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Afilada, para cortar forraje

Cuando el cultivo está listo para confeccionar reservas, los elementos de corte son el primer paso para definir la calidad del alimento. Detenerse en el filo es la tarea obligada para empezar con el pie derecho la temporada forrajera. AFILADA, PARA CORTAR FORRAJE

Por EZEQUIEL PEZZONI ESPECIAL PARA CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar

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El cálculo de la oferta forrajera del año contempla que, durante el verano, la producción se dispara y es el momento de aprovechar los excedentes para conservarlos de un modo adecuado y poder cubrir las necesidades del bache invernal, cuando la producción de pasto es netamente menor. Hay muchos factores y condiciones que definen la calidad de las reservas, sean secas (heno) o húmedas (silo). Claramente, desde el momento de la implantación y nutrición del cultivo se comienza a definir dicha calidad del forraje. Luego de esto, llega el momento de prestar atención al proceso de conservación y, en esta etapa, los fierros, su uso, estado de conservación y mantenimiento definen el resultado de esta tarea. El corte o segado de las pasturas o verdeos es la primera de las tareas con claro efecto, tanto sobre la calidad del forraje ya producido como de la producción siguiente. La calidad del corte para la henificación influye notoriamente sobre la sanidad de las plantas y su velocidad y fuerza del rebrote. Los cortes con desgarro reducen la producción de material verde en el período Las picadoras modernas ofrecen un sistema de autoafilado. Es cuestión de apretar un botón dentro de la cabina.

El filo de las cuchillas de la picadora define la calidad del silo.

siguiente; dicho de otro modo, aumenta el período de tiempo hasta el siguiente corte. Existen dos sistemas de corte bien conocidos: el alternativo, tipo tijera, y el rotativo.

El primero de ellos consta de una barra de corte con secciones de cuchillas con movimiento alternativo y los puntones fijos que funcionan como contracuchilla. En este caso, además de controlar y mantener los filos en perfectas condiciones, se debe asegurar también el juego libre de la barra portasecciones, por medio del ajuste de las grampas que contienen la barra. Si el filo es bueno, pero el juego es excesivo, el corte no será adecuado.

Este sistema de corte encuentra su limitante en la velocidad de avance, principalmente; por este motivo, no tiene gran difusión en el mercado. Hay modelos con conducción por lonas que mejoran notablemente la entrega del forraje, comparado con los clásicos que utilizaban sinfín. El traslado por lonas,

tal como en cosecha de granos, es mucho más uniforme y mejora los resultados, ya que el trabajo del acondicionador es homogéneo para todo el forraje.

El otro sistema de corte es de elementos rotativos. En este caso, están las máquinas de hélices, las de tambores y las de discos. Las últimas son las más difundidas, ya que permiten el uso de acondicionadores en la misma máquina con buen resultado. Además, ofrecen mejores sistemas de copiado del suelo que permiten un corte más uniforme de la pastura y sin riesgos de contacto de las cuchillas con el suelo.

Otra forma de conservar es el silaje. En este caso de conservación con humedad, también el filo de las cuchillas juega un papel preponderante, entre otros factores de la máquina, que definen la calidad del alimento animal.

La pregunta muy común que se hacen los dueños de las picadoras y sus maquinistas se refiere a la frecuencia de afilado de las cuchillas. Todas las máquinas modernas ofrecen un sistema de afilado automático, de modo que, con solo presionar un botón dentro de la cabina, resta esperar apenas un par de minutos y las cuchillas estarán listas para seguir trabajando.

CON ACONDICIONADOR

El uso de segadoras con acondicionador de forraje tiene por efecto quebrar los tallos, de modo de abrir puertas de salida de la humedad contenida en el mismo y uniformizar, así, la velocidad de secado entre tallos y hojas, reduciendo el tiempo necesario para obtener la humedad óptima para la conservación. Cuanto más rápido se seca el forraje, menor será la pérdida de nutrientes y menor también el riesgo de mojado por precipitaciones.

La presencia de rolos acondicionadores es fundamental en una segadora.

Efectivamente, la necesidad de afilado depende mucho de la condición de trabajo y este se define según el cultivo que se pique, la humedad del mismo, la altura de corte (mayormente, la parte inferior en lotes de maíz y sorgo está más seca) y la humedad del suelo por la tierra que pueda entrar a la máquina. La frecuencia, entonces, será bien diferente si se compara el trabajo en un lote de maíz versus el picado de una pastura con base alfalfa.

La calidad del corte es función lineal de la calidad del filo y tiene, además, dos efectos para no olvidar. En primer lugar, sobre la calidad del silaje a confeccionar y su facilidad para la confección. Cuanto más neto es el corte, más fácil y segura será la eliminación del oxígeno y, por ende, la estabilidad del alimento.

El segundo efecto está referido a la máquina y su comportamiento. El filo adecuado requiere menos energía para realizar el corte. Si recordamos que la única fuente de energía de estas máquinas está dentro del gasoil, entonces, es de pensar que el adecuado filo contribuye a reducir el consumo de combustible. También influye sobre los rodamientos del rotor, no en lo inmediato, pero en el largo plazo los mismos sufren más y se desgastan más rápido.

Por otro lado, si el filo se redondea en exceso, luego serán necesarias más pasadas de la piedra hasta lograr un filo adecuado y esto va en contra de la vida útil de las mismas.

Un repaso más frecuente permite mantener el filo en buenas condiciones con mínimo desgaste de las cuchillas y, por lo tanto, mayor vida útil de las mismas. No se debe olvidar que sobre la calidad de corte tiene efecto la posición de la contracuchilla, en general, también regulable desde la cabina. Una excesiva distancia entre esta y el rotor también genera corte defectuoso y sobreesfuerzos.

En resumen, no hay razones para no afilar o estirar el intervalo; el tiempo ocupado es muy corto y los beneficios están a la vista.

Un repaso más frecuente permite mantener el filo en buenas condiciones con mínimo desgaste de las cuchillas y, por lo tanto, mayor vida útil de las mismas.