Personas Reflexiones y Vivencias con Identidad Patepluma

Personajes, reflexiones y vivencias Con Identidad Patepluma.

Luis Alonso Aguilar Chacรณn

Personajes, reflexiones y vivencias por Luis Alonso Aguilar Chacรณn se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribuciรณn 4.0 Internacional.

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Personajes, reflexiones y vivencias Con Identidad Patepluma.

Luis Alonso Aguilar Chacón Colaboración y edición: Pedro Ramírez

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Dedicatoria A mi querido Padre: Gonzalo Aguilar Pineda (q.D.g.), su filosofía de vida me iluminó el camino.

A mis hermanas y hermanos: ellos comparten mis triunfos y me apoyan en la adversidad, son once corazones que palpitan.

A mi nieta y nietos: Cesia María, Edward Josué, Luis Gonzalo y Carlos de Jesús; siempre tendré una historia para ellos.

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Prólogo Portales hacia un pasado próximo.

-Por Servio Flores Llueve. Parece noviembre. Un noviembre lluvioso, aunque noviembre aun no llega.

Gualjoco repentinamente, entre la tarde y la noche se ha adormitado, como un bebé pequeño a quien solo los sobresaltos esporádicos de los autos que pasan por su orilla sacan de su ensueño.

Voy al encuentro de un hombre que está construyendo un portal hacia el pasado. Ya ha construido otros portales antes, algunos lo sabemos.

Algunos los hemos atravesado. Algunos los hemos leído.

Me recibe afable. Interrumpe su faena para estrechar mi mano e invitarme a su mesa.

Como todo buen habitante del occidente de este país me invita a un café. Yo, como todo buen coterráneo sé que un café no se puede despreciar.

Entre el petricor, el aroma del café y el sonido de la lluvia este hombre hacedor de objetos mágicos —o científicos quizá—, que sirven para viajar al pasado, inicia su plática.

Gira la pantalla de su ordenador para compartir conmigo lo que está trabajando. Allí, Luis Alonso Aguilar Chacón empieza una huida al pasado. Yo le sigo.

La portada es un viaje instantáneo al pasado próximo, a uno que conozco. La imagen que se imprime en mis retinas evoca un recuerdo de aquella Santa Bárbara lejana, —hoy cada vez más lejana—, de aquellos tempranos años ochenta.

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Silencioso, con el majestuoso cerro Guatemalía de fondo un ser mitológico, mitad hombre y mitad ave se impone en las alturas.

El escrito nos habla de Julio Altamirano, una especie de Evel Knievel autóctono, desafiante de las condiciones atmosféricas de aquel momento, quien se lanzó desde el jorobado Guatemalía en un diciembre olvidado y se impuso al paso del tiempo y a las barreras del olvido. La narración está llena de emociones gráficamente expuestas.

Luis Alonso nos cuenta como se aglutinó la gente Patepluma en el anexo del estadio. Yo estaba junto a mi padre y a mi madre en el centro de Santa Bárbara.

Hoy confluyo en la mesa de este hombre, en este pórtico de remembranzas que seduce la imaginación y la memoria.

Posteriormente don Luis nos traslada muchos años atrás. Nos cuenta cronológicamente de un lugar llamado Inguaya y de cómo los personajes que habitaron esas tierras pasaban sus días y encontraban tesoros. Pero más que las monedas de plata eran ellos mismos y sus valores inculcados por sus progenitores el verdadero baluarte.

En su narrativa el autor nos lleva a través de la historia de este territorio trayéndonos hasta los años setenta, ilustrándonos sobre movimientos campesinos y cooperativistas llenos de logros. El autor es sin dudas un conocedor de estos temas, no solo por su poder investigativo, sino también por su experiencia personal.

Mágicamente aparecemos en el famoso y ahora casi extinto “Corredor de la familia Carrasco”. Para los que hemos visto este inmueble y en más de alguna vez nos protegimos del sol o de la lluvia en ese amplio aposento de evocaciones, resulta emocionante contemplar a través de la narrativa, el 6

clima de intensa agitación que invadió a quienes hacían vida nocturna en el parque de la ciudad, tras el paso de un fenómeno luminoso proveniente del espacio sideral. Guiados por medio de la palabra nos situamos en la segunda planta del hotel Santa Marta, donde sus misteriosas habitantes nos cuentan sobre sus viajes y experiencias que las llevaron a conocer a personajes históricos de la cultura mundial. Una anécdota que revela el esplendor de una familia, de una casa, que independientemente de lo que le pase permanecerá indeleble en la memoria de los santabarbarenses.

En el trabajo recopilatorio encontramos a un vecino de Gualjoco que ha aportado mucho a los jóvenes de este lugar. Se trata de Melvin Guzmán, entrenador de niños y jóvenes que no solo aprenden sobre deporte sino también sobre el valor de las instrucciones para la vida.

Este escrito hace justicia a un ser humano que de forma desinteresada ha dado de su tiempo, de su experiencia y de su dimensión humana a las generaciones actuales.

Sin salir del vecindario de Míster Yin, Aguilar nos traslada unos años atrás. A un velorio donde magistralmente nos detalla como las costumbres de aquellas vecindades de aldea acompañaban a los dolientes. Es así como nos hace conocer a personajes únicos con capacidades inmensurables para narrar historias. Personajes que en nuestra tierra son un cúmulo de fábulas que la tradición oral ha pasado de manera menguada a las otras generaciones.

El libro transcurre a través de lugares, situaciones y personajes. Encontramos a “La maestra Rosita” y su apostolado magisterial que es un ejemplo y seguramente una herencia tácita para muchos docentes de ahora.

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También encontramos al Dr. Emigdio Mena quien fue un referente por su profesión y por sus logros como político, además de sus anécdotas como un ciudadano ejemplar de aquellas décadas.

Luis Alonso hace uso de otras voces, de otros narradores a través de los cuales nos conduce por experiencias increíbles. Así encontramos un relato titulado “El Ermitaño”. Una pieza preciosa en toda la extensión de la palabra, llena de enseñanzas, con un personaje central, encriptado, apasionante, cautivador, que va desde España hasta la India, que conoce al Dalai Lama en persona y que viene a pasar algunos días en esta tierra Patepluma.

Esta narración va mezclando las voces de sus protagonistas con las voces de sus “contadores” hasta volver a la voz del propio autor del libro que nos lleva hasta uno de los últimos cabos del desenlace, dejándonos abierta la posibilidad de que aún nos puede contar algo más… la experiencia resulta en una lectura deleitable desde cualquier punto de vista.

Bajo el título “Miguel de los Santos Avilés Mejía”, el Abuelo Tin Tin nos lleva a conocer a otro personaje interesante. Un hombre que estuvo bajo las tierras de las minas y pensó en las alturas mismas del universo. Como todos los escritos del libro cada página deja una lección, una frase para pensar, alguna máxima que resonará en el inconsciente.

En la plaza de Gualjoco conocemos a Leslie Argentina Rodríguez y Norman Amílcar Rodríguez, talentos natos de esta tierra. Aparecen “Los Patepluma” y “Los Faraones” conjuntos musicales que marcaron época, no solo en Santa Bárbara sino también dentro y fuera del país. Herencia musical que sobresale aun por la existencia de muchos representantes de la música.

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Durante la lectura encontramos diversos personajes.

A una partera que ayudó a muchas generaciones a venir a este mundo. La historia de doña Mariana Guzmán Madrid donde se relatan algunos partos y la fundación del Hospital Santa Bárbara Integrado en el año 1957.

Luego aparecen otros personajes, como Salvador, un vendedor de libros y ebanista que es protagonista de una caravana de éxodo hacia el norte del país. Muy similar a las caravanas actuales hacia el norte del continente. Después aparece una historia de destinos y es que cuando se habla de destinos es casi inevitable hablar de autos. Aquí se nos relata la llegada del primer automotor a nuestras tierras con procedencia del norte del país allá por 1924. El libro sigue abordando otros temas que concatenan a la historia de habitantes Pateplumas y que don Luis Alonso plasma con muchos detalles y con esa capacidad de transportarnos a esas situaciones históricas que enriquecen nuestra trayectoria como pueblo.

El libro es así, lleno de personajes terrenales, muy nuestros, algunos existentes en un pasado tan cercano que aún podemos recordarles sin esfuerzo, pero a la vez se extiende una conexión con lo eterno y lo inmensurable como el universo y lo infinito que en todo el recorrido van de la mano en exquisita armonía.

En este punto conviene reflexionar sobre la importancia del trabajo de Aguilar Chacón. Hace falta en nuestras tierras personas que de manera responsable hagan acopio de la riqueza que las generaciones anteriores van dejando y que corren el riesgo de perderse. La narrativa de nuestro autor está nutrida directamente por la tradición oral y plasma todas esas experiencias de manera transparente, sin 9

pretensiones de grandeza, sino más bien con una sencillez que busca alcanzar a todos, busca ser honesta y entendible y es allí donde la dimensión de este trabajo logra darnos una idea de lo importante que es. Encontramos de forma tan natural y honesta, frases de verdadera belleza como “Herida imaginaria” que leída en el contexto del relato resulta encantadora.

El trabajo de don Luis Alonso, logra de una manera natural una narrativa rica, la narrativa de un hombre que ha entendido y disfrutado la palabra escrita para atreverse a plasmar la tradición oral de nuestro pueblo. Sin lugar a dudas un aporte muy valioso para nuestras generaciones actuales y futuras.

Una lectura obligada para todos los que de una u otra forma estamos ligados a estas tierras de junco, café, mujeres bellas y hombres honestos y trabajadores. Un escrito hecho desde el corazón de un hombre que ama estas tierras y a sus coterráneos.

Una joya para la memoria que se nos regala entre el olor del papel y de la tinta, en forma de libro.

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Introducción del autor “Dicen que la historia se repite, pero lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”.

Camille Sée.

Quiero hacerte la invitación para que juntos realicemos un viaje a través del tiempo y recorramos los maravillosos parajes de la tierra del junco, el café y las mujeres bellas. Puedo asegurarte de que disfrutarás experiencias de fantasía.

Nos posaremos sobre la polvorienta calle del barrio abajo de Santa Bárbara allá por el año 1924, para situarnos en primera fila y darle la bienvenida al pionero del transporte terrestre en Santa Bárbara Polo el chofer.

Don Hipólito Rodríguez acaba de arribar desde San Pedro sula en su peculiar automóvil La Culuca. Ese joven audaz con apenas 19 años de edad y el corazón lleno de esperanza, hizo camino con la piocha para llegar al territorio de los Patepluma.

No intentes disimular que te hacen temblar las alturas.

Tendrás que acompañarme también hasta el Llano del conejo para ser testigos del histórico vuelo que realizará el Hombre pájaro, quien se lanzará desde la cúspide del cerro Guatemalía en un planeador de ala delta, tendremos la fortuna de verlo aterrizar en la cancha anexa al estadio Felipe Barahona. Por favor, no abrigues tu rostro, disfruta el espectáculo…

Nuestro mayor anhelo cuando intentamos escribir la historia, es proyectar en perspectiva los oscuros baches para no caer en ellos nuevamente, también aprender de los aciertos para constituirlos en faros que iluminen la senda de las futuras generaciones. Es construir cultura, 11

cuánta sabiduría y comportamiento ejemplarizante nos han heredado nuestros ancestros. Invaluable será nuestro esfuerzo si logramos transferir ese legado al futuro, lo bueno debe perdurar. Pero no basta únicamente cambiar la forma de hacer las cosas para obtener diferentes resultados, es asunto de fondo.

He conducido el hilo de mis narraciones en primera persona rescatando de mis recuerdos las vivencias y reflexiones que han marcado mi vida. La selección de los personajes y familias contenidos en la primera parte de este libro no ha sido producto del azar, es el fruto de logros obtenidos por ellos mismos a base de trabajo, estudio, honradez y compromiso con la humanidad. Los hay desde soñadores, intrépidos aventureros, científicos, artistas, narradores, filósofos, deportistas; estos personajes que motivaron mi nuevo proyecto, comparten conmigo el sello de la Identidad Patepluma. Ellas y ellos ya ocupan un lugar privilegiado en la historia.

Para darle vida a mis relatos le presté la guitarra a los protagonistas, también los involucré en diálogos activos.

He querido conservar algunas expresiones del lenguaje de nuestra gente, además, inserté algunas frases célebres para enriquecer los contenidos con valores humanos muy propios de la época.

Para los amantes del misterio con especial interés en la metafísica, quiero compartir los comentarios de amigos que han vivido experiencias acerca de este fascinante tema. El universo es una caja de inescrutables misterios.

Este es mi segundo esfuerzo para escribir y deseo dejar plasmadas las motivaciones que me condujeron a tal realización: Rescatar del olvido las vivencias de otras generaciones y tomarlas de ejemplo. Los nombres de personajes y familias me fueron sugeridos por algunos amigos y parientes muy cercanos a ellos, también me proporcionaron mucha información y fotografías.

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Desarrollar temas de actualidad con mucho impacto en la calidad de vida. Desde mi trabajo con los movimientos sociales he logrado entender, que existe un afán sistemático de privilegiar al capital por encima del sagrado derecho a la vida, esa tendencia materialista ha provocado enorme desigualdad y dolor a la humanidad. No podemos dormir plácidamente mientras el fantasma de la destrucción ecológica acecha, tengo la percepción que el actual modelo económico ya no garantiza la armonía en nuestro planeta ni en el cosmos.

Como resultado de mi primer libro “Conversando con el abuelo Tin Tin” en el cual hago una reseña histórica de Gualjoco, recibí muchos comentarios positivos que los valoro como un compromiso con la historia y de motivación personal.

Ingrid Chávez Bonilla, expresó en su quehacer periodístico por la grandeza cultural de nuestro pueblo… “Leer un buen libro es como disfrutar de un buen vino; y es bueno cuando te hace llorar, cuando te hace reír, aparte de ello te remonta a épocas que valieron la pena haberlas vivido ”.

Blanca Rosa Pineda, residente en los Estados Unidos desde hace cincuenta años…

“Este libro ha restaurado el vínculo que me une con mi pueblo, a través de él he vuelto a sentir el calor familiar”.

Lila Ivonne Pineda de Provost…

“Leí su libro mientras volaba sobre el océano Atlántico en mi viaje de regreso a Bratislava, Eslovaquia, superó las expectativas”.

Reitero que es un compromiso con la historia, porque hablar en Santa Bárbara de Personajes, reflexiones y vivencias con identidad Patepluma, será siempre una fuente inagotable para llenar colecciones con tanta riqueza cultural.

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Hoy disfrutamos mayor abundancia de comodidades con relación al pasado, las olas del modernismo provocadas por la ciencia y la tecnología son las que empujan las velas de nuestra existencia. La velocidad con la que se producen los acontecimientos nos impide verificar si el rumbo por donde transitamos es el correcto. Quienes se pregunten si ahora estamos mejor que cuando existía una cultura sencilla con mayor apego a la naturaleza, tendrán que valorar si es preciso enderezar el timón de esta nave que se dirige a los confines de la nada.

Si tú aceptas mi invitación querido lector, seguro estoy que compartiremos el mismo ideal por un mundo pleno de esperanza.

El autor

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Contenido Dedicatoria ............................................................. 4 Prólogo ................................................................... 5 Introducción del autor ............................................11 Contenido ..............................................................15 PRIMERA PARTE: Historias y Anécdotas ............17 El Hombre Pájaro ..................................................18 Inguaya..................................................................25 Por poco no lo vimos .............................................32 Míster Yin .............................................................39 Duelo en velorios...................................................44 La maestra Rosita ..................................................51 Emigdio Mena Quiroz ...........................................56 El Ermitaño ...........................................................58 Miguel de los Santos Aviles Mejía .........................70 Familia de artistas ..................................................78 El Remolino ..........................................................87 El Vendedor de Libros ...........................................91 Tres familias, un destino ........................................99 Mi nombre es Isidoro ...........................................107 SEGUNDA PARTE: Leyendas y misterios ..........113 Introducción ........................................................ 114 La Mula Misteriosa.............................................. 116 Regresó del más allá ............................................122 El Fantasma de la Casona ....................................125 El toro de la media noche.....................................128 TERCERA PARTE .............................................130 SOS humanidad en peligro .................................. 131 El cooperativismo ................................................ 137 Hospital Santa Bárbara Integrado......................... 144 SITRAMEDHYS................................................. 152 ¿Qué tan cerca estamos de Dios? ......................... 159 El Retrato ............................................................ 162 Cuarto de Milla.................................................... 164 CUARTA PARTE ............................................... 167 Introducción ........................................................ 168 15

20 Centavos ........................................................ 169 Lo teníamos y ahora ¿qué? .................................. 176 Crías impostoras.................................................. 180 El dinosaurio y el cavernícola .............................. 181 El perro y el gato se hacen amigos ....................... 182 El Dragón Solitario ............................................. 183 Atardece en Celilaca. ........................................... 184 Génesis Alejandra Andara Guzmán…la historia de mi mariposa azul. ................................................ 187 Epílogo ............................................................... 195

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PRIMERA PARTE: Historias y Anécdotas

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El Hombre Pájaro Cada vez que veo la cancha junto al estadio municipal Felipe Barahona de la ciudad de Santa Bárbara, recuerdo lo impresionante que fue ver las caravanas de personas que desde los diferentes barrios y aldeas llegaron aquella tarde. Era un 8 de diciembre, lo recuerdo porque se celebraba la fiesta católica de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y se preparaban actividades para animar a la gente a reunirse en comunidad. El clima de fin de año era agradable como siempre, y el sol daba calor a la gente que llegó al estadio en el populoso barrio Llano del Conejo.

Con muchos otros, yo también llegué desde Gualjoco atraído por el anuncio de la aventura aeronáutica. Una volqueta que le llamaban La Chorcha, propiedad de mi tío Marco Antonio Pineda Arriaga, fue el medio de transporte que nos llevó hasta el lugar del espectáculo.

El camión era lento, y todos los que viajamos en La Chorcha suspirábamos por el anhelo de llegar pronto al estadio, queríamos ubicarnos en un sitio preferencial para disfrutar lo mejor posible de aquel evento anunciado con mucha pompa. Al bajarnos de la volqueta, vimos a los espectadores como poseídos por la magia de un hechicero, tenían clavada la mirada en dos 18

puntos distantes del horizonte, la espectacular montaña de Santa Bárbara y la cúpula del legendario cerro Guatemalía. Una semana de constantes anuncios por parte de las radioemisoras locales, divulgaron el programa de diversas actividades a realizarse durante las festividades religiosas, entre ellas, el evento por el cual el Llano del Conejo estaba abarrotado con tanta gente.

Era una aventura aeronáutica la que se llevaría a cabo aquel 8 de diciembre de 1981, y la pasión del pueblo Patepluma estaba encendida por la audacia del piloto que desafiará las alturas. Una de las radioemisoras repitió con bastante insistencia los detalles.

“Atención pueblo santabarbarense…

Mucha atención.

El próximo 8 de diciembre se realizará en nuestra ciudad una prodigiosa hazaña deportiva que requiere de mucho arrojo y valentía.

El joven JULIO CÉSAR ALTAMIRANO, conocido como el Hombre Pájaro, saltará con su planeador de ala delta desde la cúpula del cerro Guatemalía y tocará tierra en la cancha anexa al estadio Felipe Barahona 1 del barrio Llano del Conejo de ésta misma ciudad de Santa Bárbara.

No se pierda tan espectacular proeza, pues la misma marcará un hito en la historia de nuestra ciudad. ¡Acompañemos al aeronauta de Macuelizo!”.

La incertidumbre y ansiedad que generó el anuncio del espectáculo fue reconocible en aquellos espectadores, algunos entrelazaban sus manos y hacían crujir los dedos cuando conversaban sobre el asunto; los que solo escuchaban, mordían sus uñas con voracidad para apaciguar la angustia de un desenlace inesperado.

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Actual estadio Argelio Vianey Sabillón

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Muchos supimos que un hombre volará en planeador desde el cerro Guatemalía, pero al no haber visto uno antes, desconocíamos cómo se miraría flotando entre las nubes o el fondo azul de la montaña. Durante la espera aparecía de forma eventual algún ave carroñera a gran altura y vuelo lento, era cuando los nerviosos concurrentes gritaban porque creían que se trataba del Hombre pájaro. El estado emocional de los seguidores ya era impredecible. La agitación y el murmullo era similar a un enjambre de abejas que se podía escuchar a gran distancia. Alguien por ahí se atrevió cuestionar la valentía del aviador.

“No creo que se tire, le hacen falta cojones”-expresóEstaban impacientes con el espectáculo. Un transeúnte que escuchó aquel comentario mordaz se acercó y preguntó muy molesto: “¿Qué pasa aquí señores?”

No conocía a los que miró cerca, y sólo hizo la pregunta al aire. Tampoco los que escucharon al transeúnte preguntar sabían de él. Uno de los tantos valientes que ya no podía controlar sus nervios respondió: “Dicen que un tal Julio Altamirano se va a tirar desde el cerro Guatemalía en un aparato volador, pero según parece, le faltaron de aquellos que ponen las gallinas”.

Aquel aparente extraño conocía muy de cerca al Hombre pájaro, fue notorio su disgusto al escuchar aquella respuesta que ponía en entredicho el coraje de su amigo. No dudó en responder: “señor, ese tal Julio que usted menciona, ya se ha aventado desde lo más alto del Merendón y no le da ni frío ni calor. A ese loco no hay quien lo detenga”.

En el círculo de personas donde yo estaba la polémica comenzó a tornarse caliente, justo en ese momento, el grito hacia el cielo aseveró ver volar algo y todas las

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miradas convergieron a un punto en el espacio. El pájaro humano ya estaba volando.

Como una chispa de fuego que enciende la pólvora, así fue el efecto de aquella visión fantástica sobre la multitud. Con gran euforia la gente corría de un lado para otro en busca de ver el vuelo de la mejor forma. Se escuchaban gritos y aplausos confundidos con la explosión de los artefactos pirotécnicos. Alguien gritó emocionado: ¡La feria tomó fuego señores, todo el que tenga ojos que vea!

La esbelta figura del parapente parecía colgar de las nubes cuando aquel aviador desafiante hacía de trapecista y jugaba con el viento a gran altura. Ahora los comentarios que se escuchaban entre los observadores resultaban muy curiosos por el lenguaje coloquial.

Hacían referencia al Hombre pájaro y exaltaban su espíritu aventurero, valor y coraje. ¡Lo he visto, lo he visto, hay que tenerlos rayados!

-escuché decir a uno que tenía cerca, luego entendí a qué se refería con estoAlgunos aficionados portaban radiorreceptores portátiles para escuchar lo que Radio Ondas del Ulúa y la Voz del Junco transmitían. Recuerdo particularmente al periodista J. Cándido Rodríguez, quien hizo cobertura descriptiva de aquel aparato que volaba sin motor sobre las escarpadas laderas de Santa Bárbara. Otros reporteros transmitían desde lugares estratégicos de la montaña, narraban con gran entusiasmo cuando el joven Altamirano surcaba las alturas por encima de sus cabezas.

La algarabía se convirtió en silencio de un momento a otro. Miramos al artefacto volar en el cielo y seguimos sus movimientos hasta poderlos casi predecir. El silencio llegó cuando vimos que el planeador se movía de forma errática. Se sentía en la planicie donde estaba la multitud que la velocidad del viento era diferente, 21

sólo era una brisa suave. La débil intensidad del viento ya no generaba corrientes verticales para levantar al planeador y permitirle continuar volando. Se miró como el hombre pájaro comenzó a perder altura y ahora los nervios de la multitud los hizo callar. El valiente aeronauta planeó en descenso hasta tocar tierra hábilmente en una planicie cercana conocida como Los Llanitos. Fueron los reporteros que transmitían para Radio Ondas del Ulúa quienes lograron la primera entrevista al señor Julio César Altamirano. Con palabras emocionadas el audaz personaje dedicó su vuelo al pueblo santabarbarense y agradeció el apoyo sincero que le brindaron. También pidió disculpas por no haber cumplido el itinerario que tenía previsto.

“Las condiciones atmosféricas no me favorecieron, pero el respeto y afecto que siento por mis admiradores, justifica asumir cualquier riesgo. Cuando lo sepa el Pájaro Kattán2, se va a sentir muy alegre”.

Fueron las palabras serenas del Hombre pájaro al finalizar aquella entrevista.

Este hecho acontecido me dejó ver que hay personajes que nacieron para dejar impresa su huella en el tiempo y espacio que les corresponde vivir. Muchos colocan su marca como amantes de las alturas, otros con la adrenalina que genera la velocidad. También hay soñadores que exaltan los ideales de la libertad, y grandes genios que aportan su legado a la humanidad por medio del arte y las invenciones. Pero, también pensé en aquellos que dejan grabada su huella con letras invisibles para los ajenos. De forma personal conozco a personajes de esa talla, que con espíritu virtuoso remueven el tejido de la sociedad para mejorarlo y darle 2

Henry Kattán. Reconocido deportista y empresario de San Pedro Sula, Cortés.

Honduras.

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sabor. Muchos que observan sus actuaciones, temerarias o sencillas, siempre dicen de ellos que están desquiciados o locos, aunque mi opinión es optimista al respecto; creo en la excepcionalidad de los genios y la grandeza de los virtuosos.

Esta misma aventura de Altamirano fue el proyecto que ocupó la mente de Norman Amílcar Rodríguez Muñoz en la década anterior, pero en ese entonces la idea consistía en un planeador de ala rígida. La construcción del aparato resultaba muy costosa y tal proyecto nunca se llevó a cabo.

Han pasado casi cuarenta años, la hazaña realizada por Julio César Altamirano nadie la ha repetido. Es una marca que aún continúa sin rebasar.

Desde la entrevista que le hicieron al Hombre Pájaro en aquella fecha memorable, me quedó la inquietud por conocer acerca del Pájaro Kattán (Henry Kattán). En el año 2019 tuve el privilegio de tener comunicación con este deportista y empresario emblemático. Fue a través del joven Samuel Fajardo quien es originario del municipio de Trinidad, Santa Bárbara, que esta comunicación se hizo posible. Don Henry fue muy gentil y me regaló información valiosa acerca de personajes que hicieron historia en la ciudad de San Pedro Sula con vuelos similares al realizado en Santa Bárbara por Julio César Altamirano.

“El señor Gustavo Erazo fue pionero en el deporte de ala delta aquí en Honduras, aunque no estábamos organizados como un club. Muchos sampedranos nos incorporamos a la práctica de este deporte extremo e hicimos historia realizando saltos desde puntos muy elevados de la cordillera del Merendón, específicamente desde la cumbre donde está el rótulo de la Coca-Cola.

En el grupo había pilotos muy experimentados y de gran talento, como mi amigo José Larach, hijo del conocido empresario José Constantino Larach; Julio César 23

Altamirano, el Hombre Pájaro y, tu servidor. Por eso me llaman el Pájaro Kattán” Altamirano ha sido muy reiterativo en la práctica de ese deporte y también ha dedicado sus mejores esfuerzos para enseñar a otros jóvenes el arte de volar. Cuando presencié aquella aventura en Santa Bárbara en diciembre de 1981, eso me causó grata impresión debido a mi afinidad por ese deporte, por ello quise compartir este recuerdo.

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Inguaya En mayo de 1633 la corona española legalizó una franja de terreno a favor del señor Antonio de Mansilla en el sitio conocido como La Concepción de Ystacapa.

Posteriormente estas tierras pasaron al dominio del general Saturnino Bográn3 en el año 1860 en virtud de haber adquirido los derechos ancestrales de varios herederos. Este terreno se encuentra al lado Sureste del lugar denominado “La Junta”, que es donde los ríos Grande de Otoro y Jicatuyo se unen para formar el caudaloso río Ulúa; pertenece al municipio de Santa Bárbara y su ubicación está a ocho kilómetros al norte de la cabecera departamental. El río Ulúa irriga esta franja de terreno hasta el punto denominado la media luna y durante la estación lluviosa las aguas desbordadas depositan sedimentos de abundante y fértil limo.

Luis Bográn Barahona4, hijo de Saturnino, heredó de su padre el dominio de este fundo a finales del siglo XIX y estableció una hacienda que bautizó con el nombre de “Inguaya”. El origen de este nombre es aún desconocido, aunque aparece textualmente en las “Literaturas orales y primeros textos coloniales de Juan 3 4

Político hondureño nacido en 1811.

Expresidente de Honduras (1883-1891)

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C. Godenzzi y Carlos Garatea.” Estos textos tienen su origen en la Lengua quechua y relacionan el vocablo Inguaya con el significado de “Señor rey mío.” También puede estar relacionado con la presencia en la zona del Jocomico o mamón, a este árbol se le conoce como guaya; vocablo que podría provenir de la lengua náhuatl al hacer la combinación de hue-i (grande), y yona-catl (pulpa), significa “pulpa grande”.

Originalmente el río Ulúa hacía su recorrido al interior de la hacienda Inguaya, sin embargo, un evento natural transformó el cauce de dicho río aportándole beneficios a la hacienda con fértiles vegas. Presuntamente este fenómeno pudo ocurrir durante la crecida del río Grande de Otoro que en 1815 inundó el valle de Tencoa5. Lo que sí se sabe es que violentas aguas socavaron el terreno a la altura del recodo de la vega conocida como Cedral y modificaron el cauce del río tal como lo conocemos hoy. Las tierras de Inguaya que antes estaban al otro lado del río son: Cedral, Lima, Ciruelo, Mesa, Patio, Entrada, Cidra, Potrerito, Tractor, Corral, Canoa, Chorro, Remolino, Rincón y Mango. Todas las anteriores hacen una medida aproximada de 120 manzanas de terreno útil.

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Tencoa está localizado 5 kilómetros al sur de la ciudad Santa Bárbara.

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Río Ulúa, canoaje hacia la Isla En torno a esta unidad económica agropecuaria gravitó la existencia de muchas comunidades de su alrededor por más de medio siglo, donde se cultivaron cereales, granos básicos, pastos para ganado y árboles frutales.

Al encargado de administrar la hacienda se le conocía como “mayordomo”. Los que desempeñaron esta función fueron personas muy carismáticas: Daniel Rápalo Bográn, Céleo Pineda Fernández, Fausto Daniel Bográn Fortín y Herminio Paz; también ocupó ese cargo la señorita Concepción Bográn Morejón (Chonita). Eran muy queridos en la zona por sus gestos de bondad, de ellos se relatan muchas anécdotas que aún perduran en la memoria de los habitantes de la zona que las han escuchado de sus parientes, o amigos, mayores.

Concepción Bográn Morejón (Chonita), hija del ex presidente Bográn, administró la hacienda Inguaya y apoyó familiares cuando se encontraban fuera del país por razones de estudio. Los recursos económicos para costear educación en el extranjero constituían gran preocupación para la tía Chonita. Se cuenta de ella la diligencia y austeridad para administrar aquella hacienda y producir suficientes bienes necesarios para suplir necesidades propias, las de apoyo a protegidos locales y 27

las que requerían venta para apoyar familiares en el extranjero. Los hermanos Antonio y Salomón Pineda Enamorado fueron protegidos por Chonita desde niños, crecieron en la hacienda Inguaya dónde aprendieron a realizar todo tipo de trabajos. Además del sustento, también recibieron educación con alto contenido en valores humanos y éticos. Sobre ellos se cuentan anécdotas que se transmitieron de generación a generación. Una para relatar, es sobre la situación que vivieron con su patrona en cierta ocasión que ella despertó muy preocupada debido a sus responsabilidades económicas. La tía Chonita llamó a Salomón para asignarle una misión muy especial, el muchacho quien se estaba afanado con la alimentación de las aves de corral acudió prontamente.

“Vaya donde mi compadre Nino Muñoz y dígale que me preste dos mil lempiras, los muchachos que están en el extranjero me están pidiendo dinero y no tengo para enviarles en este momento.”

Don Nino Muñoz tenía su residencia en “La Isla”, pequeña aldea del municipio de San José de Colinas situada al otro lado del río Ulúa. Hasta ese lugar debía ir Salomón a realizar el mandado de Chonita. Al momento de terminar de escuchar la petición se mantuvo frente a ella sin decir nada ni moverse. Para Chonita esto parecía indicar la no disposición de seguir la instrucción por lo que ella trató de sacarle carrera. “¡Mueva esas canillas muchachito, me urge ese dinero!”

Salomón estaba con dudas, pero no de ir al otro lado del río y hacer el pedido de dinero a don Nino; estaba con dudas porque recordó un acontecimiento que con su hermano Antonio había realizado tiempo atrás. Después que Chonita trató de sacarle carrera, Salomón rompió el silencio y le dijo:

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“Usted no necesita pedir dinero prestado, ¿recuerda aquel tubo galvanizado que nos pidió limpiar hace mucho tiempo?, ese tubo lo dejamos repleto de bambas6 empaquetadas.”

Chonita no recordaba nada y pensó se trataba de una broma de mal gusto, pero sabía que sus muchachos nunca hacían bromas con ella. Tardó algún momento en aceptar lo que escuchó de Salomón porque en su memoria tal evento no estaba registrado, al final aceptó comprobar esa ficción. Junto con su hermano Antonio, Salomón llegó hasta donde se encontraba el tubo con las bambas y, después de retirar una de sus tapaderas, comenzaron a extraer algunos paquetes que colocaron en la mesa para que los viera Chonita. El pesado cilindro metálico medía seis pulgadas de diámetro por seis metros de largo y estaba convertido en caja de seguridad. La satisfacción que Chonita tuvo aquella mañana tenía dos razones, primero saber que resolvería la petición de dinero y, la segunda mucho más importante, la oportunidad de recompensar a los honestos muchachos el noble gesto de honradez y fidelidad. Estas dos razones las compartió con aquellos niños ejemplares.

Este relato lo contaban los mismos hermanos como una vivencia más dentro de la hacienda y no para enaltecerse como individuos. En ese tiempo eso era normal, eran los valores éticos que se practicaban en aquella deseable e irrepetible época.

El entorno natural de Inguaya posee bellos paisajes, bosques frondosos y fauna variada que hicieron de este lugar un atractivo espacio para actividades recreativas como la recolección de frutas silvestres, paseo por senderos a pie o a caballo, entre otros. Los habitantes de 6

Bamba era conocida como una moneda de plata con valor de un lempira.

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Gualjoco y demás pueblos vecinos podían recorrer aquellos parajes libremente y hacer uso de sus recursos, los cercos no existían y la gente que pasaba por tierras ajenas respetaba la privacidad de las personas, la vegetación y los animales silvestres. Se cuenta que la familia Bográn fue muy numerosa y sus amistades llegaban a disfrutar vacaciones en ambiente de campo.

Los ríos que bordean Inguaya en el Norte y Oeste la hicieron especial para bañar y pescar.

Cuando las sombras de la noche tomaban posesión de aquellos parajes, especialmente la quebradona que serpentea por el camino, surgían leyendas que narraban a los visitantes los cuentistas populares. Se decía que entidades misteriosas azoraban a los que transitaban por esos caminos. Catarino Chávez Calderón, Elías Arriaga Calderón, Jorge y Francisco Muñoz; son algunos de los trabajadores que cuidaban el ganado de Inguaya y viajaban por las noches a la aldea de Gualjoco para visitar amistades o compartir momentos de esparcimiento. Cuando hacían el recorrido para regresar a la hacienda decían percibir actividad paranormal, algunos creían y otros no, pero los sucesos que ellos narraban tenían el poder de crisparle los pelos a sus oyentes. Describían que sus cabalgaduras se paralizaban como atadas de sus patas, hablaban de cuando se les aparecía el cadejo, la mágica blanca, la sucia o el duende7. Ellos también decían conocer secretos para defenderse de las presencias misteriosas: Colocar el sombrero invertido, morder un puñal que tenga crucero o, encender y fumarse un puro por el revés. Los relatos fueron diversos y pocos se aventuraban a hacer tal recorrido durante las noches por miedo a que lo contado por los arrieros de ganado fuera cierto.

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Duende. Criatura mitológica y ser feérico. WIKIPEDIA

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En el año de 1976 Inguaya fue ocupada por grupos organizados con fines de Reforma Agraria, para entonces los terrenos ya mostraban cierto grado de abandono por los herederos y eso parece motivó más el proceso de expropiación por parte del Instituto Nacional Agrario.

Los trabajadores del campo que se asentaron en esas bellas tierras, adoptaron formas organizativas muy prometedoras: una cooperativa agrícola en Inguaya y la Empresa asociativa de Campesinos Gualjoco. Ambas organizaciones contaban con trabajadores muy capacitados y la cultura gloriosa del campesino honesto.

Durante dos décadas el proceso productivo fue exitoso debido a la mecanización implementada y la diversificación de sus proyectos.

Junto a mi padre y hermanos tuve la honra de formar parte de ese experimento de producción comunitaria, puedo mencionar que aún sobreviven compañeros y amigos de ese proceso agrario: Fidel Perdomo Mejía, Ramón Mancìa, Ramón Pineda Aguilar, Benjamín Guzmán Sagastume, Antonio Perdomo, Fernando Chávez Pérez, Raúl Antonio Rápalo, Virgilio Chávez Pérez, Pedro Pineda Sabillòn, Dilio Paz, Isidro Ayala, Emilio Ayala, David Reyes, Epifanio…

Posteriormente el Instituto Nacional Agrario permitió la negociación para que los propietarios de la tierra y campesinos ocupantes llegaran a un acuerdo de legalidad. Actualmente Inguaya está dividida en múltiples parcelas cuya tenencia de propiedad es individual.

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Por poco no lo vimos (Información de relato dado por la abogada Teresa Aguilar Chacón) Teresa es mi hermana, cuenta sobre lo vivido en una noche del verano de 1976 en la ciudad de Santa Bárbara.

La bóveda celeste se iluminó con gran intensidad debido al paso fugaz de un balón de fuego. Como muchos otros testigos de aquel fenómeno luminoso, mi hermana hacía toda clase de conjeturas para encontrar alguna explicación, mientras su sistema nervioso se reponía lentamente de aquel impacto emocional.

“Nosotras caminábamos por el amplio corredor del edificio de la familia Carrasco8, pero solamente vimos la fugaz claridad en el cielo”. Teresa se dirigía junto a la señora América Muñoz, a visitar la familia Rivera que

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Este edificio se encuentra localizado en lado norte frente al parque central de la ciudad Santa Bárbara. Construido en 1790, ha sido escenario de importantes eventos culturales y emblema arquitectónico de la ciudad.

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Edificio de la familia Carrasco tenía su residencia en el hotel Santa Marta de la avenida La Independencia. Caminaron sin detenerse para hacer comentarios como lo hacía el resto de la gente, estaban por llegar a su destino y pensaron que con sus anfitrionas podrían platicar sobre el asunto.

Cuando llegaron al hotel ya las esperaban en la puerta de entrada, la recepción fue muy cordial como era costumbre de la familia Rivera. Las invitaron a subir a la segunda planta del edificio para conversar y, mientras lo hacían, hablaron sobre el tema de la luminosidad que vieron en el cielo y que tenía reunida a más gente de lo usual en la calle. Concepción también había observado el bólido cuando éste dibujó una estela luminosa sobre el cerro que está enfrente, desde luego, ella se encontraba en la segunda planta del edificio que tiene un mirador con vista al sector Oeste de la ciudad. En ese mismo lugar es donde las hermanas Concepción y Carmen Celia Rivera recibían a sus visitas y compartían con ellas agradables momentos. Ambas hermanas eran 33

exquisitas en el arte de la conversación, pero Concepción era muy especial, poseía la magia para hacer relatos y era quien primero se apoderaba de la guitarra. Con lo acontecido aquella noche tuvo motivo de sobra para iniciar la conversación, para luego extraer del cofre de sus recuerdos una de sus más extraordinarias vivencias en sus años de juventud.

“Mi papá siempre fue muy complaciente con nosotras, y eso que no éramos exigentes. Él compartía nuestra felicidad y siempre trataba que nuestros sueños de adolescente se hicieran realidad. Recuerdo cuando le dijimos con Carmen nuestro más loco sueño, “ir a México para conocer a Pedro Infante9” Al momento que Teresa escucha a Concepción, le hace recordar las canciones y películas del ícono de la Época de Oro del cine mexicano, también recordó a los varones de entonces quienes imitaban la moda del cantante y hacían serenatas con sus canciones. Dice don Valentín Cantillano que los jóvenes se dejaban crecer el bigote para parecerse a Pedro Infante. Teresa tuvo que regresar del laberinto de sus pensamientos para no perder el curso de aquella narración que la hacía suspirar. -Doña Concepción continuaba con su relato“La reacción de mi papá fue la más natural y sencilla.

Nos dijo que investigáramos lo que se ocupaba para el viaje y así darnos su apoyo.”

Teresa y doña América no parpadeaban y eran todo oído, no estaban dispuestas a perder el hilo de aquella fascinante historia, aunque de manera esporádica e instintiva, hacían un pequeño quiebre para contemplar las luces de la ciudad. El agradable viento nocturno del verano hizo mágico aquel momento, donde las cuatro 9

Pedro Infante cruz. (Mazatlán, Sinaloa, 18 de noviembre de 1917-Mèrida, Yucatán, 15 de abril de 1957), más conocido como Pedro Infante, fue un cantante y actor mexicano. WIKIPEDIA

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damas se transportaron a los tiempos en que salir de viaje era una aventura con grandes emociones.

Concepción relataba en tiempo presente como si viviera ese momento, sus ojos brillaban en la quietud de la noche, en aquel mismo salón donde muchas otras conversaciones dieron lugar.

“Con Carmen hicimos las gestiones, y en poco menos de un mes todo lo tuvimos listo. Era difícil saber que un hecho pudo haber terminado con el viaje. En los primeros días del mes de mayo de 1954 irrumpió La Gran Huelga Bananera. Por un momento creímos que nuestro viaje no se haría. Al final la salida se hizo en la fecha prevista.”

La emoción del momento era propicia para disfrutar del refrigerio, Concepción cortó para llamar a Adrianita y pedirle los bocadillos que estaban previstos. Adriana Fernández Pineda convivió con la familia Rivera desde muy temprana edad, muchos de los que visitaron aquella casa la recuerdan con mucho agrado por su gentil y delicada forma de atender a quienes visitaban la familia.

Sin mucho esperar, el inconfundible aroma del café recién colado es el preludio de un banquete de ricos bocadillos. Sin prisas de ningún tipo, Concepción continuó con el relato de aquella aventura. Carmen Celia, o (Camencha), como se le decía con cariño, escuchaba en silencio la narración de su hermana. En su rostro se ve reflejada la satisfacción de aquella experiencia inolvidable.

“Zarpamos del puerto de Amapala 10 en un buque mercante con rumbo a Los Ángeles, California, para 10

Amapala tuvo operaciones portuarias hasta 1978 cuando las mismas fueron trasladadas al puerto El Henecàn de San Lorenzo. https://portalunico.iaip.gob.hn

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visitar parientes y amigos residentes que teníamos en aquel lugar. Recuerdo que cuando pasamos por la costa del estado de Nayarit, en México, una persona del buque nos hizo ver el archipiélago de Las Islas Marías donde recientemente filmaron una película con actuación estelar de Pedro Infante. Ese avistamiento fue muy emotivo.”

Las hermanas Rivera llegaron a Los Ángeles, California, pernoctaron unos días en esa ciudad y disfrutaron plenamente la calidez de su familia, aunque la magia del entretenimiento y la tecnología de la ciudad les causaron poca motivación.

Su mayor pasión estaba a la vuelta de la esquina, arribaron a la capital mexicana en una aerolínea que realiza vuelos directos desde el estado de California, y se instalaron en un hotel céntrico de la ciudad donde fueron recibidas con mucha cordialidad.

Recuerdo que la recepcionista del hotel, una jovencita casi de nuestra edad con la alegría de vivir a flor de piel, nos invitó a pasar donde servían la cena y compartió la mesa con nosotras. Luego llegó una amiga de ella quien se integró al grupo como si ya fuéramos conocidas -María Guadalupe se llamaba- Recuerdo ese nombre por ser el mismo de la Virgen María de Guadalupe, patrona de México. Mientras hacíamos la cena, en nuestra conversación develamos cuál era el propósito de nuestro viaje, conocer a Pedro Infante. Fue entonces cuando la recepcionista igual que su amiga asintieron con su cabeza, luego aquel cruce de miradas que nos pareció de alguna manera enigmático.

A veces no se sabe a dónde tus palabras te pueden llevar -pensó Teresa- En el marco de aquella cena las dos mexicanas se coordinaron para darles una sorpresa inesperada a las jovencitas catrachas. Esa noche y en ese mismo hotel, se tenía programado realizar un evento en honor a la Virgen de Guadalupe donde Pedro Infante haría acto de presencia. Las nuevas amigas mexicanas lo 36

sabían, pero no quisieron adelantar nada durante la cena.

Previo al inicio del evento, la amiga de la recepción visitó a las Patepluma en su habitación y les avisó que tenían invitación especial. También habían contactado con el famoso cantante, informándole que entre los asistentes estarían dos hondureñas que llegaron a México sólo para conocerlo. “¿Ustedes tienen idea de la sorpresa final?” -Dijo Concepción en tono de pregunta a Teresa y América-.

“Todavía puedo sentir la emoción de aquella noche mágica. Pedro Infante y su mariachi deleitaron con una serenata en vivo. Sentimos que el corazón se nos salía del pecho.”

El silencio de la noche y la soledad que se percibía en las calles, daba señales para que las damas visitantes regresaran a sus casas.

La bulla de la gente que a tempranas horas fue exacerbada por la luz que observaron en el cielo, quedó unida a la magia de aquella fascinante historia de las damas Patepluma que conocieron a Pedro Infante en México. Teresa pensó que nunca se sabe cuándo uno mirará a alguien por última vez, y lo importante de hablar y saber qué decir en el momento adecuado. Puede ser que nuestra existencia sea como esa luz que pasó fugazmente por el cielo, y que las hermanas Rivera conocieron al cantante gracias a la apertura de compartir su aventura con dos extrañas en quienes confiaron sin reservas. Ellas regresaron a Honduras con el sentimiento que produce un sueño con final feliz.

“Por poco no lo vimos” –Fue la única expresión de Camencha durante todo el relato- Tenía razón, porque tres años después murió Pedro Infante en un accidente de aviación.

Un hecho curioso que nada tiene que ver con las hermanas Rivera, circuló en el ambiente popular de Santa Bárbara durante aquella época memorable.

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Cuentan de una bella dama Patepluma que aseguraba haber sido “novia” de Pedro Infante. La información fue reforzada cuando el charro mexicano falleció y nuestra paisana le guardó luto por mucho tiempo. Algunos pocos aseguraron haber visto la fotografía que ratifica la veracidad de esta versión.

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Míster Yin El 3 de octubre del año 2010 fue la fecha en que se jugó la gran final del Campeonato Nacional de Fútbol Categoría Sub-12. Sucedió en las instalaciones deportivas de Granja D’Elía, en la ciudad de Siguatepeque, Comayagua y el “Club Deportivo Atlético Honduritas Categoría sub-12” se coronó como campeón. Venció a un equipo de la ciudad de Comayagua, el INMUDE 11, con un partido lleno de emociones para la afición de ambos rivales y otros que llegaron a presenciar el encuentro. El equipo campeón viajó desde Santa Bárbara acompañado de un buen grupo de aficionados que vieron a este equipo nacer, crecer y luego; vencer a muchos rivales locales hasta llegar a esta final de campeonato en Siguatepeque.

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Instituto Municipal de Deportes

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El Club Deportivo Atlético Honduritas nació en la ciudad de Santa Bárbara gracias a la dedicación y amor por el fútbol de Melvin Roberto Guzmán Rivera, o “Míster Yin” como mayormente se le conocía. Los habitantes de Gualjoco fueron los que tuvieron la dicha de ver las habilidades de este entrenador para comunicarse con los más jóvenes que comenzaban la aventura con el deporte rey. La plaza frente a la iglesia católica era el escenario donde Míster transfería su pasión a los pequeños. Lograba que los chicos dieran 40

el mejor de sus esfuerzos para mejorar sus habilidades con el deporte y en otros aspectos de la vida. Los padres y la comunidad, apoyaron las actividades deportivas gracias a la constante comunicación y auténtico interés de este personaje apasionado del fútbol. La presencia de Míster en las canchas deportivas a nivel departamental se hizo notoria por el trabajo y resultados que obtenía en las competencias.

Algunas personas decían encontrarle parecido físico con el jugador francés Zinedine Zidane, cuando se lo comentaban a él simplemente respondía: Mi nombre de pila es Melvin Roberto Guzmán Rivera, pero me dicen “Míster Yin”.

Oriundo de la zona de los Pajizos12 comparte las características físicas de esta población de contextura delgada y esbelta. La vida le cambió cuando a la colonia Suyapa de Gualjoco llegó a vivir un norteamericano de gran estatura. Melvin tenía unos diez años de edad en ese entonces, y cuenta que miraba de arriba hacia abajo al personaje recién llegado.

El gringo paseaba montado en un caballo bastante grande. Se hizo amigo de muchos y yo fui uno de ellos. Él me subía al anca de su caballo con una sola mano.

La gente miraba a Melvin pasear con El gringo por todas partes y se referían a él como “el niño que monta a caballo con el míster”. Mucha palabra en inglés escuchaba el joven Melvin de su amigo, que de tanto escucharlas, hasta llegó a creer que ya podía hablar en esa lengua extranjera. Sus amiguitos le pedían a Melvin que les hablara en inglés, a lo que el niño sólo les seguía la corriente.

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Pajizos es el nombre dado a los pobladores de Gualjoco, zona norte en la ciudad Santa Bárbara.

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“¡Oh!, llamarme Míster Yin, vivir en colonia Suyapa y ser amigo de Gringo. También poder montar en anca de caballo y pasear por todas partes”.

Los niños disfrutaban con esta forma de ser y hacían rueda para escuchar las ocurrencias de Melvin.

En sus conversaciones “Míster Yin” siempre expresa sus pensamientos nobles.

Trabajar con los niños y enseñar las bondades del fútbol me ha permitido, además, fortalecer sus principios y valores.

Mis enseñanzas siempre están enfocadas en el respeto y amor para nuestros semejantes, quiero que los niños se mantengan alejados de los vicios y se dediquen al estudio.

Le gusta utilizar la frase “Educando a los niños de hoy, formamos los buenos adultos del mañana”. Muchos de los niños entrenados por “Míster Yin” tuvieron motivación adicional para seguir adelante con estudios y oficios. Esto lo sabe porque se han comunicado con él para agradecer el apoyo que recibieron a temprana edad.

Cuando Melvin recibe este tipo de agradecimientos expresa tener gran satisfacción, eso lo motiva para seguir adelante.

“Es el momento para agradecer a Dios por haberme dado la oportunidad de coadyuvar en la formación de esos muchachos”.

Muchas preguntas pueden hacerse a “Míster Yin”, pero hay una que le hace suspirar a fondo: ¿cuál fue su mejor experiencia en la misión de entrenar jóvenes? La respuesta la ha dado infinitas veces, siempre suspira porque le es difícil dejar por fuera a tantas buenas experiencias.

“El equipo Pumas Categoría Sub-14 es la mejor experiencia que he tenido”.

En este equipo debutó el habilidoso deportista Patepluma Erick Salvador Andino Portillo, quien ha tenido un desempeño exitoso a nivel nacional e

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internacional. Gualjoco lo exhibe como uno de sus mejores hijos.

Míster manifiesta gran emoción al evocar tan grato recuerdo regalándonos un hermoso pensamiento. “¡Es para que vea! Las águilas no son de las piedras donde nacen, sino de los cielos donde vuelan”.

“Míster Yin” cuenta anécdotas sobre la experiencia en reclutar jóvenes con brillante potencial deportivo como Edward Josué Pineda Aguilar, entre otros. También cuenta las jornadas enteras dedicadas a observar niños promesas que vivían en poblaciones alejadas. La perseverancia sometida a prueba en todo momento y su fina intuición para descubrir jugadores de alto perfil futbolístico, le permiten obtener resultados que lo hacen sobresalir en el deporte que apasiona al mundo. El legado de su trabajo se ve en los salidos de las canchas de Santa Bárbara, figuras que surgieron a raíz de los constantes entrenamientos y los esfuerzos colectivos motivados por este personaje Patepluma. Nuevas generaciones se motivan e impulsan a entrenar para las diferentes competencias locales y nacionales. ¡Gracias Míster, todos reconocemos su noble trabajo!

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Duelo en velorios Nuestro idioma español como muchos otros, tiene palabras homónimas, es decir, palabras que se escriben igual, pero tienen significado diferente. Este es el caso de la palabra “duelo” que puede tener dos significados: el primero relacionado con el dolor por la pérdida física de alguien, o algo, y el segundo relacionado con el enfrentamiento dialéctico entre dos personas. Quiero aprovechar el uso de esta palabra con dos significados para referirme a situaciones coincidentes en eventos donde he participado.

Acompañar a familias durante los velatorios y hacer honor al recién fallecido es parte de las costumbres que todavía se viven en Santa Bárbara. Estos actos son todavía de mayor relevancia en lugares menos urbanos donde personas de todos los estratos socioeconómicos visitan a la familia doliente. Lo hacen porque conocen y han convivido de alguna forma con ellos, ya sea como empleados, empleadores, por intercambio comercial, o por trabajo conjunto para salir adelante con asuntos comunitarios. En este tipo de velatorios existe la solidaridad con el que no tiene, es decir, si la familia 44

doliente cuenta con limitados recursos la comunidad apoya para hacer un acto solidario que honre al difunto y apoye a los que pueden quedar desprotegidos. Los velatorios que se realizan en mi pueblo son una verdadera convivencia comunitaria: reencuentro con amigos y familiares, intercambio de conocimientos, hechos noticiosos, enamorados felices, tahúres reprimidos, cuentistas de perras y chistes, etc.

En uno de estos velatorios, donde el duelo de familiares es la oportunidad para un duelo entre dos personajes, tuve la suerte de volver a vivir este tipo de costumbres que mantienen unida nuestras comunidades.

Quiero hablar de un personaje que tuve el gusto de conocer y que, de haber tenido motivación para escribir, pudo haber recopilado en libros innumerable cantidad de relatos similares a los de “Las mil y una noches”. Emilio Erazo Rodríguez es el nombre de este legendario señor, que nació en el año 1894 y tuvo su residencia en la aldea La Zona, Santa Bárbara. En su domicilio cultivaba hortalizas, caña de azúcar, plantaba árboles frutales y tenía espacio para mantener algunos animales domésticos. Era amante de montar en “bestia” y era de su preferencia la mula “Brisa” que se hizo muy famosa por su resistencia y velocidad al galope tendido. Tal era la fama de ese ejemplar équido, que la gente comparaba su velocidad con la de caballos pura sangre.

Conocí a don Emilio precisamente en el velatorio de la señora Lorenza Guzmán en la aldea de Gualjoco. Noté como los asistentes cuando le vieron llegar, se regocijaron y gritaron en gran manera: “¡Viene don Emilio, viene don Emilio!”

Su personalidad cautivadora llenó de fiesta el ambiente con su auténtica sonrisa y calidez al saludar. Respondía con la misma emoción que mostraban hacia él y saludaba a todos los que se le acercaban. Como toda persona conocedora de costumbres dignas y hasta 45

necesarias de guardar, pasó a la sala del velatorio para solidarizarse con la familia Guzmán con quienes compartía especial afecto. Era el momento donde adentro se tiene la plática en voz baja mientras los que logran sentarse reciben café con pan. Los familiares y amigos más cercanos por lo general, pasan a la cocina a comer tamal, sopa de gallina india o lo que esté disponible para tal ocasión. Don Emilio era uno de estos cercanos, pasó, hizo honor al difunto, platicó con los familiares que hacían guardia frente al féretro y luego, fue invitado a la zona de cocina donde le sirvieron para que comiera y bebiera algo.

El movimiento de recién llegados obliga a quienes están en la cocina hacer el desalojo, estos circulan hasta el corredor frontal donde la multitud ya solicita la presencia del señor Erazo. Quienes ya lo conocían lo rodearon sin esperar para comenzar a platicarle, pero más para preguntarle sobre cosas y encender esa chispa que lo hace hablar. Yo seguí ese movimiento espontáneo y coordinado por el simple instinto de ver que algo bueno pasaría. Con el impulso de la plática fluida comenzada entre todos, don Emilio limpió su garganta con tosido suave pero sonoro para llamar la atención, sin mucho protocolo soltó su primera perra13.

Vieran ustedes la hermosura de hortalizas que yo cultivo, sembré unas parras de ayote que se desarrollaron tanto, que ni se miraba el fondo del solar. Estaba contento con aquello. Un día hasta pensé que mi mula se había salido porque no la miraba en el solar. La busqué por todos lados sin resultado alguno. Brisa, Brisa, le gritaba ¿dónde te has metido animal ardiloso?

Le había puesto el nombre de “Brisa” porque ese animal no corría, ¡volaba! Don Emilio sabía hacer las 13

Perra en Honduras se refiere coloquialmente a relatos populares de contenido chistosos.

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breves pausas para levantar curiosidad y luego ver las caras de quienes lo escuchaban. Nadie lo interrumpió, los que ya lo conocían sabían que así era su estilo.

Ese día que se extravió la mula yo tenía urgencia por viajar a Santa Bárbara. Así que me puse a buscarla por entre aquellos ayotes gigantes. Hombre ¿van a creer donde encontré a Brisa? Se había metido dentro de un ayote de aquellos14 para comerse las semillas.

Ahí fue cuando todos, y me incluyo, soltamos a reír. A lo mejor alguno de los que estaban ya había escuchado el cuento de don Emilio, pero ninguno se quedó sin celebrar. Era contagioso aquel ambiente en medio de un velatorio. En un instante que hubo de receso, se pudo notar a un nuevo personaje que recién acaba de llegar, miraba a la gente y especialmente a don Emilio en búsqueda de atención. Es cuando comienza el duelo en medio del duelo, entre Juan Miringa, el recién llegado y don Emilio Erazo, nuestro personaje.

Juan Miringa está acostumbrado a polemizar, también es un chistero famoso quien ataca sin presentarse.

“Eso no es nada hombre, en El Salvador fabrican un perol gigante que desde la frontera se escuchan los martillazos.

El silencio de asombro llega y es cuando la curiosidad de don Emilio salta para preguntar: “¿Y para qué querrán ese perol tan grande?”

Juan esperaba esta reacción porque ya conocía a don Emilio, sus fríos cálculos no le habían fallado. Con la sonrisa de oreja a oreja le respondió: “¡Es para cocer el ayote de tu hortaliza!”

A estas alturas del velatorio, es mayor la cantidad de personas que están alrededor de los cuentistas, mucho más de los que acompañan a la difunta. Todos esperan 14

Ayote: fruto comestible conocido como calabaza (Cucúrbita argyrosperma)

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que sigan los chascarrillos, pero don Emilio ya entendió que se trata de una competencia en la que don Juan parece haber anotado su primer tanto. Él no podía quedarse atrás, se puso de pie para llenar de aire sus pulmones y ajustarse el pantalón a su cintura. Extendió sus brazos para relajarse y rápidamente exclamó en forma desafiante: ¡Ah bueno! sí de competencia se trata, aquí les voy con la mía.

Escuchen, y también tú Juan. Un día venía de Guatemala por el lado de Paso Viejo cuando observé una negrura del cielo sobre la montaña de El Merendón. Se trataba de una tormenta huracanada. Le dije a “Brisa”, ésta no es con nosotros amiga. En el extremo sur de Quimistán donde está la salida para encaminarse a Santa Bárbara vivía mi compadre, me detuve brevemente para saludarlo y él me aconsejo que pernoctara en su casa por temor a la tormenta.

No se aventure compadre –me dijo- esa tormenta lo va a jorobar. Las urgencias de la vida no le permiten a uno darse muchas libertades, así que apreté las espuelas a la mula y ésta salió disparada como por arte de magia. La tormenta comenzó a caer de forma torrencial, yo sentía que casi me sonaba el lomo. Pero, Brisa no es de las que se deja vencer fácilmente, agarró tanta velocidad que hasta el sombrero se me voló y me quedó colgado del cuello por una cuerda que le había colocado –trucos que uno aprende en la vida señores- Aquella tormenta sonaba que sonaba a mis espaldas y ustedes no me lo van a creer, Brisa levantaba tacos de lodo con sus cascos traseros, mientras que con los de adelante levantaba polvo. Qué mula tan maravillosa, no dejó que la tormenta nos alcanzara.

Las risas desmedidas y los aplausos hicieron sentir a don Emilio Erazo que había igualado el marcador. Al tener la tribuna abierta y con el dominio a su favor, arremetió con otra de sus historias no menos fantástica.

Hay grandes misterios en la vida señores. Yo he sido muy aficionado al asunto de la agricultura, especialmente, lo que tiene que ver con el injerto de frutales. Allá en la huerta que 48

tengo en La Zona se me ocurrió realizar un cruce de mango con guineo para ver que resultaba. Les aseguro que el experimento fue un éxito. Se desarrolló una mata con ramas frondosas de las que brotaron enormes racimos de mangos, y saben qué, para comerlos había que pelarlos como se pelan los guineos. La nueva fruta la llamé “Mangoneo” y a la gente le encantaba el nombre, también comerla.

Los que celebraron esta nueva genialidad otorgaron con su júbilo un nuevo punto a favor de don Emilio.

Muy cerca de mí se encontraba un señor que continuamente secaba sus lágrimas con un pañuelo, el regocijo que le producía las ocurrencias de aquellos magos de la broma casi le habían disecado sus glándulas lagrimales. Cuando por fin logró detener aquellos ataques de risa, apenas pronunció: “¡Puta! Esos hombres si son brutos para los chistes”.

Fue cuando se escuchó la voz cortante de alguien que recién llegaba y que dijo: “¡Ah! que par de mentirosos se han juntado”.

-Conocía muy bien aquellos titanesLa noche del velatorio siguió su ritmo con el son que le imprimían aquellos genios de la fantasía. Ambos hicieron de aquel evento una oportunidad para reír en lugar de llorar. Cuando por fin llegó la madrugada don Emilio y don Juan chocaron sus puños, así lo hacen los boxeadores profesionales previos a un combate, es una demostración de respeto y admiración recíproca.

Es posible que la comprensión de muchos no alcance a interpretar, o comprender, la riqueza de estos personajes.

La creatividad de su mente permite que la tradición milenaria de contar historias continúe viva. En este tipo de narraciones existe ficción que da vida a relatos con orígenes en lo cotidiano. El “yo narrador” del sujeto intenta suavizar alegremente las duras experiencias de la vida en el campo, donde lograr el sustento diario con el sudor de la frente se constituye en la meta de mayor aspiración.

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Don Emilio Erazo fue el creador del personaje mítico “Mico Armado”, mismo que se constituyó en el sobrenombre de reconocimiento familiar. A él se le recuerda siempre en velatorios y reuniones populares como un personaje autor de historias fantásticas. No faltará alguien quien posea virtudes similares y a quien por esto se le diga. ¡Es un Emilio Erazo!

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La maestra Rosita Mirtala Rosa Arriaga Mejía era su nombre de pila, la primogénita de cuatro hermanos que vio la luz del mundo en los albores del siglo XX (20 de abril de 1901).

Su padre Salvador Arriaga Calero era originario de Zacapa y su madre Natividad Mejía Peña, de la Ceibita, ambos lugares pertenecen al departamento de Santa Bárbara. La primera infancia de Rosita transcurrió dentro del seno de un hogar bien estructurado, su padre se desempeñaba como telegrafista en la cabecera municipal de Zacapa. La imagen de ese pueblo se convirtió para ella en la fuente de inspiración que siempre gravitó en sus sueños.

La mano invisible del destino había diseñado una nueva agenda para aquella familia. Don Salvador Arriaga Calero abandonó el hogar cuando se trasladó a vivir a la costa norte de Honduras, allá formó una nueva familia y a Santa Bárbara no regresó nunca más.

La señora Natividad Mejía Peña se vio en la necesidad de regresar al seno de su hogar en la aldea de la Ceibita, Santa Bárbara, y su papá Rosa Mejía Jerezano fue quien asumió la tutela y protección de sus nietos. Así llegó la niña de nuestra historia a vivir en ese lugar donde tuvo el privilegio de contemplar el fenómeno celeste más espectacular del siglo XX, el mayor acercamiento a la Tierra del cometa Halley ocurrido el 19 de mayo de 1910. En esa oportunidad nuestro planeta atravesó parte de la cola del cometa, y cuenta mi abuela que durante las noches el cielo adquiría un raro color brillante salpicado de plumitas blancas. Decían los mayores de la aldea: “Es el fin del mundo” Este cometa oficialmente conocido como 1p/Halley, orbita alrededor del sol cada 75 años en promedio, y es el único cometa observable a simple vista que quizá puede ser visto por una misma persona dos veces durante su vida. La maestra Rosita observó a ese viajero 51

del espacio en 1910 y 1986 respectivamente. ¡Qué privilegio!

La educación primaria que Mirtala Rosa recibió apenas alcanzó hasta el tercer grado. La inestabilidad política y económica en el país dejó una herencia nefasta en el sistema educativo, debido a la deserción escolar y el cierre de las escuelas la población infantil fue condenada a vivir en las tinieblas del analfabetismo.

“Mi maestra fue la niña Carmen Mena, cómo no recordarla con especial cariño”. –decíaEn 1918 Rosita regresó a Zacapa donde hizo sus primeros pinitos como maestra de educación primaria, su formación empírica y autodidacta la reforzó a través de la lectura, adquirió tantos libros como pudo y los convirtió en sus mentores privados. Ella siempre recordaba con mucho agradecimiento la enseñanza que recibió por parte del profesor Brígido Bardales en materia didáctica.

La vida siempre le regaló a Rosita momentos extraordinarios y la oportunidad de establecer vínculos con personas muy carismáticas. Ella fue maestra del niño Rafael Bardales Bueso (1911-1997), quien llegó a ser profesional exitoso y un escritor prolífico, especialmente en la literatura con temática educativa. El profesor Bardales Bueso desempeñó el cargo de Director General de Educación Primaria y, durante el gobierno constitucional del presidente Oswaldo López Arellano (1965-1971) integró ese gabinete como Secretario de Estado en los Despachos de Educación.

Mientras desempeñó ese importante cargo público, don Rafael tuvo la deferencia de visitar a su primera maestra quien residía en la aldea de Gualjoco, dicen que le ofreció interceder para que el Estado de Honduras otorgara una pensión por vejez a su abnegada mentora.

Como docente le tocó a Rosita desempeñarse en la educación pública durante los periodos más inestables 52

de la vida política de Honduras, la primera y segunda guerra civil (1919-1924) respectivamente. Desencantada por tales circunstancias optó por estudiar alta costura en la academia de la maestra Felipa Urmeneta en la ciudad de Comayagua, doña Felipa era la madre de la poeta y periodista hondureña “Ángela Ochoa Velásquez”.

Angelita fue la amiga con quien Rosita compartió sus secretos de mujer y cultivaron una amistad sincera que duró toda la vida.

Mamá Feli era muy rigurosa para aplicar la disciplina tanto en el hogar como en la academia, cuando imponía tareas había que cumplirlas al pie de la letra. Siempre nos exhortaba diciendo: “El éxito en la vida depende del cumplimiento de metas”

En cierta oportunidad Angelita no cumplió con la tarea que le habían encomendado, por lo que mamá Feli le impuso como castigo permanecer encerrada en su dormitorio. Esa noche era de luna llena, Rosita acompañó a su amiga en el encierro para compartir con ella tantas ilusiones que pasan por la mente de la mujer cuando está en la plenitud de la vida. Angelita se asomó por la ventana para contemplar el cielo iluminado por los astros, llenó con aire fresco sus pulmones y exclamó muy emocionada: “Mientras la luna llena adorna la noche con su hermosura, el alma enamorada de esta poeta calla en el frío encierro de su cuarto” En 1955 Rosita recibió un valioso regalo de su amiga la poeta, un ejemplar del libro de poemas Espigas y lotos debidamente autografiado.

Mirta Rosa laboró en diferentes escuelas del país: san Francisco de Yojoa, en el departamento de cortés; El Triunfo de la Cruz, en Tela Atlántida, Zacapa, La cuesta y Gualjoco en Santa Bárbara. Todas sus anécdotas contienen mensajes edificantes. En cierta oportunidad que llegó a la municipalidad de Santa Bárbara para 53

cobrar su sueldo, el tesorero le informó que no había más fondos para pagarle y que la escuela la iban a cerrar, ella devengaba apenas quince pesos mensuales.

“La información me dolió tanto porque mis alumnos se quedarían sin aprobar su año escolar, decidí entonces, continuar dando las clases en mi casa de habitación mientras alternaba con la sastrería y los oficios domésticos. Los padres de familia me apoyaban con cincuenta centavos cada uno, aquellos niños aprobaron su grado.”

Como es de suponer, en la escuela del Triunfo de la Cruz nuestra maestra atendió una población escolar garífuna, ella desarrolló la expertíz necesaria para tener un desempeño exitoso y cálido con aquellas niñas y niños para quienes guardaba un grato recuerdo.

También como madre y jefe de hogar la maestra Rosita fue muy abnegada, procreó una familia de tres hembras e igual número de varones. Sus descendientes hasta la cuarta generación ya suman ciento cincuenta personas.

Los valores cívicos estaban muy fortalecidos en aquella maestra ejemplar, a su patria siempre la situaba en un pedestal privilegiado. Cuando aconteció el conflicto bélico entre Honduras y El Salvador en 1969, ella le envió un telegrama al presidente Oswaldo López Arellano conteniendo el siguiente mensaje: “Lo que soy y lo que tengo se lo debo a la patria, pongo a su disposición a mis seis hijos que son mi mayor tesoro” El presidente tuvo la gentileza de acusar recibo y agradecerle tan hermoso gesto patriótico.

Mirtala Rosa Arriaga era muy aficionada a la Astronomía, la Literatura y la Historia, su personaje favorito fue el poeta nicaragüense “Rubén Darío” de quien contaba tantas anécdotas. También documentó una colección de leyendas populares para el recordado

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programa “Cuentos y Leyendas de Honduras” del genial libretista don Jorge Montenegro.

Una maestra que asumió el magisterio como apostolado, bien merece de su patria un reconocimiento póstumo.

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Emigdio Mena Quiroz Se destacó como ciudadano ejemplar de Santa Bárbara, Médico cirujano de renombre y político brillante.

Fungió como alcalde municipal en varios períodos, gobernador político y como diputado al congreso nacional de la república por el departamento de Santa Bárbara. Al destacar la figura de este médico del pueblo no podemos dejar de mencionar sus cualidades humanitarias y artísticas, dejó colocada su huella en la historia de la música santabarbarense con el arreglo que le hizo al artista popular Moisés Calderón, “Corrido a Moisés Barrabás”. Esta obra musical fue interpretada magistralmente por Norman Amílcar Rodríguez Muñoz y sus legendarios Faraones, un corrido muy alegre que describe la idiosincrasia de un trovador campesino y retrata el candor y belleza de la mujer que habita en el parque nacional de Santa Bárbara.

En la casa del señor Alejandro Pineda se puede observar una fotografía del doctor Mena en la que aparece vistiendo un atuendo militar, su aspecto es muy similar al político británico Winston Churchill15 Dirige a un grupo de soldados que lucen uniformes a la usanza del ejército Británico durante la Segunda Guerra Mundial. Las preguntas que le hacen al señor Alejandro sobre la fotografía, sobran, y muchas de ellas son para indagar si los que aparecen eran militares auténticos, él únicamente sonríe mientras responde: “Lo que pasa es que el doctor Mena era bromista, le gustaba jugar a la guerra allá en La Zona. En una ocasión armó a los muchachos con rifles de madera y les compró uniformes. Si ustedes se fijan bien, ahí está mi hermano Alfonzo y Abundio Erazo.”

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Sir Winston Leonard Spencer Churchill. Político, estadista y escritor británico (1874-1965)

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El señor Antonio Cruz relata anécdotas propias del doctor Mena, él me pidió que escribiera una de las más significativas donde queda reflejada la integridad de un Hombre virtuoso.

Cuando don Emigdio Mena desempeñaba su último gobierno como alcalde municipal de Santa Bárbara en el año 1966, cierta tarde llegó a su casa de habitación un soldado a informarle que su teniente lo mandaba llamar con urgencia. Era de presentarse “ipso facto” en el cuartel donde funcionaba la zona militar. Aquella tarde don Emigdio recién había llegado a su hogar de la alcaldía después de una larga jornada de trabajo y, en tono levemente irritado respondió al mensajero: Vaya a preguntarle a su teniente que, ¿a quién manda llamar? si al alcalde, al médico o al ciudadano Emigdio Mena Quiroz. Sí es al alcalde, dígale que ésta no es hora de oficina; si es a Emigdio Mena, dígale que no tengo asuntos pendientes con los militares y; si es al médico, que lo espero aquí en mi consultorio. Ah, en caso de que tenga dificultad para movilizarse, entonces que me avise para llevar mi maletín y brindarle mis servicios profesionales a domicilio.

El teniente Emilio Montessi era quien fungía como jefe de la zona militar en ese momento. Era un militar de carrera muy progresista que realizó modificaciones en el parque central con el programa “Acción Cívica Militar”.

Pero, a los militares había que atenderlos ¡ya!

Don Emigdio Mena Quiroz junto a su esposa Cecilia Baide fueron progenitores de una ejemplar familia. La descendencia de este galeno ha continuado sus pasos tanto en la ciencia médica como en la política.

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El Ermitaño “Si cantas con tu voz acabarás teniendo que callar; canta con tu vida para que nunca calles” San Agustín.

Muy cerca del río Ulúa y en la jurisdicción del municipio de San José de Colinas, se encuentran las comunidades de la Isla y Loma Larga. Pintorescos lugares cuyos habitantes se dedican a la actividad agropecuaria. El entorno natural es muy rico en vegetación y fuentes de agua dulce, destacándose el plan de la ceiba, la quebrada de lempa y la ribera del caudaloso río Ulúa.

El señor Abelardo Muñoz Pineda regresaba de San José de Colinas y se dispuso visitar a sus parientes en la aldea de Loma Larga, éstos le informaron de la presencia de un recién llegado a quien le gustaba vivir en soledad, y que se había radicado en el bosque del arroyo.

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Pasaron algunas semanas en la vida laboral de don Abelardo, pero en su mente persistía la curiosidad por conocer aquel personaje misterioso. Hizo un alto en su agenda de trabajo y programó la visita para el día domingo que se aproximaba, don Abelardo era extraordinario en el trato con sus semejantes y esta vez no sería la excepción. Le pidió a su esposa Aurora que hiciera pan y preparara algunos alimentos porque llevaría regalos a un amigo muy especial.

Sería injusto de mi parte no reconocerle a la señora Aurora Paz Enamorado sus cualidades exquisitas en el arte culinario y la elaboración de pan, así como expresar sus virtudes como esposa y madre ejemplar.

La fecha esperada llegó, y don Abelardo encaminó sus pasos por el sendero que conduce al bosque del arroyo.

No fue necesario hacer una búsqueda minuciosa, aquel personaje se encontraba sentado en el pasto entregado a la meditación. También don Abelardo se acomodó sobre una piedra en aquel hermoso paraje, respetando en silencio el estado de éxtasis del eremita. Así se mantuvo en espera permanente.

Pero dejemos que sea don Abelardo quien nos describa este relato, pues fue él quien lo hizo trascender como una de sus más preciadas vivencias.

No puedo precisar cuánto tiempo ha transcurrido, pero aquel hombre continúa ausente del mundo que lo rodea y tendré que perseverar, para a eso he venido. Con el rostro apacible y con sus labios casi cerrados, el ermitaño dejaba escapar una melodía sutil y su aspecto era semejante a un santo de la iglesia. De pronto abrió sus ojos y comenzó a realizar movimientos de estiramiento con sus brazos, seguidamente se dedicó a realizar ejercicios respiratorios.

Ya regresó -dije en mis adentrosCuando por fin se enteró de mi presencia, el ermitaño se incorporó ágilmente para luego saludarme con gran demostración de afecto.

“La paz del señor sea contigo, buen hombre” 59

A partir de ese momento nuestra conversación fue variada y tendida, advertí con mi sexto sentido que la química entre nosotros iba a permitir una amistad sincera. Aceptó mis obsequios con mucha satisfacción y los degustó con apetito.

Pasaron muchos domingos sin poder visitar nuevamente a mi amigo, constantemente pensaba en él y me daba mucha pena al recordar lo precario de su vivienda. Mis responsabilidades como jefe de familia me tenían continuamente ocupado, pero ya tenía mis proyectos en mente.

Restablecí mis visitas de manera más continua y logré construirle una cabaña confortable y segura, él se dedicaba a cultivar un huerto que le garantizaba alimentos frescos y su dieta alimenticia consistía en vegetales, frutas y miel de abejas.

Dicen que los ojos son el espejo del alma. Aquel hombre solitario debe ser muy poco lo que le falta para convertirse en santo, eso es lo que dicen sus ojos azules transparentes como el cristal. Me informó de su origen europeo, específicamente de Cantabria, España, sus padres lo bautizaron con el nombre de Casimiro. Durante su infancia y adolescencia se desempeñó como novicio en el monasterio de Santo Toribio de Liébana.

“En el monasterio me brindaron enseñanzas que llenaron mi espíritu con sabiduría, me inculcaron amar a Dios por sobre todas las cosas, y a respetar la naturaleza como nuestra madre protectora. A pesar de mi formación académica y la fe inquebrantable en el poder divino, muchas inquietudes abatían mi mente y me confrontaba con mis propias convicciones. Finalmente, tomé la gran decisión, viajaré por el mundo para conocer su diversidad y poder dar alabanzas a Dios entregándole mi vida.

Fue así como cierta mañana salí del monasterio, me despedí de mi familia y comencé a recorrer el mundo con mis dieciocho años de edad y mi espíritu colmado de esperanzas”.

El mundo se abría ante sus ojos como si se tratara de un libro que contenía todas las disciplinas del saber, algunas experiencias lo hacían suspirar de felicidad, pero en su 60

mayoría, le producían tristeza y desesperanza. Siguió los pasos y la euforia de muchos caminantes que se dirigían hacia Valencia para estar presentes en “La Exposición Regional valenciana”, Casimiro llegó a esa ciudad en el año 1909.

Se radicó en aquella ciudad con la intención de trabajar durante algún tiempo, muy pronto fue contratado como trabajador agrícola en La Huerta de Valencia, su desempeño fue exitoso. Sus aptitudes laboriosas y condición humilde, le permitieron ganarse el cariño y respeto de cuantos laboraban en aquella industria de la naranja. Allí conoció a Cappi el gitano, quien se convertiría en su compañero de aventuras y uno de sus mejores amigos.

Una de sus anécdotas aleccionadoras la vivió cierto día mientras bañaba en el río Turia. Resulta que un trabajador de la misma granja lo atacó sin mediar causa aparente, probablemente haya sido por cuestiones religiosas- aquel corpulento gladiador lanzó un ataque sorpresa en contra de Casimiro y lo lanzó al agua con la intención de ahogarlo.

Por lo sorpresivo del ataque y la velocidad con la que suceden ciertos acontecimientos, Casimiro no pudo entender como el gitano Cappi había doblegado a su rudo oponente. Una llave marcial aplicada en torno del cuello del africano fue suficiente para someterlo a la inmovilidad, y la precisión quirúrgica con la que Cappi maniobró aquella navaja de barbería por encima de la yugular de su adversario, dejó sin aliento a los atónitos espectadores de aquel combate.

Nunca habían presenciado a un hombre poseído por el terror. El cuerpo sudoroso de aquel gladiador marroquí temblaba sin control, su semblante pálido daba la impresión que su torrente sanguíneo se había evaporado. Para completar aquel cuadro de ingratitud, una incontinencia fecal de padre y muy señor mío. El africano pensó que la muerte ya lo tenía chineado.

“Cappi me dejó maravillado con su demostración de grandeza humana, le había perdonado la vida a su oponente.

Todavía me encontraba desconcertado y no salía de mi asombro, mucho menos del agua, en mi mente comenzaron 61

a resonar las frases sabias del poeta Pedro Calderón de la Barca.

“Vencer y perdonar, es vencer dos veces” La experiencia de vivir en aquella ciudad, produjo un punto de inflexión en el itinerario de Casimiro. Ahora ya tenía la certeza de cuál sería la meta a donde dirigirse, la India.

Sabía que en aquel subcontinente cuna de la civilización, encontraría la respuesta a todas las inquietudes que lo atormentaban, también su amigo Cappi estaba obsesionado por conocer aquel lugar, pues allí se encuentran las raíces del pueblo Gitano, sus ancestros.

Una mañana muy pintoresca se embarcaron para cruzar el mar Mediterráneo con rumbo a Italia, después de visitar la Santa Sede, seguirán por la ruta que los lleve a Líbano y luego a Pakistán, traspatio de su proyecto. No me pregunten cuánto tiempo tardaron en realizar la travesía, tampoco cuáles fueron los medios para transportarse, pero que llegaron a la India, fue una realidad –así me lo relató CasimiroLos dos trotamundos ya llegaron a la frontera entre Pakistán y la India, en adelante caminarán por diferentes rumbos en busca de la estrella de su destino. Sabían que ese momento llegaría algún día, pero no estaban preparados para despedirse. Casimiro era hijo único y siempre quiso tener un hermano con quien jugar, pero sus padres no pudieron hacerle ese regalo debido a su condición de mayoría de edad. Cappi llegó para llenar ese vacío de hermandad que hoy llegaba a su fin, habían compartido juntos por más de 30 años.

Con la sencillez y optimismo característico del gitano, Cappi hurgó en sus bolsillos para extraer un estuche de madera de fresno que luego depositó en las manos de su amigo como recuerdo imperecedero. Por sus mejillas comenzó a dibujarse un caminito de lágrimas, mientras que sus palabras apenas susurraban un pensamiento…

“Mientras haya una estrella en el cielo, habrá gitanos en el mundo, también amigos sinceros.”

Casimiro trató de comprender el significado de aquellas palabras, pero el ambiente saturado de emociones no era 62

clima propicio. Inclinando su cabeza, procedió a despojarse de un crucifijo de oro que su madre le regaló de niño, era la cosa material que hasta entonces más había valorado. En actitud de sinceridad absoluta, colocó aquella prenda en torno del cuello del gitano mientras rezaba con palabras entrecortadas la siguiente plegaria: ¡Dónde quiera que te encuentres madre, comparte conmigo el privilegio de tener un hermano!

Las caravanas que estaban a punto de partir honraron aquel acontecimiento hermoso con actitud ceremonial, Cappi tomó el camino que conduce a Punyab, mientras que Casimiro se integró a la caravana que partió con rumbo a Katmandú. Casimiro congenió fácilmente con los grupos que profesan el budismo en aquel lugar, su mente abierta a la tolerancia le permitía vivir el sincretismo en todos los contextos, fue aceptado con mucho cariño por los sabios maestros y los monjes de aquellas culturas orientales.

“He recibido la fortuna de la solidaridad humana, la abundancia de alimento y hogar no me han faltado” Los peregrinos que se dirigen por el camino montañoso que de Katmandú conduce a Lumbini, lugar de nacimiento de Siddhartha Gautama, entonaban cánticos sagrados y recitaban mantras protectores. Con su andar pausado y seguro esperaban estar presentes en el templo Chugu Narayan al atardecer. La gran novedad del pueblo budista era la presencia del Dalai Lama en aquel santuario, Casimiro iba a tener el privilegio de conocer al líder espiritual del Tíbet.

Aquel prodigioso niño con su cabeza afeitada y con semblante de sabio, comenzó a recitar pensamientos del maestro iluminado, su diáfana voz expresaba sentimientos de bondad y paz espiritual: “La mente lo es todo.

En lo que piensas te conviertes.”

“El camino no está en el cielo, el camino se encuentra en el corazón”.

“El apego a nuestros deseos, es la fuente de todo sufrimiento”.

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“No es más rico quien más tiene, Sino quien menos necesita”.

Casimiro durante sus andanzas tuvo el privilegio de visitar la montaña sagrada Kailash. Una noche muy fría mientras se encontraba en el techo del mundo, se retiró del campamento para ir a contemplar las elevadas cumbres del Tíbet y sus profundos y prístinos cañones. Mientras hacía meditación en el silencio eterno de aquellas cadenas montañosas, comenzó a percibir en su rostro la caricia del viento frío, silbante y cargado de energía cósmica. Luego exclamó muy emocionado. “¡Estoy en tu presencia mi Dios, gracias por haberme permitido llegar tan cerca de ti!”

Durante mucho tiempo Casimiro estableció su residencia en Nepal, posteriormente se dirigió para el vecino país de la India donde realizó vida monástica y disciplina contemplativa independiente.

También trabajaba arduamente para ganarse el sustento y hacer labor social en comunidades muy necesitadas.

En la mente de Casimiro siempre estaba presente el recuerdo de su amigo Cappi, especialmente cuando la situación económica se tornaba difícil. El gitano es un artista y obtiene fácilmente los recursos económicos para vivir. Siempre que Cappi finalizaba sus presentaciones artísticas, Casimiro lo animaba haciéndole barra con aplausos y frases inspiradoras.

“Eres buen cantaor y buen bailaor. Cappi completaba la frase agregándole, pero también soy buen luchaor.”

Cierta mañana que Casimiro meditaba en los jardines de un monasterio hindú, escuchó la voz del silencio exigiéndole cantar con su vida. Para llevar a cabo esa difícil misión debería abandonar la comodidad de aquellos fríos muros, y recorrer el mundo haciendo labor humanitaria.

Mientras mi amigo -el ermitaño- vivió en aquellas lejanas tierras de oriente, las condiciones sociales imperantes en Europa fueron terribles, se desencadenaron dos guerras que tuvieron alcance mundial, y la oprobiosa Guerra Civil en la España querida de Casimiro. Los horrores de esas hecatombes fueron la mayor expresión de maldad realizada 64

por las élites imperialistas, quienes se confabularon una vez más para teñir con sangre el cofre de su fortuna, acabaron con la vida y le produjeron sufrimiento a más de ochenta millones de seres humanos. Lo que más dolor le produce al ermitaño es que los abanderados de la justicia divina aquí en la tierra, legitimaron ese proyecto de muerte y genocidio, la Iglesia.

“Esto me deja una enseñanza” -dijo Casimiro-… “no culpemos a Dios por lo que hacen las religiones, éstas son asunto exclusivo de los hombres como medio para garantizar el poder”.

También por mi mente comenzaron a fluir pensamientos inquietantes, siempre he querido obtener la respuesta a tantas dudas que abaten mi conciencia. Mi amigo el ermitaño tendrá que saberlas, -pensé-.

Confié en Casimiro toda mi caja de misteriosos pensamientos. Te pido que tengas la bondad y tolerancia para con este pobre ignorante, -le dije- pero tendrás que disculparme mucho por lo tanto que deseo saber.

Aquel hombre sabio poseía tanta bondad y la gracia suficiente para congeniar con ignorantes de mi talla, con su mirada perdida en lo azul del cielo encontró para mí su mejor respuesta.

“Ignorantes somos y siempre lo seremos, mientras nos rehusemos a escuchar la voz del silencio” Continuaré más perdido que antes -dije desilusionadoPero Casimiro continuó con sus respuestas sabias, ya que mis dudas iban más allá del conocimiento vulgar e indagaban por la trascendencia del ser.

“El alma del Hombre es semejante al oro en estado natural, se encuentra atrapado entre las escorias que ocultan su pureza”.

Sentía que mi cabeza estaba llena de neblina, y percibía que mis preguntas eran banales, sin embargo, las respuestas que brindaba Casimiro llenaban mi entendimiento por su contenido profundo. Las palabras surgidas de la boca del sabio, son dulce melodía para el ignorante, -reflexioné-.

La confianza que habíamos cultivado a través de nuestra relación, me permitía de vez en cuando hacerle algunas 65

bromas con la finalidad de sacarlo de la rutina. Él era muy tolerante, pero se sonrojaba con mis ocurrencias y me respondía tímidamente…

“Tenga talento señor” Después de vivir en la India, Casimiro regresó a Europa el año que finalizó la Segunda Guerra Mundial, no podía entender como el Homo sapiens había sido capaz de producir tanta destrucción, sufrimiento y muerte, “somos una especie regida por la maldad”- pensóSu corazón bondadoso lo llevó a realizar trabajos de reconstrucción y socorro durante dos años. Su conciencia sufría perturbación al presenciar tanta destrucción, eso le generaba sentimientos encontrados, hasta llegó a pensar... “¿Acaso estaré colaborando con el destructor?”

Con la intención de regresar a su Cantabria querida, Casimiro cruzó la frontera con España, pero el desencanto que le produjo la dictadura franquista lo hicieron retroceder y cambiar de opinión, encaminó sus pasos hacia el continente americano. Estableció su residencia en un rinconcito del departamento de Santa Bárbara en la república de Honduras, una escogencia que realizó después de solicitar consejo divino.

“Tú me preguntaste porqué elegí este lugar, -fueron sus palabras - América ha sido el oasis desde el siglo XVI para los inmigrantes europeos y de otros continentes, cruzaron el océano Atlántico con la esperanza de establecerse con sus familias en un ambiente natural y de paz, -lo lograron- El pueblo hondureño y en especial Santa Bárbara, fueron muy bondadosos cuando abrieron sus brazos y su corazón para acoger a los hermanos de origen sefardita16 y de otras nacionalidades. La bendición divina será derramada para estos pueblos generosos como Trinidad, San José de Colinas, Ilama y Gualala.”

Luego interrumpí su discurso para expresar mis pensamientos en voz alta. Cuando veo tanta gente pobre argumenté- pienso que ese Dios en el que tú crees nos ha 16

Sefardíes o sefarditas, son los judíos que vivieron en España hasta su expulsión en 1492. Wikipedia

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olvidado. Casimiro comprendió que mi fe estaba muy debilitada y eso le produce desánimo.

“Eres un pecador muy testarudo”, -me dijo- pero tendrás que llegar al cielo. Escucha con atención, tienes mucho que aprender.

“La pobreza no es cosa material: es una bienaventuranza, un modo de amar, un don del espíritu. Pobreza es desapego, libertad, solidaridad, es vivir en conformidad con la naturaleza, es proteger el universo compartiendo con alegría con los demás elementos. En conclusión, es la única posibilidad para construir el reino de Dios aquí en la tierra”.

Esta vez sí le había entendido.

Mis visitas eran rutinarias a la cabaña situada en el bosque del arroyo, siempre acostumbraba llevarle a Casimiro los mejores bocadillos que mi esposa Aurora le preparaba, también le regalé un calabazo17 para que conservara el agua fresca, algo que llenó de regocijo su alma.

Siempre con su actitud silenciosa, Casimiro encaminó sus pasos al interior de la cabaña para luego reaparecer con un estuche de madera en sus manos. “Recuerdas el regalo que me hizo Cappi?, aquí lo tienes Abelardo, consérvalo para que te acuerdes siempre de mi”.

Aquel no era un gesto de recompensa, más parecía presagio de despedida. Yo, Abelardo Muñoz Pineda, macho acostumbrado a no dejarse dominar por emociones triviales, no pude evitar que mi garganta se convirtiera en un nudo. Ábrela- me dijo- y al hacerlo, me encontré con una preciosa navaja de barbería que tenía grabado en su mango el nombre de Cappi, las letras eran incrustaciones de oro en una estructura de color azul. Yo conocía la historia de esa navaja y cuánto valor sentimental significaba para Casimiro, dudé por un momento en aceptar aquel regalo, y se lo hice saber de una manera muy sutil.

La reacción de Casimiro fue contundente, sus sentimientos de pureza no conocen límites.

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Fruto de la Especie Lagenaria siceraria, se usa para transportar líquidos como cantimploras.

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“Siempre que hago un regalo, doy de mí la prenda más querida” ¿Cuánto tiempo transcurrió después de aquella última visita? no puedo precisarlo, las responsabilidades laborales me alejaron de la aldea por algún tiempo, pero el pensamiento y corazón siempre lo dejaba junto a mi familia y amigos.

Cuando retorné a mi hogar, lo primero que hice fue encaminar mis pasos hacia el bosque del arroyo para reencontrarme con mi amigo. Con el alma pendiendo de un hilo, dirigí mis pasos hacia la cabaña con movimientos semejantes a las manecillas del reloj con poca cuerda, todo parecía abandonado. Casimiro se había marchado”.

--------------*------------Esta historia es un regalo invaluable que me hizo el señor Jorge Paz Enamorado, hijo de don Abelardo, nuestro narrador. Me encontraba escribiendo los detalles finales de “El Ermitaño” cuando recibí la invitación de Jorge para ir a conocer el bosque del arroyo. –Esa invitación se convirtió en misión imposible– Quiero compartir con mis lectores y liberar mi alma de esta profunda pena, Jorge Paz Enamorado, mi amigo, acaba de fallecer.

Muchos proyectos quedaron en el camino.

En las últimas dos décadas del siglo XX, formamos un selecto equipo de jóvenes de ambos sexos con la finalidad de realizar obras en beneficio de la comunidad de Gualjoco. Jorge Paz Enamorado siempre fue el número uno.

También compartimos jornadas de cansados desvelos y elaboramos utopías para transformar el mundo en un hábitat de justicia y paz. Jorge fue un soñador permanente y misionero infatigable difundiendo la cultura de la vida. ¡Tengo plena convicción hacia donde se marchó!

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Jorge Paz Enamorado AcompaĂąado de tres de sus hijos y dos nietas

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Miguel de los Santos Aviles Mejía Era mucho más que un amigo, llegó a casa de mis padres en el año de mil novecientos setenta con la finalidad de cultivar un huerto de hortalizas en el Zacatalito18, en apoyo de su amigo Norman Amílcar Rodríguez Muñoz.

Su padre era el señor Martín Aviles Enamorado, descendiente en segunda generación de un inmigrante alemán de apellido Shounders quien era experto en minería.

Siempre que menciono el nombre de Miguel de los Santos Aviles Mejía lo hago con mucho respeto y admiración, considero que fue mi maestro y compañero en la búsqueda de resolver problemas de la comunidad, así como escudriñar los misterios del universo. Siempre se destacó por su brillante capacidad de comprensión y acertado juicio moral. Se autodefinía como un rebelde, “creo que yo nací en la época y lugar equivocado, no soporto la hipocresía ni la falsedad de las personas, tampoco los métodos absurdos que la humanidad ha implementado”.

Laboró por muchos años para la empresa minera “Rosario Resources Corporation”, ubicada en El Mochito, Las Vegas, Santa Bárbara. Su elegante personalidad pronto destacó entre los obreros de la minería, quienes lo bautizaron con el apodo el Chele.

Su espíritu de trabajo y las excelentes relaciones interpersonales, le permitieron ganarse la simpatía tanto de los obreros como de las autoridades empresariales, quienes le permitieron desempeñar diferentes puestos dentro de la industria minera: el molino, almacén de

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Parcela de terreno propiedad de la familia Aguilar Chacón, ubicada en las inmediaciones de la escuela Ing. Luis Bográn M. de Gualjoco, Santa Bárbara.

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herramientas y equipos, asistente administrativo, oficial de recursos humanos, etc.

A sus acciones les imprimía el sello de rebeldía cuando algunas actuaciones estaban reñidas con sus principios e ideales, tal actitud era muy aplaudida por los obreros, aunque sus patronos la percibían como indisciplina a las normas de la empresa.

Una de sus anécdotas fue el día que asumió como encargado del almacén de herramientas y equipo: Se presentó un trabajador para solicitarle un par de botas nuevas, luego que Miguel hubo satisfecho tal solicitud, el obrero le devolvió las viejas que ya estaban inservibles. “¡Oiga compañero!” -le dijo Miguel- “¿por qué me deja aquí esa basura?”

El obrero muy sorprendido por aquella actitud inusual, argumentó que así es la normativa de la empresa y sirve para justificar la solicitud. “A eso nos tienen acostumbrados” -le contestóMiguel muy molesto le replicó: “Vaya a tirar esas puercadas a otro lado, éste no es ningún basurero. Aquí me tienen para proveerles lo que necesiten, no para estar desconfiando de ustedes.”

La siguiente frase hace honor a su pensamiento: “Ve con confianza en la dirección de tus sueños. Vive la vida que has imaginado 19”.

Pronto se difundió en el ambiente laboral de la mina la actitud del nuevo encargado del almacén, “ese chele si es cachimbón” -decían- pero se cuidaban de que los gringos no lo supieran, especialmente míster Stromberg quien era muy delicado.

Romper esquemas es asunto de virtuosos. Los modelos fueron confeccionados para imponérselos a la sociedad, 19

Henry David Thoreau (1817-1862) escritor, poeta y filósofo estadounidense

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pero los beneficios resultantes favorecen a los grupos de poder. El siguiente razonamiento adquiría vigencia cuando nuestro amigo analizaba el tema de la educación.

El modelo educativo se convierte en un acto de represión cuando no permite a los educandos liberar su pensamiento, ni desarrollar su capacidad innovadora e investigativa; tampoco les permite descubrir la carrera que los apasiona.

El abanico de profesiones está diseñado para formar un ejército laboral al servicio de empresas con dedicatoria.

Pero, regresemos al pueblito minero El Mochito.

Al finalizar la semana laboral los trabajadores acostumbraban hacer vida social en la comunidad vecina de Las Vegas, una necesidad cultural para olvidarse de las penas de aquel entierro semanal en las galerías de la muerte. En el barrio del pecado -como le decían a la calle principal de Las Vegas- encontrarían toda clase de diversión, desde las embriagantes bebidas alcohólicas hasta la febril actividad bailable.

Los mensajes publicitarios que contenían las vallas eran muy sugestivos: “Vamos a mover el esqueleto, tu felicidad es lo primero” A Miguel también le gustaba echarse sus tragos y dar su bailadita, aunque los vecinos siempre le aconsejaban que no frecuentara aquellos antros, porque eran sitios muy peligrosos. Hay mucha gente mala -le decían“Pero, ¿qué tienen los malos que nosotros los buenos no tengamos también? -era su criterio indomable.

Cierto domingo por la mañana Miguel lució sus mejores galas, se colocó el sombrero Stetson color negro hasta el nivel de las cejas y colgó de su muñeca izquierda el guarizama afilado hasta la cacha, -él era zurdo- luego encaminó sus pasos hasta la comunidad de Las Vegas y se perdió entre las altas pendientes del camino.

Cuando llegó al paraíso de la diversión, seleccionó la cantina más emblemática del lugar y le pidió al 72

cantinero un litro de guaro. Después se dirigió hacia la rocola para marcar sus canciones preferidas, y echó a funcionar aquel artilugio musical con el himno nacional del momento: “La vida no vale nada” del ídolo mexicano José Alfredo Jiménez. (1926-1973) Cuando se disponía retirar el tapón al litro de guaro, otro cliente que estaba a su lado lo increpó diciendo: “¿y es que vos no me tenés miedo, Chele?, ¿no te han dicho todavía quién soy? Para tu información ¡me dicen el Santaneco!”

Miguel solamente recuerda haberle medido el lomo con el plan del machete en tres ocasiones. Qué pasó después, Sólo el cantinero lo supo, pero aquel Santaneco insolente nunca más fue temido por nadie.

Ese mismo día, Miguel cargó con su pesada valija de cuero y se marchó de aquel pueblo minero. No regresaría nunca más, tampoco se despidió de sus amigos.

Cuando nuestro amigo descendía por las escarpadas laderas de la montaña de Santa Bárbara, optó por deshacerse de la valija lanzándola al precipicio, él no estaba acostumbrado a cargar con vanidades. “cuando me trajeron al mundo, venía completamente desnudo” Se inspiraba con la exuberancia y sensación de libertad de aquella montaña que lo vio nacer, mientras el filósofo que lleva en lo más profundo de su conciencia lo inspira a cada momento con sabios pensamientos.

“La mayor esclavitud del Hombre consiste en el equipaje que lleva consigo” -desde luego, no se estaba refiriendo a valijas ni bojotes terrenalesCuenta don Victoriano Suazo Gámez –don Toyanoque él llego a Las Vegas mucho tiempo después de haber acontecido tal suceso, y conoció muy bien al Santaneco.

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“muchas veces me lo encontré en la iglesia con su Biblia bajo el brazo, se enojaba cuando los muchachos le gritaban ¡viene el Chele!”

En cierta oportunidad encontré a Miguel en pleno debate con mi tía Atiliana, ella también había laborado para la compañía minera como maestra de educación.

Ambos se lamentaban de guardar en sus cerebros tanta información en la que nunca habían creído. Miguel era contundente y coloquial para expresar sus pensamientos: “Si pudiera abrirme el guacal de la cabeza, extraería del cerebro todo ese cúmulo de mentiras y banalidades que los profesores me infundieron: héroes falsos, “audaces navegantes” que resultaron ser asaltantes despiadados; “papas y obispos carismáticos” que se tiñeron con sangre a causa de la Santa Inquisición” Gran parte de su vida profesional se la dedicó al poder judicial, era muy cotizado para elaborar escritos legales debido a su habilidad mecanográfica y ética profesional.

Por su relación laboral en el área de las ciencias políticas y sociales, pudo conocer y desarrollar empatía con los abogados Enrique Rodríguez y Héctor Ramón Tròchez Velásquez, quienes tuvieron la oportunidad de ser políticos y ejercer el derecho en altas jerarquías del gobierno de Honduras.

Cuando Miguel emitía su opinión para valorar a los servidores públicos y gremios profesionales, su juicio era muy exigente.

“Tener la oportunidad de servir al pueblo debe considerarse un privilegio, ahí nos colocó Dios para que encaminemos nuestros pasos al cielo. ¡Transformemos la bondad del espíritu en abrigo y esperanza para el que sufre!”.

Calificaba con mucha puntuación las carreras universitarias, pero la obsesión de rebeldía se imponía siempre en sus reflexiones:

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No logro entender como alguien que se sacrificó tanto tiempo en una universidad, esté en capacidad de olerle los cayos a un político con el fin de conseguir una chamba. Con los conocimientos científicos y la importancia que tiene un profesional universitario, yo no permitiera que sobornen mis ideales a cambio de un par de tostones 20. Aunque existen las excepciones, conozco profesionales muy éticos que no permiten dádivas a cambio de torcer sus criterios, médicos bondadosos que son apóstoles de la medicina.

Siempre mencionaba con mucho reconocimiento a los doctores Roberto Antonio Matute Álvarez y José María Leiva Vivas. “Estos médicos son la esperanza de los pobres, el día que dejen de dar consulta, aquí en Santa Bárbara van a ser tendalada de muertos.

-Y terminaba diciendo“Aunque también hay otros que son buenos cuchilleros” Estableció su residencia en la aldea de Gualjoco, Santa Bárbara y dedicó su vida a realizar obras en beneficio de la comunidad. Durante su gestión como presidente del patronato se construyó el acueducto de río Chiquito, considerado mega proyecto debido a la distancia y alto costo de la inversión; también edificaron el jardín de niños “La Alegría” y un salón comunitario.

Casi todos los días nos reuníamos para discutir una variada temática, desde el acontecer nacional hasta el apasionante mundo de la metafísica. Nos sentábamos muy cómodamente sobre el césped de la plaza y dedicábamos horas interminables a escudriñar los apasionantes misterios del ser.

La presencia divina en lo humano: Miguel era estudioso de disciplinas que muy pocos conocen y buscan: filosofía, esoterismo, religión y gnosticismo. Eso despertaba en mí la curiosidad y me 20

En Honduras, moneda equivalente a cincuenta centavos de Lempira

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hacía verlo como una persona brillante con alta capacidad de entendimiento. Mis interrogantes le caían como lluvia pertinaz, ¿Los científicos no creen en la existencia de Dios?

Esos gallos sólo creen en el dato comprobado a través del método científico, cuyo producto será siempre un conocimiento empírico. La ciencia no puede negar ni afirmar los hechos espirituales, porque el método que hasta hoy ha utilizado no le permite alcanzar esos límites del universo. Los fenómenos espirituales siguen siendo imponderables.

¿La humanidad ha tenido muchos logros exitosos en la inventiva y el descubrimiento?

No, hablar de la humanidad es hablar de muchos. Ese mérito es para las mentes privilegiadas, es el accionar divino que se manifiesta actuando a través de ejemplares de la especie humana, con la finalidad de hacerle aportes a los hombres para aliviar sus penas. La historia de la humanidad siempre se repite, según la mitología griega el Titán Prometeo favoreció a los humanos trayéndoles el fuego.

Esta es una alegoría para reforzar su reflexión.

Defendía la existencia de una divinidad que le envía mensajes a los humanos a través de seres de luz: Jesús de Nazaret, Buda, Mahoma y Lao- tse. Pero, hay que ser muy cuidadoso para no confundir a los seres buenos con los que aparentan serlo.

La siguiente narración es una de las tantas experiencias que él había tenido, una vivencia extraordinaria.

Reposaba en el corredor de mi casa después de una jornada de campo, esto aconteció en la aldea de Las Crucitas allá en la montaña de Santa Bárbara. Desde ese lugar podía divisar una puerta de trancas ubicada al filo de la montaña por donde discurre el camino. El cielo cubierto de nubes presagiaba lluvia torrencial, de esas tormentas de montaña que, si usted no las ha vivido, ¿para qué le cuento?

La montaña se iluminaba a intervalos por la intensa actividad eléctrica, y las ráfagas de viento hacían crujir aquellos árboles gigantes. En ese momento apareció don 76

Simón quien regresaba de su trabajo, su aspecto denotaba que la actividad del día había sido extenuante.

La figura del campesino destacaba enfrente del telón oscuro de los nubarrones. Luego que abrió la puerta de trancas se quitó el sombrero, y con su mano derecha procedió a rasgar el cielo de Sur a Norte de manera figurada. Tal como se descorre un zipper21 del telón celestial, inmediatamente las nubes comenzaron a desplazarse por ambos lados de aquella herida imaginaria y la bóveda celeste se volvió completamente limpia. Oiga, eso lo presencié ¡yo! ¿Dónde radica entonces el misterio de ese poder? Esta fue su auto pregunta. Su origen tendrá que estar en otras dimensiones del universo, aunque el Hombre tiene facultades para desarrollarlo.

Siempre que nos despediamos despues de hacer volar nuestra mente por los confines del universo, él mencionaba alguna frase con evidente convicción.

“La grandeza del ser humano se eleva por encima de los demás seres, su frontera solo puede ser limitada por la dimensión de Dios”.

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Cierre de cremallera.

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Leslie Argentina Rodríguez Muñoz

Familia de artistas “La clave de la inmortalidad es vivir una vida que valga la pena recordar”.

Bruce Lee. Santa Bárbara ha tenido el privilegio de ser la cuna de valiosos recursos humanos, intelectuales que han destacado en las diferentes disciplinas del saber, las ciencias y las artes.

En el seno de la sociedad santabarbarense se desarrolló la familia Rodríguez Muñoz, formada por el abogado Amílcar Rodríguez Paz y la distinguida dama América Ondina Muñoz. Ellos fueron los progenitores de dos artistas emblemáticos que llegaron del cielo con voces 78

privilegiadas: Leslie Argentina y Norman Amílcar Rodríguez Muñoz.

LESLIE ARGENTINA Leslie Argentina creció en los brazos de Concepción y Carmen Celia Rivera, -sus tías cariñosas- quienes tuvieron la dicha de escucharla cantar desde que estaba niña y se deleitaron con esa voz angelical. Muy jovencita aún, Leslie se graduó con el grado de profesorado en la noble carrera del magisterio, el Instituto normal “La Independencia” fue la institución que le brindó el pan del saber, y a la cual ella le entregó toda su vida profesional con lealtad y cariño.

Mi madre Zoila Chacón Arriaga ha vivido desde niña en Gualjoco. Ella me relata sus vivencias y hace volar mi imaginación al pasado que tanto me gusta visitar.

Contemplar la luna llena desde la plaza de Gualjoco les aseguro que es un espectáculo maravilloso. La casa de mi abuela Rosita era muy visitada por personalidades de la sociedad santabarbarense, quienes llegaban en compañía de miembros de la familia Pineda.

Con la mirada perdida en la inmensidad del cielo, mi madre comienza a describir las diáfanas escenas que desfilan por su memoria: Los doctores Ángel Divino Vargas y Carlos Pineda Muñoz siempre visitaban Gualjoco para disfrutar las cálidas noches de verano, les acompañaban las señoritas Yolanda Pineda Vidaurreta y Leslie Argentina Rodríguez Muñoz. Rosita preparaba ricos bocadillos a los distinguidos visitantes, mientras ellos se deleitaban con la belleza de la luna llena que iluminaba con sus primeros yayos las verdes copas de los pinos.

Aconteció allá por el año 1953 en una noche muy especial. El baile inició con la musicalización de la marimba de Peté, en la pista natural de la alfombra verde de la plaza. Las carpas multicolores de los

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húngaros22 adornaron el ambiente con un toque característico de feria, y los pobladores de Gualjoco fueron premiados con una velada de lujo inolvidable.

Dice mi madre, que en aquel baile improvisado al aire libre destacaba la elegante figura de las damas Patepluma. Por su parte, las gitanas lucían trajes típicos con desbordantes campanas y colores muy alegres, y hacían sonar sus castañuelas al ritmo alegre de su baile.

Los gitanos acompañaron con sus instrumentos musicales a la profesora Leslie, escucharla cantar era un verdadero privilegio.

Doña Zoila Chacón Arriaga deja escapar suspiros característicos del sollozo que produce la nostalgia, luego desplaza sutilmente con el dorso de su mano aquellas lágrimas que ya eran imposibles de ocultar. Ella tiene noventa años, pero la lucidez de su mente es impecable, describe las escenas desarrolladas durante aquella noche como si se tratara de narrativa en tiempo presente: el detalle físico de los personajes; los atuendos que vestían; las expresiones artísticas y hasta la letra de sus canciones. Seguidamente y para finalizar su relato, comienza a cantar con cierta disfonía algunas melodías del siglo recién pasado. Esos fueron éxitos en los años cincuenta y colmaron de ilusiones aquellos corazones enamorados.

“Suave que me estás matando, que estás acabando con mi juventud, yo quisiera haberte sido infiel y pagarte con una traición.

Eres como una espinita que se me ha clavado en el corazón, suave que me estás sangrando, que me estás matando de pasión”.

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Húngaros. Así les llamaban en mi pueblo a los cíngaros o gitanos. personajes del mundo artístico que hacían vida itinerante ofreciendo espectáculo circense

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Seguidamente continúa con el repertorio de sus canciones: Piel Canela, Palabras de Mujer y Rayito de Luna; verdaderas joyas del arte musical.

“La profesora Leslie era un encanto, con su voz maravillosa deslumbró a los presentes quienes no paraban de aplaudir poseídos por la magia de sus canciones.” -esta historia la repite reiteradamente mi madre con la esperanza de no olvidarlaNorman Amílcar, quien también es artista, describe a su hermana Leslie como una mujer extraordinaria: “ella me enseñó a cantar y nunca olvidaré la calidad de su voz. Les aseguro que el coro celestial hizo muy buena elección.”

Leslie Argentina era fiel devota del catolicismo, participaba activamente en los actos litúrgicos y formaba parte del coro de la iglesia -vaya coro- El esplendor de la parroquia aquí en Santa Bárbara tuvo su repunte con la llegada de los sacerdotes pasionistas a mediados de la década de los años sesenta, la participación de laicos fue muy notable con personalidades como: Ángel David Reyes Aguilar, Dilcia de Reyes, Hilda Avelar de Madrid, Leslie argentina Rodríguez, María Teresa de Leiva, Román Madrid, Valentín y Obdulio Cantillano, Luis Alonso Barahona, Marta Amaya, Sonia consuelo Pineda, Concepción Reyes Aguilar; integraron un equipo de lujo. En mi recuerdo perdura aquella alborada del 24 de diciembre de 1966, cuando ese coro entonaba las melodías que eran éxitos del momento (Campanitas navideñas, de colores, etc.) frente a la iglesia campesina de Gualjoco. El padre Pedro Lorente Alda los acompañaba con su concertina. La profesora Leslie Argentina también participó en eventos internacionales

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como la Ultreya 23 celebrada en México, su protagonismo en los cursillos de cristiandad fue muy destacado.

Pero su mayor logro sin lugar a dudas, fue trascender la inmortalidad. Su hija es la ingeniera Cristina Guadalupe Rodríguez Pineda.

NORMAN AMÍLCAR “Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer.”

Pablo Picasso

Con apenas cuatro años de edad sorprendió a los vecinos del barrio con su primera interpretación musical en marimba, “La Múcura”. También la marimba había sido construida por él, tras haber acumulado varias reglitas que en su momento formaron parte de alguna silla en las casas vecinas. A su tía Tinita Fúnez le enfadaba tal visita, Normancito ya le había desarmado varias muebles.

Según parece, era amigo de andar en la calle. Le gustaba frecuentar el mercado municipal porque era el lugar donde encontraba a don Moisés Calderón haciendo 23

Es un saludo entre peregrinos del Camino de Santiago. Wikipedia.

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sus presentaciones, Norman escrutaba muy atento las cuerdas que don Moisés presionaba para arrancarle notas a la guitarra.

“A este cipote parece que le va gustar la música” –fueron las palabras de don Moisés Calderón24 refiriéndose a su pequeño fansA muy temprana edad Norman sufrió una invaluable pérdida, su padre falleció estando aún en la plenitud de la vida. Esta situación pudo ser determinante para que el adolescente desarrollara afición por la vida callejera, pues sus amigos lo consideraban líder. Era el trovador popular, el artista estudiantil y el fisicoculturista de la academia de Charles Atlas.

Recorrió las calles de su pueblo natal con una guitarra al hombro en compañía de sus amigos que lo seguían a todas partes para hacer su parranda y, las jovencitas de aquella generación de los años sesenta, tuvieron el privilegio de escuchar serenatas con el acento melodioso del Pedro Infante santabarbarense.

Entre sus amistades de toda la vida destacaron: Basilio Aviles Mejía, Elfego Fernández, Ferdinando Sánchez, Juan Antonio Handal, Claudio Lara Baide, Alcides Licona Mejía, Virgilio Casaña Morel, Marco Tulio Castellón, Bernardino Atilio Rodríguez (Minino), Luis Alonso Ortiz. No puedo continuar mencionando nombres debido a que este libro sería insuficiente para tal cometido, asimismo, pido disculpas para aquellos que tienen el mérito suficiente de ocupar un lugar privilegiado en este catálogo.

Además de la música, Norman tenía otra pasión que no pudo concretar en su vida, ser piloto de aviones. Su afición lo llevó a planificar un salto desde el cerro “Corrido a Moisés Barrabás” dedicado al artista popular Moisés Calderón e interpretado exitosamente por Norman Amílcar Rodríguez Muñoz y los legendarios Faraones.

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Guatemalía en un planeador de ala fija, aquel proyecto nunca lo realizó debido a la falta de logística y alto costo económico.

Sus amigos Elfego Fernández y Ferdinando Sánchez lo llevaron a Tegucigalpa con fines laborales y académicos, pero la afición por la música lo condujo hacia otros derroteros. Norman organizó su primer conjunto musical que bautizó con el nombre “Los Pateplumas”. Con su liderazgo incuestionable logró concentrar en la capital de la república músicos de origen santabarbarense y de otros ámbitos del país: Alcides Licona Mejía, Claudio Lara Baide, Sergio Sabillón, Elfego Fernández, Roque Agurcia, German David, Marcos Fuentes, Ernesto Velásquez. El complemento perfecto de aquella institución de artistas inéditos fue la bella dama capitalina Corina Alvarado, ella adornaba con su presencia los escenarios de la fama y deleitaba al público con su extraordinaria voz. La primera presentación que el conjunto “Los Patepluma” realizó en Santa Bárbara fue en el marco de la feria patronal del año 1968.

En febrero del año 1972 el doctor José María Leiva Vivas fundó en Santa Bárbara el conjunto musical “Los Faraones”, la organización de aquella nueva empresa musical fue obra del liderazgo de Norman Amílcar Rodríguez Muñoz, quien se consolidó como su vocalista estelar. Realizaron presentaciones en diferentes escenarios del territorio nacional e internacional, y grabaron canciones inéditas del compositor Claudio Lara Baide que se convirtieron en éxitos imperecederos: “Así eres tú, Ser tu novio quiero ser, Angustia y El panza pela”.

Brillar en la industria musical durante los años setenta no era cosa fácil, para información de las nuevas generaciones esa fue la época dorada de las grandes

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orquestas a nivel mundial y de los exquisitos e inolvidables temas musicales.

Cuando estaba en la plenitud de su vida, Norman Amílcar contrajo matrimonio con la profesora Julia Aguilar Chacón. De ese enlace matrimonial nació Norman Amílcar Rodríguez Aguilar, quien es profesional del periodismo y maestro de la Universidad Tecnológica de Honduras UTH. Actualmente el Faraón mayor reside en los Estados Unidos de Norteamérica, este artista santabarbarense ha continuado realizándose como cantautor y ha generado una rica y variada enciclopedia musical. Siempre le canta a su pueblo con el mismo cariño y sentimiento de cuando era niño, la nostalgia lo hace recorrer con sus canciones aquellos parajes inolvidables de su tierra natal, ha inmortalizado a emblemáticos personajes populares y les canta a sus amigos de toda la vida.

Producto de un segundo matrimonio, Norman Amílcar se convierte en el padre de Guillermo Arturo “Billy” Rodríguez Reyes, quien se desempeña como miembro destacado del ejército norteamericano.

En Gualjoco vivía un personaje muy carismático conocido cariñosamente como Chon Pajarito, era un acordeonista de abolengo con alma de ángel a quien la comunidad apreciaba como su propio hermano. De este personaje autóctono Norman Amílcar relata muchas anécdotas, también consagró su memoria llevándolo a la inmortalidad con la preciosa obra musical “Mañana cuando nazca el sol”.

A Chon Pajarito le gustaba mucho beber Coca-Cola, pero cuando hacía sus eructos, hasta las cortinas ponía en movimiento como muestra de genuina felicidad.

“Eso es lo que me gusta” Siempre que Norman regresaba de alguna gira, iba en busca de su amigo para hacerle regalos; el pajarito le agradecía con sincera demostración de cariño…

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“Gracias moscarrón blanco” Una fría mañana del año 1971, Chon Pajarito entregó su vida al divino creador. Norman acudió con su alma destrozada para brindarle a su amigo las honras fúnebres.

Un artista lleva consigo la sensibilidad y grandeza de los valores que lo hacen bueno, con la misma sutileza que rasga las cuerdas de una guitarra, también acaricia la blanca cabellera de un anciano. Conozco de primera mano las obras de caridad y espíritu altruista de Norman Amílcar Rodríguez Muñoz, si me atreviera mencionar en este trabajo los detalles de sus acciones bondadosas, seguro estoy que provocaría en él la desaprobación y me recordaría con firmeza…

“Que no se entere tu mano izquierda, lo que haces con la derecha”

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Mariana Guzmán Madrid

El Remolino En el sector sudoeste de la aldea de Gualjoco, Santa Bárbara, frente a la ribera del caudaloso río grande de Otoro, se desarrolló un pequeño asentamiento humano bajo el liderazgo de una mujer virtuosa. Mariana Guzmán Madrid “La Nanita del Remolino”.

Aquel fue un entorno social autosuficiente donde muchos querían residir, Marianita poseía los 87

conocimientos de la Ginecoobstetricia de manera empírica y vio nacer muchas generaciones incluyendo a la que yo pertenezco. También atendió con mucha sabiduría otros problemas de salud durante aquella era casi exclusiva de la medicina alternativa, especialmente los famosos empachos que eran tratados con la terapia de la sobadita y el purgante.

-Son los ángeles guardianes enviados por la divinidadLos conocimientos de la medicina natural – como se conoce popularmente- eran transmitidos de padres a hijos, aunque históricamente quienes la practicaban eran casi de manera exclusiva las mujeres. La señora María Guzmán de Zaldívar, hija de Marianita, adquirió de su madre los conocimientos para llevar alivio la comunidad y tuvo el privilegio de salvar muchas vidas.

La licenciada Teresa Aguilar Chacón es la sexta de doce hermanos, también fue la última de la familia cuyo parto fue atendido por Partera. El hospital de Santa Bárbara fue inaugurado el año siguiente (1957). Teresa muy emocionada repite las palabras de su madre refiriéndose a la memorable fecha en que la trajo al mundo: “Los dolores me comenzaron el 26 de febrero de 1956 muy cerca de la doce de la noche, Gonzalo fue a traer a Marianita para que me atendiera el parto. Teresa, tú naciste el día 27 porque recuerdo que los gallos ya habían cantado dos veces.”

Además de ejercer la Ginecoobstetricia de manera empírica, doña Mariana era muy apasionada por la fe cristiana y convirtió El Remolino en un destino ceremonial y de peregrinación muy importante. El 25 de mayo celebraban una fiesta solemne muy concurrida en honor a la Virgen de los Desamparados.

El siguiente es un testimonio del señor José Guzmán Andara, personaje originario de Gualjoco cuya fecha de nacimiento está registrada en 19 de marzo de 1927.

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“Para nosotros era devoción visitar El Remolino cuando celebraban la fiesta en honor a la Virgen de los Desamparados, Marianita nos atendía con mucho cariño.

Ella se preparaba con toda clase de bocadillos para atender a la multitud de peregrinos que la visitaban, llegaba gente de diversos lugares y las celebraciones duraban hasta tres días. Bailábamos con música de acordeón ejecutada por músicos pertenecientes a la misma familia Guzmán”.

La señora Mariana Guzmán Madrid fue la progenitora de una ejemplar y numerosa familia, sus descendientes de cuarta generación pertenecen a las familias: Zaldívar Guzmán, Guzmán Acosta, Guzmán Paz, Guzmán Velásquez, Jiménez Guzmán, Guzmán Rivera; también se vincularon a ella por la vía de la afinidad y la adopción, muchas personas que se desarrollaron bajo la protección y el cariño de Marianita, siendo sus descendientes los Barahona Chávez, Perdomo Jerezano, Ríos Baide, Baide Rodríguez.

La señora Senovia Ríos de Aviles, guarda en el cofre de sus joyas una certificación emitida por el encargado del Registro Civil de Santa Bárbara con fecha el 29 de abril de 1935. En su parte toral dice lo siguiente: “…En Santa Bárbara a doce de noviembre de mil novecientos trece, ante mi Encarnación Orellana, Srio.

Municipal y ante los testigos don Juan Miguel Paz y Justo Perdomo mayores de edad, casados y de este vecindario, compareció el Sr. Hipólito Perdomo, mayor de edad, soltero, labrador, hondureño y de este vecindario y dijo: que el domingo nueve del mes en curso a las doce de la noche, nació en el Remolino un niño a quien se llamó Santos, hijo natural del denunciante a quien reconoce como tal y le dá su apellido…” [sic] Aquel pueblito que fue conocido con el nombre El Remolino adquirió mucha relevancia allá por el siglo 89

XIX, la ruta comercial entre las comunidades lencas circulaba por esa estancia geográfica para unir pueblos como Quesailica, Yamalá, Celilac, Tencoa, Macholoa, Gualala e Ilamatepeque.

El señor Odilio Zaldívar Guzmán es uno de los tantos nietos que llevan en su sangre el fervor religioso de Marianita, aún conserva la imagen de la Virgen de los Desamparados incluyendo algunos elementos rituales.

Su hija Larissa del Carmen Zaldívar Muñoz, fue designada como la heredera de tan valioso símbolo de la fe cristiana.

Larissa del Carmen Zaldívar Muñoz

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El Vendedor de Libros “El secreto del éxito en la vida de un hombre está en prepararse para aprovechar la ocasión cuando se presente” Benjamín Disraeli (1804-1881) Estadista inglés

Salvador era un niño ejemplar que ayudaba a su madre en los quehaceres del hogar, su espíritu laborioso era muy apreciado por los vecinos quienes sentían por él un especial cariño. Durante su infancia realizó cualquier actividad que generara algún ingreso para llevar alimento al hogar, era el tercero de una familia de cuatro hermanos, a quienes su padre dejó en abandono desde muy temprana edad, tan temprana, que ninguno de los cuatro recuerda como es el rostro de su progenitor. En esa época los niños también trabajaban, complementaban su quehacer laboral con el estudio y los juegos infantiles. Ese trinomio que combina armoniosamente trabajo, estudio y recreación, fue la fortaleza que cimentó los valores humanos de aquella época.

Salvador sentía vocación por los oficios artesanales, especialmente por la carpintería, por lo que no dudó ni un instante en aceptar cuando don Timoteo le ofreció la oportunidad como aprendiz en su taller. La pasión que le imprimía aquel niño a la transformación de la madera lo convirtió en carpintero calificado a sus catorce años de edad.

Cierta mañana Salvador salió de su casa con un morralito al hombro, se dirigió hacia el taller de su maestro, pero al hogar ya no regresaría más.

Los últimos rayos del sol se proyectan tímidamente sobre la cresta de la montaña, es la inconfundible señal del eterno retorno de la noche. La madre de Salvador comienza a sentir los impulsos bioquímicos que recorren su cuerpo anunciándole que algo no anda bien, instintivamente encamina sus pasos hacia el dormitorio 91

con el propósito de buscar indicios en el baúl de Salvador. Lo que encontró fue suficiente detalle para llenar de angustia el corazón de una madre, la ropita de su niño ya no estaba en ese lugar, también su morral había desaparecido.

Natividad Mejía Peña era la madre del niño de nuestra historia, es de esas mujeres a quienes la naturaleza ha dotado con alma de acero con el propósito de capacitarlas para enfrentar el doble papel que la vida les ha asignado, ser madre y padre a la vez. Con lágrimas que resbalaban por sus mejillas, aquella madre abnegada abrió las puertas de su casa para permitir la visita de sus vecinos, éstos llegaron para solidarizarse con su amiga y confirmarle la noticia: su hijo Salvador se había marchado junto a un grupo de viajeros que partieron hoy por la mañana hacia la costa norte.

La caravana arribó al municipio de Villanueva, en el departamento de Cortés, después de una penosa travesía por la montaña conocida como El Venado. Los viajeros se alojaron en un hospedaje donde fueron atendidos muy cordialmente por su propietario, éste señor también era originario de Santa Bárbara. Durante la conversación con sus clientes, el propietario del inmueble comentó de la urgencia que tenía por contratar a un carpintero, necesitaba hacerle reparaciones al edificio y construir más habitaciones para satisfacer la constante demanda.

Salvador fue contratado de inmediato.

La abundancia de trabajo en Villanueva le permitió al niño carpintero -como ya le conocían- obtener suficientes recursos económicos para enviarle remesas a su madre, además de satisfacer sus necesidades personales y generar alguna reserva.

Dos años después conoció al señor Juan Efraín Chacón, quien lo llevó para el puerto de Tela, Atlántida, donde don Juan se desempeñaba como secretario

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municipal. Muy emocionado con el traslado, Salvador no paraba de gritar: “¡Es la virtud de la libertad, poder desplegar las alas al viento y olvidarnos del tibio nido que disfrutamos ayer!”

Su amigo Juan Efraín era muy influyente entre los funcionarios de la Tela Railroad Company, logró obtener un puesto de trabajo para Salvador en la empresa más emblemática del puerto de Tela: el Mess Hall Era el club donde los marineros frecuentaban para disfrutar la temporada que permanecían en el puerto, trabajar en ese lugar era todo un privilegio.

Al finalizar su primer día de trabajo, Salvador no podía disimular su estado de frustración. Don Juan así lo comprendió de momento, y le tendió su mano para infundirle fortaleza tal como lo hace un padre cariñoso. “¿Cómo le fue en su primera experiencia Salvita?”

Salvador poseía el don natural de sobreponerse a los altibajos de la vida con mucha sabiduría, en la respuesta que dio a su amigo dejó manifiesta su actitud de realizar cualquier trabajo.

“Mire don Juan, eso de lavar escupideras casi no me gusta.”

Don Juan no pudo contener la risa al observar el rostro descompuesto de su protegido, pero había llegado el momento de dar la primera lección.

“Ponga mucha atención y escuche la voz de la experiencia: don Charles Robert Darwin25 descubrió que los individuos que triunfan en la vida son los más aptos.

En buen castellano eso quiere decir, que se requiere preparación de calidad para obtener los mejores empleos, eso es lo que usted va a hacer mi amigo.”

Don Juan matriculó a Salvador en la academia para que estudiara el idioma inglés, pues la relación laboral 25

Charles Robert Darwin (1809-1882) biólogo británico que sentó las bases de la teoría de la evolución a través de la selección natural

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en el Mees Hall es mayormente con clientes del extranjero (marineros). “¡Ánimo mi querido amigo, el éxito lo espera con los brazos abiertos!”

Como si se tratara de una profecía cumplida, en muy corto tiempo Salvador fue ascendido de rango en su trabajo y la relación con los clientes fue muy exitosa.

Sus amigos marineros le traían obsequios cuando regresaban al país y lo premiaban con propinas dolarizadas. Salvador también se interesó por adquirir conocimientos de enfermería, en muy poco tiempo resultó ser un paramédico muy calificado. Ahora su tiempo libre lo dedicaba a visitar las fincas bananeras donde era muy querido por los campeños. El medio de transporte que usaba eran los troles, pequeños vehículos que se desplazaban sobre la vía ferroviaria impulsados por mecanismo manual.

En la vida no todos los acontecimientos fluyen de manera lineal. Salvador también se dedicó a la venta de la lotería nacional de Honduras, pero un “amigo” que se introdujo en su apartamento le robó mucho de sus bienes, incluyendo los billetes de la lotería. Tal situación puso en riesgo la seguridad económica de Salvador debido a la responsabilidad que implica manejar bienes del Estado. Sus ingresos se vieron limitados al pago de la deuda.

La fortaleza espiritual del niño carpintero estaba sometida a prueba nuevamente, a él ninguna pena le quebrantaba el alma porque había hecho suya la promesa que Jehová le hiciera a Josué: “Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!

Porque el señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas” Josué 1:9

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La promesa se hizo realidad, lo visitaron amigos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día quienes le pagaron el total de la deuda y, además, le otorgarían beca para que realizara estudios en el extranjero. Salvador aceptó aquella oferta y de momento se convirtió en vendedor de libros.

Para desempeñar esa noble labor de colportar, el joven Patepluma viajó por el territorio nacional difundiendo el evangelio. Para leer los libros a sus clientes aplicaba la técnica de lectura en sentido inverso, esa técnica de lectura le permitía a su cliente tener la visual del libro en posición correcta. En nuestro país existía poca población alfabetizada allá por el año 1940, y quienes optaban por adquirir libros, lo hacían por interés de las bonitas ilustraciones o guardarlos como textos históricos. Las ventas que obtuvo Salvador superaron las expectativas de que tenía la iglesia.

Recuerdo el título de algunos libros que él vendió en Santa Bárbara: Eventos de los últimos días La verdad acerca de los ángeles Feliz para siempre El mundo del futuro.

En algunas comunidades esperaban la llegada del vendedor de libros como si fuese a proyectar una película, él hacía presentaciones con láminas muy atractivas y narraba las historias con argumentos de lujo.

La satisfacción de sus clientes era muy elocuente, ellos mismos preparaban refrigerios, establecían círculos de estudio y las reuniones se convertían en rituales muy solemnes.

Salvador acostumbraba dejar sus libros en el quiosco donde celebraba las reuniones para continuar la actividad muy temprano del día siguiente, las personas demostraban especial interés por esa literatura que

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ofrecía consejos de nutrición, salud y la salvación del alma.

Hasta su puesto de trabajo llegó cierta mañana don Abelino Torres, su amigo campesino quien siempre le llevaba frutas frescas y miel de abejas. El saludo sincero de don Abelino hacía que el vendedor de libros rebosara de emoción: “¡María purísima Salvita!”, -cómo no corresponder semejante gesto de bondad- Aquel humilde labrador pudo observar que los libros quedaban en el quiosco sin protección durante la noche, y le sugirió a su amigo colportor que siempre los guardara bajo buen seguro.

Con los libros sucede algo muy curioso don Abelino, respondió Salvador- usted puede colocarlos en cualquier lugar público y nadie les causará daño, lo más extremo que pudiera suceder es que los lean -pero eso es bueno“Los vendedores de libros en Bagdad tienen la creencia, que un lector no roba y un ladrón no lee”.

En 1942 Salvador se trasladó para la república de Costa Rica junto a su esposa Ana Gregoria Lanza y su único hijo Adán, se radicaron en la ciudad de Dulce Nombre de Tres Ríos, en la provincia de Cartago.

Después de cursar estudios en ciencias de la contabilidad, Salvador obtuvo su título en el grado de Tenedor de Libros -La presencia de Jehová es inefableLa señora Natividad Mejía enfermó gravemente en la ciudad de Santa Bárbara, Honduras, y su niño carpintero hizo las gestiones para que la trasladaran de inmediato a Costa Rica donde los especialistas le diagnosticaron un tumor maligno con pronóstico terminal, le quedaban únicamente seis meses de vida.

Aquel Patepluma que abandonó su hogar en la ciudad de Santa Bárbara para viajar por el mundo en busca de mejores derroteros, encontró por fin el fruto de sus sueños guiado por la mano divina. Arrodillado está frente a su madre pidiéndole perdón por haberle causado 96

tanto sufrimiento, pero en el corazón de una madre no existen barreras para su hijo, el perdón queda extinguido con la llama del amor.

Salvador Arriaga Mejía estableció su nuevo domicilio en la ciudad de Managua, Nicaragua, donde fundó una empresa dedicada a elaborar productos de ebanistería de la más alta calidad. También construyó su propia vivienda.

Centroamérica fue afectada por la crisis geopolítica en el año de 1979. La dictadura de Anastasio Somoza Debayle, quien gobernaba la república de Nicaragua, fue derrocada por el FSLN. 26 Tal acontecimiento generó un estado de guerra que comprometió la paz de los países vecinos y le ocasionó al pueblo nicaragüense pérdidas irreparables: más de 38,000 muertos y destrucción a la infraestructura económica por el orden de los 17,000 millones de dólares. La crisis provocó, además, inestabilidad jurídica con la expropiación de la propiedad privada, no solamente de los latifundios para fines de reforma agraria, la piñata también alcanzó la vivienda de los particulares. Dicen que posteriormente indemnizaron a sus propietarios con los denominados BPI (Bonos de Pagos de Indemnización).

En 1986 nos informaron que Salvador Arriaga Mejía se encontraba en Tegucigalpa en procura de tratamiento médico. Ahí estuvo presente mi familia para acompañarlo en su lecho de enfermo y compartir con él, la calidez familiar que tanta falta le había hecho. Su esposa Ana Gregoria nos relató algunas vivencias familiares que ponen de manifiesto la talla moral del tío Salvador. Él construyó en la ciudad de Managua un edificio de tres plantas con varias habitaciones, en la planta baja instaló su taller de ebanistería junto a la tienda donde exhibía los 26

Frente Sandinista de Liberación Nacional.

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muebles y cuadros que el mismo pintaba. La actividad que más le apasiona es cultivar flores y alimentar a las aves que llegaban al jardín. Cuando vivimos en Cartago un amigo nos regaló una lorita pichón, Salva -así acostumbro llamar a mi esposo- la adiestró para que cantara alabanzas y especialmente el Himno Nacional de Honduras.

Como nuestro hijo Adán ya tenía su residencia en los Estados Unidos, Salva reacomodó las habitaciones de la segunda y tercera planta para albergar a jóvenes de escasos recursos a quienes apoyó en sus estudios. ¡Mi esposo es un misionero abnegado!

Cierta mañana llegaron a nuestra casa personeros del gobierno con una orden de expropiación, alojaron en el edificio algunas familias que llevaban consigo, y nosotros fuimos confinados al taller donde funcionaba la ebanistería.

Desde entonces las condiciones de vida se tornaron precarias porque la demanda para la industria de muebles se desplomó en el mercado, y los ingresos se limitaron a lo esencial.

Hacíamos preparativos para trasladarnos a Honduras en busca de asistencia médica cuando se nos presentó un problema, no podíamos traer con nosotros la lora debido a las exigencias legales para transportarla. Eso significó para Salva el mayor trauma de su vida, aquella noble mascota se despidió de nosotros cantando el Himno Nacional de Honduras. -no podíamos parar de llorar con semejante muestra de cariño-. La familia que vivía en nuestra casa se mostró muy gentil, ellos cuidarían la lorita durante nuestra ausencia”.

El 20 de diciembre de 1986, Salvador Arriaga Mejía entregó su alma al divino creador.

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José Cecilio Jiménez Muñoz (Cheche), Hipólito Rodríguez Zamora (Paco), Manuel Bautista Enamorado (Manuelón), Hipólito Rodríguez Enamorado (Polo el chofer), Martín Madrid

Tres familias, un destino …Buscaré un hogar para ti donde el cielo se une con el mar, lejos de aquí (Nino Bravo)

Es el atardecer del siglo XIX, y en el espíritu aventurero de la juventud europea no termina de disolverse la pasión por el sueño americano. Leoncio 99

Rodríguez es un apasionado más en esa aventura de cruzar el océano Atlántico, suspira por arribar a las costas hondureñas.

Con procedencia de la madre patria España -como les agrada decir a los amantes del colonialismo-, don Leoncio Rodríguez llegó al territorio hondureño junto a un grupo de inmigrantes Sefarditas, quienes se radicaron en las montañas de Trinidad y San José de Colinas, en el departamento de Santa Bárbara.

Dicen que la fortuna nunca llega completa, pero esta vez la ley aceptó una excepción. Don Leoncio conoció a la joven Patepluma Florentina Enamorado, originaria de San Jerónimo del Pinal, con quien contrajo matrimonio y compartió la dicha de traer al mundo a su único descendiente, Hipólito Rodríguez Enamorado.

Nuestro planeta es un hábitat demasiado pequeño para los espíritus que suspiran por la libertad, don Leoncio se trasladó para la ciudad de los zorzales, San Pedro Sula, donde organizó su vida de manera inmediata e instaló su explotación ganadera en el sector noroeste de la ciudad conocido como Bermejo. Este paraje ha sido considerado paraíso ecológico por sus abundantes fuentes de agua dulce y su ubicación privilegiada en la base de la sierra del Merendón. Mejor lugar no pudo escoger aquel español recién llegado, quien cargaba en su equipaje solamente las ilusiones de la juventud y un espíritu emprendedor colmado con herramientas para disolver barreras.

Doña Florentina Enamorado enviudó siendo aún muy joven, pero su fortaleza espiritual le permitió asumir el control para continuar con la hacienda familiar de manera exitosa. Fue en tales circunstancias que conoció al señor Concepción Bautista, quien se desempeñaba como mayordomo en la hacienda y era su colaborador de confianza. Esta relación laboral no fue impedimento para que el noble trabajador conquistara el corazón de su 100

patrona, convirtiéndose así en el progenitor de Manuel, Julia y Virginia Bautista Enamorado.

-*En las inmediaciones del paradisíaco lago de Yojoa se encuentra una comunidad laboriosa dedicada a la actividad agropecuaria, su nombre es “San Francisco de Yojoa” y pertenece al departamento de Cortés. En este pintoresco lugar vive una familia fundada por don Luis Fernández y su esposa Feliciana López, progenitores del señor Andrés Abelino Fernández López quien desde muy joven demostró ser un visionario capaz de trascender los límites de su pueblo.

Andrés Abelino se trasladó para la ciudad de San Pedro Sula, donde además de participar en la política municipal se dedicó a la actividad comercial. Instaló en el sector de Chamelecón una importante empresa que ofrecía a sus clientes gran variedad de productos.

Contrajo matrimonio con la joven Rubenia Fernández Rodríguez, distinguida dama santabarbarense originaria de Santa Clara, Petoa, con quien desarrolló una familia ejemplar en la que destaca su hijo Mario Fernández Fernández. Don Mario actualmente labora para el Instituto Hondureño del Café y es el esposo de nuestra paisana Lourdes Rodríguez.

-*El señor Melitón Leiva asumió la alcaldía municipal de Santa Bárbara en el año 1922. Además de ser un comerciante exitoso, su participación en la actividad política quedó reflejada en la construcción de infraestructura para beneficio social.

Don Melitón fue progenitor de una familia muy querida en Santa Bárbara. La familia Leiva es numerosa en profesionales que han cubierto de gloria las páginas de la nación en los diversos contenidos del saber humano. Para mí es motivo de gran satisfacción 101

mencionar en estas páginas al recordado profesional de la medicina José María Leiva Vivas. El doctor Leiva se ganó el derecho de permanecer por siempre en el corazón de todo santabarbarense bien nacido.

La Corporación municipal de Santa Bárbara que asumió poderes en el año 1922, tenía como prioridad extender la cobertura del acueducto de la cabecera municipal, fue así que don Melitón viajó hasta la ciudad de San Pedro Sula con la finalidad de adquirir la tubería para tal fin. Transportar esos materiales hasta Santa Bárbara en aquellos tiempos, resultaba una tarea muy complicada debido a que no existía carretera.

-*Ese fue el momento en el cual las entidades cósmicas procedieron a tejer el destino de tres familias. Don Melitón llegó hasta Chamelecón para visitar a su amigo Andrés Abelino Fernández López, dicen que cuando esos señores se ponían a platicar no cortaban la hebra.

“De las pláticas siempre sale algo bueno”, -le comentó don Andrés- “conozco a un motorista que tiene las agallas para hacer llegar esa tubería hasta Santa Bárbara, aunque tenga que hacer camino con la piocha o cruzar los ríos en canoa. Para ese Hombre no existen obstáculos mi amigo, su nombre es Hipólito Rodríguez Enamorado.”

Ha comenzado el año 1924, Santa Bárbara es la capital de uno de los primeros departamentos de Honduras que aún no tienen carretera. Para entonces las vías de acceso eran elementales caminos de herradura, y los ríos se cruzaban por el vado o utilizando canoas. Los vecinos del barrio abajo están muy entusiasmados porque un vehículo automotor que tiene impreso un nombre para la historia “La Culuca”, acaba de llegar a la ciudad. Su motorista en un joven de diecinueve años de edad, quien a golpe de piocha abrió camino para llegar hasta el

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territorio de los Pateplumas, es el señor Hipólito Rodríguez Enamorado.

Don Melitón hospedó en la casa de su hermana Santos Leiva al motorista temerario, ese fue el hogar donde Hipólito conoció a su futura esposa, la joven Dolores Zamora. Fausta sorpresa la que se llevó el enamorado a primera vista, aquella belleza Patepluma era la hija del expresidente municipal y futuro gobernador político, no lo podía creer -pero así fue-.

Cristóbal, Hipólito, Rosa, Dolores y Ángela

Quienes tuvieron el privilegio de conocer a don Hipólito Rodríguez lo describen como un caballero ejemplar. Pionero del transporte en Santa Bárbara y propietario de una flotilla de baronesas que bautizó con nombres muy sugestivos: EL CANCIQUE, AMOR SOBRE RUEDAS, EL JICATUYO, LA RÁPIDA. Don Hipólito fue el padre de una familia cuya trayectoria ha sido ejemplo en la sociedad de Santa Bárbara por sus cualidades humanistas y su visión emprendedora. Sus hijos: Cristóbal, Hipólito, Ángela, Rosa y Manuel, continúan haciendo honor a la memoria de sus padres,

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junto a sus descendientes encaminan sus pasos por la misma senda de honestidad.

Mi madre Zoila Chacón relata una experiencia que vivió en el año 1940 cuando apenas tenía 11 años de edad. Su tío Salvador quien residía en la ciudad de San Pedro Sula, giró un telegrama que decía lo siguiente: Mándeme a Zoila, pasaje pagado TACA Rosita me llevó hasta el barrio Llano del Conejo para que yo abordara el avión. Un pequeño aeroplano de tres motores de la empresa TACA donde íbamos solamente dos pasajeros, mi compañero de viaje fue el señor Gilberto Rivera, de San José de Colinas. Cuando el avión aterrizó en el campo Barandillas de la ciudad de San Pedro Sula, mi tío Salvador me esperaba. El costo del pasaje fue de diez lempiras.

Viví en el Barrio Guamilito de San Pedro Sula durante un año. Cierta mañana escuché que se estacionó un carro enfrente de la casa donde yo vivía, me asomé por la ventana para ver de quien se trataba, ¡sorpresa! mi emoción no tuvo límites, era la baronesa de Polo el chofer donde se transportaba mi abuela Natividad. por fin miraba gente conocida. Regresé a Santa Bárbara en 1941.

Una especial característica del transporte en aquella época, las empresas brindaban servicio a domicilio de sus clientes.

Quiero sumarme a los conceptos expresados por el insigne poeta de Ilama Rubén Ángel Rosa Aguilar, quien elaboró un obituario con fecha 10 de enero de 1953 en ocasión de la muerte del legendario chofer de Santa Bárbara, Hipólito Rodríguez Enamorado.

En ese trabajo literario, el recordado poeta exalta las virtudes del carismático líder del transporte en Santa Bárbara. En torno de don Hipólito se formaron los Caballeros del volante y de la mecánica automotriz, como les llamaban a: José Cecilio Jiménez Muñoz, el popular Cheche; Rubén Arévalo, también reconocido forjador de metales; Humberto Fúnez Salazar, Jeremías 104

y casimirus; Manuel Bautista Enamorado, Manuelón y, Cristóbal Rodríguez Zamora, cariñosamente Tobal.

En la gama de cualidades humanas se privilegia la solidaridad y el amor. Relatar la historia de estos personajes no hubiese sido posible sin la colaboración testimonial de doña Lourdes Rodríguez y su hijo Mario Fernández Rodríguez, ellos tocaron mi inspiración con un detalle que destaca la grandeza espiritual de su abuelo Hipólito: Don Hipólito Rodríguez Enamorado no podía abandonar a su madre ni a sus hermanos que residían en Bermejo, llevaba en su alma la misión paternal y el imperativo de llenar aquel vacío que su padre Leoncio había dejado. Fue así que Hipólito se trasladó para Santa Bárbara con toda su familia.

“Recuerdo que mi hermano Polo nos trajo a Santa Bárbara en la Culuca, desde entonces nunca regresamos a Bermejo” Fueron las palabras emocionadas de la señora Virginia Bautista Enamorado, según testimonio de su hijo Carlos Arévalo. Ella siempre añoró con regresar a la hacienda de Bermejo donde quedaron guardados los recuerdos de su infancia.

Los hermanos Manuel, Julia y Virginia Bautista Enamorado, crearon en Santa Bárbara sus respectivas familias con la protección que siempre les brindó don Hipólito. Semillero de profesionales muy reconocidos en el ámbito nacional, donde vuelan sin contaminarse con el vértigo de las alturas. Los conozco personalmente y guardo para ellos cariño y admiración.

Mi amigo Antonio Bautista es hijo de doña Julia Bautista Enamorado, juntos recorrimos las carreteras de Honduras para llevar insumos hasta las unidades del sistema de salud pública.

El popular Manuel Bautista Enamorado, Manuelón (quien ya goza en la paz del creador) también se dedicó 105

al rubro del transporte en Santa Bárbara con su elegante baronesa La Confianza.

Esa energía que posee la virtud para sincronizar el equilibrio de la vida, parece ser el mayor misterio que existe en el universo. El contexto de esta historia es el ejemplo viviente para entender ese misterioso plan cósmico. -veamosDesde un punto incógnito del continente europeo, el continente de las grandes conflagraciones -como decía mi abuela Rosita- tres aventureros optaron algún día por cruzar el océano Atlántico para radicarse definitivamente en la tierra de la esperanza, América. Ha transcurrido más de una centuria y la descendencia de aquellos tres soñadores se ha multiplicado a tenor de la promesa divina.

Las familias: Rodríguez, de Hipólito; Fernández, de Andrés Abelino; y Leiva, de Melitón; iniciaron una relación aparentemente aleatoria para unir los extremos de sus respectivas descendencias en un solo nudo. Son los jóvenes Mario y Gustavo Fernández Rodríguez, quienes llevan en su ser la suma del material genético común a los tres protagonistas de esta historia.

Si así se desarrolla el universo, ¡sean la honra y la gloria para Dios!

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Mi nombre es Isidoro Durante los años 1970-1972 realicé mis estudios de secundaria en el Instituto José Trinidad Reyes de la ciudad de San Pedro Sula. Para financiar los mismos trabajé como administrador del hotel “Anexo Colombia” propiedad de mi tía Elena Pineda de Paz (q.D.g.), lugar donde tuve el privilegio de conocer a personas de diferentes niveles sociales, académicos y profesionales.

Don Isidoro Tercero llegaba con su esposa Amanda Mérida para hospedarse durante varios días en el hotel donde yo laboraba, y era de mutua satisfacción aquellas conversaciones que realizábamos sobre temas muy variados. Ambos compartíamos el privilegio de ser Pateplumas. Él era originario de San Nicolás, mientras quien esto escribe, tiene enterrado su ombligo en la aldea de Gualjoco, Santa Bárbara.

En cierta oportunidad don Isidoro me relató la vivencia más crucial de su vida, la expresión de su rostro y la vivacidad de su palabra, convirtieron aquella narrativa como si se tratara de una obra del séptimo arte, él era muy elocuente. “¡Vea paisa, yo estuve en los brazos de la muerte!”

Y así comenzó aquel relato: Desperté en un lugar desconocido, pero dudé por un momento si había sido realmente un despertar, pues el lecho donde reposaba consistía en una camilla hospitalaria. Podría tratarse entonces que regresé a la vida -pensé- porque despertar y revivir son cosas muy diferentes. Luego comencé a sentir mucho dolor, especialmente en el área torácica, pero mi mayor preocupación fue observar que mis piernas estaban inmovilizadas con muchos vendajes.

Nuevamente experimenté la incertidumbre, aquellas piernas sin ninguna sensibilidad de repente no eran las mías.

Todo lo que percibí en aquel entorno me sugirió el escenario de una catástrofe: médicos afanados que usaban sus equipos para remover miembros mutilados; enfermeras presurosas que realizaban el procedimiento de venoclisis; 107

sirenas de ambulancias por doquier, una verdadera situación dantesca que yo no lograba comprender. El lugar donde me encontraba era una sala de cuidados especiales, y las indicaciones colocadas en la cabecera de mi cama no dejaban espacio para dudas. Isidoro era candidato para viajar al quirófano.

Un médico se paseaba meditabundo por el pasillo de enfrente mientras fumaba nervioso y constante cigarrillos que extraía de un estuche metálico. Yo también soy fumador, y aproveché cuando el galeno se acercó a mi cama para pedirle un cigarrillo que tanto apetecía en ese momento.

“Usted no puede fumar señor, -fueron sus palabras autoritarias- soy su médico de cabecera y estoy a la espera del resultado de los análisis para tomar la decisión sobre el futuro de sus piernas.”

Aquel cirujano estaba bien informado de mi situación, no dudó en hacerme una descripción detallada de los acontecimientos.

“A usted lo rescataron del naufragio que sufrió una embarcación mercante en el mar Caribe, tras ser impactada por un torpedo que lanzó un submarino alemán. Sus piernas están muy comprometidas y, deberán ser amputadas muy pronto para evitar complicaciones irreversibles, esa es la opinión consensuada con mis colegas. Ah, este lugar donde lo estamos atendiendo es un hospital de La Habana, Cuba. ¡Dios ha sido misericordioso con usted mi querido amigo!”

Después de escuchar aquella revelación, mis pensamientos y corazón volaron por arte de magia a mi querido San Nicolás. Podía ver con los ojos de mi alma el frondoso árbol de Anacahuite que con sus ramas imponentes daba el abrazo fraterno y protector a cuantos nos cobijamos bajo su follaje.

También recorrí como niño juguetón por las praderas aromáticas del Celilac amado, y me sumergí en las reconfortantes aguas del río Jicatuyo. La patria la llevamos ardiendo en la sangre como la ternura de una madre que acude a consolar a sus hijos en los momentos más difíciles.

La emoción de aquel recuerdo hizo que Chilolo realizara una pausa momentánea seguida de un suspiro 108

relajante, luego encendió un cigarrillo que dejó escapar espirales de humo blanco, con el aroma envolvente del típico tabaco fino. Así continuó su relato.

Hasta después de divagar por mi pueblo, fue que retornaron a mi mente los instantes previos al naufragio. Yo Isidoro Tercero, formaba parte de la tripulación de un buque mercante cuya misión era transportar materias primas para abastecer la industria bélica de las fuerzas aliadas. También había participado en otras misiones durante los ejercicios militares y pruebas nucleares que el ejército norteamericano realizó en territorio guatemalteco y mexicano respectivamente. Esto aconteció durante la Segunda Guerra Mundial.

Recordemos que la Armada Imperial Japonesa atacó por sorpresa la base naval de los Estados Unidos ubicada en Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, como consecuencia de esta agresión, Estados Unidos precipitó su participación en la contienda al declararle la guerra a las Potencias del eje: Japón, Alemania e Italia respectivamente. Entre el golfo de México y la isla de Cuba circulaban la mayor parte de las embarcaciones de la flota militar y mercante que transportaban petróleo, azúcar, níquel y otros suministros vitales para la industria bélica. Lógicamente, aquella zona marítima era el sitio de cacería preferido por los submarinos alemanes.

Mi último recuerdo en aquel fatídico día, fue cuando escuché el zumbido típico del torpedo y luego la explosión en el costado de babor de nuestra embarcación. Fui lanzado a gran altura por la onda expansiva del artefacto y, en el trayecto de mi caída, impacté contra el barandal de cubierta donde quedé balanceándome sobre mi tórax. La cajetilla metálica donde guardaba los cigarrillos quedó totalmente aplastada en el interior de la bolsa de mi camisa.

Probablemente aquel estuche metálico protegió mi vida.

Dicen que el poder de la palabra obra milagros. El médico encargado de realizar la operación de mis piernas se encontraba nervioso debido a que su esposa estaba en el 109

trabajo de parto, la incertidumbre del momento más la emoción por conocer a su primer hijo, perturbaban el estado emocional del galeno.

No se preocupe mi querido amigo -le dije sacando fuerzas de mi flaqueza- que las almas que Dios envía para beneficiar a la humanidad, no encontrarán barreras en el universo, vienen para quedarse.

Aquellas frases muy sinceras de mi parte fueron el inicio de una relación de amistad con el doctor Mariano McNeil, él prometió hacer todo lo posible para salvar mis piernas como una demostración de la presencia divina manifestándose a través de la ciencia. ¡Aquí me tiene paisano, veintinueve años después y con mis piernas funcionando! tuve fe en las últimas palabras de mi amigo Mariano. Estoy muy agradecido”

La información para escribir esta historia la he guardado en mi mente durante 48 años, desde luego, mi aptitud para retener algunos nombres y fechas no es tan precisa. He tenido que acudir al registro de algunos historiadores para aproximarme al buque donde presuntamente viajaba don Isidoro.

“NICOLAS CUNEO” 9 de julio de 1942.

Mercante de bandera hondureña "Nicolás Cuneo"

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El “Nicolás Cuneo”27 era un mercante de vapor de 1.052 TN, de bandera hondureña construido en 1917 por la Framnes Mek Verksted A/S, Sandefjord y que en 1939 fue vendido a la Empresa Hondureña de Vapores United Fruit Company de Puerto Cortés. El 9 de julio de 1942 sufrió el ataque del U571 comandado por Helmut Möhlmann, mientras cubría la travesía New Orleans-Habana, hundiéndose en la posición 23.54N, 82.33W a sólo 47 millas al noroeste de La Habana.

De sus 20 tripulantes, uno de nacionalidad cubana, perdió la vida. [sic]

En uno de sus viajes que realizó a los Estados Unidos, don Isidoro me trajo como obsequió una cajetilla metálica para guardar cigarrillos.

Quiero describir aquellos conversatorios donde compartían familiarmente los huéspedes del hotel junto a los amigos del barrio: la conversación con su léxico limpio, respetuoso y profundo de aquellas personas, era todo un sistema de recursos oratorios aplicados de manera artística. Cuando los conversadores tenían el hábito de fumar, la técnica del fumado se convertía en un recurso adicional de estilo: desde el momento que se extrae de la bolsa izquierda de la camisa el estuche de fumador; hasta la formación de espirales y diversas figuras etéreas en el ambiente. Era asunto de gusto refinado.

La buena conversación no es exclusiva de clase social alguna, es inherente al ser humano como la herramienta más eficaz para desarrollar la cultura. También los campesinos son exquisitos conversadores y elegantes para fumar, quizá la diferencia está marcada por el aroma del tabaco.

Aunque las excepciones siempre existen. En cierta oportunidad observé a un profesor muy nervioso que se 27

HEROICOS MARINOS MERCANTES DE CUBA (1) docx Por Maximino Gómez Álvarez (historiador y asesor naval) copia textual.

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fumó un cigarrillo en presencia de sus alumnos, únicamente aplicó dos chupetazos y aquel cigarrillo quedó convertido en ceniza sin desprenderse de la chenca, el maestro exhaló humo hasta por los oídos durante mucho rato. Las ocurrencias no se hicieron esperar, un compañero nuestro quien era experto en la comparación jocosa, dijo quedamente: “¡Fuma como turco enjaranado!”

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SEGUNDA PARTE: Leyendas y misterios

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Introducción La humanidad desde su nacimiento ha elaborado relatos para darle sentido a su existencia, estos relatos atribuyen a que todo lo existente en el universo obedece a la interacción de energías opuestas y contradictorias: el bien y el mal, lo espiritual y lo material. En la cultura oriental lo denominan el Yin Yang, las energías del equilibrio.

Los grandes relatos de la historia han tenido dificultad para conciliar el origen, evolución y trascendencia de la vida aquí en la tierra, especialmente en cuanto a la humanidad se refiere. Sus inexplicables contradicciones han propiciado que los ateos busquen mejores explicaciones en el ámbito de la ciencia, también los amantes del dinero y aquellos que han dedicado su vida a “danzar en el lomo de sus semejantes”28, encuentran en esos paradigmas la justificación divina para amañar las prácticas en función de sus intereses.

Un tema que siempre ha generado controversias es el fenómeno paranormal, esas experiencias vividas por infinidad de seres humanos a través de la historia y que no han podido ser explicadas satisfactoriamente, ni por la ciencia ni por la teología. El debate siempre gira en torno a la visión materialista: “cuando uno muere se termina todo”. ¿Será necesario profundizar en las escrituras sagradas, en el esoterismo o en las investigaciones realizadas por la ciencia? Veamos: El kybalión.29

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Dicho coloquial del artista Patepluma Claudio Lara Baide.

29

Las 7 Leyes herméticas

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“Todo cuanto nos rodea incluyendo nuestra respiración y nuestros pensamientos, es denominado materia. Pero más allá de lo que vemos y percibimos e incluso comprendemos, está la realidad, el Todo, el Espíritu, lo que llamamos Dios”.

Albert Einstein.30 E=mc2 “La energía es igual a la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz”. Significa entonces que la materia no es más que una forma de energía.

Dicen que la energía en todas sus formas es indestructible, sólo se transforma.

-Entonces, ¿el espíritu no muere? La doctrina monista acepta la existencia de un único principio, material o espiritual.

Pero, si no estamos para entender los esoterismos ni las ecuaciones científicas, tendremos que acudir a las vivencias pragmáticas convertidas en leyendas por protagonistas dignos de todo crédito. Aquí la fantasía y el mito no tienen cabida, pues las narraciones contenidas en esta sección fueron presenciadas por la comunidad y validadas por testigos dignos de todo crédito. Cada lector formulará su hipótesis.

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Físico alemán de origen judío (1879 – 1955)

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La Mula Misteriosa A las ocho de la mañana, después de terminada mi jornada nocturna en el hospital de Santa Bárbara, me dispuse a esperar pacientemente el bus que me llevaría a casa en Gualjoco. Un vehículo que llegó a la sala de urgencia del hospital transportaba dos heridos, luego circuló la noticia de un accidente vehicular que recién acaba de suceder. Aparentemente el vehículo siniestrado es uno que apenas minutos antes había pasado al frente nuestro, y su motorista se detuvo momentáneamente para preguntar: “¿Ya pasó el bus de COTISBA?” Se trataba de un Toyota tipo Land Cruiser que venía procedente del municipio de Arada, Santa Bárbara, y esperaba llegar en tiempo para que un matrimonio que transportaba tomara el bus hacia San Pedro Sula. La urgencia que los motivaba era una cita médica que esperaban cumplir.

Sin apagar el motor y con la primera velocidad engranada, el motorista apenas escuchó la respuesta que le dieron hizo rugir aquella máquina, la cual arrancó 116

pintando llantas, con la meta de dar alcance al transporte interurbano. Esto fue lo que le informaron: “¡Acaba de pasar el bus, ha de ir por Gualjoco a cinco minutos de acá!”

Los que presenciamos aquella escena temeraria quedamos haciendo comentarios de lo innecesario que es arriesgar la vida por querer darle alcance al tiempo.

Una frase célebre acudió a mi mente: “Afortunado es el Hombre que tiene tiempo para esperar”31 En el hospital fue donde recibieron la llamada para alertar a la ambulancia, luego las noticias ratificaron nuestras conjeturas acerca del vehículo Toyota accidentado e informaron que el motorista había fallecido. Los otros dos ocupantes fueron rescatados y los llevaron al centro asistencial donde recibieron los primeros auxilios. La mujer fue tratada ahí, pero el varón tuvo que ser remitido con urgencia a la ciudad de Tegucigalpa, donde falleció posteriormente debido a la gravedad del traumatismo.

Muchos años han transcurrido desde aquel accidente automovilístico, y poco se sabía de sus protagonistas.

Fue una noche con luna llena en la plaza de Gualjoco donde un grupo de amigos nos reuníamos para deleitarnos en conversación. El abogado Felipe Amaya Chávez tomó la palabra para relatarnos una leyenda de su pueblo natal, Arada. Los presentes cerramos el círculo para darnos valor y los más temerosos no pudieron dormir en sus casas aquella noche.

Arada está ubicada geográficamente 16 kilómetros al sur de la cabecera del departamento de Santa Bárbara, al cual pertenece. Es un pueblo grande de características rurales muy marcadas, con una economía basada en la 31

Pedro Calderón de la Barca. (1600-1681)

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actividad agropecuaria y confección de artesanías. La mayor riqueza que tiene este municipio lo constituye su recurso humano, ha sido un semillero de profesionales muy valiosos que se han destacado en todos los campos del saber, familias que han trascendido por sus cualidades éticas y humanistas: Cantillano, Avelar, Amaya, Rodríguez, Chávez, Reyes, Hernández, Pineda, Paredes, Castellanos, Caballero, Vega, entre otras.

Hablemos de infraestructura: las principales calles están enchapadas con piedra -especialmente por donde están situados los establecimientos comerciales y las edificaciones públicas- en el casco histórico construyeron un parque muy bonito, la iglesia católica, el palacio municipal, la escuela y el centro de salud. En esa comunidad apacible y laboriosa parece que el tiempo se ha detenido, pero el destino ya tiene elaborada su propia agenda y algo muy terrible estaba por suceder.

Un viernes por la noche, los vecinos escucharon el trote de una bestia que recorría el pueblo por las principales calles, la fricción de sus cascos al hacer contacto con las piedras producía un golpeteo semejante al sonido del descorche de una botella de vino. Aquel inusual acontecimiento a pesar de generar mucho debate entre los pobladores, pronto se disolvió para convertirse en hecho irrelevante. Aunque la curiosidad no se disuelve con facilidad, ésta persistió de manera latente y generó desvelos en los temerosos vecinos, quienes montaban guardia de manera rotativa con la finalidad de escuchar nuevamente al misterioso animal.

La espera no fue muy prolongada, llegó el siguiente viernes y los pronósticos estaban por cumplirse. Cuando la noche dio paso a la etapa del amanecer, los vecinos escucharon el trote de la bestia que realizaba el mismo recorrido que hizo en su aparición anterior, desde la entrada principal del pueblo hasta la salida sur que conduce al municipio de El Níspero. Los amantes de la 118

curiosidad ya tenían preparados sus miradores ocultos, querían observar al siniestro personaje y a la vez protegerse de recibir un mal aire 32. Al día siguiente la comunidad despertó muy alarmada, describían de diferentes maneras el acontecimiento: algunos dijeron que se trataba de una mula negra que sacaba chispas de fuego con sus herraduras; otros describían a la bestia con ojos de carbón incendiado, que arrastraba una cadena que se podía escuchar desde cualquier distancia.

La chispa de la imaginación estaba encendida.

Los pobladores de Arada son muy religiosos, profesan gran respeto por las entidades divinas; pero también le temen a los demonios y aparecimientos fantasmales.

Acudieron donde el sacerdote de la parroquia para confesarse y pedirle consejo de cómo proteger a sus familias, éste les recomendó que hicieran cruces con las palmas que fueron bendecidas el Domingo de Ramos y que las colocaran enfrente de las puertas de sus casas 33.

“Usen el agua bendita y recen el padrenuestro”.

Así transcurrieron muchos viernes y, la mula misteriosa continuaba con sus apariciones. Alguien tendrá que hacer algo -decían los vecinosUn grupo de seis muchachos acostumbrados a realizar acciones temerarias, asumieron el reto para ponerle fin al azoro, lazarían aquella mula con una soga muy fuerte y la dejarían atada en un poste del alumbrado público muy cerca de la municipalidad.

“Coco era bueno para lazar”.

-Así le decían cariñosamente al más joven de los integrantes del grupo-

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Mal aire se le dice al adquirir maleficio.

Quizás como referencia al relato bíblico de pintar con sangre de cordero el marco de las puertas, para evitar la muerte de los primogénitos en tiempos de Moisés en Egipto.

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Llegó el viernes que todos esperaban. Los muchachos ya tenían preparada la soga, le habían amarrado en uno de sus extremos un puñal con mango de crucero previamente curado. También visitaron la iglesia para recibir la bendición del sacerdote, quien les regaló, además, una medallita de la Virgen del Tránsito para que siempre la llevaran consigo. Ellos por su parte habían acordado llevar un litro de guaro. “eso no podía faltar”.

-Lo dijo Chepe, a quien le gustaba echarse sus traguitos-.

Se ubicaron en el edificio municipal en posición de camuflaje, y esperaron pacientemente a que apareciera el animal. La noche estaba muy oscura y las nubes presagiaban tormenta, pero lo más inquietante, era aquel silencio de sepulcro que parecía tener complicidad con las fuerzas del mal. El reloj de la parroquia anunció la hora cero, y la quietud de las sombras fue interrumpida por un ruido de cascos golpeando sobre el empedrado de las calles, los perros aullaban poseídos por el miedo y las gallinas en los patios cacareaban aterradas. Era un verdadero pandemónium con olor a azufre.

Aquel espanto llegó a la esquina del parque para luego girar en dirección a la salida de El Níspero, seguramente pasaría enfrente de la municipalidad donde ya la esperaban sus captores.

En aquella oscuridad relampagueante, apenas se miró girar una soga blanca que dibujó un círculo perfecto contra el velo negro de la noche, luego cayó sobre la cabeza de la mula cerrándose con fuerza en torno de su cuello. Por todo el pueblo se escuchó un relincho aterrador que se elevó por los aires. ¡Coco había lazado la mula misteriosa!

Una lucha desigual acaba de comenzar, los seis muchachos se aferraron a la soga intentando someter al demonio, pero la capacidad de sus fuerzas no alcanzaba 120

para más. Abatidos ya por el esfuerzo realizado, pero, aferrados a la soga con obstinación, aquellos beligerantes caballeros fueron arrastrados por la bestia a lo largo de una cuadra, resultándoles imposible detenerla. Por fin decidieron soltar el lazo. Lo que sucedió después fue pura desilusión, apenas lograron observar como aquella bestia endemoniada se esfumó a través de las sombras, perdiéndose por el camino que conduce al municipio de El Níspero. La mula no regresó nunca más, también resultó imposible saber de su paradero.

En cuanto a los valientes muchachos que desafiaron aquella criatura del infierno, cuatro de ellos perdieron la vida de manera violenta en eventos diversos acaecidos posteriormente.

Con el paso del tiempo se van sanando las heridas de estos acontecimientos dolorosos, y con el bálsamo de la misericordia divina ha retornado la calma a este pueblo laborioso. Aunque las secuelas del mal, aún flotaban en el ambiente con presagios de luto…

Un accidente automovilístico vino a ponerle la tapa al pomo. Ocurrió enfrente de la fábrica maquiladora a la altura de la colonia Suyapa de Gualjoco y cobró la vida de los últimos dos sobrevivientes del grupo que había lazado aquella mula misteriosa. Coco era el motorista del Toyota Land Cruiser accidentado.

El pueblo de Arada solicitó al sacerdote la celebración de una misa para rogar por el alma de aquellos jóvenes valiosos, también llevaron a la virgen del Tránsito en procesión por las principales calles para invocar la protección de los habitantes. Aquel fue un acto solemne y pletórico de fervor religioso.

Le devolvieron la tranquilidad a su pueblo.

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Regresó del más allá La Ceibita es una aldea del municipio de Santa Bárbara que está situada tres kilómetros al Sur de la cabecera departamental. Su posición geográfica domina el extremo Norte del valle de Tencoa, es evidente que durante el dominio español esta comunidad fue asentamiento de familias de origen Ibérico. Los apellidos más relevantes en La Ceibita son: Jerezano, Mejía, Peña, Rodríguez, Caballero, López, Aguilar, Enamorado, Zamora, Guardado, Palma.

La actividad principal de sus pobladores ha sido el comercio y la industria de sombreros, aunque también se practica la agricultura en menor escala. Muchos de sus habitantes migraron hacia el enclave bananero en la costa Norte de Honduras, donde encontraron mejores oportunidades para desarrollarse y algunos se radicaron de manera permanente en aquel lugar. Ellos regresan a la Ceibita especialmente en ocasión de la feria patronal en honor a San Antonio, la comunidad siempre los recibe con especial cariño… ¡Llegaron los campeños a bailar con marimba!

La profesora Magdalena Peña de Pineda es originaria de La Ceibita, ahí vivió felizmente su infancia junto a sus padres y hermanos. Recuerda con mucho cariño la solidaridad que se vive en estas comunidades y especialmente la experiencia del contacto con la naturaleza. Ella me regaló los detalles de esta fascinante historia, una vivencia de su padre Laureano Peña Caballero.

En la aldea de La Ceibita falleció una señora que era muy querida y respetada por los vecinos, una madre ejemplar y persona caritativa que siempre estaba presente para brindar socorro a sus semejantes. La comunidad se movilizó en torno a las honras fúnebres y el velorio fue muy concurrido. Allí se encontraba presente don Laureano.

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Durante la noche se realizaron celebraciones religiosas para rogar por el alma de la fallecida, mientras los amantes del juego se entretenían con la baraja. Ya don Laureano tenía sueño, y se despidió con la justificación de que el desvelo le afecta su salud, se marchó para su casa.

En las primeras horas de la madrugada, llegó a la casa de don Laureano un grupo de muchachos para informarle que doña Cayetana lo mandaba llamar.

“No lo puedo creer” - dijo alarmado“pero, ¡si la acabo de dejar tendida hombree!”

Inmediatamente don Laureano se levantó para regresarse al velorio, pero antes, se dirigió a la cocina y descolgó del garabato un lazo enrollado con cuatro dobleces. Iba preparado porque pensó que aquello podría tratarse de una broma.

–dijo quedamente“para eso soy muy delicado, si estos puñeteros piensan que van a jugar conmigo que se alisten, porque los voy a mandar a dormir bien mojados” Durante el trayecto don Laureano hilvanaba sus conjeturas en torno a doña Cayetana. ¿Qué pudo haberle pasado? si ya tiene más de ocho horas de muerta -pensóCuando por fin llegó al lugar del velatorio, quedó sorprendido al ver a la difunta sentada sobre el mesón y conversaba amenamente con los asustados veladores.

Don Laureano sintió que su garganta se había quedado seca y que las piernas le querían jugar una mala pasada.

-Luego dijo- “¿qué putas me pasa?”

Acudió a lo más profundo de su ego para extraer al macho que siempre le amarraba los pantalones, luego exclamó: “Aquí estoy Cayetana, ¿qué me quieres decir?”

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Doña Cayetana se encontraba muy lúcida, su semblante reflejaba paz y firmeza, entonces le respondió.

“El señor no quiso recibirme, me reclamó porque no castigué a mis hijos cuando hacían travesuras y me faltaron al respeto. Para eso te mandé llamar Laureano, quiero que me los castigues, es la orden que me dio el Señor”.

Don Laureano hizo cumplir la orden, y los nueve hijos de doña Cayetana se arrodillaron para recibir el castigo que había sido ordenado desde el más allá.

“Con el permiso de ustedes muchachos, pero voy a proceder”.

Aquellos muchachos ya estaban garrudos y algunos eran padres de familia. “usted no se preocupe don Laureano, cumpla la orden”. –Le dijeron“Con el lazo enrollado que llevaba procedí a realizar el castigo. Tres reatazos a cada uno y, pídanle perdón a su madre jodidos.”

Cuando la ceremonia de castigo hubo terminado, doña Cayetana se despidió de sus hijos con el abrazo sincero que solo una madre puede dar, luego exclamó: “Ya puedo morir en paz porque Dios va a recibirme, también fui a los campos bananeros para avisarle a los que viven allá, para que vengan a mi velorio.”

Y con el suave suspiro de las almas puras, doña Cayetana entregó su alma al divino creador.

Muy temprano del día siguiente, llegaron familiares y amigos procedentes de los campos bananeros, supieron de la muerte de doña Cayetana porque ella misma llegó para avisarles. El funeral se llevó a cabo cuando se cumplieron las 24 horas contadas a partir de su último suspiro, era necesario estar seguro de que aquello no había sido un estado de catalepsia.

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El Fantasma de la Casona Conocí a don Manuel Zeledón en la ciudad de San Pedro Sula allá por el año 1970, para entonces, él era un octogenario dedicado al trabajo de celador en un establecimiento privado. Este relato es una vivencia de la familia Zeledón acontecida en su pueblo natal.

Cuyamel es una aldea del municipio de Omoa en el departamento de Cortés donde don Manuel nació y creció en el seno de una humilde familia de origen campesino, ese pintoresco lugar se encuentra situado entre el mar caribe y la montaña del Merendón. Para ese entonces 1880, Cuyamel carecía de la infraestructura que hoy ofrece el modernismo, era un pueblito completamente rural.

Ese rinconcito de Honduras también fue la cuna de sus padres, una familia integrada por los abuelos y sus cuatro hijos, dos hembras e igual número de varones.

Don Manuel nos cuenta su propia historia: De aquel núcleo familiar únicamente se quedaron viviendo en Cuyamel mis abuelos y los hijos varones, las hembras se casaron y sus respectivos esposos se las llevaron a vivir a otros pueblos. Cuando mi padre y el tío Severiano también se emanciparon, mis abuelos ya no tenían quien los acompañara en aquella vieja casona construida entre árboles frutales y cocoteros.

Debido a su avanzada edad ellos no deberían continuar viviendo solos, razón por la cual mi tío Severiano envió a su hija Celeste para que acompañara a los viejitos y les brindara ayuda en los quehaceres del hogar. Celeste apenas era una adolescente.

Pasado algún tiempo mis padres también me asignaron a vivir con mis abuelos, el acompañamiento de un varón sería muy importante para realizar aquellas labores propias de mi género, fue así que me trasladé para vivir en la casona.

El folclore de aquellos pueblos consistía en un cúmulo de entidades tenebrosas y de fantasmas burlones que atormentaban la vida de los humanos, especialmente a los 125

niños, esa fue la influencia cultural que marcó mi vida para siempre.

En la casona de mis abuelos había dos salones muy amplios.

Uno de ellos estaba adecuado para servir de dormitorio, y en el ubicaron cuatro camas biplaza elaboradas con madera de caoba. La superficie para dormir era el típico petate de tule tendido sobre fajones de cuero crudo. Las camas estaban separadas entre sí por pabellones de tela, con la finalidad de brindarles privacidad a sus ocupantes.

Cierta noche escuché ruidos provenientes de la cocina, a medida que la noche avanzaba aquella actividad paranormal se tornó más intensa, tanto, que mi pobre cuerpo estaba semi paralizado por el miedo. De pronto sentí que alguien se subió a mi cama y procedió a cubrirse con mi cobija, mis nervios ya no daban para más.

Este es un encuentro cercano del primer tipo –penséEl frío producido por el miedo ya calaba hasta mis huesos, luego escuché una voz como salida de ultratumba.

“Soy yo, Celeste, escuché el ruido de los fantasmas en la cocina y tengo mucho miedo” Entonces llegó a mí un alivio temporal. Así nos quedamos arropados con mi prima durante mucho tiempo, y sin hacer mucho ruido rezábamos para que aquellos demonios desaparecieran de la casa. Pero, a los fantasmas ni los rezos los detiene. Uno de ellos logró llegar hasta la cama y comenzó a manipular mi parte íntima. Yo estaba paralizado por el miedo mientras Celeste dormía profundamente.

Cuando mi prima por fin despertó, se enteró que mi situación era de angustia “¿qué te pasa primito?” -me dijo“¡estás temblando!” El fantasma ya se fue -le contesté- pero me dejó arruinada esta cosa.

-No te preocupes me dijo- yo sé cómo curar esos maleficios.

De inmediato procedió con su cuerpo a espantar los malos espíritus, quedamente le escuché decir: “pelear con los fantasmas no es fácil, pero lo vamos a lograr” No pude precisar cuánto tiempo duró aquel exorcismo, Celeste casi lloraba por el trajín mientras el fantasma resistía para no dejarse vencer. Un momento más y la confusión hizo 126

enloquecer al demonio, la poderosa magia de mi prima por fin lo había vencido. Celeste mordió fuertemente mi pectoral haciendo un intento por ahogar aquel grito delator, y con sus fuerzas casi agotadas por aquella descomunal batalla, apenas logró pronunciar…

“Hemos vencido al fantasma” Fueron las palabras jadeantes de mi prima, mientras su cuerpo permanecía derrumbado sobre el mío en un éxtasis profundo.

El fantasma de la casona era muy agresivo. Cierta mañana cuando tomaba mi desayuno, fui atacado nuevamente por aquella misteriosa criatura, ya ni respetaba la luz del día ni el canto de los gallos. Corrí desesperadamente hacia la bodega donde mi abuelo guardaba el maíz, con la finalidad de buscar la protección de mi prima Celeste, ella se encontraba en aquel lugar preparando la comida para las aves de corral. Al verme, comprendió de inmediato que el lujurioso fantasma me había atacado nuevamente.

Celeste realizó un rápido movimiento para quitarse el vestido -era la única prenda que llevaba puesta- y dejó al descubierto el encanto primaveral de su cuerpo rebozando por la explosión de las hormonas. Nunca mis pobres ojos habían contemplado tanta belleza.

Aquel nuevo exorcismo desencadenó la furia de los elementos y convirtió la solitaria bodega en un escenario de guerra.

Los malos espíritus tendrán que abandonar por fin la casona. Esos eran mis pensamientos abatidos por la culpa, mientras aquellos dos cuerpos adolescentes soñaban con mariposas multicolores en los umbrales del cielo.

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El toro de la media noche (Este es un aporte de la señora Elizabeth Padilla de Pineda)

El señor Lorenzo Pineda era propietario de una pequeña explotación ganadera situada en la confluencia de los ríos Grande de Otoro y Jicatuyo. Se le conoce con el nombre de La Junta y pertenece a la aldea de Gualjoco en el municipio de Santa Bárbara, Honduras.

Don Lorenzo acostumbraba reunir al ganado en una sabaneta conocida como el higo alto, se colocaba sobre un acantilado para dominar desde las alturas el pequeño valle que se extiende hasta la ribera de ambos ríos. Cada quien posee su estilo para convocar al ganado, pero nuestro personaje era singular, emitía quiebres de voz tan peculiares que sus animales lo reconocían de inmediato. Estaban seguros que don Lorenzo los visitaba para ofrecerles una suculenta merienda de sal y acariciarlos con mimos afables. Desde los matorrales y abrevaderos circundantes aparecían becerros y novillas que levantaban la cola y lanzaban patadas al aire, pero el que denotaba mayor entusiasmo, era un toro con joroba que presumía de semental, éste realizaba corcovos y toda clase de piruetas para llamar la atención de propios y extraños. ¿Cómo entender entonces el sentimiento de los animales?

La comunidad de Gualjoco fue testigo de un acontecimiento extraordinario la noche en que falleció don Lorenzo Pineda. El velatorio se llevó a cabo en su casa de habitación ubicada enfrente de la plaza central de la aldea, evento que fue muy concurrido debido a la inmensa cantidad de amistades y familia numerosa. En este tipo de rituales se acostumbra repartir bocadillos y bebidas de toda clase, mientras los participantes aprovechan para conversar y hacer sus juegos de azar a la luz de las fogatas con ocote fino.

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Ya cuando las rezadoras entonaban los cantos fúnebres muy cerca de la media noche, un viento que soplaba desde el poniente parecía transportar un bramido que resonaba desde los sombríos parajes del tata Gil muy cerca del cementerio, el mismo continuaba reproduciéndose mientras se acercaba cada vez más en la dirección donde reposaba el cuerpo sin vida de don Lorenzo. El estado de perturbación emocional de aquellos veladores se fue haciendo intenso al punto de hacerse colectivo. De pronto, por el oscuro callejón que conduce hacia la pimientilla apareció un toro que mugía y mugía sin parar, no se detuvo hasta que llegó al sitio del funeral y comenzó a golpear el suelo con sus patas delanteras, se trataba del semental de La Junta. Las dificultades para retirar aquel animal hacia un lugar apropiado no fueron menores, pero lograron por fin conducirlo hasta el patio trasero de la casa donde el toro permaneció toda la noche en actitud de duelo.

La distancia que separa a Gualjoco de La Junta es de cuatro kilómetros aproximadamente, el camino discurre por senderos que bordean fuentes de agua y quebradas cubiertas con abundante vegetación, lianas gigantes de la especie de los dragos que tejen mallas impenetrables donde anidan toda clase de animales. Aquella noche tenebrosa donde se respiraba un ambiente fúnebre, transitar por los parajes de la pimientilla y tata Gil debió parecer el escenario de una película de terror.

El semental de La Junta no conocía el lugar donde vivía don Lorenzo porque nunca había salido de la hacienda, pero se escapó aquella noche para estar presente en el velorio de su amo.

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TERCERA PARTE Reflexiones y vivencias

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SOS humanidad en peligro ¡Oh prodigiosa humanidad, terrible final te depara el destino!

Para hacer comprensible las consecuencias de la actividad humana a través de la historia, los estudiosos han desarrollado argumentos intentando llegar hasta la médula de esa naturaleza inquietante. Probablemente la causa del conflicto radica en el afán de obtener privilegios para darle satisfacciones a su ego. Con la concentración del poder se logra absolutamente todo, incluyendo avasallar la naturaleza.

Jean Jacques Rousseau pensaba que el hombre es bueno por naturaleza, pero que actúa mal forzado por la sociedad que lo corrompe. El poder es el resultado entonces del accionar colectivo, que indistintamente puede ser usado para proteger la vida o bien para provocar la muerte.

En la presente reflexión menciono algunas acciones de la raza humana que han generado dolor a través de la historia, otras que están en pleno desarrollo llevan implícita la tendencia de producir impacto negativo de gran magnitud. Mi propósito es encender alguna luz, pero de esas, cuyo color tiene la eficacia para llamar a la precaución ante situaciones de riesgo. Soy optimista porque tengo fe en el potencial de la humanidad para asociarse también en pro de la vida, la armonía y la paz.

El siglo XXI significa para los que habitamos el planeta Tierra la oportunidad de sobrevivir, nuestro navío común ya está muy averiado. Las enormes grietas podemos observarlas mejor si usamos una lupa para acercar lo necesario esos renglones minúsculos con intenciones aviesas que pasan desapercibidas en el contrato social.

La contradicción del liberalismo. Si le damos seguimiento a la lógica de esta doctrina que sirve de telón de fondo al capitalismo, podemos intuir que su 131

contenido teórico ha ido sufriendo mutaciones en la escala de valores.

La libertad erigida como la regla de oro del sistema, se ha convertido en la antítesis del bien común.

El crecimiento de la economía es una aspiración legítima para producir bienestar a la sociedad, pero cuando la riqueza se concentra y luego se centraliza, los pilares doctrinarios del sistema se debilitan en virtud de las nuevas formas de organizar la economía en monopolios.

Los pensadores siempre han formulado sus teorías con la finalidad de diseñar sociedades justas y armónicas, han tenido fe en la humanidad porque los grandes relatos aseguran que el Hombre es una criatura a imagen y semejanza de Dios. Situaron la libertad como el bien más preciado -no se equivocaron- pero, confiaron demasiada responsabilidad en manos de una especie que tiene sobredimensionado su ego.

La historia universal nos deja la triste lección de que el ideal supremo de la humanidad siempre ha sido concentrar el poder que le permita adueñarse de todo, para luego ponerlo al servicio exclusivo del individuo.

El reparto del mundo. Ya en el siglo XV algunas regiones del planeta se habían convertido en posesiones privadas de algunas potencias. Los reyes de Castilla y de Aragón, por una parte, y el rey Juan II de Portugal; establecieron un reparto de las zonas de navegación y conquista del océano Atlántico y del nuevo mundo, apoyados con la confirmación del papa Julio II por medio de la bula Ea quae bono pacis. A este tratado se le conoce con el nombre de Tratado de Tordesillas34(7 de junio de 1494). La esencia del tratado consistió en establecer una línea de demarcación teniendo como 34

Wikipedia.

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extremos los dos polos, –valga la aclaración que se trata de los polos Ártico y Antártico respectivamente- para garantizarle a las potencias firmantes del tratado y sucesores, la propiedad absoluta de todos los recursos que descubrieren para siempre jamás.

A finales del siglo XIX las grandes potencias se lanzaron a la lucha por el reparto del mundo: África, Asia, Oceanía y América; apoderándose por el derecho de la conquista (la fuerza) de absolutamente todos los recursos incluyendo la vida de las personas, los convirtieron en mercancía.

Automatización del proceso productivo: Con la finalidad de reducir los costos de producción y maximizar la productividad y la ganancia, las grandes industrias externalizaron sus empresas a países donde la mano de obra es barata: China, India y América Latina.

Estos mercados laborales fueron víctimas de la explotación tanto en materia de salarios como de bioseguridad y soberanía.

La población mundial ha crecido de manera exponencial en la última centuria, igualmente la demanda de bienes de consumo, servicios y ecológicos.

Como consecuencia de esta nueva realidad, los conflictos sociales se han exacerbado y las incoherencias del modelo se han hecho visibles: excesiva concentración del poder y la riqueza, inequidad, desigualdad, desempleo y deterioro del ecosistema entre otros. En una población que está en continuo crecimiento se hace imprescindible que los gobiernos diseñen estrategias y políticas públicas que garanticen la armonía entre los factores de la producción y el equilibrio entre oferta y demanda. Hay una leve percepción de que las soluciones propuestas generan más dudas que esperanzas. La gran industria está optimista con el desarrollo de la automatización del proceso productivo, plantea sustituir a los humanos en 133

los puestos de trabajo por tecnología robótica. La China cuenta con una población de 1,500 millones de habitantes, pero su presidente Xi Jinping impulsó en el año 2014 una iniciativa que llamó “una revolución de robots” 35como prioridad para su país.

El criterio de los defensores de esta tecnología es que los robots trabajan las 24 horas del día, los 365 días del año y no forman sindicatos. El sistema empresarial capitalista está obsesionado por alcanzar la hiperproducción de bienes y servicios a bajo costo, enfatiza en la disminución de la participación del trabajo humano en el proceso productivo. Como consecuencia de la automatización en la industria, podría resultar un desequilibrio sin precedentes en las leyes del mercado con resultados catastróficos para una sociedad en condiciones de desempleo generalizado.

“Las máquinas no producen plusvalía”36 El tema de la automatización ha generado debate entre aquellos que tienen opiniones contradictorias en la relación daño–beneficio de esta revolución tecnológica.

He tenido la oportunidad de escuchar ambas opiniones y considero justo exponerlas en este trabajo como un aporte de terceros.

Los optimistas son partidarios de que las máquinas son recursos valiosos para generar bienestar a la sociedad, facilitan al ser humano las tareas complejas que requieren mucho esfuerzo y alta precisión. También reducen conflictos laborales y generan productividad.

Los pesimistas por su lado argumentan que la automatización de procesos desplazará al humano de la actividad laboral, la desocupación profundizará la pobreza y los conflictos sociales, debido a la falta de

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Diario Las Américas. Wikipedia Karl Marx (1818-1883)

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medios para que la población pueda satisfacer la demanda de bienes para el consumo y de servicio.

Una tercera opinión afirma que los efectos positivos o negativos generados por un proceso productivo, son relativos al modelo que la sociedad adopte ¿Para beneficio de quién, está la riqueza de una nación?

“Nación: es la comunidad soberana, delimitada territorialmente e integrada por individuos que se sienten vinculados entre sí.”

No importa quién, cómo o cuánta producción se genere en una economía, lo más valioso será la calidad de vida y el bienestar general que disfrute el pueblo en su conjunto. (éste es el soberano) Estamos hablando de nación y no de nacionalismos.

El cambio climático. ¡Otro agujero en el caite!

En 1750 el planeta tierra albergaba 800 millones de habitantes, la industria era artesanal y la mecanización inexistente. En tales circunstancias, las funciones naturales del planeta permitían reproducir las condiciones idóneas para albergar la vida: calentamiento necesario, producción de alimentos y liberación de desechos.

A partir de esa histórica fecha surgió en el continente europeo la Revolución Industrial, fenómeno que generó un punto de inflexión en la historia de la humanidad, trayendo consigo el desarrollo de la ciencia, la tecnología y una nueva forma de capitalismo.

Actualmente la carga demográfica de La Tierra ronda los 7,700 millones de seres humanos, con una huella ecológica37 global por encima del 2.7.

37

La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos. Wikipedia.

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Desde 1750 la humanidad ha generado a la atmósfera una variedad de gases de efecto invernadero adicionales, esto ha producido como consecuencia mayor calentamiento al planeta y prepara el escenario donde se desarrollarán los indeseables eventos catastróficos. ¿Esta situación será reversible? La naturaleza de nuestro planeta tiene la capacidad para restaurar sus heridas, es así como los bosques y océanos en estado saludable absorben de la atmósfera un 55% del CO2.

La comunidad científica comparte la tesis de “Planeta saludable”. Aseguran que los bienes de La Tierra utilizados responsablemente, de manera racional y distribuida el usufructo de la riqueza con equidad, es suficiente garantía para que la huella ecológica global reduzca su impacto de manera sostenible. Pero es condición urgente que la humanidad revise el modelo, para ajustarlo a condiciones más limpias de convivencia. ¡Recuerda hermano Homo sapiens! La naturaleza no se destruye, sólo se transforma.

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El cooperativismo La actividad económica para producir bienes y servicios lleva implícita desde su planificación dos objetivos primordiales, la satisfacción de las necesidades humanas y la acumulación de capital.

Aquí ya identificamos a los actores que participan en el drama de la economía: productores, consumidores y capitalistas. De estos tres el grupo más importante lo representan los consumidores, “el cliente siempre tiene la razón” -reza un eslogan de la mercadotecnia moderna- además, son los más numerosos y padecen de un mal contagioso que se llama consumismo. Ellos son aficionados en adquirir cosas y cositas.

A partir de 1750 el cooperativismo adquiere auge debido a la miseria imperante durante la Revolución Industrial. En la búsqueda de encontrar un punto de equilibrio entre la satisfacción de las necesidades y las precarias condiciones de los obreros, (proletariado) se adopta la cooperativa como la empresa de los pobres.

Sus principios están inspirados en la solidaridad y la ayuda mutua sin fines de lucro.

Quiero enfatizar en el significado de la palabra lucro en el vocabulario del cooperativismo, para tal fin, acudo al pensamiento del filósofo, lexicógrafo y político español Roque Barcia (1821-1885). Wikipedia.

“Cuando la utilidad tuerce el buen camino, cuando es usurera, egoísta, cruel, toma distinta denominación: he aquí el lucro. El lucro es el abuso, casi el delito de la utilidad” Santa Bárbara ha sido cuna de emprendedores muy talentosos y de reconocida sensibilidad social. Desde mediados del siglo XX promovieron la creación de cooperativas en las diversas áreas de la economía, pero el fracaso súbito e histórico de las mismas, induce a pensar que la sociedad santabarbarense no es amigable con esta forma empresarial.

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Mencionaré algunas cooperativas muy emblemáticas que surgieron posiblemente, motivadas por la onda de reivindicación social generada por la lucha bananera de 1954. El catálogo no se agota con esta muestra debido al desconocimiento de mi parte las que ya desaparecieron, y otras que todavía funcionan con buen suceso.

CIMAJUL:(Cooperativa Industria Manufacturera del Junco Limitada) Surgió con el apoyo que le brindó a la economía popular el gobierno del doctor José Ramón Villeda Morales (1957-1963). Esta cooperativa estuvo bajo la exitosa dirección de la profesora Felipa Mejía, quien lideraba a las mujeres artesanas de la manufactura del junco a nivel departamental. Logró abrir mercados para sus productos casi a nivel mundial. Cuando esta cooperativa desapareció por causas aún no identificadas, la industria del junco fue asumida por empresarios particulares.

Cooperativa de Ahorro y Crédito “3 de mayo” Limitada: Se mantuvo en el mercado financiero casi por tres décadas, con una cartera de clientes muy numerosa.

Desapareció de la escena por presunta bancarrota. El vacío financiero en Santa Bárbara lo llenó la banca privada, también operan algunas cooperativas cuyo origen y sede principal pertenece a otro ámbito geográfico.

COTISBA: (Cooperativa de Transporte Inter Urbano Santa Bárbara): Esta cooperativa cubría el corredor desde Santa Bárbara hasta San Pedro Sula brindando el servicio de transporte de personas, su crecimiento económico y la prestación de servicios tuvo mucho éxito durante casi medio siglo de permanecer en este rubro.

COTISBA fue adquirida por una nueva empresa de capital privado, quien reforzó su flota vehicular con unidades modernas y continúa brindando este servicio de manera ininterrumpida con un estándar de calidad muy satisfactorio.

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Cooperativa Mixta “La Coordinadora” Limitada: a comienzos de la década de 1990 se produjo en Honduras la profundización del modelo económico Neoliberal.

Como una reacción natural ante este fenómeno, el movimiento progresista y organizado a nivel nacional buscó formas alternativas buscando proteger la economía popular.

En Santa Bárbara surgió una organización muy robusta bautizada con el nombre de “La Coordinadora Cívica de Organizaciones Populares”, el líder absoluto fue el médico Patepluma José Adalberto Mejía.

Como fruto de este movimiento social surge la iniciativa para crear una cooperativa que sirva de base al proyecto humanista, que promueva la democracia como sistema político deseable, la solidaridad, seguridad alimentaria y un sistema de salud y educación pública fortalecidos. Su primer presidente fue el profesor Oscar Danilo Cruz.

La cooperativa “La Coordinadora” construyó un sistema de televisión por cable 38 con la participación solidaria del pueblo santabarbarense, el fin primordial del proyecto televisivo era promover y desarrollar la cultura. Fue el Ingeniero Juan Bejarano Sagastume quien presentó la moción para que la televisión por cable se constituyera como actividad principal de la cooperativa, y el profesor Ramón Amaya propuso el nombre “SICTELC”. Este proyecto fue muy exitoso al lograr superar las expectativas en tiempo récord, pero el efecto de la dinámica dialéctica, activó una reacción antagónica muy poderosa que provocó la fractura del servicio cooperativo de televisión por cable en Santa Bárbara.

38

SICTELC. Sistema Cooperativo de Televisión por Cable.

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Actualmente el servicio de televisión e internet es provisto a nivel departamental por operadores de la empresa privada.

Cuando estaba en pleno desarrollo aquel movimiento desestabilizador, un santabarbarense recién llegado del extranjero que observaba un programa televisivo local, se disgustó por la forma obscena como se estaban refiriendo a los cooperativistas, luego preguntó: ¿quiénes integran esa cooperativa? El interlocutor comenzó a mencionar nombres: José Adalberto Mejía, Francisco y Obdulio Cantillano, Isabel López Castro, José Luis Mendoza, Marco Tulio Castellanos, Lucinio Fernández, Sandra Caballero, Noel José María Hernández Carranza, Antonio Cruz, Pompilio Ayala, Román Lara…

Aquel Patepluma que recién había retornado a su pueblo natal no podía creer lo que sucedía, luego con la palabra encendida por la llama del disgusto expresó lo siguiente: “Vea paisano, Santa Bárbara es un pueblo pequeño donde todos nos conocemos, esas personas que usted acaba de mencionar representan la reserva moral Patepluma, también conozco a los que están hablando a través de la televisión”.

Con los hermanos Obdulio y Francisco Cantillano me unían vínculos de amistad profunda, don Obdulio me relató la anécdota que les acabo de referir.

Al profesor Francisco Cantillano lo conocí cuando ambos estudiábamos en el Instituto Departamental “La Independencia”, él era un conversador muy ameno y un bailador apasionado. Con sus ojos iluminados por la emoción de los recuerdos bonitos, Francisco describe algunas experiencias de su adolescencia y vida estudiantil:

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“Las fiestas bailables que se hacían en el colegio eran eventos de gala, mis compañeras hacían reservación para tenerme como su pareja de baile” Seguidamente desplegaba un abanico de chistes cuyo autor era el renombrado profesor Julio Sabillón Pineda.

Era un deleite escuchar las ocurrencias de aquel maestro de generaciones que se autoproclamaba “El Ruiseñor de Uncana” Con la paz que irradia una conciencia tranquila y la ausencia absoluta de sentimientos de rencor, Cantillano termina recitando un bello poema del poeta nicaragüense Rubén Darío.

LA CALUMNIA Puede una gota de lodo sobre un diamante caer; puede también de este modo su fulgor oscurecer; pero aunque el diamante todo se encuentre de fango lleno, el valor que lo hace bueno no perderá ni un instante, y ha de ser siempre diamante por más que lo manche el cieno.

Hoy es 31 de marzo del año 2019, estoy presente en la XXVII Asamblea General Ordinaria de la Cooperativa Mixta “La Coordinadora” Limitada, el nombre de esta asamblea fue denominada en honor a la compañera “MARIA ELSA ORTIZ”.

Es un momento emotivo y de gran esperanza observar aquella bella dama de pie junto al pabellón nacional y acompañada por nuestro presidente Manuel Pineda Pereira. Los destellos de la humildad se reflejan en la sonrisa diáfana que ilumina su rostro bronceado por el sol y marcado por las huellas de tantos años dedicados a trabajar en el campo.

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“Toda mi vida la he dedicado a cultivar hortalizas, también he fabricado medicinas naturales y productos para la limpieza como jabón y otras cremas. El sustento para mi familia lo he extraído de las entrañas de la tierra, con el sudor de mi frente y con la gracia de Dios” Fueron las palabras elocuentes de la compañera María Elsa en ocasión del homenaje recibido, expresó que conservará el diploma de reconocimiento en un lugar especial de su vivienda, pero en su corazón, lo llevará por siempre.

La compañera María Elsa Ortiz es miembro de CODIMCA, una organización que lucha por la justicia, igualdad, equidad y los derechos humanos de las mujeres. Ellas integraron la Coordinadora Cívica de Organizaciones Populares desde el año 1993 en representación personal, aún se mantienen activas. Fue una experiencia motivante compartir la lucha con mujeres humildes y de noble corazón como: Fidelina y Julia Mejía, Petrona Erazo, Dominga Vega, Berta Corea y muchas otras damas a quienes pido disculpas por no mencionar sus nombres.

El señor Victoriano Tróchez se ha destacado como un cooperativista muy abnegado, asumió el control de la cooperativa como gerente de la misma. Desde esa plataforma ha hecho posible la continuidad de la cooperativa, encausándola por la senda de la legalidad, transparencia y la recuperación económica.

Han transcurrido veintiocho años desde la formación del proyecto cooperativo de la coordinadora cívica. A manera de evaluación entrevisté al ingeniero Juan Bejarano Sagastume, su opinión la considero tan valiosa porque no está contaminada por el sectarismo ideológico ni por la ambición economicista; además, él también fue protagonista de esta experiencia social y conoce de primera mano el contexto del mayor intento de organización popular realizado en Santa Bárbara. El 142

ingeniero Bejarano es un profesional progresista muy comprometido con la cultura.

“El pueblo santabarbarense no entendió el alcance y la buena fe de este proyecto de cooperación, quizá hizo falta tolerancia y mayor capacidad diplomática de las partes para limar asperezas y lograr el consenso”.

Quiero sumarme al criterio de mi amigo Juan en su acertada valoración, pero hace falta mencionar al gran ausente durante el conflicto. El IHDECOOP nunca dio la cara y, esa era su responsabilidad. Últimamente se percibe desmotivación por parte de los cooperativistas en asumir acciones que se traduzcan en desarrollo para la organización. ¿Cómo explicar esa actitud derrotista en un sistema empresarial tan edificante como es el Cooperativismo? El análisis queda abierto para que los estudiosos de las ciencias sociales formulen sus propias hipótesis. Algunos opinan que el paradigma Neoliberal ya conquistó nuestras mentes.

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Hospital Santa Bárbara Integrado.

“Si salvas una vida eres un héroe, pero si salvas 100 vidas eres una enfermera”.

Anónimo.

El hospital de Santa Bárbara fue inaugurado el 7 de diciembre de 1957 durante la administración presidencial del doctor José Ramón Villeda Morales. Su primer director fue el médico Jerónimo Suazo Alcerro, e inicialmente sólo brindaba servicios de hospitalización porque la atención ambulatoria era independiente y básicamente preventiva.

En el año de 1966 llegué al hospital en calidad de usuario para ser intervenido de apendicetomía abierta.

Fue el doctor Manuel de Jesús Pérez Izaguirre quien realizó tal procedimiento quirúrgico, desde luego, tuve la oportunidad de conocer al personal que atendía las diferentes ramas técnicas y profesionales que ofrecía aquel Centro Hospitalario de Emergencia (CHE). Ese nivel de atención cumplía con los estándares de calidad y calidez de un auténtico sistema público de salud.

Cómo no recordar aquel personal auxiliar de enfermería, si únicamente bastaba su presencia para sentir el alivio de todos los males. Ese equipo de trabajadoras y trabajadores espléndidos fue el mismo que encontré cuando ingresé a laborar para esa institución de salud en 1980. Como un acto de merecido homenaje quiero mencionar el nombre de esas personas con afecto y reconocimiento sincero, aunque la memoria pueda traicionarme con algunas omisiones, lo intentaré: Rufina Rodríguez, Elida Rosa Sabillón, Bella Gracia Cardona Vallecillo, Santana Fernández, Elsa victoria de Castillo, Miriam Magdalena Merino Villanueva, Liliam Marina Garay, Eda Rubia Márquez Coto, Lidia Angélica Martínez, Arcadia Peña de Fernández, Adalid Enamorado Sabillón, Blanca Rosa Romero Pego, Tomasa Pedroza, Pabla Hernández Tabora, Nicolasa Va144

A/E. Florentina Rodríguez Teruel (q.D.g.).

Formó parte del primer equipo de enfermeras que laboraron para el hospital Santa Bárbara, tuvo el infortunio de infectarse con la bacteria que produce la fiebre tifoidea. Falleció en septiembre de 1958 en la plenitud de su vida.

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Primera promoción descentralizada de auxiliares de enfermería del hospital Santa Bárbara integrado.

A/E. René Arturo Enamorado Romero.

El niño enfermero que dedicó toda su vida al ejercicio de esta noble profesión, se inició en el hospital de Santa Bárbara y culminó su carrera en el IHSS de la ciudad de Tegucigalpa.

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Estudiantes de enfermería del Cerarh-Norte en actuación teatral.

Leticia Sandoval Pinto (Virgen María) Carlos Ramón Rosa Delgado (San José) Igna Laboriel (Rey mago) 148

lle, María de Jesús Caballero Interiano, María del Carmen Reyes, Sonia Isabel Rivera, Zoila Marina Baide, Mirna Margarita Caballero, Marta Herminia Nuila, Hermelinda Paz, Marta Caballero Baide, María Elda Barahona, Mélida Esperanza López Alcerro, Marta Danelia Rosa Figueroa, Estela Rodríguez Sabillón, Irma Aracely Medina, Erlin Muñoz Delcid, Ana Rosa Argeñal Fernández, Merlin Casaña Caballero, Leslie Barrera Arriaga, Marta Enamorado, María Elena Maradiaga Rosales. Mujercitas encantadoras –como las he nombrado siempre- con sus atuendos completamente blancos y coronados con su cofia, son el símbolo de la pureza y servicio a la humanidad.

También los hay varones que lucen con todo mérito su fistol en la solapa, ellos realizan con abnegación labores especializadas que no se pueden pagar con ninguna moneda: Hernán Ayala Guzmán, Carlos Ramón Rosa Delgado, Cándido Ramos Milla, Juan Hernández, René Arturo Enamorado Romero, Erlindo Vásquez, Luis Humberto Teruel, José Arnold Mazariegos Villanueva, Gabriel Paz, Hildo Israel paz, David Osmundo Márquez, Francisco Javier Barahona, José Ángel Caballero.

Mi experiencia como trabajador en el hospital de Santa Bárbara llenó mis expectativas humanistas, ya para entonces, la institución obtuvo la categoría de Centro Hospitalario de Área (CHA) y la atención ambulatoria estaba integrada.

El sentimiento patriótico y humanista que inspiraba a los servidores públicos entonces, se manifestaba en el quehacer cotidiano y la institucionalidad. La estructura geográfica, epidemiológica y administrativa de la secretaría de salud, estaba entonces organizada por regiones, áreas y sectores; esto facilitaba la accesibilidad tanto para el suministro de insumos como para la atención oportuna de la población demandante, el

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sistema de referencia y contrareferencia en los diferentes niveles de atención era muy respetado.

Participé activamente en las jornadas de vacunación y promoción de la salud que se realizaban de manera permanente, acompañé a las licenciadas en enfermería hasta la vivienda más lejana para hacer la entrega del paquete básico. Las primeras enfermeras profesionales que llegaron al hospital: Daysi de Segura, Judith Galindo, Reyna de Avelar, Jesica Paz, Rosario Peña Quintana, Cándida Rosa Erazo Castillo, Himara Espinoza Urquía, Nilda Cilia Rivera Aguilar, Alma Olimpia Varela Baide.

Mención especial para el programa de la detección y tratamiento oportuno de la tuberculosis. Para la auxiliar de enfermería Adalid Enamorado Sabillón este programa constituía un apostolado, ella hacía visitas domiciliarias a sus pacientes en aras de logar el cumplimiento satisfactorio del esquema de tratamiento. ¡Cuántas vidas salvó esa mujer bondadosa!

De la primera promoción de auxiliares de enfermería graduadas en 1977 específicamente para dar asistencia en el hospital de Santa Bárbara, tuve el privilegio de entrevistar a la señora Rufina Rodríguez Teruel, quien me compartió su experiencia laboral al servicio de la institución que ella vio surgir y a la cual le dedicó su adolescencia y juventud. Me describió la rutina de un fin de semana en el servicio de emergencia hospitalaria: dice que la guardia médica de fin de semana era atendida por un médico general o en servicio social, quien recibía turno desde el viernes a las 3 de la tarde y lo entregaba el lunes a las siete de la mañana. Ellos tenían una habitación especial donde pernoctaban y generalmente atendían por llamado. (el cuarto de los médicos) En cierta ocasión, llevaron a la sala de urgencias del hospital al joven Plácido Barahona quien presentaba herida en su 150

tórax producida por arma de fuego, su condición era de gravedad, por lo que ameritaba efectuar un procedimiento de manera oportuna para evitar que su propia sangre lo asfixiara.

Cuando el médico llegó para hacerse cargo, yo tenía estabilizado al paciente y preparado para llevarlo al quirófano. Plácido siempre me recordaba: “usted me salvó la vida”.

La formación científica y espiritual de la enfermera es sometida a prueba a cada momento, es la primera muestra de cariño y también la última que un paciente recuerda durante su permanencia en un hospital.

De tanto escuchar a los pacientes que eran referidos para otro nivel de atención nacional, San Pedro Sula o Tegucigalpa, comprendí la dimensión del trauma emocional que sufre un compatriota debido a los múltiples factores que implica un traslado de esa naturaleza: económicos, seguridad, desarraigo, incertidumbre; cuánto añora un santabarbarense la calidez de su hospital cuando se encuentra lejos y con la salud quebrantada.

Surge entonces la expresión convertida en ideal: ¡Salvemos nuestro hospital público, es la única esperanza para el pobre!

A/E. Rufina Rodríguez Teruel recibiendo su título.

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SITRAMEDHYS “Luchamos hoy, para vivir mañana” Nuestro país Honduras, desde octubre de 1963 retomó la senda de los gobiernos militares según consta en mis recuerdos, hasta que el 20 de abril de 1980 retornó a la institucionalidad con la elección a una Asamblea Nacional Constituyente convocada por el general Policarpo Paz García en su condición de gobernante.

A partir de entonces podemos hacernos la idea que en Honduras se gobierna con democracia. El presente enfoque lo situaré en el marco histórico de las últimas dos décadas del siglo recién pasado (1980-2000).

Mis primeros pinitos en la lucha sindical los realicé como militante de la seccional N° 3 del Sitramedhys con sede en Santa Bárbara. Esta seccional aglutina a los trabajadores del Hospital Integrado y también a quienes laboran en las unidades de salud del ámbito departamental.

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Mi afiliación en Sitramedhys data desde 1980. Dos años después ya estábamos involucrados en una huelga a nivel nacional que se generó aquí en Santa Bárbara. El régimen liberal del presidente Roberto Suazo Córdova39 inició su mandato presidencial despidiendo a los compañeros Saúl Castellanos Rápalo, Felipe Armando Aguilera, Nelson Aroldo Rodríguez y José Benjamín Orellana Madrid.

Las huelgas en Honduras habían entrado en receso durante los gobiernos militares, un contrasentido si comparamos los interminables conflictos laborales que se suscitaron en nuestro país bajo el imperio constitucional. Tomando en cuenta lo anterior, el despido de los trabajadores de la salud en Santa Bárbara cayó como balde de agua fría sobre la humanidad de los dirigentes de las centrales obreras.

Recuerdo que le solicitamos audiencia a los dirigentes de la FESITRANH (Federación de Sindicatos de Trabajadores Nacionales de Honduras) con sede en San Pedro Sula. En esa reunión también estuvo presente el señor Francisco Guerrero en representación de la CTH (Confederación de Trabajadores de Honduras).

El rostro de aquellos jerarcas sindicales era el fiel retrato de quien despierta de un apacible sueño para enfrentarse a una realidad hostil, no lo podían creer. Nos solicitaban más tiempo para ellos hacer las gestiones a nivel gubernamental, pero esa opción ya se había agotado, la negativa del régimen era irreversible. En definitiva, la presión a la que fueron sometidos los dirigentes de las centrales obreras no les permitió seguir buscando evasivas, la huelga fue decretada en ese mismo lugar.

39

Primer presidente constitucional de Honduras conforme a la constitución de Honduras de 1982, entre el 27 de enero de 19882 y el 27 de enero de 1986.

Wikipedia. 26 de julio de 1966.

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“Nos movilizamos hoy, o el sindicalismo muere” La junta directiva central del Sitramedhys la presidia el compañero Juan Ramón Lozano. Cuando ya estábamos por retirarnos de las oficinas de la federación una duda llegó a mi mente, y para satisfacer mi inquietud acudí al señor Guerrero a quien le hice la siguiente interrogante: -Compañero, y las armas que vamos a usar ¿cuándo las van a entregar? Don Francisco Guerrero celebró muy divertido aquella ingenuidad de mi parte, y con enfático acento irónico me respondió: “busque como ensebarse el lomo compañero, aquí no hay armas” ¿Qué significó entonces decretar aquella huelga? De inmediato la CTH libró comunicación a las organizaciones sindicales a nivel nacional, quienes acataron disciplinadamente el mandato y la economía del país quedó paralizada. Semejante nivel de presión no estaba previsto en la agenda del régimen, la solidaridad de los trabajadores hondureños era una verdadera fortaleza.

Durante los años siguientes hasta 1990, el conflicto sindical estuvo motivado por dos detonantes, el interés partidario por satisfacer su clientelismo y la doctrina de la seguridad nacional.

Segunda década 1990-2000. A partir de este momento la motivación detonante del conflicto adquirió un nuevo giro. Siempre persistió la satisfacción del clientelismo, pero un nuevo fenómeno había irrumpido en el escenario mundial, el fin de la guerra fría.

La distensión ideológica producto de la “Perestroika” le permitió al sistema cargar sus pulmones con aire fresco, sacó de su manga el as que guardaba tímidamente y lo lanzó sobre la mesa de juego con vehemencia reprimida, el “Neoliberalismo”.

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El gobierno del licenciado Rafael Leonardo Callejas Romero se instaló el 27 de enero 1990, una nueva ronda del conflicto laboral comienza y, muy fuerte. Recuerdo una mañana que militarizaron las instalaciones del hospital de Santa Bárbara, llegó a buscarme muy nervioso el compañero Lelis Leiva Enamorado para alertarme con la noticia. ¡Póngase aguja distra, vienen los soldados!

El compañero Levy René Madrid cayó en el río Cececapa, en su intento de hacer la escapada hacia el barrio El Junquillo.

Los trabajadores que estábamos movilizados fuimos a concentrarnos al salón que sirve de comedor y optamos por declararnos en asamblea permanente. Ante la insistencia de las autoridades de aplicarnos la ley por abandono del puesto de trabajo, nuestro argumento defensivo fue lo que originó las “asambleas informativas” a nivel nacional.

El periodista Carlos Alberto Interiano dirigía el programa de Foros y debates en la radioemisora Ondas del Ulúa. Fuimos invitados para participar en un debate donde se analizarían los aspectos legales en relación a los despidos masivos de trabajadores, y comprender los alcances del paquete de reformas conocido como “Decreto Ley 18-90 del Ordenamiento Estructural de la Economía”.

En representación de la Coordinadora Cívica de Organizaciones Populares participamos: Luis Alonso Aguilar Chacón y el licenciado in fíeri Mauricio Mateo, (Sitramedhys y Sitraina respectivamente) El doctor Carlos de Jesús Interiano Rodríguez fue el panelista asignado por el partido de gobierno como su contraparte. El público radioescucha hizo llamadas telefónicas para plantear sus inquietudes o hacerle barra a su panelista preferido, la siguiente llamada quedó registrada para la historia.

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“Lo compadezco doctor, por haberse ido a meter a esa jaula de tigres” El impacto que tuvo aquel debate fue extraordinario, el pueblo necesitaba entender hasta donde nos pretende llevar un modelo económico que se nos presenta en un envoltorio muy bonito y adornado con frases del más rebuscado tecnicismo. La simpatía generada en aquella presentación, nos permitió plantear la lucha junto a la población para hacerle frente a la escalada privatizadora.

Un aspecto determinante para que el movimiento sindical aún se mantenga de pie, ha sido la solidaridad internacional. Quiero referirme a la gira que realizó por Europa y algunos países de Asia el presidente del Sitramedhys y posterior líder Garífuna Céleo Álvarez Casildo. Él fue invitado por el Parlamento inglés para que expusiera sobre los atropellos en contra de los trabajadores hondureños. Como resultado de esta gira, el gobierno hondureño recibió muchos reclamos por parte de la comunidad internacional, sindicándolo por violación reiterada a los derechos humanos. Céleo fue despedido como empleado de la Secretaría de Salud.

El Sitramedhys es un sindicato de clase que encarna el sufrimiento del pueblo hondureño. Su membresía vive a diario las penurias y el conflicto emocional que enfrenta un hermano hondureño cuando llega al centro asistencial debatiéndose entre la vida y la muerte, sin contar apenas, con los medios económicos para pagar la cuota de recuperación. -Lo demás usted ya lo conoceAlguien me pidió que mencionara, aunque sea una acción del sindicato que beneficie al pueblo. Acaso los hechos no predican por sí solos, o habrá que esperar a que las piedras hablen.

Los fines y objetivos del sindicato están inspirados en el noble principio de la solidaridad, pensar y actuar más en función del pueblo y la protección de la vida. Sus afiliados lo saben y también así lo practican, esa es la 156

razón por la que el pueblo hondureño simpatiza con las luchas del Sitramedhys.

“Promover el respeto a la vida, la naturaleza, la dignidad del trabajador y la defensa fundamental de los derechos humanos”40 Al escribir las memorias de una seccional tan importante como la tres del Sitramedhys, se hace imprescindible mencionar el nombre de sus actores más destacados: Marlon Roberto Rodríguez Madrid. Su accionar semejante al volcán en permanente estado de erupción, diseñaba estrategias y propuestas innovadoras enfocadas siempre en beneficiar a la sociedad.

Leonel Patrocinio Enamorado y José Teófilo Leiva Perdomo. Eran el mismito pensamiento convertido en acción.

Alba Adriana Vásquez. Rugía como los vientos, su enérgica propuesta siempre calentaba el debate.

Alfonzo Humberto Rodríguez. Su oratoria fogosa, pensamiento diáfano y sensibilidad social, lo convertía en el líder que siempre nos hacía falta.

La siguiente anécdota es el fiel reflejo del cumplimiento de objetivos que marca la ruta del Sitramedhys: se encontraba hospitalizado un paciente con heridas complicadas en ambas piernas debido a un accidente laboral, él laboraba para un aserradero que tenía su plantel de operaciones en el municipio de Atima, Santa Bárbara. Su condición de pobreza no le permitía financiar el traslado para otro nivel de atención especializada, y esa era la única alternativa para salvar sus miembros inferiores. Nosotros actuábamos sobre la marcha sin atenernos a las formalidades protocolarias a que nos tiene acostumbrado el burocratismo, y 40

Declaración de fines y principios del Sitramedhys No.25.

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afectamos de inmediato el fondo sindical que habíamos creado para socorrer a los pacientes. Marlon Roberto se hizo cargo del urgente traslado hacia el hospital regional “Mario Catarino Rivas” de San Pedro Sula.

Habían transcurrido ya varios años a partir del referido suceso, y el Sitramedhys estaba enfrentado al mayor de los conflictos para evitar la privatización de los servicios públicos. Aunque el pabellón nacional estaba desplegado enfrente del portón principal, no significó impedimento para que las instalaciones hospitalarias fueran militarizadas. Pero el pueblo acompañaba de manera solidaria, y desde aquella marejada humana se escuchó una voz que hizo callar a la multitud: “Adelante compañeros Sitramedhys, la salud es un derecho inalienable. Debemos defenderlo hoy, ¡o lo perderemos para siempre!”

Quien pronunciaba aquel enérgico discurso denotaba convicción en su palabra, era el obrero de la industria de la madera con sus piernas completamente saludables.

Había llegado para solidarizarse con los trabajadores de la industria de la salud.

Aquel movimiento por la defensa del servicio público en Honduras fue todo un éxito. Si hacemos la comparación como si de un partido de fútbol se tratara, podemos decir que han finalizado ya los primeros 45 minutos. No se sabe cuándo el sistema intentará jugar la segunda parte del encuentro, solamente nos queda esperar con optimismo el congruente accionar del Sitramedhys y del pueblo hondureño.

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¿Qué tan cerca estamos de Dios?

“La solidaridad es la ternura de los pueblos” Gioconda Belly41 Las complicaciones de la vida moderna nos mantienen atrapados en un quehacer azaroso e interminable, de tal manera, que nos olvidamos de los detalles edificantes del mundo espiritual.

Cuántas veces he transitado por ese mismo lugar. Únicamente me he detenido para disfrutar del bonito paisaje que ofrece aquel edificio, construido al pie de la montaña y muy próximo al río Ulúa. Esa edificación es la obra de amor de un grupo de cristianos que hicieron propias las penas y abandono que sufren personas de la tercera edad, les construyeron un hogar donde las cabecitas blancas disfrutan del calor y protección que les brindan manos bondadosas. Ese hogar lleva el nombre de “El Buen Samaritano” y está en la jurisdicción de Inguaya, Santa Bárbara.

Es domingo 7 de abril del año 2019, mi familia hace preparativos para realizar una visita puertas adentro del edificio que ya les he descrito. Desde Suiza, la señora Lila Ivonne Pineda de Provost ha sugerido cumplir con tal actividad y la estamos llevando a cabo con gran entusiasmo.

Ya nos acercamos al lugar y desde aquí percibimos las notas musicales entonadas por una marimba. ¿Cuál Chapinlandia?42 -se escucha en tono despectivoestamos en presencia de la famosa orquesta El Puente Roto ejecutada magistralmente por el solista Caín.

También hay otro artista que se incorpora al concierto haciendo sonar su concertina y, ¡se armó el baile señores!

41 42

Escritora y poeta nicaragüense Legendaria marimba guatemalteca.

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Aquel edificio es actualmente el hogar para 26 ancianas y ancianos quienes, debido a circunstancias especiales de desarraigo familiar, han tenido que compartir el ocaso de su vida en un ambiente común.

Dentro de esos muros es posible percibir la presencia divina manifestándose a través de ángeles sin alas.

Aquel personal, fieles discípulas de la Madre Teresa, dedican su mejor atención para devolverles a esas personas de la tercera edad, la alegría de seguir viviendo.

Escuchemos las vivencias y los sueños que aún perduran en esas almas, quienes no pierden la oportunidad para echar a volar sus ilusiones: “Tengo noventa años y cuánto desearía que usted fuera mi hija” Son las palabras emocionadas de una dama quien está bailando alegremente con mi hija Brenda.

Ajeno al ambiente festivo y con su pensamiento perdido en un pasado feliz, don Feliciano nos confía sus secretos: “No tengo familiares que me vengan a visitar, pero aquí vivo feliz escuchando música en este aparato de radio que me regalaron” Bien pintadita y con sus uñas arregladas con mucho esmero, doña Jacinta espera todos los días la llegada de su prometido. Cuando escucha llegar algún automóvil no puede contener el suspiro de la nostalgia, luego pronuncia quedamente: “Él vendrá a buscarme para estar junto a mí, de eso estoy segura” Don Lorenzo le pregunta a Martha María “¿Qué tal estuvo la Semana Santa?”

Al enterarse que esa fecha aún no ha llegado, él simplemente dice: “aquí se pierde la noción del tiempo”

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Cuando mis familiares preguntaron a las personas encargadas del hogar, a qué hora sirven la merienda, alguien respondió desde un dormitorio cercano.

“A veces no tenemos nada” Es entonces cuando llega a mi mente la contestación a mi pregunta. ¡Qué tan cerca estamos de Dios!

Todos tenemos algo para compartir: nuestra presencia, la conversación, la alegría; otros han de poseer bienes para hacerles donativos materiales. Esas hermanas y hermanos solamente pueden acariciar sus recuerdos y aferrarse a las ilusiones que ningún ser humano ha de perder mientras tenga vida.

Siento el imperativo de inclinar mi rostro y colocar el sombrero contra mi pecho. Quiero rogar bendiciones para ese grupo de damas y caballeros que impulsaron tan maravilloso proyecto “El Buen Samaritano”.

Conozco la identidad de sus miembros, pero también conozco la grandeza de su alma. No perdonarían mi osadía si me atrevo a mencionar sus nombres.

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El Retrato El artista preparó sus materiales y se dispuso a pintar: pinceles, acuarelas y caballete; luego de llenar sus pulmones con aire fresco, musitó la siguiente frase mientras sonreía de felicidad: “escribiré la obra más hermosa de mi vida, pintándote” Cuando la tarde llegó con el ocaso, aquel paisaje extraordinario estaba terminado y me hizo suspirar.

Intentaré escribirlo dije al artista, aunque tenga que ocupar más de una página.

La calle solitaria se proyecta perpendicular a la línea del horizonte y sigue la misma trayectoria en la que se desplazan los astros en el firmamento. Mi casa se

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encuentra ubicada en el extremo oriental y desde ese lugar puedo observar la puesta del sol allá en la lejanía.

Aquella tarde de primavera toda parecía sonreír. De pronto apareciste tú y, el astro rey que estaba próximo a descender se quedó eclipsado. Desde ese momento he bebido de tu figura que me pareció llegar del cielo.

-Eso nunca podré olvidarloTu cuerpo quinceañero de andar gracioso, danzaba como espiga acariciada por el viento, aquel no fue un encuentro, tú llegaste.

Y de tu rostro finamente elaborado surgió para mí la primera sonrisa, plena de promesa.

La flecha del tiempo recorre por el espacio siempre en la misma dirección, marca nuestra existencia con momentos fugaces, inéditos, auténticos, irrepetibles. Si las leyes de la física deben cumplirse de manera inexorable, los extremos de nuestra trayectoria se juntarán algún día.

-Tengo plena convicción que te encontraré nuevamente-

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Cuarto de Milla La aldea se encuentra alarmada debido a la nube de humo negro y tóxico que emite aquella máquina infernal, los rayos del sol penetran tenuemente la masa oscura que se extiende como epidemia por la comunidad donde viven decenas de millones de habitantes. La prodigiosa habilidad de aquellos seres alados les permite mantenerse en vuelo y así, poder escapar hacia lugares más seguros donde refugiarse. La escapada la realizan masivamente en dirección del bosque húmedo circundante, un lugar aparentemente seguro.

Han transcurrido las horas con la lentitud aparente generada por la incertidumbre, la batalla ha sido desigual y no se sabe cuántos han resultado muertos o desaparecidos. Las sombras de la noche que ya cayeron sobre la aldea como un manto fúnebre, son el presagio de una catástrofe sin precedentes, será necesario esperar la luz del nuevo día para cuantificar los estragos.

De pronto, aparece una figura que describe maniobras acrobáticas en el aire y luego aterriza suavemente sobre mi brazo, es nada más y nada menos que el emblemático “Cuarto de milla”. Inmediatamente el audaz personaje comienza a poner las cosas en orden: concentra a las hembras que todavía permanecen en el lugar y las conduce con vuelo firme hacia los bosques aledaños; hace correr la voz para animar a los caídos y auxiliar a los afectados por los gases venenosos.

Cuarto de milla es el líder indiscutible de aquella comunidad donde goza del cariño y respeto de todos sus miembros. De él se dicen tantas cosas que lo han convertido en un personaje legendario: organiza olimpiadas donde los participantes compiten en velocidad, vuelo rasante y de altura; también en conocimientos de sobrevivencia. Las marcas personales que él ha impuesto nadie las ha podido superar: velocidad de crucero superior a los dos mil quinientos 164

centímetros/hora; altitud por encima de los novecientos centímetros del suelo y, distancias que superan los cuarenta mil centímetros sin hacer escalas. Por eso le llaman “Cuarto de milla. En cierta ocasión cuando volaba en medio de una tormenta, sufrió un accidente al chocar contra una gota de agua congelada, tan enorme, quizá del tamaño del iceberg que provocó el hundimiento del Titanic.

Tuve la oportunidad de hacer amistad con aquel extraordinario personaje. Discutimos también la posibilidad de utilizar las técnicas desarrolladas por el género Aedes aegypti, -al cual pertenece “Cuarto de milla”- para reproducirlas de manera automatizada en la toma de muestras hematológicas en los laboratorios de la especie humana. Cuánto beneficio resultaría de extraer muestras de sangre de manera invisible, sin dolor ni torniquete y aplicando un sólo pinchazo.

-Los niños serían felicesPresencié una capacitación de rutina que organizó mí amigo Aedes aegypti. Los participantes demostraron disciplina y espíritu de trabajo mientras realizaban sus entrenamientos: Con su vuelo temerario de movimientos impredecibles, lograban esquivar las manos artificiales que aplaudían amenazantes; también se burlaban de las raquetas eléctricas y de las termonebulizaciones esporádicas.

-Esas casi nunca llegan a la aldeaPero, la amenaza más temida por aquella población voladora, es cuando los humanos eliminan los criaderos donde ellas desovan. Eso sí que los pone nerviosos, lo consideran el mayor riesgo para la supervivencia.

El catedrático despide a sus alumnos recordándoles de manera enfática la siguiente cita del texto sagrado: <<Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla>> (Gn 1,28)

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Los insectos son una clase de animales invertebrados del filo de los artrópodos. Potencialmente, representarían más del 90% de las formas de vida del planeta.43 Por un momento mis pensamientos me transportaron a un estado de concentración absoluta, cuarto de milla muy asustado hizo pasar sus antenas y patas enfrente de mis ojos con la intención de despertarme, luego me dijo: “¿Qué te sucede amigo? estás convertido en estatua viviente”.

Mi amigo el mosquito ni siquiera sospechaba el alcance de mis elucubraciones: estoy en presencia del animal más letal del mundo, -dije en mi mentesolamente la raza humana tienen la capacidad de competir con ellos en la industria de la muerte. A lo largo de la historia esos insignificantes insectos han enviado al país de la parca la codiciada cifra de 108,000 millones de personas, mientras que los humanos se han conformado apenas con el 48% de esa estimación.

Cuando la maquinaria de muerte que poseen las 2,500 especies de mosquitos entra en acción, tiemblan hasta los más atroces imperios de la humanidad: Alejandro Magno, rey de Macedonia y Alarico I, rey de los visigodos; ambos murieron infectados por la malaria 44.

También el despiadado Atila conocido como “El Azote de Dios”, dobló rodillas ante el ejército del general Anopheles en las tierras pantanosas cercanas al río Po.45

43

Wikipedia.

Wikipedia.

45 THE CONVERSATION. Academic rigor, journalistic.

44

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CUARTA PARTE Autores Invitados

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Introducción “Lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano” Sir Isaac Newton Cuánto conocimiento continúa inédito a la espera de una oportunidad para expresarse. No todo está dicho en el mundo, hay tanto por descubrir.

Esta sección fue pensada para que sirva a los autores que ya tienen preparado su trabajo y lo desean expresar al mundo.

La correcta aplicación de las reglas de ortografía, gramaticales e ideas expresadas, son responsabilidad exclusiva de ellos.

El autor.

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20 Centavos

Los que nacimos en los 70’s pudimos conocer el poder de veinte centavos. De niño recuerdo era más que suficiente. En una pulpería cercana podía comprar varias cosas, o chucherías. Los veinte centavos era el límite, la moneda que la superaba en valor era la de cincuenta centavos y, para lograrla, requería un evento especial o bien cuando te la regalaba algún pariente lejano y pudiente. En los ochentas, cuando viví los años de escuela, eran los veinte centavos lo que se miraba más en la caseta de doña Mima, nunca supe su verdadero nombre, pero si su eterna sonrisa para vender. La CocaCola la vendía a dos monedas de veinte centavos, los churritos a cinco centavos, la papa cocida, y luego frita, con repollo encima a treinta y cinco creo, y hasta ahí recuerdo. La caseta estaba al fondo del pasillo, al lado norte.

Como muy poco viajaba en transporte público no recuerdo muy bien cuando era su valor en esos años de los ochentas, pero ya en mi tiempo de colegio secundario con esa moneda de veinte centavos me llevaba el bus desde una terminal a la otra. En mi caso que tomaba el bus en la terminal de la Miraflores, podía ir hasta dos terminales posibles, una la de Loarque, 169

cerca de donde mi tía Pina vivía, y la otra en Carrizal.

La ruta que mayor uso tuve fue la de Miraflores-Carrizal pues cerca de esa terminal está el instituto de educación secundaria donde me formé como técnico en refrigeración. Eran unos catorce kilómetros el recorrido con los veinte centavos. Suena barato y así era. En ese tiempo el tráfico que hoy se mira no existía, mucha gente viajaba en bus y por ello era de mayor rentabilidad, el costo de diésel era como de dos lempiras con cuarenta centavos (en esos años ochenta), o sea, que con doce pasajeros el bus pagaba un galón de diésel. Las mayores dificultades que un conductor con su cobrador podían tener era la de cambiar una llanta, que muy raro sucedía, o bien detener el bus en un bordillo o pared porque sus frenos le fallaban (esto lo viví en un bus que lo hizo con la pared de la jardinera de la gasolinera Esso que estaba frente al Centro Comercial Centro América, ahí por las oficinas de Hondutel frente a Emisoras Unidas).

Durante mi tiempo de universidad todavía pagué veinte centavos para transportarme en el transporte público, en ese tiempo tenía que tomar dos buses de ida, uno que me llevaba de Miraflores a Infop, Plaza Miraflores o Emisoras Unidas -según la hora y conveniencia para llegar temprano- y el otro que era el que llegaba a la universidad. Como iba por las mañanas y por las noches, requería ocho monedas de veinte centavos por día, no llevaba más que el dinero para el bus. En una ocasión me di cuenta que ni para eso tenía, me bajé y fui de regreso a buscar a alguien que me prestara en la facultad de arquitectura, donde inicié mis estudios, con la suerte de encontrarme a un compañero en la estación a quien le pedí y de muy buena voluntad me pagó el pasaje de veinte centavos.

Monedas de veinte centavos, con algunas de cincuenta que recibía como regalos, son las que caían en unas 170

alcancías de barro y, permanecían ahí para posponer el consumo de artículos con mayor valor. Crecí dando un valor considerable a los veinte centavos, hoy es poco uso que hago de esas monedas por utilizar otras formas de pago, pero sí tengo recuerdos de su uso y, aunque no fui yo quien viví los momentos en que tuvo mayor valor, supe que así fue en generaciones anteriores a la mía. De veinte en veinte centavos me transporté hasta lograr completar la educación universitaria, aunque muchos años antes, pudo haber sido una sola moneda la que aseguró que yo naciera y tuviera una vida con lo necesario para salir adelante.

Ya con muchos años en mi haber, escuché a don Pedro, -como mamá le dice a papá- (diré papá en lugar de mi papá, que suena muy posesivo) contar una brevísima historia de cuando vino a Tegucigalpa para entrar al seminario diocesano y formarse para ser sacerdote. Vino a dejarlo su abuelo Tomás Euceda, el papá de Teresa Euceda, única abuela a quien yo pude conocer. Tomás estaba casado con Maclovia Zelaya, vivían en el municipio de Reitoca, por el cerro de “Justina”, y fue ahí donde mi abuela Teresa nació y creció junto a su única hermana Josefa. En esos tiempos no era común una familia con tan solo dos vástagos, alguna causa muy natural fue lo que originó ese control natal.

Mi abuela Teresa contrajo matrimonio con Herminio Ramírez, ellos tuvieron la dicha de sacar adelante a cinco mujeres y tres varones, uno de ellos es papá. La casa de Tomás estaba hacia el sudoeste a unos tres kilómetros de camino a pie, o en “bestia” (caballo, burro, mula) de la pequeña ciudad de Reitoca, a la que visitaban reiteradamente para intercambiar bienes que ellos producían, por otros que requerían adquirir. Al casarse mi abuela se mudó a la otra pequeña ciudad de Curaren, pues cerca de ahí, en Los Llanos de Mandastá, 171

a cinco kilómetros al sur, Herminio tenía las tierras que trabajaba. Con el tiempo, y para cuidar de cerca las siembras, Herminio trasladaría a toda su familia hasta Mandastá. Así fue como conocí el nombre de ese lugar, tuvo que haber sido en 1980.

Cuando visité Mandastá por primera vez recuerdo que no teníamos clases por una huelga del magisterio, Pablo, hermano mayor, seguro estaba en primer grado, yo en kínder. Ese viaje quedó en mi mente por la gran aventura que representó. El viaje fue en una “baronesa” -camión con estructura de madera para llevar pasajerosse tomaba por el mercado San Isidro, cerca del Cementerio General y por donde la quebrada El Sapo revienta el embaulado cuando se carga de toda el agua que baja del barrio Los Profesores. No recuerdo quien nos llevó a tomar el bus, pero si recuerdo la mucha gente que iba al mercado y los anteojos oscuros de plástico que papá compró para Pablo y yo.

El camino de tierra que comienza desde La Venta es terrible aún hoy en día, en ese momento fue la aventura lo que se vivió y, como niño (5 años) recuerdo muy poco de todos los detalles. Los viajes a Mandastá siguieron y de esos otros tengo mayores recuerdos, como el dormir en la casa de la madrina de bautizo de papá en Curaren, quien tenía un hijo que se hizo sacerdote igual que papá, Alejandrino Munguía. El caminar o ir en “bestia” hacia los llanos; dormir en cama de cabuya con petate (manta rígida hecha con planta llamada tule); ver las casas iluminadas con ocote; comer tortillas hechas al momento por mis tías (Julia y Juana) o alguna prima joven (Estela, Bertina, Norma); el fogón para cocinar, los animales de corral, la cuajada recién hecha en la mañana y lista cuando ya nos levantábamos y las caminatas para conocer los riachuelos cercanos.

Claro está, que lo que mayor impresión dejó la primera visita, fue el saber que las necesidades evacuatorias 172

humanas se hacían al aire libre y había que tener cuidado con los cerdos para evitar que nos tumbaran.

En Los Llanos de Mandastá fue donde papá creció y disfrutó su infancia, pero cuando ya cumplió los doce años de edad, su abuelo Tomás lo llevó a Tegucigalpa.

Papá recuerda haber vivido en Curaren, pero en Mandastá fue donde tuvo su última residencia de niño.

En ambos lugares tuvo una niñez muy feliz y, sin duda lo fue, porque como padre ha sido muy paciente con los que crecimos con él, mis dos hermanos, Pablo y David, y yo.

Desde Mandastá visitaba a su abuelo Tomás por el cerro Justina, un recorrido de siete kilómetros por cerros escarpados, papá dice que disfrutaba muchísimo por lo natural y libre del entorno, sin cercos y con frutas en tiempos de lluvia. A él le gustaba visitar a su abuelo porque dice era muy sabio, durante los días que permanecía en su casa pudo acompañar a él, y a su abuela Maclovia, a los oficios religiosos en Reitoca. Las personas responsables de ejercer autoridad en el pequeño pueblo, se acercaban a don Tomás para pedirle consejos. “Siempre iba bien vestido: de saco, pantalón, faja, zapatos”. Una de las cosas que cuenta papá acerca de su abuelo, era su respeto y devoción a lo divino.

Recuerda cómo en una mañana muy temprana, vio a su abuelo en el corredor, vestido formalmente y con su rostro de frente a la aurora del día; tenía sus ojos cerrados, sus manos juntas a la altura del pecho y en total silencio, estaba entregado a la oración. Quizás esta influencia que recibió de su abuelo fue la que fortaleció su confianza en emprender el viaje para convertirse en religioso.

De la hermana de mi abuela, tía de papá, poco o nada supe. Solo un recuerdo tengo para compartir y que fue soltado por papá en uno de sus momentos emotivos cuando habla de su vida hace setenta años. Tomás, el 173

abuelo amado de papá, fue quien lo trajo a Tegucigalpa y venía con alguien más, un primo, hijo de la tía de papá. A lo mejor vinieron otras personas, pero eso tiene alguien que preguntárselo a él, yo sólo escucho y trato de escribir algo para que otros sepan. Al llegar al seminario donde tendría su nueva vida, la despedida pudo haber sido emotiva como es de esperar, papá sólo tenía doce años, pero algo de esa despedida es lo que papá guarda en sus recuerdos, y que únicamente lo he escuchado decir una sola vez. Es que su primo, al momento en que Tomás estaba hablando con quien lo recibía en el seminario, le llamó aparte y de una de sus bolsas del pantalón sacó veinte centavos y se los entregó, luego le dijo: “primo, acá tiene”. ¿Cuánto vale para ti hoy esos veinte centavos de lempira?, quizás muy poco, pero en 1948 esos veinte centavos era una gran cantidad de dinero que, en un poblado remoto, todavía hoy, solo lo miraban unos pocos. A mí, veinte centavos me llevaban a la universidad, pero quizá para papá significó una motivación para superar la soledad de estar lejos de familia, vivir encerrado, sobrellevar miradas discriminatorias. Veinte centavos fueron sin duda algo más que marcó un camino para que exista Lina, Raúl, Pablo, Pedro, David y todos los que devinieron de ellos.

Muchos ¿verdad?

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Foto tomada al momento de diaconado. Pudo haber sido por 1956. De Izquierda a derecha, Amílcar Ramírez (hermano), Teresa Euceda (madre), Pedro Ramírez (don Pedro), Herminio Ramírez (Padre), Tomás Euceda (tío), sin identificar. _________*__________ La autoría de este relato corresponde al ingeniero Pedro Pablo Ramírez Carias. Describe la historia de una ejemplar familia impregnada por el sentimiento cristiano, que fundó sus raíces en el área rural del departamento de Francisco Morazán y logró salir adelante por el mérito de su esfuerzo.

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Lo teníamos y ahora ¿qué?

El Dr. H. Spencer Lewis narra en su libro Mil años pasados, acerca de un viaje en retrospectiva al pasado de nuestra vida individual. “Podrá o no creerse en la sorprendente teoría de la continuada individualidad. Podrán o no rechazarse las probabilidades de la reencarnación; pero lo que no es posible rechazar en absoluto es la evidente integridad del archivo de la memoria”.

Hago un recuento de los años de mi existencia, ahora siento nostalgia por la falta de muchas cosas bellas e interesantes que teníamos en nuestra querida y amada Santa Bárbara. La causa de esta nostalgia no es tanto por lo que ya no tenemos, más bien es un sentimiento de culpa compartida, hemos permanecido indiferentes al permitir abusos en el aprovechamiento de los recursos naturales e irrespeto a las normas de convivencia saludable. ¿Qué le hemos hecho a la naturaleza? Las crecidas extraordinarias de los ríos Cececapa y Cancique nos producían sentimientos de esperanza y prosperidad, en cambio ahora; son presagio de incertidumbre y destrucción. Casi todos los días acudíamos durante las horas de recreo en nuestras escuelas, a darnos un chapuzón en las profundas y cristalinas aguas de balnearios naturales que llamábamos pozas: la esquina, la peña, las trancas, la sirena y otras más que se me escapan sus nombres; ya del creciente río solamente quedan las piedras humedecidas por un caudal que languidece, y que nos hace suspirar por tantos recuerdos bonitos. Privilegiadas son las ciudades que tienen la fortuna de contar en su periferia con un río de aguas refrescantes y en ambiente natural.

Y de aquellas cosechas de mangos ¡qué me dicen!, todos disfrutábamos de esa fruta singular, 176

recogíamos en abundancia de cada árbol que se encontraba en las orillas de este hermoso río. En lenguaje figurado, aquel paraíso natural sólo descansaba en el período de la Semana Santa, pues nadie acudía a él por el temor de convertirse en sirena o pez. Mis recuerdos me llevan al frondoso árbol de jobo que producía deliciosos frutos agridulces de color amarillo, y que también servía de soporte para tender los cables de la hamaca que conducía a la propiedad que ahora es conocida como La Torre. Antiguamente, ese paradisíaco lugar perteneció al ciudadano de origen costarricense don Ricardo Fernández, quien instaló una planta de energía eléctrica cuyos motores eran movidos por energía hidráulica. El agua era conducida desde la poza de las trancas a través de un canal de concreto cuya profundidad era muy significativa y, cuando ya quedaron abandonas esas instalaciones, ese canal fue utilizado como balneario. En la trayectoria del río Cececapa hay muchos balnearios y paisajes encantadores. Muy cerca de las instalaciones del hospital integrado se encuentra el puente zinc, (construido a finales del siglo XIX y que en su estructura tenía una galera techada con láminas de ese material) y las otrora turbulentas aguas de la quebrada la Cataquila, donde mi apreciada madre acudía los fines de semana juntamente con sus amigas a lavar la ropa de toda la gente de nuestra casa.

Mi pensamiento elabora un recorrido por el centro de nuestra ciudad y, aunque dicen que la mente ve lo que quiere ver; lo que estoy viendo es extraído del cofre de mi memoria. Soy yo, Victoriano, aquel niño de los pantaloncitos chingos con tirantes, el de los pies descalzos que de tanto caminar, su piel se ha hecho insensible al contacto con las piedras que 177

sirven de pavimento. En la calle conocida con el nombre de “La Paz”, se encontraban las instalaciones del famoso Cine Regis. Cuántos recuerdos imborrables pasan por mi mente, en esa sala de espectáculos fue donde conocí la pantalla gigante, donde íbamos a ver las más recientes películas mexicanas de Pedro Infante, Viruta y Capulina y otras más que nos llenaban de emoción; pero que nos costaba mucho pisto la entrada, diez centavos a galería y treinta centavos a palco. Yo para lograr el objetivo de poder entrar a ver la película, tenía que sustraer del nido de las gallinas de mi madre por lo menos una docena de huevos, los vendía en quince centavos y con el sobrante; compraba en la pulpería de don José Agosto Muñoz un confite que llamaban leche de burra. ¡Ah! qué deleite el que nos dábamos, y después, a escuchar la novela de Kalimán en el quiosco del parque central.

Ahora entiendo el porqué de los suspiros cargados de nostalgia, si lo que teníamos eran joyas muy valiosas: Naturaleza exuberante, plenitud de vida y convivencia social; solidaria, fraterna y de mutua confianza. _________*__________ Esta es una reflexión del Perito Mercantil Victoriano Tróchez. En ella queda plasmada la visión ecologista de un ciudadano ejemplar, que sueña con heredar a sus descendientes un mundo por lo menos semejante al que sus padres le ofrecieron a él.

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Feligresía católica de Santa Bárbara durante un evento social, acompañados por el sacerdote Domingo Ayala.

Juventud estudiantil Patepluma.

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Crías impostoras Este es un trabajo del autor invitado Servio Tulio Flores (padre) Hace unos veinticinco años, nos mudamos a nuestra propia casa. La misma fue construida sin ostentación en una superficie menor a un acre, rodeada por un bosque natural de nances y pinos a las afueras de la ciudad. Aquel fue un momento pleno de felicidad porque esa fue la casa que siempre soñamos, y hablo en plural, porque se trata de un proyecto de familia.

También sembramos árboles frutales que progresaron con el tiempo. Frente al pórtico creció uno de mangos cuyas ramas caían bajas, era posible alcanzarlas desde el suelo sin realizar esfuerzo. Una pareja de pájaros que aquí los llaman «chorchitas», de colores amarillo, naranja y negro; construyeron su nido en una de esas ramas, pusieron sus huevos y los cuidaron con mucho esmero.

El piar de los polluelos despertó nuestra curiosidad y fuimos a verlos. Para nuestra sorpresa, aquellas crías no eran del color de sus progenitores; eran negro metálico intenso, de una especie que aquí llaman «chojín».

Las crías impostoras que crecieron al cuidado de las engañadas, por fin lograron alzar su vuelo. Las «chorchitas», pienso, están destinadas a desaparecer y seguirán criando pájaros negros.

Mientras nosotros, reproduciéndonos, seguiremos manteniendo otras aves de rapiña… «Políticos» les dicen aquí.

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El dinosaurio y el cavernícola Por Servio Flores (hijo) A Augusto Monterroso, Maestro.

Cuando despertó, el hombre todavía estaba allí.

Entonces se durmió junto a él.

Llevaban varios inviernos juntos. Habían forjado compañerismo y complicidad, hasta que el alud los atrapó en aquella cueva.

«Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí».

Durante varios días pasaron hambre y sed, hasta morir.

Miles de años después el arqueólogo vio la foto de aquellos fósiles. La robustez del animal y la daga de pedernal al cinto.

—Pudieron haberse matado y comido el uno al otro.

No lo hicieron.

Parecen un hombre y su perro. —Balbuceó, mientras acariciaba la cabeza de su pitbull.

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El perro y el gato se hacen amigos Por Diego Alejandro Flores Martínez Un día todos los animales del bosque salieron a pasear. Desde lejos vieron a un perro y a un gato discutir.

Los años pasaron muy rápido y los dos animales siempre seguían allí.

Siempre discutiendo, pero nadie sabía por qué.

El oso le preguntó al perro por qué discutían, el perro le dijo que porque él era más rápido que el gato. Y el león preguntó al gato lo mismo y este dijo que era él y no el perro el más rápido.

Hicieron una carrera y el leopardo fotógrafo, mientras tomaba fotos, ganó. El perro y el gato se hicieron amigos.

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El Dragón Solitario Por Diego Navas Agazapado un Dragón solitario exclamó: ¡Baja, raja, baraja, amiga sombra, reparto cartas!

Un anciano chimpancé observaba, ¿Juegas con tu sombra?

Bajaré, ¡calma tus llamas!

Con sigilo se acercó y dijo: ¡Baja, raja, baraja, mira hacia el horizonte, no des al sol la espalda, reparte a él las cartas, pues siempre ha de esconder un as bajo tu manga!

Giró y exclamó sintiéndose fuerte: ¡Dragón será valiente y campeón por siempre!

Contento el sabio chimpancé retornó a su rama.

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Atardece en Celilaca.

Por: Denis Enamorado.

"Es tan corto el amor y tan largo el olvido."

—Pablo Neruda.

Se despertó en medio de la madrugada, porque creyó escuchar el doblar de las campanas de la iglesia. A pesar que hacía mucho tiempo la iglesia no tenía campanas, muchas noches se despertaba al escucharlas sonar. Decidió levantarse a ver qué pasaba y avanzó a la puerta de su casa, la puerta estaba abierta. Ya tenía mucho tiempo que no se preocupaba en cerrarla.

Al salir a la calle escuchó el ladrar de los perros, aunque tampoco había perros en el pueblo, éstos engaños sónicos se hacían más frecuentes en los últimos tiempos. Unas noches atrás escuchó claramente a Jacinta cantando los salmos de la iglesia, con esa maravillosa voz atribuida a su nahual, el cenzontle, según la tradición lenca.

Avanzó en dirección a la plaza central, acompañado por el tolete de Auxiliar y un viejo machete curvo. Al estar cerca de la imponente forma del templo católico y a la tenue luz de la luna, pudo ver dos siluetas humanas afirmando un bulto en el aparejo de una mula parda. Corrió en dirección de los hombres con el machete alzado y gritando improperios. Justo antes de llegar hasta ellos, un golpe seco en la frente, frenó de súbito su carrera. Antes de quedar inconsciente pudo ver entre las sombras del amanecer, y los efectos del golpe, las dos figuras borrosas alejarse, a las que más adelante se unió una tercera silueta.

El golpe del sol en su cara lo despertó un poco más tarde. Tenía un fuerte dolor de cabeza, se levantó para dirigirse al desvencijado casón donde funcionaba el cabildo. En el camino arrancó unas 184

hojas de yerbabuena, que masticó para calmar el dolor. Al entrar en el viejo salón se dirigió al polvoso mesón de roble que servía de escritorio. De una gaveta sacó un amarillento papel y empezó a escribir un informe sobre lo sucedido. Al terminar lo guardó junto a otros cuatro informes de saqueos anteriores.

Salió a la calle y recordó que era miércoles de ceniza, o eso creía, y tenía que prepararse para dar la misa y cumplir con la liturgia estipulada. Se apresuró a regresar a su casa, exhausto y confundido. Ya para mediodía estaba listo, ahora terminaba de moldear las barritas de yeso para dar las clases en la escuela por la tarde. De repente se llevó las manos a la cabeza al recordar que no había reparado sus viejos zapatos, por lo que avanzó presuroso a la mesa de zapatero; pero al pasar frente al pedazo de espejo incrustado en el horcón central se detuvo. Aquel día de tantos eventos y actividades acumuladas lo tenía abrumado. Ver su imagen por primera vez en meses hizo frenar su impulso. El cuello de su camisa casi desecho enmarcaba un rostro arado por las arrugas, a pesar de su corta edad; su cabello sucio e hirsuto con un pegote de sangre seca en el costado y su barba espesa y canosa, le daban un aspecto de abandono apocalíptico. Al igual que la última vez que miró su imagen en el cristal azogado de nuevo lamentó el infortunio de no haberse contagiado de la enfermedad. Hacía mucho que pensaba que solo la muerte lo sacaría de aquel aciago mundo que había heredado, que gobernaba y mantenía en orden con las pocas fuerzas que aún le quedaban.

“Con esa apariencia no podés dar misa Hipólito” — Se dijo como Cura párroco, ordenado y nombrado a sí mismo poco tiempo después del éxodo. “Para guiar y pastorear a las almas de los que les agarró por sorpresa el evento y que penan confundidos”.

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“Es que tiene mucho de no venir a que lo rasure” — Se contestó como Barbero. “¿Y con éstas fachas he dado clases todo este tiempo?” —Se increpó como Maestro.

“Todavía ando aserrín en el bigote, desde que arreglé la puerta del cabildo” —Repuso como carpintero.

Estas conversaciones internas eran muy comunes, la diferencia ese día era que lo hacía frente al espejo.

Agobiado por el dolor y el cansancio, se sentó en el quicio de la puerta principal y cayó en cuenta por primera vez, que a pesar de todos sus esfuerzos por mantener todo bien, el inefable peso del abandono claramente se había impuesto. El pueblo se caía a pedazos.

Escuchar de nuevo el canto de Jacinta, le hizo evocar el lejano y triste recuerdo de los estragos del Cólera Morbus en su amado Celilaca. Recordó a su madre, su mujer y su hija, arrebatadas por la bacteria, así como casi todos los habitantes del pueblo. A él la inmunidad lo abrazó como una maldición.

Confinándolo en aquél manicomio de fantasmas encerrados dentro de espejos rotos. A pesar de su insistencia en que era el río Jicatuyo el que transportaba la enfermedad, los pocos sobrevivientes siguieron aferrados a la idea de una maldición ancestral por construir el pueblo sobre un antiguo cementerio indígena y decidieron irse para siempre, cargando muy poco de sus pertenencias. Él, como alcalde, decidió quedarse a cuidar el pueblo, con la esperanza de un regreso que nunca llegó.

Su cuerpo trémulo y febril, la cabeza le zumbaba y su pecho le hervía como poseído por un enjambre de abejas. Se recostó en la pared, para concentrarse sólo en escuchar los hermosos salmos “ya regresarán”, musitó antes de cerrar los ojos.

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Génesis Alejandra Andara Guzmán…la historia de mi mariposa azul.

-Por Socorro Andara.

De lo imposible a lo posible, de lo natural a lo sobrenatural, la noticia más bella. Luego que los médicos me habían diagnosticado estéril y, en una cita para programar la fecha para una cirugía donde me iban a quitar mi único ovario, en la pantalla del ultrasonido se detectó un corazoncito y al mismo 187

tiempo el mío se detuvo, la emoción era tan inmensa que no necesité que el doctor me lo dijera. ¡Dios mío, gracias, es un milagro! - fueron mis palabras- y el doctor exclamó: “así es madre, no tiene otro nombre”. En ese mismo momento se logró ver que era una niña, pues ya tenía casi cinco meses. Desde que se anunció cada día ha sido maravilloso, lleno de emoción, mucho amor, paz y felicidad; al salir de la clínica me dirigí a la iglesia para darle gracias a Dios y a rogarle porque estuviera y naciera bien, de ahí su nombre Génesis, el principio. De cariño le llamo mi mariposa azul, la reina de mi corazón.

Su llegada fue un milagro, gran bendición, nos trajo dicha y felicidad. El primero en enterarse fue su hermano Andrés Enoc a quien le cambió la vida, pues se sintió tan feliz con ella que le ayudó a progresar y ser aún más feliz a su lado. Los dos son tan especiales, el tiempo que vivieron juntos fueron inmensamente felices, se entendían y compartían muy bien, ambos aprendieron uno del otro, son unos guerreros admirables. Él ya es un ángel en el cielo, pero siempre está con nosotros; él es su mayor ejemplo expresa siempre ella, si él pudo yo también.

Génesis es la princesa de la casa muy consentida por toda la familia, desde siempre nos impresionaba por su condición de niña muy madura, llena de fe y mucho amor.

A sus tres añitos en una navidad, tocó algo que no supimos qué, pero le afectó sus ojos provocando que estos se le inflamaran. Muy preocupados buscamos un doctor, pero como era noche buena ninguno estaba disponible, para consolarla porque no podía abrir los ojitos le puse paños húmedos y la tomé en mis brazos, fue entonces cuando se empezó a escuchar la pólvora anunciando el nacimiento del niño Jesús. Ella me preguntó que era, le expliqué y 188

me pidió que la llevara hasta el nacimiento46 y le pusiera al niño Dios en sus manos. Empezó a orarle pidiéndole sanación, lo tocó en sus ojitos y se quedó dormida en mis brazos. Después de un tiempo el sueño me ganó quedándome dormida en una mecedora con ella en brazos, sus gritos de alegría me despertaron: “¡mamá, el niño Dios me curó, puedo abrir mis ojitos!”

Quedé tan maravillada con sus expresiones a tan corta edad, cada día siento la presencia de Dios con sus acciones. Su noble corazón y su singular empatía desde pequeña con los niños, en especial con su hermano por su condición de parálisis, ella siempre buscaba la manera de entretenerlo y procurarle momentos de felicidad: jugaba con él, le cantaba, bailaba, relataba cuentos, hacía dibujos; eran muy felices compartiendo juntos.

Génesis es de las almas puras que generan luz en el universo, en la academia se ha destacado por su brillante participación, en todos los eventos que ha representado al centro educativo ha mantenido en alto su excelencia. Muy apegada a su abuelo Toño, mi padre, él siempre fue un amor con sus hijas e hijos, y dejó fragmentos de su corazón en cada uno de sus nietos. Mi padre Antonio Andara Rodríguez falleció en el año 2010, mi mariposita azul apenas tenía 7 años de edad y cursaba su primer grado de la escuela. Fue un golpe muy duro, pero el legado de su amor es tan inmenso y sus consejos tan sabios, que nos imprimió la fortaleza y aprendimos a vivir sin él, palpita cada día en nuestras acciones y corazón.

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Nacimiento, belén o pesebre. Representación plástica de la natividad de Jesús. SurySur.

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En el año 2012 en el marco de la celebración de la feria, Génesis fue electa y coronada como reina infantil de nuestra querida comunidad de Gualjoco, orgullosamente pajiza. El siguiente año 2013, también nos representó en la feria del municipio de Santa Bárbara donde por primera vez Gualjoco obtenía el mayor galardón, siendo coronada como reina infantil de la feria en honor a la patrona Santa Bárbara. Cuando cursaba el sexto grado en 2015, representó al C.E.B.I.L.B.47 donde la acreditaron como madrina del primer encuentro entre escuelas del distrito. Culminó sus estudios orgullosamente en el Centro de Educación Básica Ingeniero Luis Bográn, y obtuvo durante los seis años la excelencia académica, siendo galardonada con la medalla otorgada por el Congreso de la República. En el año 2016 ingreso a su séptimo año educativo en el Instituto Gubernamental Departamental La Independencia, continuando con sus buenas calificaciones y participando en los eventos y desfiles de dicha institución. A punto de trascender la etapa de la niñez, se ha convertido en una jovencita que no pierde su carácter noble, humilde y cariñoso; mi compañera inseparable, compartimos alegrías, tristezas y triunfos; es mi inspiración y fortaleza.

El 11 de enero del año 2018, el destino marcó nuestro hogar por la pérdida irreparable de Andresito, el hermanito inseparable de Génesis fue llamado a formar parte del coro de ángeles. Muy difícil para las dos, pero es tanto nuestro amor y dedicación que a la vez su partida nos dejó un profundo sentimiento de paz, ya que sentimos haber hecho todo para hacerlo feliz y sabíamos que él 47

Centro de educación Básica Ingeniero Luis Bográn

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regresaba a su casa al lado del padre. Eso nos consuela y nos da fortaleza para seguir adelante, segura estoy que Andresito se siente honrado con el inconmensurable amor que le profesan su madre y hermana.

Dicen que el infortunio nunca llega solo, en noviembre de ese mismo año me llamaron del colegio porque mi niña se había desmayado, muy asustada la llevé al doctor y de inmediato la refirieron para atención especializada. En San Pedro Sula al llegar a la clínica, el doctor tomó la decisión de enviarla a oncología pediátrica con la doctora Martínez, mi corazón enloquecía con aquellos sentimientos angustiosos, las dos juntas tomadas de la mano pedíamos a Dios nos diera fortaleza y enviara ángeles para que nos dieran consuelo. La fe mueve montañas, en esos delicados momentos en que el vacío se apoderó de mi alma, la mariposa azul que Dios me había regalado se aferró a mí con un abrazo lleno de esperanza, - me dijo“todo va a estar bien, Dios, Andresito y Papi Toño están con nosotras” Llegó la doctora con los resultados que revelaban un diagnóstico aterrador, leucemia linfoblástica aguda.

No sabía cómo reaccionar, ni que hacer o decirle, nos abrazamos fuertemente y ella me dijo: “Dios sabe lo que hace no tengas miedo, si Andresito pudo yo también, esto es un propósito de Dios y él nunca nos abandona, sólo te pido que no me dejes sola” Así se lo prometí, con la firmeza y convicción de un corazón de madre.

Con el estoicismo propio de las almas puras, Génesis le pidió a la doctora que le explicara el tratamiento que debería de iniciar, en ese mismo instante la ingresaron e iniciaron su quimioterapia. Mi familia 191

al enterarse acudió de inmediato a brindarnos su apoyo como siempre, y luego un ejército de ángeles se unieron en oración y recibimos de inmediato la solidaridad de nuestra querida comunidad de Gualjoco. Sus compañeros, amigos, toda Santa Bárbara e iglesias de diferentes lugares traspasando fronteras, es algo maravilloso sentir una fuerza sobrenatural que nos fortalece y nos hace sentir la presencia divina. El calor de todos día a día nunca nos han dejado solas, y eso nos ha fortalecido para salir adelante. La casa hogar “Pequeños Guerreros” nos dieron cobijo; la fundación hondureña “Niños con cáncer” y quienes laboran en la sala de oncología del Hospital Mario Catarino Rivas.

Al inicio fueron días y noches eternas mirando a mi niña en ese proceso tan cruel, cuántas agujas, horas y horas de quimioterapia y sus efectos secundarios, pero a la vez; admirando su fuerza de voluntad expresada en la sonrisa con la que conquistó a todos, y la hacían progresar ganando la dura batalla día a día como ella pidió: “nuestros días mamá, deben de continuar siendo muy felices, aprovechemos cada minuto dándole gracias a Dios por todo, siguiendo los cuidados, pero la palabra cáncer o leucemia; no estarán más en nuestras conversaciones.”

El tiempo continuó su marcha inexorable, llegó el momento que yo temía y fue cuando ella perdió su cabello. Una vez más me maravillaba su corazón guerrero, pensé que sería muy triste para ella, pero grande fue mi sorpresa al verla sonreír y sus ojitos iluminados me dijeron: “mira madre que linda me veo y, seguro que cuando el cabello nazca de nuevo, será más lindo del que tenía”.

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Estas palabras llenas de esperanza, animaban a las demás niñas que se encontraban en el mismo proceso.

En reconocimiento de los altos valores humanos que posee, en el marco de la feria de Gualjoco le otorgaron el título de “Reina por siempre e hija predilecta de ésta comunidad, por su testimonio de vida y ejemplo a seguir.” La placita fue insuficiente porque toda la comunidad la acompañó, llegaron de todos los lugares a presenciar el magno evento donde acompañada por las ex reinas de la comunidad, resplandeció como la más bella siendo coronada por la mis Honduras Celia Monterrosa. Los medios de comunicación locales dieron a conocer tan bonito gesto de la comunidad y no tardó en llegar a los medios de comunicación nacionales e internacionales, quienes pusieron en alto a nuestra comunidad y, a la vez, la sonrisa que conquistó corazones de parte de mi reina. Todos estos gestos le animaban a seguir adelante, pues ese año su tristeza fue no poder asistir a clases debido a que las quimioterapias eran de meses enteros y pasábamos más tiempo en el hospital que en nuestra casa. Una niña muy madura y comprensiva que deseó siempre lo mejor para su madre, por lo que aceptó una pareja para que acompañara a mamá y resultó ser un apoyo valioso en todo momento.

Ha llegado para Génesis la realización del sueño de toda niña, estamos haciendo los preparativos para celebrar la fiesta de sus quince años. Ella eligió el tema “la reina de la mariposa azul”, reina por sus títulos obtenidos y reina de mi corazón. Mariposas pues, siempre ha identificado su vida por la metamorfosis de éstas y, azules, porque es su color favorito. Toda la familia nos unimos para hacerle realidad su sueño, fue una noche mágica dando 193

gracias a Dios en nuestra iglesia San Juan Bautista, decorada con flores, lienzos y con mariposas azules y doradas. Todo a su gusto, la recompensa fue ver su rostro iluminado con su sonrisa radiante.

Mi princesita ya regresó a clases a su noveno año, nuevamente la alegría que infunde con su liderazgo se perfila por las instalaciones educativas y en el gobierno estudiantil, su presencia es sinónimo de vida y esperanza. También forma parte del grupo de monaguillos en la iglesia católica, donde sirve con amor y obediencia, y es la madrina del club deportivo “zona wifi” que está integrado por jóvenes de la comunidad. Este grupo de muchachos desarrollan, además, campañas de limpieza, promoción de la salud y celebraciones culturales en beneficio de su pueblo.

Génesis Alejandra continúa recibiendo la terapia que le responde de la mejor manera, mi mariposa azul será por siempre la fuente de inspiración. Es símbolo de fortaleza, fe y agradecimiento.

Mi promesa de madre es acompañarla por siempre.

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Epílogo Todo lector espera encontrar en los libros la satisfacción de dos expectativas: adquirir o reforzar conocimientos y deleitarse con la trama de sus relatos.

Espero que mis lectores encuentren en estas páginas ambas satisfacciones.

En este libro intitulado “Personajes, reflexiones y vivencias” con identidad Patepluma”, mi mayor aspiración es visibilizar la figura de personajes virtuosos, relatar historias genuinas e intentar con mis reflexiones generar compromisos sociales para el logro de ambientes saludables de convivencia. Santa Bárbara es terreno fértil para que los amantes de la literatura y las artes hagan brillar su pluma y su talento. Escribir la vida de los virtuosos es asumir un compromiso con las futuras generaciones. Los seres humanos somos autores de nuestra propia historia en la medida que intentamos realizar el proceso evolutivo, ¡siempre hacia adelante!

Algo de este proyecto que me llena de satisfacción, es haber descubierto talentos quienes, a través de su pluma, nos regalaron un cúmulo de sabiduría y una fuente inagotable de valores humanos.

“Rompamos con la indiferencia y el aislamiento social e histórico que produce el posmodernismo. 48 la vida vale la pena ser vivida cuando sentimos la continuidad del pasado; percibimos el futuro como proyecto común y el presente, como el accionar que nos liga con la sociedad para realizar el bien común”.

Verifica pronto la sintonía de tus acciones, para que la historia de tu vida sea valorada como buena.

El autor

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La Era del Vacío. Gilles Lipovetsky. Wikipedia.

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Fin

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En aquella oscuridad relampagueante, apenas se miró girar una soga blanca que dibujó un círculo perfecto contra el velo negro de la noche, luego cayó sobre la cabeza de la mula cerrándose con fuerza en torno de su cuello. Por todo el pueblo se escuchó un relincho aterrador que se elevó por los aires. (La mula misteriosa) “Nosotras caminábamos por el amplio corredor del edificio de la familia Carrasco, pero solamente vimos la fugaz claridad en el cielo”. (Por poco no lo vimos) Cappi hurgó en sus bolsillos para extraer un estuche de madera de fresno que luego depositó en las manos de su amigo como recuerdo imperecedero. Por sus mejillas comenzó a dibujarse un caminito de lágrimas, mientras que sus palabras apenas susurraban un pensamiento…

(El Ermitaño)

Luis Alonso Aguilar Chacón (1951) Ciudadano Hondureño originario de Gualjoco, Santa Bárbara.

Apasionado para leer libros, aficionado para escribirlos 197