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Desmesuras, desvaríos y fantasías del culto a la personalidad en la política

Hay políticos que cuando ganan una posición de poder se ponen sordos. El libro «La historia mundial de la megalomanía», del mexicano Pedro Arturo Aguirre, nos ayuda a comprender mejor el fenómeno.

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ROSARIO MEDINA GÓMEZ @rosariomedinag

«Los políticos después que ganan se ponen sordos». Esta frase suele escucharse de manera recurrente en países como la República Dominicana luego de pasado un tiempo y los excandidatos ya han obtenido el favor del voto de parte de los votantes. Este comportamiento que en unos suele alcanzar un nivel leve, en otros puede convertirlos en los peores verdugos y asesinos, y, encuentra explicación, en un trastorno de la personalidad denominado megalomanía, que es explicado de manera didáctica y ejemplificadora por el asesor y experto mexicano en marketing político Pedro Arturo Aguirre en su obra Historia mundial de la megalomanía.

Esta es una de las razones por las que las sociedades deben fortalecerse a nivel educativo e institucional para que los electores tengan criterios y seleccionen a sus gobernantes tomando en cuenta sus cualidades y personalidad, así como si pudieran adolecer de este tipo de trastorno con el que contaban muchos de los gobernantes autoritaristas o tiranos.

A los asesores de marketing político y comunicación, directores de comunicación, relacionadores públicos o manejadores de artistas, deportistas o de figuras con notoriedad les puede ser común ciertos comportamientos que en ocasiones experimentan sus clientes, y es la actitud de manejarse como si no escucharan o como si hubieran perdido el juicio lógico, el olfato político o la intuición, que muchas veces en estos suele abundar.

FICHA TÉCNICA

Nº de páginas: 394 Editorial: DEBATE Idioma: Español Encuadernación: Tapa blanda ISBN: 978-607-312-331-0 Primera edición: 2014 Plaza de edición: México Fecha de lanzamiento: Junio de 2014

El La historia mundial de la megalomanía, escrito por Aguirre, se plantea como un instrumento que desde la narrativa y estructuración de los textos se convierte en un compilado de casos que demuestran cómo va aconteciendo este fenómeno en los líderes o figuras políticas.

Sucede que la megalomanía es un trastorno, conforme a la definición de científicos como Mario Esparza, profesor e investigador del Centro de Evaluación Psicológica, de la Universidad de Guadalajara, quien ofreció una entrevista a Gala Aguilar y le explicó que esta afectación conductual «es definida como un trastorno de la personalidad, caracterizado porque la persona tiene ideas de grandeza, de manera que puede mentir, manipular o exagerar algunas

Pedro Arturo Aguirre, autor del libro.

Chapita, es decir, Rafael Leonidas Trujillo, como era de esperar tiene todo un capítulo dedicado a su megalómano comportamiento en el título denominado El Chivo Sicalíptico.

situaciones o a las personas, a fin de conseguir sus objetivos». En la política es muy fácil encontrarse con casos de candidatos o líderes políticos que en los primeros años de sus carreras tienen habilidades de liderazgo, las cuales de manera orgánica atraen a sus seguidores, por ejemplo, hablan en lenguaje que muchos los entiendan para persuadir, muestran sensibilidad y empatía con las causas o situaciones que afectan a los más vulnerables, y en función de su programa hacen promesas para lograr el apoyo necesario para ser electos. Este escenario suele variar mucho al conseguir el objetivo. Luego se crecen como su ego.

La Historia mundial de la megalomanía se convierte en un texto de enunciados y análisis de casos prácticos de la vida real, que pueden colaborar a la edificación y comprensión de actuaciones similares, tanto en los ejemplos que son menos radicales como en los más dramáticos, casi increíbles si no fuera por la documentación histórica o por las vivencias relatadas de estos.

En esta obra el analista político trata de explicar cómo la alteración de la personalidad puede ser parte de un cuadro, que incluso, si los votantes conocieran de sus características, evitaran elegir a personas que lo experimentan porque pueden llegar, en su grandiosidad, a ser autoritaristas, dictadores o sátrapas de los más perversos con los que ha contado la historia de la humanidad.

En este escrito de 394 páginas, reproducido por editora Debate (2014), explica las «cualidades» que se repiten en la mayoría de los políticos megalómanos, citando desde Nerón, Napoleón, Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Francisco Franco, llegando a territorios más cercanos como América Latina con François Duvalier (Papá Doc), Rafael Leónidas Trujillo (El Generalísimo), Saddam Husein, Muamar el Gadafi o Chiang Kai-shek.

El autor explica que «como sucede en otros casos abordados en esta Historia mundial de la megalomanía, como el liderazgo carismático árabe o el caudillismo latinoamericano, este culto no venía de la nada, sino que estaba muy arraigado en las tradiciones culturales de veneración del hombre fuerte».

Muchas veces en países de Latinoamérica las masas se ven arrastradas por un ángel de convencimiento, del uso de la comunicación efectiva, de una gran hambre de cambio, combinados con una fuerte promesa de solución a asuntos no resueltos, lo que puede ser el caldo de cultivo para que un megalómano como Joaquín Balaguer o Rafael Leonidas Trujillo consigan la dirección del gobierno.

Chapita, es decir, Rafael Leonidas Trujillo, como era de esperarse tiene todo un capítulo dedicado a su megalómano comportamiento en el título denominado El Chivo Sicalíptico, apartado que contiene casi ocho páginas de relato evidenciador del desorden de personalidad y de los casos espeluznantes que como consecuencia dejó a su paso. No es la única vez que este es nombrado en el libro, en otras ocasiones se le cita al hacer comparaciones y contrastes con otros repugnantes políticos afectados por el ego.

En el documento también puede verse el relato del proceso de evolución de los megalómanos, desde el escenario en que se va forjando a esos políticos ganadores, o cómo desde sus cercanos se les crea un ambiente conformado por la satisfacción de las victorias, los halagos y las adulaciones. Asimismo, la manera en que los endiosan ciudadanos carentes de autoestima, o la forma en que reciben la complicidad de los que se benefician de sus gobiernos, alimentándoles el ego, llegando esto a tener dimensiones inusitadas.

«El vicio del poder» que llevó a Dick Cheney a la Casa Blanca

MÁXIMO JIMÉNEZ @maximojimenezrd

Eocos vicepresidentes de los Estados Unidos lograron tener el poder que amasó Dick Cheney en la convulsa administración de George W. Bush (2001-2009). Su polémica personalidad está muy bien documentada por el cine contemporáneo, registros del imaginario visual que pueden constatarse en todas las películas o documentales sobre el presidente 43, en especial aquellas que recrean los fatídicos ataques del 11 de septiembre del 2001. Pero es el talentoso director y guionista Adam McKay –ganador de un Oscar en el 2016 en la categoría Mejor guión adaptado por The Big Short (La gran apuesta)– quien se encarga de inmortalizar a quien en el 2000 se desempeñaba como CEO de Halliburton Co., cuando Bush le propone la vice para su campaña.

McKay, con un guión sólido, convenció al actor galé Christian Bale (1974) para que asumiera el papel del número dos de George W. Bush, interpretación para la que engordó 18 kilos, metiéndose en la piel de un personaje irreconocible, dejándolo todo ante la cámara. «No sé por qué he vuelto a hacer esto otra vez. Dije que no podría hacerlo de nuevo, pero el bastardo de Adam escribió un guión tan bueno que no pude negarme», confesó el célebre intérprete de Batman en ese entonces.

El realizador reunió un elenco de primera línea que en su conjunto con el personal técnico recibió ocho nominaciones a los premios Oscar en el 2019, ganando solo una estatuilla en la categoría Mejor maquillaje. No era para menos, la transformación de Bale en el burócrata de Washington, actuación por la cual ganó el Globo de Oro, es literalmente una obra de arte en este apartado. Destacan las interpretaciones de Amy Adams como Lynne Cheney, Steve Carell como Donald Rumsfeld y Sam Rockwell que hace de un Bush con apreciable credibilidad.

El guión de McKay no deja cabos sueltos y recrea con precisión la ascendente trayectoria profesional de quien fuera uno de los políticos más poderosos en la historia reciente de los Estados Unidos, artífice de moldear la administración con la implementación de meLa polémica carrera política del «número dos» de George W. Bush (2001-2009) sirve de argumento para el magnífico drama «Vice», la aplaudida película del talentoso director Adam McKay, la cual consiguió un premio Oscar como parte de las nueve postulaciones que acumuló en total

didas que impactaron al resto del mundo, tras los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Un hombre que no era un advenedizo en Washington cuando recibió la propuesta para la candidatura a la vicepresidencia. Antes fue jefe de personal de la Casa Blanca y secretario de Defensa, etapas muy bien plasmadas en esta estupenda película.

Vice pone el punto sobre la i en la escena cuando Cheney planta cara al candidato y pone su requisito para aceptar el cargo, estaba segurísimo de poder mover los hilos en la Casa Blanca de un presidente con menos capital político que él –pensaría– y exigió poderes que así se le concedieron, y en los ocho años de la gestión de Bush, jugó un rol decisivo para moldear la política contra el terrorismo y las subsiguientes invasiones militares contra Afganistán y de Irak. Lo suyo no sería ser un número dos decorativo. Y nunca lo fue.

Christian Bale se transforma para interpretar al hombre más poderoso en la Casa

Blanca de George

W. Bush, quien manejó directamente decisiones que impactaron al mundo tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001.

Historia de vida

La película hace un recorrido cronológico bastante detallado de la vida de Cheney, que en sus años de estudiante fue expulsado de Yale University a principios de los 60, y logra recomponer su vida influenciado en gran medida por quien se convertiría en su esposa. Empezó a desarrollar una carrera política como pasante en la administración de Richard Nixon y gana experiencia en el complicado entramado de Washington cuando es acogido por Donald Rumsfeld, que lo contrata para ser parte de su equipo.

Todo forma parte del convincente retrato cinematográfico que consigue Adam McKay, que da riendas sueltas al sólido al cordón umbilical que une a Cheney con su esposa Lynne, hasta que se convierten en una pareja con una incidencia y un poder inimaginable en la administración Bush. Pocas películas del género alcanzan los registros de calidad y credibilidad de Vice, el biopic inusualmente ofrece una experiencia tan gratificante como la que ofrece una vez más el realizador de Don’t Look Up.

Christian Bale con un maquillaje extraordinario para personificar al poderoso vicepresidente de los EE.UU.

Christian Bale, Amy Adams y Steve-Carell en una escena del filme.

FICHA TÉCNICA

Vice. 2018. 2h y 12 mins.

Dirección y Guión: Adam McKay. Intérpretes: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Alison Pill, Eddie Marsan, Justin Kirk, LisaGay Hamilton, Jesse Plemons, Bill Camp, Don McManus. Música: Nicholas Britell Fotografía: Greig Fraser Productor: Megan Ellison, Will Ferrell, Dede Gardner, Jeremy Kleiner, Adam McKay, Kevin J. Messick, Brad Pitt Género: Drama. Biográfico Política

General Manuel Altagracia Cáce-

res , padre de Ramón Cáceres.

Remigia Vásquez de Cáceres, madre de Mon Cáceres. Ramón Cáceres y Horacio Vásquez fueron recibidos como libertadores por una multitud de ciudadanos de Santo Domingo, el 5 de septiembre de 1899, luego de liderar el magnicidio contra Ulises Heureaux, el 26 de julio de ese año, en Moca. Cáceres con su atuendo presidencial, luego de juramentarse como Presidente de la República, el 1 de julio de 1908.

FUENTE: LIBRO «RAMÓN CÁCERES», DE PEDRO TRONCOSO CÁCERES

EL PRESIDENTE

RAMÓN (MON) CÁCERES

Ramón Cáceres, una de las figuras cimeras de la primera década de la República, desde que encabezara el atentado que le costó la vida al dictador Ulises Heureaux (Lilís), el 26 de julio de 1899.

En los pueblos del Cibao aún se escucha sentenciar que «a quien hierro mata, a hierro muere», y no menos la expresión de «preso por la guardia de Mon».

Y es que la historia de Ramón Cáceres, hijo del general anexionista Manuel Altagracia Cáceres y Remigia Vásquez de Cáceres, estuvo marcada por el ejercicio violento del poder en manos de Ulises Heureaux, y la lucha por la supremacía de los caudillos que se hicieron fuertes luego de decapitada la tiranía.

Cáceres nació el 15 de diciembre de 1866, en Estancia Nueva, Moca, en donde se dedicó a las labores de ganadería y agrícola. Muchacho alegre, fiestero, saltó al asadero político cuando, junto a Jacobito de Lara, lideraron a un grupo de jóvenes que dieron muerte a Lilís. A partir de ahí, su carrera hacia el poder fue acelerada, logrando la Presidencia en 1908, desarrollando una obra con interés de modernizar el Estado. Pero la tragedia y la sangre lo persiguieron. El 19 de noviembre de 1911, un grupo en cabezado por Luis Tejera, terminó con su mandato y su vida.

Asesinato del presidente Cáceres. En la ilustración del artista Abelardo Roríguez Urdaneta, se aprecia cómo varios atacantes le disparan al Presidente Cáceres, el 19 de noviembre de 1911.

En este otro ángulo el presidente Mon Cáceres recibe disparos casi a quemarropa de parte de sus atacantes, encabezados por Luis Tejera.

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EN LAS REDES SOCIALES @paispoliticord P 20 » REBELDES QUE DESAFIARON AL GOBIERNO

DEL 12 AL 18 DE JULIO, 2022 » SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA » AÑO I, NO. 8

MARKETING POLÍTICO

MARGARITA APELA A UN RECURSO ARRIESGADO P 18 » EX VICEPRESIDENTA PONE A PRUEBA SU ESTRATEGIA «RAPEANDO» EN PROGRAMA DE TV P16 » OPINIÓN P 6 » ABINADER ANTE LA DISYUNTIVA DE LA REELECCIÓN

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P 4-5 » CINCO PERIODISTAS REPASAN SU EXPERIENCIA EN EL EJERCICIO DEL PERIODISMO A TRAVÉS DE SU LABOR EN LA RADIO, LA TV Y LA PRENSA ESCRITA, EN ESTOS TIEMPOS EN QUE LA MUJER SE ABRE UNA BRECHA IMPORTANTE EN EL LIDERAZGO A TODOS LOS NIVELES

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P 8 » EL EMPRESARIO ANUNCIA SU INGRESO FORMAL A LA POLÍTICA MILITANTE

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UN MILITANTE DE LA DEMOCRACIA IMPERFECTA P 14 » EL COMUNICADOR PABLO MCKINNEY NOS HABLA DE SU NUEVO LIBRO Y SU LABOR EN LOS MEDIOS

SEMANARIO ESPECIALIZADO CON UN CONTENIDO REPOSADO, ANALÍTICO, REFLEXIVO Y EN PERSPECTIVA SOBRE LA AGENDA POLÍTICA NACIONAL.

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