Incidente Crítico del Seminario de Educación Multimodal para la DASGEM en el IESRC-SECTEI.

DOCTORADO EN

Ambientes y Sistemas Educativos Multimodales SEMINARIO EDUCACIÓN MULTIMODAL DENTRO DEL CONTEXTO DE UN MODELO DE INTERACCIONES DE APRENDIZAJE PANORAMA GENERAL

INCIDENTE CRÍTICO

INCIDENTE CRÍTICO

Descripción del caso A partir de la contingencia sanitaria por COVID-19, las escuelas de la Ciudad de México se vieron obligadas a cambiar sus escenarios educativos presenciales a ambientes a distancia; para algunos más o menos familiares y para otros desconocidos. Pero en cualquiera de los casos, el cambio de presencial a distancia se dio sin una premeditación o planeación previa. El caso de Nicolás es muy peculiar, él es un profesor del área de español en una secundaria pública, atiende en promedio a 250 estudiantes, divididos en 7 grupos, en promedio 35 estudiantes en cada salón.

De forma presencial el trabajo de Nicolás es complejo, buena parte del tiempo se le va en mantener la disciplina, y reconoce que la mayoría de los jóvenes se esfuerzan poco, no tienen el hábito de la lectura y se distraen fácilmente.

En el momento de cambiar del aula presencial al ambiente en línea, Nicolás se enfrentó a un problema mayor, siempre ha tenido una gran preocupación por el control de grupo, le causa inquietud en sus sesiones de Zoom ver las cámaras y micrófonos apagados de sus estudiantes. Cuando se llegaba a activar una cámara, veía a alguien acostado en su cama; cuando se activaba un micrófono, escuchaba discusiones familiares o música. Tenía una sensación de hablar para nadie y sólo captar la atención en el pase de lista. Nicolás es de los profesores que acostumbran a dar la clase, por decirlo de alguna manera, ya que habla la mayor parte de ésta. Cuando alguien no se conectaba argumentando que no tenía computadora, se descompuso, o que su Internet falló, nunca sabía si era falso o verdadero, y esas justificaciones para no estar en clases virtuales sincrónicas las ponen una tercera parte de sus alumnos.

Así que decidió un día hacer algo diferente, decidió aplicar examen a través de una exposición en la que los estudiantes debían vestirse formal y prender todos sus cámaras, grabó su clase y observó sus resultados. El 35 % de los estudiantes no se presentaron argumentando tener problemas de conectividad, 25 % no fueron vestidos formalmente por lo que el profesor no les permitió realizar su exposición. Los que presentaron su exposición, el 40 %, en su mayoría, no tuvieron calificaciones satisfactorias, debido a que el audio era de mala calidad, había interrupciones constantes por las actividades propias de cada hogar.

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INCIDENTE CRÍTICO

Descripción de las emociones despertadas en el profesional Nicolás no estaba conforme con los resultados, los estudiantes en su mayoría habían reprobado, pero sentía que el reprobado era él, ya que en su sentir, no consideró las circunstancias de cada estudiante, no hizo caso a quien le dijo que en su casa una computadora la usaban tres hermanos, o que no tenía Internet por falta de recursos económicos y sus datos no eran suficientes para estar en la sesión de Zoom; tampoco le pareció justificación que alguien no tuviera ropa formal o que tuviera en ese momento que ayudar a sus padres en el trabajo, no consideró, además, al que manifestó que tenía a un familiar enfermo de COVID-19. Sin embargo, sintió culpa.

Afrontamiento de la situación por parte de todos los implicados Los estudiantes, que tenían una justificación real para no haberse conectado o puesto ropa formal, se sintieron frustrados y no tenían con quién comunicarse, no contaban con los datos de contacto de la directora de la secundaria.

Reclamaron al profesor, pero Nicolás, aunque en el fondo sentía que había hecho mal, no se atrevió a reconocerlo. Ansiaba regresar a las clases presenciales, volver a sentir que tenía el control del grupo. Algunos padres de familia se manifestaron en contra de sus acciones; sin embargo, él trató de no hacer caso, a fin de cuentas, pensó que “el maestro siempre tiene razón”.

Resultado de la actuación y problemas que se suscitaron al respecto Los estudiantes estaban enojados y convencidos de que la modalidad en línea no era nada buena, algunos incluso empezaron a desertar considerando incorporarse nuevamente cuando termine la contingencia y se restablezca la modalidad presencial. La relación entre los estudiantes y el profesor se tensó al nivel de ser muy incómodo estar en clases por videoconferencia, ya que una forma de los adolescentes de expresar el enojo y la insatisfacción fue la indisciplina: hacer ruidos constantes de forma intencional, rayar la presentación del profesor al compartir pantalla y enviar mensajes incómodos en el chat.

Dilemas planteados A la mente de Nicolás vinieron varias preguntas:

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• ¿Cómo trabajar en una modalidad educativa a distancia de forma exitosa considerando las carencias tecnológicas de los estudiantes?

• ¿Es pertinente trabajar a distancia sin Internet, es decir, dejando en un punto los materiales o actividades para que los estudiantes los recojan?

• ¿Cómo cambia el uso de tecnología la relación entre los participantes y con ello los roles de los actores educativos?

• ¿Además de competencias digitales, qué más debe saber el profesor para tener éxito en el trabajo en línea?

• ¿Se puede usar la modalidad a distancia con adolescentes y niños o es sólo una modalidad para adultos jóvenes, que pueden asumir de mejor manera la responsabilidad?

• ¿Qué relación hay entre la modalidad abierta con la modalidad a distancia?, ¿son lo mismo?

• ¿A qué se debe el fracaso en la presencialidad y en la virtualidad?

• Al regresar a clases presenciales, ¿qué cambiará?, ya que ha escuchado que deben trabajar en una modalidad híbrida.

• ¿Es posible combinar modalidades considerando además los distintos estilos de aprendizaje de los estudiantes?

Sintió mucha incertidumbre, ya que lo que experimentaba le parecía muy complejo, porque veía entremezclado lo educativo, tecnológico, didáctico, comunicativo, económico, el contexto familiar y los aspectos relacionados a la salud. El problema traspasaba los límites propiamente educativos e incluso tenía elementos de orden cultural que consideró podrían reflexionarse.

Enseñanza del caso Si bien Nicolás nunca reconoció ser él quien estaba mal, ya que en su discurso toda la culpa la tenían los estudiantes, en su interior sí consideró la posibilidad de prepararse para ser profesor en línea, presencial e híbrido, identificando las diferencias entre modalidades y las combinaciones que podrían darse entre las mismas, atendiendo a la demanda institucional de usar tecnología para apoyar el aprendizaje y tratar de poner en práctica técnicas distintas de enseñanza.

Le vino a la mente la triada de los componentes educativos: profesor, estudiante y contenido. Pensó que, si el estudiante debe ser el centro y lo más importante, lo que había hecho él era poner primero al profesor. Se cuestionó acerca de los programas televisivos de “aprende en casa”: considerarlos como lo más importante, ¿acaso no era poner al centro el contenido o tal vez la tecnología?

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Finalmente, se preguntó, lo cual es un buen principio: “¿cómo pongo al estudiante al centro, considerando la combinación de modalidades y la implementación y combinación de lo que sea necesario para que aprendan?”

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