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LOS GENIOS
JUAN CARLOS GUERRA @JuanCaGuerra
«Mario es el primero de la clase. Gabo es el genio». Así definía Carmen Balcells, la legendaria agente literaria, a Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, a no dudarlo los más grandes escritores latinoamericanos de todos los tiempos. La frase aparece en la última novela de Jaime Bayly, titulada Los Genios, la cual ha generado mucha controversia debido a su tema central: el incidente violento entre ambos escritores. La obra narra la historia de la amistad entre estos dos importantes literatos, y especula sobre las razones que llevaron a Vargas Llosa a darle un puñetazo a García Márquez, poniendo fin a su relación para siempre. El incidente ocurrió en 1976, durante una fiesta en casa de la escritora peruana María Luisa Bombal. Según los informes, Vargas Llosa y García Márquez discutieron acaloradamente sobre política y literatura, y finalmente Vargas Llosa golpeó a García Márquez en la cara, dejándolo con un ojo morado y una nariz rota. Desde entonces, los dos escritores se mantuvieron distantes y nunca volvieron a tener una relación cercana. Aunque el Nobel peruano ha negado siempre la versión de que la trifulca haya sido motivada por razones más allá de lo meramente personal.
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Si hacemos un paralelo con la política dominicana, si hay dos líderes cuya historia en común guarda algunas similitudes con la mítica relación entre Mario y Gabo, son precisamente Leonel y Danilo. Así como los literatos son considerados los exponentes cumbres del llamado boom latinoamericano, Fernández y Medina tienen todos los méritos para considerarlos como los líderes políticos más importantes del siglo 21 dominicano y los gestores de que el país sea considerado como un referente de crecimiento económico y desarrollo institucional en todo el mundo. Aunque las mezquindades del presente le regateen sus evidentes logros como gobernantes, no tengo dudas de que el futuro les será mucho más agradecido a ambos.
Aunque los perfiles de liderazgo de Leonel y Danilo son bastante diferentes, lo cierto es que durante mucho tiempo se complementaron y juntos lograron convertir al PLD en el principal partido del sistema dominicano.
La novela de Bayly es una obra de ficción, pero está basada en hechos reales y se inspira en los personajes y eventos históricos. Bayly es conocido por su estilo de escritura provocativo y directo, y Los Genios no es una excepción. La novela presenta una visión de la amistad entre Vargas Llosa y García Márquez que es al mismo tiempo íntima y distante, y se centra en las motivaciones y emociones de ambos escritores.
Bayly retrata a Vargas Llosa como un hombre ambicioso y competitivo, obsesionado con su propia carrera literaria y celoso del éxito de García Márquez. Vargas Llosa es descrito como un personaje complejo y contradictorio, capaz de ser cálido y cariñoso con sus amigos, pero también manipulador y despiadado en su búsqueda de reconocimiento. García Márquez, por su parte, es presentado como un hombre amable y generoso, pero también como un artista con una personalidad complicada y una profunda inseguridad.
Aunque los perfiles de liderazgo de Leonel y Danilo son bastante diferentes, lo cierto es que durante mucho tiempo se complementaron y juntos lograron no solo convertir al PLD en el principal partido del sistema, sino que promovieron una renovación casi total del liderazgo político nacional al cual solo resisten los fósiles que aún conviven en el Partido Revolucionario Moderno.
La novela también explora la relación de Vargas Llosa y García Márquez con sus esposas y familias, y cómo estas relaciones influyeron en su amistad. Bayly describe la tensión que existe entre Vargas Llosa y su esposa, Patricia Llosa, y García Márquez y su esposa, Mercedes Barcha. La novela sugiere que estas tensiones y rivalidades subyacentes eventualmente llevaron a la confrontación violenta entre los dos escritores.
Aunque la ruptura entre Fernández y Medina no ocurrio en términos de violencia física, lo cierto es que ella además de provocar la salida del PLD del gobierno y crear las condiciones para que se cristalizara el golpe de estado de blando, auspiciado por Estados Unidos, que llevó a Luis Abinader a ocupar la presidencia de la República, junto a Participación Ciudadana y el PRM, también nos ha llevado a padecer las consecuencias de un gobierno incapaz, responsable del pronunciado estado de deterioro y retroceso que vive hoy el pueblo dominicano.
Algunos críticos han criticado la novela por su tratamiento de los eventos históricos y los personajes reales. En particular, han cuestionado la precisión de la representación de Vargas Llosa y García Márquez, y han argumentado que Bayly se basa demasiado en rumores
Asi como la enemistad entre Vargas Llosa y García Márquez no nos permitio ver hecho realidad su proyecto de escribir una novela a cuatro manos sobre la guerra entre Perú y Colombia, la cual seguramente estaría entre las más trascendentes obras literarias de nuestro idioma, también la continuidad de la separación entre Leonel y Danilo puede fundir nuestro destino con el de Haití y llevarnos de una nación encaminada hacia el desarrollo a un Estado Fallido en manos del PRM.
Algunos críticos han criticado la novela por su tratamiento de los eventos históricos y los personajes reales. En particular, han cuestionado la precisión de la representación de Vargas Llosa y García Márquez, y han argumentado que Bayly se basa demasiado en especulaciones y rumores sin fundamento. Sin embargo, otros han elogiado la novela por su capacidad para explorar las complejidades de la amistad y la rivalidad, y por su estilo de escritura perspicaz y cautivador.
Aunque algunos insisten en que Fernández y Medina deben mantenerse separados, otros estamos firmemente convencidos de que solo su reunificación puede salvar a la República Dominicana del atolladero y llevarnos a un nuevo estadio de prosperidad y bienestar.
El autor es abogado, analista político, y es dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

En conclusión, Los Genios de Jaime Bayly es una novela provocadora y controvertida que explora la relación entre dos de los escritores más importantes del siglo XX, asi como las ideas vertidas en este espacio claman con fervor patriotico que los genios de la politica dominicana, pongan a un lado sus diferencias y trabajen juntos nuevamente para bien de las presentes y futuras generaciones.
(Este artículo fue escrito en su totalidad a través de ChatGPT, con la excepción de los dos últimos párrafos).
LUCIVEL ÁVILA » @SLUCIVELAVILA

Las relaciones con los medios de comunicación son delicadas. Bien sabidas son su importancia e influencia, por tanto, ese trato con los periodistas ha de ser inteligente, oportuno y sincero. Cuando no es así, las organizaciones políticas o sus protagonistas cometen, entre otros, los siguientes errores:

Primero: atiborrar de regalos a los periodistas. Hay quienes no tienen precio y sí mucho valor. En general, los buenos no se dejan comprar, amén de que los regalos estén a la orden del día. Es habitual hacerse amigo de ellos a cambio de ciertos «favores». Los detalles en especie les gustan, como a cualquier otro profesional, pero es preciso tener cuidado. Los periodistas tienden a ser desconfiados y, con excepciones, un generoso presente no conquistará su neutralidad ni hará que pierda la ecuanimidad. Por ejemplo, se puede garantizar cobertura de un evento, pero no lo que se difundirá, o lograr una entrevista, mas no saber el cuestionario que se desarrollará. Otro asunto es verificar si en el tiempo se podrán mantener esas entregas de obsequios, ya que si desaparecen se pudiera percibir una crisis o repentina tacañería. Es vital actuar con moderación para que el regalo no ensombrezca lo que realmente interesa: comunicar los aspectos positivos de acciones importantes.
Segundo: convocar con 15 días de anticipación. El trabajo mediático no permite demasiada planificación, pues se debe a la actualidad. Basta con que se convoquen unos tres días antes; si se sobrepasa este tiempo es muy probable que el periodista olvide la cita. Otro factor a considerar es la rapidez con que cambian los temas en el tapete, sus personajes y contextos; un suceso nuevo, cuya rueda de prensa ha sido convocada a la misma hora, implica que algo viejo deber ser reducido o eliminado.
Es decir, mientras más se aproxime la convocatoria de medios al día del evento, mejor. De este modo se tiene más tiempo para atrasarla si se considera que la competencia de temas o eventos es imbatible.
Tercero: hacer ruedas de prensa de dos horas. La estructura típica de este tipo de actividad es simple: una mesa o un atril, un moderador y el portavoz; cuando es necesario también un técnico para aclarar algo.
La capacidad de síntesis en un medio de comunicación se valora mucho. Es aconsejable ceñirse a un solo mensaje y apoyarse en imágenes, si aportan mucho. De cinco a diez minutos deben ser suficientes para expresarse y luego dar paso a las inquietudes de los periodistas, para lo cual, con anticipación, se han revisado posibles respuestas a preguntas básicas que pudieran surgir.
Se recomienda tener listos unos mensajes claves para cada tema circundante. El portavoz debe preparar su exposición, ser sencillo y breve.
Cuarto: decir «sí» a un medio, desconociendo qué se gana o pierde. Al momento de conceder una entrevista u ofrecer una rueda de prensa, es perentorio preguntarse: ¿Para qué? ¿Qué beneficio se obtendrá? ¿Hay algo interesante para decir? ¿El momento es oportuno para exponer públicamente? Antes de ir con inseguridad acerca de las oportunidades de una comparecencia, mejor es abstenerse. No se recomienda comprometerse sin que el portavoz o director de comunicación ate estos «cabos».
Quinto: mal administrar las exclusivas. Una cosa es conceder entrevistas en exclusiva o filtrar informaciones a un medio, y otra diferente es excluir a uno en particular de las convocatorias por enemistad, desconfianza o rencor. Con las filtraciones se logra más extensión en la cobertura de la información, si es lo suficientemente importante y si además hay cierta complicidad entre la fuente de la información y quien la difunde.
La generalidad describe más o menos un trato de: «Te lo cuento sólo a ti, pero a cambio tú tratas extensamente el asunto». Pero es un arma de doble filo, ya que a veces desvincula a los demás medios de la historia, por sentirla ajena. En ese orden, se corre el riesgo de que finalmente el medio no publique todo cuanto se deseaba y, al querer después que otros difundan la información para «rellenar», estos no estén interesados. Lo mejor es no abusar de las exclusivas.
@MarivellC ESPECIAL PARA PAÍS POLÍTICO
Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha intentado dejar una huella de su paso por el universo, para nosotros un hecho que se hace tangible a través de la experiencia que nos ofrece habitar en el planeta tierra.
En ese sentido, las huellas se hicieron dibujos por el hombre primario en las cuevas de la vieja Europa y también por los taínos en algunas cuevas, como los que guarda y a la vez se exhiben en las Cuevas del Pomier.
El asunto es que todos hemos sentido la necesidad de vencer la muerte con nuestra estancia en la tierra y dejar certificado que hemos pasado por aquí y que al hacerlo, no pasamos como dijo el poeta «pasaras por mi vida sin saber que pasaste»...
La idea es que al pasar por la vida, le ganemos al tiempo y dejemos constancia de que «no vinimos a la tierra de balde», como advertían en tiempos inmemoriales padres y abuelos, que eran partidarios de la máxima de «no estar en el mundo para que haya más gente».
Esta idea, acendrada en nuestras psiquis desde que hicimos conciencia de nosotros mismos no como colectividad si no como individuos parados eternamente ante nuestro propio reflejo, parece ser la que impera en este tiempo en el que las redes y las selfies nos convierte en replicadores constantes de nosotros mismos en todos los ángulos posibles de lo que pudiéramos ser.

En una visión de cómo era el mundo en 1998, Eduardo Galeano nos explicaba en una entrevista que «las mercancías eran más importantes que las personas» y que «lo que no tiene precio no tiene valor». En ese momento, sin embargo, estaba naciendo en ese mismo una nueva civilización llamada Google.
El mundo que conocíamos hasta entonces se comprimió, pero no se esfumó, cambió de estado y se convirtió en líquido (lea a Zygmun Bauman). Todo tomaba una nueva forma y se deslizaba o se dejaba deslizar hacia ese mundo inmaterial en el cual también hubo un cambio de hábitos y de mentalidades.