
2 minute read
Evasión en el transporte público
from 02-04-2023
by El Pinguino
Andrés Montero J.
Ingeniero Comercial U de Chile, Agricultor y Ganadero
Las cifras oficiales indican que, en Santiago de Chile, la evasión al transporte público alcanzó la escandalosa cifra de 44,04%. Esta cifra antes del estallido delictual, era cercana al 20%. La falta de autoridad, la falta de respeto a los demás, la incultura de la población, la impunidad y la llegada de 1 millón de inmigrantes a Chile, han llevado a que Santiago de Chile sea una de las campeonas mundiales de evasión. Siempre las autoridades responsables anuncian nuevos planes de fiscalización, pero en concreto los efectos son acotados y de corto plazo. Luxemburgo fue el primer país en eliminar el cobro de pasajes de transporte público y hay unas 50 ciudades europeas que han eliminado el cobro de pasaje. La diferencia con Chile, es que son países ricos y además la base de contribuyentes es mucho más amplia que en Chile. En nuestro país no existen mecanismos de fiscalización adecuados, y además el respeto a la autoridad es mucho menor. Les asesinatos a carabineros y la puerta giratoria de la justicia chilena, son una muestra de la triste realidad de nuestro país. Si no se respeta a los carabineros, menos se respetará a inspectores municipales o privados. Volvemos al tema de siempre: educación y cultura. Algunas de las más altas autoridades de la nación han sido evasores de transporte público, lo que fue un mal ejemplo de difícil reparación. Hoy existe la tecnología para controlar la evasión y además eso es un buen negocio, pues al final del día la evasión es un impuesto adicional para aquellos que la financian. Mejores medios de transportes y más seguros, son el camino para que aquellos que evaden por descontento, cambien su conducta. En aquellos casos de anarquistas evasores, no hay más camino que la mano dura y que se apliquen multas crecientes si hay reincidencia. Chile fue modelo de transporte público eficiente con el Metro de Santiago, hasta que las bestias quemaron y destruyeron total o parcialmente, 80 estaciones de metro. Las mismas bestias, cada día queman buses de transporte público, afectando a quienes viven en sus mismas comunidades. En las principales ciudades del mundo, la evasión es muy inferior a Chile. En Mendoza es menos del 5%, en Berlín 4,5%, en Bogotá menos del 15%, en Berna es 1%, en Colonia es 3%, en Munich menos del 2%, en Vancouver es del 1% con una alta tasa de inspección, en Milán 8% y en Génova el 1% por altas multas. En Chile falta aumentar la tasa de inspección, aumentar las multas y educar a la población desde pequeños. Los padres deberían dar el ejemplo a los hijos, pues está comprobado qué si los padres evaden, los hijos evaden. Tampoco es defendible la teoría de que evadir no es un delito, pues la gente lo hace “por su condición de pobreza”. Evadir en el transporte público es equivalente a un robo y eso debería comunicarse. Las conductas masivas, son gatilladas por una falta de responsabilidad y por una sensación colectiva de impunidad. El que paga siempre se pregunta ¿Para qué pagar si el del lado no paga? Hace poco tiempo se condonó la deuda de los que no habían pagado el TAG en las autopistas. También se han condonado deudas por préstamos educacionales, lo que es injusto para los que pagaron. También se ha reducido la jornada laboral, sin reducir el sueldo, lo que es injusto para quienes pagan los salarios. Los ejemplos son muchos, de cómo se va “normalizando” el no pagar. Constatar que Chile lidera los rankings mundiales de evasión en el transporte público, genera desesperanza y fru stración. Ojalá las autoridades entiendan que se debe educar en los buenos hábitos y no malgastar recursos en programas ideologizados que no tienen ni urgencia, ni justificación.