5 minute read

Población afroperuana y la educación intercultural

Next Article
Cumanana

Cumanana

Para entender por qué la población afrodescendiente ha sido excluida del enfoque intercultural educativo en el país, se debe remontar al proceso histórico de la esclavitud y la posición que esta población ha ido ocupando en el proceso de construcción de la sociedad peruana.

El tráfico negrero en el Perú trajo a una gran cantidad de ciudadanas y ciudadanos africanos. Desembarcaban, inicialmente, en algunos puertos periféricos del atlántico americano como, por ejemplo, Cartagena, Veracruz y Portobelo, para luego ser trasladados al territorio peruano. En ese proceso, adquirieron la lengua española y fueron perdiendo sus lenguas propias. Esta transformación y culturización impuestas, sumadas a la explicación genética/biológica utilizada en la época sobre “una raza inferior”, reforzaron la posición e invisibilización de la población africana esclavizada de la época.

Advertisement

La población africana esclavizada en el Perú y sus descendientes se encontraban en la última posición de la escala política y social de la época colonial. No tuvo el mismo reconocimiento que la población indígena ni mucho menos que la sociedad “blanca”. Se les quitó toda concepción e idiosincrasia propia de sus países, debido a las estrategias utilizadas por los españoles para disgregarlos y evitar así posibles revoluciones.

Por otro lado, se encuentra la población indígena, definida como originaria de estas tierras, con sus propias expresiones económicas, sociales y políticas. En ese sentido, las políticas posteriores que buscarían erradicar la “desigualdad social” en el Perú focalizarían como eje principal las diferencias lingüísticas encontradas en las poblaciones indígenas. Por esta razón, nuevamente, dejaron a la población afrodescendiente fuera de los planes gubernamentales, pues ya todos sus descendientes hablaban español.

En ese transcurso, se ha venido perpetuando en la población afrodescendiente una condición históricamente invisible. Perdió el derecho a recuperar sus memorias, demostraciones culturales y lingüistas.

De La Cadena (2000) resalta que en la sociedad peruana se perpetúa una definición de raza en base a la subordinación histórica del fenotipo y la cultura como un marcador que diferenciaría a las poblaciones. En ese sentido, las prácticas discriminatorias en el ámbito social como institucional no se considerarían abiertamente racistas, amparadas en las diferencias hereditarias de las poblaciones indígenas y, sobre todo, las afrodescendientes.

Una de las muestras claras de la posición invisible que tendría la población afroperuana es que tampoco ha sido considerada en los datos censales nacionales. El último dato oficial y nacional hasta la elaboración de la presente investigación fue en el Censo de 1940, en el que se han desencadenado diversas discusiones sobre la necesidad de recoger el dato de origen étnico, amparándose en los discursos de “igualitarismo” expresados en la famosa frase peruana “quien que no tiene de inga, tiene de mandinga”. Esta situación resalta la nula existencia de alguien puramente indígena o afrodescendiente como consecuencia del explosivo proceso de población general (Ramírez Reyna, 2006).

¿Por qué es necesario el enfoque educativo intercultural para la población afroperuana? A pesar de que, en las últimas décadas, se ha visto un renacimiento y revaloración de lo indígena y lo afroperuano, y se ha elevado el aporte cultural a nuestro país, todavía se continúan realizando prácticas discriminatorias por “raza”.

Para poder evidenciar estos acontecimientos, solo basta recurrir a las características demográficas e históricas de la sociedad peruana. Peredo Beltrán (2001), en una síntesis realizada a través de las investigaciones a organizaciones afroperuanas e instituciones internacionales, resume que el Perú cuenta con una población de más de 27 millones de habitantes, de los cuales se considera que, por ascendencia, 40% son mestizos, 30% indígenas, 10% africanos, 10% europeos, 8% asiáticos, y 2% israelitas/ árabes y otros. Además, calcula que se utilizan cerca de 50 lenguas en el país; entre ellas, 44 lenguas indígenas, diversos dialectos del chino, japonés, italiano, árabe, hebreo y otras lenguas extranjeras, además del castellano o español. Se contabilizan hasta 85 idiomas hablados en el Perú. https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/Encuentro-de-investigadores-2018.pdf

Como se mencionaba líneas arriba, la política característica del Estado peruano ha buscado homogeneizar a toda la población bajo una identidad mestiza o criolla. De esta forma, camufla las desigualdades sociales y muestras de racismo constantemente denunciadas por las poblaciones indígenas y afroperuanas. Ante esta constante, el enfoque intercultural, a diferencia de lo que busca el Estado peruano, pretendería enfatizar el valor de la diversidad cultural como fuente de riqueza nacional, promueve la tolerancia, diversidad e igualdad cultural en la sociedad nacional.

A mayor diversidad, mayor riqueza. Se necesita que el Estado y la sociedad reconozcan y asuman positivamente al Perú como un país multicultural y que opten por fortalecer y difundir los principios que permitan la convivencia pacífica, el desarrollo con igualdad de oportunidades, el respeto y la asunción positiva de la diversidad cultural (Política Nacional de Lenguas y Culturas en la Educación, 2002: 3).

El movimiento afroperuano y el indígena manifiestan, a través de sus organizaciones, la relevancia del enfoque educativo intercultural para sus poblaciones. Por ello, en la Declaración de Pachacamac (2001), denunciaron constantemente la negligencia del Estado por no incluir debidamente la participación de ambos movimientos en la planificación e implementación de las medidas educativas. Asimismo, denuncian la forma distorsionada en la que se va efectivizando, pues, en lugar de integrar a las poblaciones respetando su diversidad, se busca asimilarlos y, nuevamente, homogeneizar a toda la población.

El enfoque educativo intercultural, además, promovería la reescritura de la historia peruana incluyendo las voces de la diversidad de poblaciones que la constituyen. Para Valdiviezo & Valdiviezo (2008), una historia intercultural estimularía la valoración de la diversidad cultural y un mutuo reconocimiento entre todas las poblaciones. De esta forma, se corrigen las imágenes históricas que perpetúan la opresión y discriminación cultural, además de redefinir la percepción que tiene la ciudadanía sobre su presente y futuro.

La población afroperuana necesita conocer su legado, necesita reforzar el sentimiento de orgullo social, cultural e histórico forjado por sus antepasados como, por ejemplo, la lealtad de don Antonio Oblitas, la eminencia académica de don José Manuel Valdés, el patriotismo de don Alberto Medina Cecilia, la exquisitez artística de don José Gil de Castro, el heroísmo de doña Catalina Buendía de Pecho y la identidad oculta de la mártir Micaela Bastidas (DIGEIBIR, 2012). Los personajes mencionados son una muestra de participación más allá de la etapa esclavista del país. Sin embargo, adolescentes, niñas y niños afroperuanos los desconocen.

Desde el periodo colonial, la población afroperuana ha sido eliminada de la historia en las escuelas, sus luchas y aportes han sido desplazados de la memoria colectiva peruana y no se han beneficiado de ningún tipo de reparación. En ese sentido, el enfoque de la educación intercultural es una herramienta fundamental para marcar el inicio de un Perú pluricultural, multirracial, multiétnico y plurilingüe.

*Extracto del articulo Educación Intercultural para la construcción de la identidad en jóvenes afrodescendientes, publicado originalmente en CULTURA AFROPERUANA: ENCUENTRO DE INVESTIGADORES 2018, Ministerio de Cultura, 2019, Pp. 62-64.

Githeri

Ingredientes

1 cucharada de aceite o mantequilla.

1 cebolla mediana, picada.

3 dientes de ajo picados.

1 cucharada de curry en polvo.

1 manojo grande de col rizada u otras verduras, picadas.

4 tazas de tomates picados en cubos.

2 tazas de maíz.

2 tazas de frijoles cocidos, de cualquier tipo, (enlatados y escurridos o cocinados).

1 cucharadita de sal.

1/2 cucharadita de pimienta.

1 limón

Preparación

En una sartén mediana, calentar el aceite. Saltear la cebolla durante 3 minutos, hasta que esté transparente. Agregar el ajo y el curry en polvo y cocinar por 1 minuto.

Combinar todos los ingredientes excepto el jugo de limón. Remover. Llevar todo a punto de ebullición, luego cubrir inmediatamente, reducir la cocción a fuego a bajo y cocinar durante 20 minutos, hasta que las cebollas y las verduras estén bien cocidas.

Sazonar con más sal y pimienta al gusto. Cortar el limón por la mitad. Servir en tazones con un chorrito de jugo de limón.

This article is from: