios, pero hay personajes que logran trascender. Estos se mantuvieron en parte porque en estas fiestas el arzobispado trataba de regular las costumbres y hacía lo posible por controlar la participación de la gente en los actos procesionales, sobre todo en lo que se refiere al comportamiento y el vestir, aunque también respecto de los festejos que se realizaban después de las procesiones. Por ejemplo, los integrantes de las cofradías, especialmente las de mulatos y negros, tenían por costumbre organizar antes o después de las procesiones un convite a cenar en el salón, lo cual fue restringido.

Advertisement

En todo caso, el desarrollo del costumbrismo en Lima se debió en gran parte a la celebración de la Semana Santa y a las procesiones en general, y a sus personajes más representativos: las plañideras o lloronas, los penitentes, las sahumadoras, las mistureras, los hacheros y los alumbrantes, los limosneros y, por supuesto, los feligreses.

Las plañideras o lloronas de Viernes Santo Hasta inicio del siglo XIX existía en Lima este personaje propio de la Semana Santa, específicamente del Viernes Santo. Ricardo Palma hace referencia a las lloronas como una asociación de mujeres cuyo oficio era echar lágrimas y por eso se les conocía como doloridas o lloronas. Vestían totalmente de negro y se cubrían la cabeza y el rostro con un manto. Este personaje existía desde la época virreinal. El virrey Teodoro de Croix en 1786 trató de sacarlas de la escena de la Semana Santa limeña al publicar un

This article is from: