Revista Ad gentes Noviembre–Diciembre

ISSN: 0185-8424

REVISTA AD GENTES. PUBLICACIÓN BIMESTRAL DE LAS OBRAS MISIONALES PONTIFICIO EPISCOPALES DE MÉXICO A.R.

Año LI No. 597: Nueva época Noviembre - Diciembre 2018 Costo: $15.00 M.N OMPE MÉXICO

LA MISIÓN AL SERVICIO DE LA PAZ Es necesario ser concientes de nuestro mundo y de todo aquello que hacemos o que no hacemos.

Un mundo mejor es posible si se construye desde la Buena Nueva del Reino a los pobres y excluidos.

Hno. Joel Cruz Reyes, mccj

P. Toribio Tapia Bahena

MENSAJE DEL DIRECTOR PBRO. JOSÉ AYALA MADRIGAL

Estimados y muy queridos amigos de Ad gentes, les mando un cariñoso saludo a todos ustedes que esperan la llegada de esta su revista con gran expectativa y gozo. Pido a Dios los llene de bendiciones y ruego a la Morenita del Tepeyac los proteja con amor maternal.

Los días 2 y 3 de octubre pasados tuvimos la visita del Presidente General de Obras Misionales Pontificias, S.E. Mons. Giampietro Dal Toso, proveniente de Roma. Su presencia en nuestro país se debió al festejo del 50 aniversario de esta revista Ad gentes, la cual fue fundada en 1968 por el Pbro. José Álvarez Herrera, misionero de Guadalupe.

El 2 de octubre fue dedicado por completo a dicho festejo mediante una jornada de carácter histórico-pastoral. Nos honraron con su presencia diversas personalidades como por ejemplo: S.E. Mons. Alfonso Miranda Guardiola, Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), S.E. Mons. Fabio Martínez Castilla, Responsable de la Dimensión Episcopal de Misiones y Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Mons. Jorge Arturo Mejía Flores, director nacional de OMPE de 1994 a 2004 y el Padre Ricardo Colín Negrete, director nacional de OMPE de 1990 a 1994.

Mons. Dal Toso dictó la conferencia magistral “Una Iglesia misionera para el hombre de hoy: acción y oración en nuestras Obras Misionales Pontificias”, donde nos recordaba que «la primera tarea de la Iglesia misionera es favorecer el encuentro personal con Cristo […] Nuestra reflexión y esfuerzos como Obras Misionales Pontificias deben considerar este vínculo entre fe y misión».

También se llevó a cabo, ese mismo día, un panel histórico sobre la revista, donde se presentó un recorrido histórico de la misma, así como testimonios de personalidades que tuvieron a su cargo la coordinación de edición y contenido de la revista. Se presentó, por último, un análisis del contenido para proyectar con más compromiso y seriedad el futuro de nuestra revista misionera.

El día 3 se organizó para que Mons. Dal Toso tuviera la oportunidad de encontrarse, primeramente, con el Consejo Permanente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, donde se planteó en conjunto los siguientes puntos: 1.- Fomentar la cooperación misionera de la Iglesia mexicana a la misión ad gentes. 2.- Hacer más énfasis de la formación misionera en los seminarios y casas de formación con apoyo de la Dimensión Episcopal de vocaciones y ministerios. 3.-Que los santuarios de nuestro país, y en espacial la Basílica de Guadalupe, sean centros que promuevan las vocaciones misioneras ad gentes en comunión con la Dimensión Episcopal de santuarios y piedad popular y 4.- Establecer vínculos entre la opción por una Iglesia misionera y evangelizadora del Proyecto Global de Pastoral de la CEM con el mes misionero extraordinario octubre 2019 propuesto por el Papa Francisco.

Por la tarde del día 3, Mons. Dal Toso se reunión con 17 directores diocesanos de misiones, S.E. Mons. Fabio Martínez Castilla y el equipo nacional de las OMPE México para tener un diálogo fraterno y que él pudiera, de manera muy general, conocer la realidad de la animación misionera de lagunas diócesis del país. Al final agradeció por el trabajo que realizan los directores de misiones en sus diócesis e insistió en aprovechar el octubre misionero 2019 como una ocasión que se nos presenta como Iglesia para despertar el sentido misionero en todo el Pueblo de Dios.

“Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo” Pbro. José Ayala Madrigal Obras Misionales Pontificio Episcopales de México Director Nacional

CONTENIDO

NOVIEMBRE · DICIEMBRE 2018 AÑO LI NO. 597: NUEVA ÉPOCA

BIBLIA Y MISIÓN Jesús: proclamador de la Buena Nueva del Reino

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AL SERVICIO DE LA MISIÓN Pontificia Obra de la Propagación de la Fe

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TESTIMONIOS MISIONEROS La Misión es también para... ¡Los pequeños!

14

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TESTIMONIOS MISIONEROS La fe ante el dolor

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MISIÓN Y PERSPECTIVA La misión al servicio de la paz

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IGLESIA EN SALIDA Transmisión de la fe en contextos seculares

36

TESTIMONIOS MISIONEROS UEM: XXII Encuentro Nacional

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LA VOZ DE NUESTROS PASTORES Propuesta pastoral para las OMPE México

36

ESPIRITUALIDAD MISIONERA La Paz, misión de todo ser humano

44

CUADRO POR CUADRO Cristiada

Visítanos: www.ompe.mx Escríbenos: informes@ompe.com.mx

OBRAS MISIONALES PONTIFICIO EPISCOPALES DE MÉXICO A.R. Propietario

PBRO. JOSÉ AYALA MADRIGAL Director General

PBRO. LUIS ALBERTO CASTILLO HERNÁNDEZ

Secretario Nacional de la Pontificia Obra de la PF

DIANA MONROY RODRÍGUEZ Editora

CLAUDIA B. CHÁVEZ RAMÍREZ Diseño

COLABORADORES

Pbro. Toribio Tapia Bahena Hno. Joel Cruz Reyes Comunidad Misionera de Villaregia Pbro. Dr. Luis García Orso Pbro. Marcos Garduño Arias, SX Dra. Argelia Esparza Flores, HCG

Revista Adgentes

Fotografía Págs: 14-17 CMV Págs: 18-21 Dra. Argelia Esparza

REVISTA AD GENTES, Año LI, número 597: Nueva época, noviembre · diciembre 2018, es una publicación bimestral impresa distribuida por Obras Misionales Pontificio Episcopales de México, A. R., Prolongación Misterios No. 24, Col. Tepeyac Insurgentes.

Delegación Gustavo A. Madero, C.P. 07020, Tel. (01 55) 57500544, www.ompe.mx, informes@ompe.com.mx Editor responsable: José Ayala Madrigal.

Reserva de Derechos No. 04-2008-042412363000-102, ISSN: 0185-8424, Licitud de Título No. 12345.

Licitud de Contenido No. 9908, ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación, Permiso SEPOMEX No. PPO9-1848 Impresa por Editorial Esfuerzo S. A. de C. V. Esfuerzo 16-A, Col. Lázaro Cárdenas, C.P. 53560 Naucalpan de Juárez, Estado de México.

Este número se terminó de imprimir el 25 de octubre de 2018, con un tiraje de 10, 000 ejemplares.

El contenido de los artículos que aparecen en cada número es responsabilidad de los autores y no compromete la opinión de los editores.

Noviembre - Diciembre 2018

EDITORIAL El pasado 2 de octubre celebramos los 50 años de la revista Ad gentes, cumplidos en abril del presente año. En esta celebración no solo hicimos un repaso histórico de esta publicación, sino que además, conscientes de la enorme tarea, reafirmamos el compromiso para con la misión.

Hemos iniciado un camino de trabajo hacia la celebración de un Mes Extraordinario de las Misiones, en octubre 2019; que este caminar sea motivo de gozo y oportunidad para no apartar de nuestro corazón la misión que Cristo nos ha encomendado y que como bautizados hemos sido enviados a «llevar el Evangelio a todas las naciones». …

Durante este bimestre el Papa Francisco, nos exhorta a orar por dos causas: «Para que el lenguaje del corazón y del diálogo prevalezca siempre sobre el lenguaje de las armas» y «Para que las personas dedicadas al servicio de la trasmisión de la fe encuentren un lenguaje adaptado al presente, en diálogo con la cultura».

Llama la atención lo enfático que es el Santo Padre en el uso de la comunicación como herramienta para la solución de conflictos. En ambos casos el lenguaje es el elemento conciliador, el encargado de, mediante su uso correcto, subsanar diferencias, crear lazos y generar pactos. Seamos misioneros del diálogo fraterno y la paz, busquemos ser agentes conciliadores antes que crear discordia.

Basta con observar a nuestro alrededor y mirar de frente los retos de nuestro tiempo, para darnos cuenta que, ante las turbulencias que atraviesa nuestra sociedad, es necesario perseverar en la búsqueda de la paz, entendida no como mera tranquilidad sino como el bienestar de todos. Pero, para ello, un elemento fundamental, es el diálogo con el otro, propiciado a partir de la salida a su encuentro.

La problemática actual nos exige ser misioneros pacíficos, no pasivos, que brinden propuestas y soluciones enfocadas en la propagación del Reino. Ser cristianos realmente comprometidos implica no solo el anuncio de la Buena Nueva, sino la activa colaboración en el plan salvífico de Dios; en el pleno reconocimiento del otro está implícito el reconocimiento de su dignidad como hijo de Dios, el reconocimiento de nuestro hermano.

BIBLIA Y MISIÓN

P. Toribio Tapia Bahena / Universidad Pontificia de México

Jesús: proclamador de la Buena Nueva del Reino «Cristo, en cuanto evangelizador, anuncia ante todo un reino, el reino de Dios, tan importante que, en relación a él, todo se convierte en “lo demás”, que es dado por añadidura (Cf. Mt 6, 33). Solamente el reino es pues absoluto y todo el resto es relativo.

El Señor se complacerá en describir de muy diversas maneras la dicha de pertenecer a ese reino, una dicha paradójica hecha de cosas que el mundo rechaza (Cf. Mt 5, 3-12), las exigencias del reino y su carta magna (Cf. Mt 5-7), los heraldos del reino (Cf. Mt 10), los misterios del mismo (Cf. Mt 13), sus hijos (Cf. Mt 18), la vigilancia y fidelidad requeridas a quien espera su llegada definitiva (Cf. Mt 24-25)». EN, 8.

E La predicación de San Juan el Bautista, Bartholomeus Breenbergh, 1634.

Museo Metropolitano de arte.

“…convoco un mes misionero extraordinario en octubre de 2019, con el fin de despertar aún más la conciencia misionera de la missio ad gentes y de retomar con un nuevo impulso la transformación misionera de la vida y de la pastoral. Nos podremos disponer para ello, también durante el mes misionero de octubre del próximo año, para que todos los fieles lleven en su corazón el anuncio del Evangelio y la conversión misionera y evangelizadora de las propias comunidades; para que crezca el amor por la misión, que «es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo”.

Papa Francisco, Carta al Cardenal Fernando Filoni, Octubre 22, 2017.

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l Santo Padre ha convocado la celebración de un mes extraordinario de la misión para octubre de 2019 para cuya reflexión ha pedido que se aproveche, especialmente, el libro de Hechos de los Apóstoles, releído en clave misionera.

Las Obras Misionales Pontificio Episcopales de México se han sumado a esta iniciativa del Santo Padre a través de un programa dedicado expresamente a una serie de reflexiones, entre otras cosas, que tendrán como punto de referencia los Hechos de los Apóstoles. Sin embargo, debido a la unidad que tiene Hechos con el Evangelio de Lucas, así como por la necesidad de reflexionar previamente sobre la misión del Maestro para comprender mejor la misión de los discípulos, se ha optado porque las dos primeras reflexiones estén dedicadas a la Misión de Jesús en el evangelio de Lucas. Consideramos que servirán, no solo de preámbulo, sino como punto de partida para comprender más y mejor la misión de las comunidades que aparecen retratadas en el segundo volumen de la obra lucana.

Noviembre - Diciembre 2018

La primera reflexión está dedicada a una breve presentación de Jesús como proclamador de la Buena Nueva del Reino. El objetivo es reflexionar, a partir sobre todo del Evangelio de Lucas, sobre Jesús como proclamador de la Buena Nueva del Reino, para percibir algunas de sus implicaciones para la misión cristiana.

Presentamos nuestra propuesta en tres momentos: primeramente, Jesús como proclamador de la Buena Nueva del Reino; después, las implicaciones; en un tercer momento, algunas breves conclusiones, junto con unas indicaciones, apenas sugerentes, para la reflexión personal y en grupo.

1. Jesús, proclamó la Buena Nueva del Reino El evangelio de Lucas precisa que Jesús proclamó, no solo la buena Nueva, sino la Buena Nueva del Reino de Dios (4, 43). Esta precisión tiene mucho sentido porque, Lucas al presentar a Jesús con esta peculiaridad, parece distinguirlo expresamente de Juan el Bautista y del emperador.

San Juan Bautista, El Greco, 1605. Museo de Bellas Artes de Valencia.

A diferencia de Juan y del emperador

Noviembre - Diciembre 2018

Lucas presenta un contraste entre la proclamación que hace Juan y el Emperador de la Buena Noticia. Así, por ejemplo, en el caso del Bautista dice que «con otras muchas exhortaciones anuncia la Buena Nueva» (3, 18). Esta precisión que se hace hay que verla a partir de tres elementos que se ofrecen en Lucas y Hechos. En primer lugar, el tercer evangelista no duda en referirnos que algunos discípulos de Juan se habían dispersado hasta llegar a Éfeso, en donde Apolo los encuentra y se da cuenta que solo habían recibido el bautismo de su maestro, pero no al Espíritu Santo (19, 1-7), vislumbrando con todo esto, un grupo que se mantuvo fiel al bautista pero totalmente al margen de Jesús. En segundo lugar, Lucas deja claro que Juan, el bautista, solo predica la Buena Nueva, sin atreverse a decir que lo hace al estilo de Jesús; de hecho reduce su predicación solo a que da la Buena 5

BIBLIA Y MISIÓN

Nueva a través de ciertas exhortaciones; quizás porque la imagen castigadora que presenta Juan en su predicación (Lc 3, 7ss) está en total contradicción con la que ofrece Jesús en la proclamación del Año de Gracia en la sinagoga de su pueblo (4, 18-19 e Is 61, 1-2). Está claro que, si alguien pretende anunciar la Buena Noticia, debe preguntarse con mucha seriedad qué tipo de imagen de Dios está en el fondo de su predicación.

El evangelio de Lucas precisa que Jesús proclamó, no solo la buena Nueva, sino la Buena Nueva del Reino de Dios.

Jesús proclama la Buena Nueva del Reino de Dios El centro del mensaje de Jesús, estrictamente hablando, no es Dios en sí mismo, tampoco él mismo. Jesús no se dedicó a hablar, mucho menos a especular, sobre Dios o sobre sus cualidades1. Jesús centró todo, no en Dios a secas, sino en el Reino de Dios2. No se discute que Jesús habló de Dios como Padre; sin embargo, para Jesús incluso «Dios» es visto en una totalidad más amplia: «el Reino de Dios». Esto significa que lo central, en la proclamación de Jesús, no es Dios, tampoco él mismo, sino sus mediaciones en las que los seres humanos pueden encontrar a Dios y a Jesucristo. En otras palabras, al hablar del Reino de Dios Jesucristo quería dejar claro dónde, cuándo y cómo se puede encontrar a Dios. Y es que el problema real no es si se tienen o no ideas claras sobre Dios, sino qué tipo de comportamientos, compromisos y opciones genera la relación con él, a través de la adopción de su proyecto del Reino. De ahí que esto traiga algunas implicaciones.

Pero, el tercer evangelista también presenta un contraste con la Buena Nueva del Emperador. Cuando muchos de los primeros cristianos escuchaban el término «evangelio» o «dar la buena nueva», sospechaban que habría ciertas novedades de la casa imperial, por ejemplo, el ascenso del César al trono, su curación después de larga enfermedad, nacimiento o mayoría de edad de su sucesor, etcétera. Por eso, para Lucas, no es suficiente, anunciar la Buena Nueva; también el emperador y sus allegados lo hacían; con mucha seguridad, por eso distingue y precisa que Jesús ofrece la Buena Nueva del Reino de Dios.

Los santos niños con una concha, Murillo, 1670. Museo Nacional del Prado.

2. Implicaciones

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La presentación de Jesús como proclamador de la Buena Nueva del Reino de Dios en el Evangelio de Lucas fue tan importante que, se percibió como algo prioritario en la vida de la comunidad misionera; así, por ejemplo, llama mucho la atención que el autor del tercer evangelio, convencido de la importancia del Reino de Dios, deje claro desde el principio que el Señor Resucitado 1 De hecho Jesús nunca se dirige a Dios como «rey».

2 La frase «Reino de Dios» habla de Dios, en lo que los expertos llaman genitivo explicativo; de este modo “reino de Dios” se identifica con Dios.

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estuvo en una especie de capacitación intensa y prolongada hablando con sus discípulos solamente sobre ese contenido: «… dejándose ver de ellos durante cuarenta días y hablándoles del Reino de Dios» (1, 3). Este señalamiento supone que todo lo que decían los discípulos, así como todo lo que hacían, suponía el Reino de Dios como Buena Nueva. Por eso, no es ninguna casualidad que, al final se cierre prácticamente el libro de los Hechos con la indicación de que Pablo «predicaba el Reino de Dios y enseñaba lo referente al Señor Jesucristo con toda valentía, sin estorbo alguno» (28,31), en Roma, en una casa.

se inicia un tiempo de gracia, en el que las cosas deben y pueden ser mejores; y eso le agrada sumamente a Dios.

… y la atención al sufrimiento de las personas Según el tercer evangelio el anuncio de la Buena Nueva es para todos, especialmente, para los que más necesitan de ella. No hay que entender esto como un mensaje excluyente; es más bien, un criterio fundamental, pues si queremos que la Buena Noticia sea algo relevante para todos, debe ser especialmente para los pobres. La Buena Nueva anunciada a los pobres, a los que padecen la

Esta importancia del Reino, a partir de la predicación de Jesús, implicaba según Lucas, para que realmente fuera Buena Nueva, algunas convicciones.

Otra imagen de Dios Desde la Buena Nueva del Reino se replantea la imagen que se tiene de Dios. Una de las ocasiones en que aparece la referencia de dar buenas noticias es precisamente en Lc 4,18: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva». De acuerdo a la naturaleza de nuestro tema hay que enfatizar que Jesús escoge un texto para leer, acuerdo a las divisiones actuales: Isaías 61, 1-2. Si leemos con atención en nuestras biblias la cita de Isaías nos daremos cuenta que evita decir «el día de la venganza de nuestro Dios» (Is 61, 2). Jesús en Lucas, y el mismo autor del tercer evangelio, dejaron suficientemente claro que la intervención de Dios en la vida, en la historia de las persona, solamente puede darse como una buena noticia. Dios no es un extraño, tampoco un rival del hombre, mucho menos alguien que se desquita. El hoy de la salvación que proclama Jesucristo no se puede identificar con un día de desquite de parte de Dios. La presencia de Dios en la vida del hombre no es para hacerlo más desgraciado sino para que sea realmente feliz. Con Jesús Noviembre - Diciembre 2018

El nacimiento de Juan Bautista, Tintoretto, 1554. Museo del Hermitage.

Hay gente que se imagina que el pasaje del profeta Isaías salió por casualidad, al azar; otros piensan que posiblemente era el texto que correspondía ese día, suponiendo que había una especie de ciclo de lecturas para las reuniones en la sinagoga. Ninguna de estas dos afirmaciones tiene suficiente fundamento en el texto del evangelio de Lucas o fuera de él.

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BIBLIA Y MISIÓN

desigualdad, no la aceptan todos, pero en el fondo todos la necesitamos.

La Buena Noticia a los pobres y excluidos (Lc 7, 22) es un principio ineludible en la tarea evangelizadora para que los cambios de situación se den sin contradecir el Plan de Dios y sin ocasionar sufrimientos o situaciones de exclusiones semejantes a las que se pretenden superar. Un mundo mejor es posible si se construye desde la Buena Nueva del Reino a los pobres y excluidos.

Bajo la acción del Espíritu Santo

San Juan Bautista, El Greco, 1579. Monasterio de Santo Domingo de Silos.

La acción evangelizadora, para que realmente sea Buena Noticia del Reino, debe hacerse, como lo hizo Jesús, bajo la acción del Espíritu Santo, quien está presente desde la intervención amorosa de Dios para el nacimiento de Jesús (Lc 1,35ss), así como en el inicio de su misión, una vez que ha sido bautizado (véase 3.22; 4,1.14. 18).

Lo más interesante es que esta presencia indispensable del Espíritu suscita en Jesús un perfil básico de proclamador de la Buena Nueva que, bien podemos identificar a partir de la superación de las tentaciones (4, 1-13).

Llama poderosamente la atención que el texto más importante que tiene el evangelio de Lucas sobre la misión (4, 14-30) esté precisamente después de haber presentado la superación de las tentaciones por parte de Jesús. Lo más seguro es que esto no sea casualidad. Lucas remonta la genealogía de Jesús hasta Adán (3, 38) precisamente porque desea dejar claro que comienza la etapa del Nuevo Adán, Jesucristo; Adán había sucumbido a la tentación, Jesucristo las ha superado.

Casi es seguro que al unir el inicio de la misión de Jesús con el relato de las tentaciones y, sobre todo, con la presencia del Espíritu Santo, el evangelio esté querien8

do dar a entender que el Señor es proclamador de la Buena Nueva del Reino desde su integralidad como modelo de todo ser humano.

Así, ante la primera tentación que, entre otras cosas, consiste en vivir solo comiendo, ir subsistiendo, o ir pasando la vida mediocremente, Jesús responde que «no solo de pan vive el hombre» (v. 4). Y es que Jesús misionero, bajo la acción del Espíritu, vive con sentido, en plenitud. La segunda tentación que se manifiesta en la posibilidad —y hasta necesidad nefasta— de adquirir poder, sin importar qué precio se le pague al maligno, el evangelio propone no Noviembre - Diciembre 2018

Virgen de las rocas, Leonardo Da Vinci, 1486. Louvre.

darle a nadie y tampoco asignarse lugares o deferencias que solo le corresponden al Dios de Jesús. Por último, ante la tentación «Adorarás al Señor tu Dios y solo a él darás culto» (v. 8); ante la tentación de ponerle pruebas o condiciones a Dios, el evangelio propone que las personas evitemos aquella eterna tentación del ser humano que consiste en adueñarse de Dios, sin darse cuenta que al pretender manipularlo o al caer en la tentación de manipularlo terminan teniendo un ídolo no el Dios de Jesús. La indicación que da Jesús de «no tentarás al Señor tu Dios» (v.

12), es una convicción fundamental de Jesús que se deja guiar, en orden a su tarea misionera, por el Espíritu Santo.

• Jesús, no solo proclamó buenas noticias, sino que proclamó la Buena Nueva del Reino de Dios, convirtiendo así su mensaje, en una auténtica alternativa en la vida de las personas y de las comunidades de aquel tiempo. ¿En qué nos hace reflexionar, con relación a nuestra tarea evangelizadora?

• Su originalidad estuvo en que centró su atención, primeramente, en el Proyecto del Reino de Dios. Desde este proyecto Dios, las personas y sus relaciones se entienden mejor, en el horizonte adecuado.

Oremos para que nunca se nos olvide esta convicción en nuestro ministerio evangelizador. * Desde Jesús, por tanto, no puede haber tarea evangelizadora sin la necesidad sentida y la convicción asumida de compartir la Buena Noticia del Reino de Dios; a esta necesidad y convicción, debe agregarse, siempre en la perspectiva del evangelio de Lucas, la convicción de que se necesita replantearnos, permanentemente la imagen de Dios en que creemos, así como la necesidad de ser cada vez más sensibles al sufrimiento de los más pobres.

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* ¿En qué urge intensificar el testimonio para que estas dos condiciones se hagan, cada vez, más presentes? * Además, si queremos realmente compartir la Buena Nueva del Reino, es necesario a la presencia exigente, pero siempre bondadosa, del Espíritu Santo, para crecer siempre en un perfil básico al estilo de Jesús: ser evangelizadores que tienen sentido de la vida, que evitan el abuso de poder y que nunca se atreven a vivir manipulando a Dios. ¿Qué podemos hacer para que otros hermanos y hermanas nuestros se convenzan de esto último que nos enseñanza el evangelio de Lucas con relación a la tarea evangelizadora del Maestro.

• ¿De qué manera y en qué ayudaría un perfil básico, como el que presenta Lucas en la superación de las tentaciones, para la construcción de la paz y la reconciliación en nuestro país?

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TESTIMONIOS MISIONEROS

Comunidad Misionera de Villaregia

La Misión es también para... ¡Los pequeños!

«La niñez, hoy en día, debe ser destinataria de una acción prioritaria de la Iglesia, de la familia y de las instituciones del Estado, tanto por las posibilidades que ofrece, como por la vulnerabilidad a la que se encuentra expuesta. Los niños son don y signo de la presencia de Dios en nuestro mundo por su capacidad de aceptar con sencillez el mensaje evangélico. Jesús los escogió con especial ternura (cf. Mt 19,14), y presentó su capacidad de acoger el Evangelio como modelo para entrar en el Reino de Dios (cf. Mc 10,14; Mt 18,3)».

Documento conclusivo de Aparecida, 438

Costa de Marfil, oficialmente «République de Côte d’Ivoire», es un país de África Occidental, miembro de la Unión Africana. Tiene una superficie de 322.463 km2. Limita al norte, con Mali y Burkina Faso, al oeste, con Liberia y Guinea, al este, con Ghana, y al sur, con el océano Atlántico, cuya costa es de 515 km (MAEC, 2015).

U

n millar de niños de la parroquia de San Lorenzo de Yopougon-Kouté, un barrio de Abiyán en Costa de Marfil, una misión de la Comunidad Misionera de Villaregia, en enero han vivido un visiteo para anunciar el amor de Dios a sus compañeros del barrio.

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Su población en 2013 fue de 20.316.086 habitantes (Banco Mundial, 2015), 50,96% hombres, frente al 49,03% mujeres (Datos Macroeconómicos, 2015).

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La parroquia de San Lorenzo, entre los actos de celebración de su 25º aniversario de presencia de los misioneros en la tierra de Costa de Marfil, organizó una misión evangelizadora confiada a los niños. Los niños salieron a la calle para conocer a otros niños con quien compartir la experiencia del amor de Dios. Son muchos los «amigos de Jesús» que con alegría asisten a la misa todos los domingos, así como a la catequesis, pero son muchos más los que no conocen a Jesús. En el espíritu de la Iglesia en salida (EG 20), incluso los más pequeños, han sido enviados a proclamar la alegría del Evangelio.

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La religión en Costa de Marfil es muy diversa y no hay una religión específica que domine sobre los demás.

Se ha estimado que el 46,7% de la población practica el cristianismo.

De ellos, 19,4% son católicos, 19,3% evangélicos, 2,5% metodistas y otras denominaciones cristianas constituyen el 4,5% restante. El 40,2% de la población del país es musulmán y otro 12,8% se adhiere al animismo o no tiene religión. Otras religiones son respetadas por el 1,4% de la población1.

1Más información en: http://www.studycountry. com/es/guia-paises/CI-religion.htm

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TESTIMONIOS MISIONEROS

Pacificadores: estudiantes apóstoles del Evangelio en una sociedad marcada por la guerra civil Educar para la paz en un contexto profundamente marcado por la guerra civil. Este es el proyecto que está llevando a cabo en Costa de Marfil «Porteurs de Paix» (Portadores de paz), una asociación dirigida por el jesuita Vincent Foutchantse, en colaboración con la Fondazione Magis, la ONG de los jesuitas italianos. La iniciativa comenzó hace unos meses pero hoy, 21 de septiembre, Día Internacional de la Paz, adquiere un significado especial.

El proyecto tiene como objetivo la educación para la paz, basada en la enseñanza del Evangelio, de un grupo de formadores que luego, trabajarán junto con los estudiantes de los colegios marfileños.

Por este motivo, se organizan seminarios y reuniones para fortalecer las competencias de los formadores. En los cursos se profundizará en la conciencia de uno mismo, la comunicación, el manejo de conflictos y la mediación, con la intención de propagar un estilo de relación humana basada en la confianza en el prójimo y en la convivencia armónica, en lugar de la violencia.

Costa de Marfil ha representado durante años en toda África occidental un modelo de crecimiento económico y de convivencia entre poblaciones y grupos sociales diversos. En los primeros años del 2000, las diferencias políticas condujeron a una polarización de los grupos étnicos del país y a un endurecimiento de las relaciones sociales que, paulatinamente, dio lugar a un conflicto abierto. El conflicto ha devastado el país. Aún después del cese de las hostilidades en el año 2003, las tensiones étnicas permanecen latentes, parcialmente silenciada por las políticas económicas que han llevado a un notable aumento del PIB del 3,6% en 2009 al 6,3% en 2015.

En este contexto, «Porteurs de Paix» lleva a cabo acciones para promover relaciones sanas entre los diferentes componentes de la sociedad marfileña.

Sus formadores tratan de transmitir los valores de aceptación mutua y de respeto de todos los miembros de la sociedad.

«Nuestras materias –explican los responsables de Porteurs de Paix– pueden enseñarse también en la universidad. Sin embargo, preferimos centrar nuestros esfuerzos en estudiantes de secundaria, a quienes ofreceremos los medios para manejar las diferencias y las relaciones sin conflicto; con el fin de ampliar sus horizontes y su espíritu para resolver los conflictos según la enseñanza del Evangelio: Bienaventurados los pacíficos».

Agencia FIDES. www.fides.org

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La gran «salida misionera» ha sido preparada en el curso de la predicación en algunas misas dominicales y en las clases de catecismo. Los boy scouts han dividido el territorio de la parroquia en siete sectores principales y han ayudado a los miembros de la Comisión de la pastoral de la Infancia y a los catequistas en acompañar los siete grupos de pequeños evangelizadores.

Mientras los más grandecitos (9-12 años) daban el anuncio de la Buena Nueva, los demás cantaron y oraron para interceder y apoyar el trabajo de la evangelización.

El obispo de la diócesis, Mons Jean Salomon Lezoutié, presente en la misa de envío, bendijo a los niños, diciéndoles: «Como Dios escogió al pequeño David, el rey de su pueblo, el mismo Dios también les ha elegido a ustedes, pequeños, para ser sus misioneros».

Cada pequeño misionero recibió la Cruz del Pequeño Misionero de Jesús, bendecida por el obispo, y luego salió para tocar a las puertas de todas las casas del pueblo, en busca de sus compañeros. Las familias quedaron sorprendidas no solo por el movimiento que se creó, sino sobre todo por el valor y la alegría contagiosa de los niños, protagonistas de una misión tan grande.

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Los pequeños misioneros tenían consigo un «recordatorio», donde se reportaron algunas palabras-clave de la Buena Nueva: · · · ·

Dios es Padre y ama en forma personal.

El pecado te aleja de Dios.

Dios envió a Jesús para salvarte.

Dios te invita al arrepentimiento, es decir, a creer en Jesús y hacer el bien. · Dios te invita a caminar con la Iglesia.

Después de su misión, los pequeños misioneros regresaron a la parroquia juntos para dar gracias a Dios por la experiencia.

«Todo cristiano es un misionero en la medida en que conoció el amor de Dios en Cristo Jesús; Ya no decimos que somos "discípulos" y "misioneros", sino que siempre somos "discípulosmisioneros". Si no estamos convencidos, miremos a los primeros discípulos, inmediatamente después de ser alcanzados por la mirada de Jesús, fueron a anunciarlo con alegría: "Hemos encontrado al Mesías" (Jn 1, 41)» EG 120.

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TESTIMONIOS MISIONEROS

La

Dra. Argelia Esparza Flores H.C.G /arge-esparza@hotmail.com, Facebook: Argelia Esparza

fe ante el dolor

Que esta página, la primordial que marca el tono musical, como la obertura de la sinfonía inacabada de mi vida, se convierta en el testimonio sincero de gratitud a Dios; pues Él, lleno de indulgencia, me ha visitado, ha tomado con sus manos poderosas mis pobres manos frías, me fundió cálidamente en su amor y me sigue dando vida.

M

e llamo Argelia Esparza Flores.

Soy una creyente, una religiosa, Hermana Catequista Guadalupana, una mujer apasionada por la Palabra de Dios y tengo un cáncer invasivo, agresivo y doloroso.

Hasta hace unos meses, me dedicaba a la enseñanza en un Colegio con un horario saturado y por las tardes ejerciendo mi profesión como Psicóloga, brindando terapias familiares e individuales a quienes lo solicitaban. Corría, subía, estudiaba; justo en el 2017 terminé dos doctorados 18

con honores, escribí tres libros, consideraba que había muchos sueños y muchas metas por alcanzar, según mi proyecto de vida.

Sin embargo, en enero del presente año Dios me visitó mediante la enfermedad, de pronto, después de varios estudios, vino el diagnostico final. No tengo duda que Dios me ha regalado este inconmensurable don de la fe, pues desde ese día es justo la palanca que mueve mi vida y me ha mostrado su amor y ternura como un derroche inagotable. Él tomó mis manos vacías y me condujo a un destino de gloria que no terminará jamás. Me ungió para comprometerme Noviembre - Diciembre 2018

más con mis hermanos, los hombres y mujeres de esta tierra, para que caminemos juntos a la nueva Jerusalén.

Sé que para muchos, la palabra cáncer, sigue siendo en su diccionario palabra casi maldita, cuya sola pronunciación conviene evitar a toda costa, porque posee siniestras resonancias, significa muerte próxima, casi inminente.

Y es verdad, con la aparición del cáncer, uno se enfrenta a la propia muerte, contempla la fiereza que mata, que existe y es verdad, existen muchos casos que, detectado a tiempo, han logrado superarlo con una dosis de fe, de optimismo, con el calor de los amigos, la familia y siguiendo el experto consejo de los médicos.

El peligro consiste en querer abdicar de nuestra existencia y enterrarnos en vida.

Pero hay en nuestra historia una novedad que aún no conocemos: Es la buena noticia del Evangelio, que pregona que la vida eterna comienza aquí y ahora y no tiene retorno, tampoco fin, Dios nos acoge entre sus manos poderosas y nada ni nadie, ni el cáncer, ni la muerte nos va a separar de su amor, y es entonces cuando vislumbramos y contemplamos que una nueva mañana empieza, que el sol destierra todas las sombras y comienza a brillar esplendorosamente la luz sin ocaso.

Después de una cirugía de alto riesgo, donde finalmente solo quedó la enfermedad en órganos vitales, comienzo a recibir sesiones de quimioterapia, parece un proceso simple: llego, saludo y todos contestan buenos días o buenas tardes madre, eso me compromete y me siento en un sillón al lado de varios compañeros y me descubro el brazo y lo extiendo, me canalizan y comienzan a pasar sueros que van a purificar la sangre, que van a matar las células cancerígenas y de paso también masacran las sanas, es como veneno benigno.

La sala de quimio, parece como una Iglesia llena de fieles ofreciendo un sacrificio en Noviembre - Diciembre 2018

conjunto. Siempre recibo de quien está a mi lado íntimas confidencias, pareciera que se opera el milagro de una apertura, de una ilusión recobrada, salgo sin fuerza y empieza un proceso de recuperación. Son días en que he llegado a experimentar el despojo total, me he caído en varias ocasiones por faltarme fuerza y al estar literalmente tirada en el piso, donde he pasado horas, oro en un silencio doloroso y oblativo, siempre tengo presentes a mis amados hermanos sacerdotes, las familias y la salud de quienes padecen. Afirmo con certeza que cuando el dolor es presentado como ofrenda, es más llevadero.

También quiero hacerte una confidencia estimado lector: Yo antes del cáncer vivía inmersa en un delirio de actividad, como bien versa una canción popular: «le faltan horas al día», así yo, mi vida era un sin vivir, una carrera contra reloj, siempre estimulando con urgencias y prisas, en perpetua aceleración, no se puede perder –me repetía constantemente– ni un segundo en el apostolado, en la acción, en la misión. Trabajaba, estudiaba, daba terapias, pláticas, una y otra en una sucesión interminable, 19

TESTIMONIOS MISIONEROS

en progresión imparable… Todo me parecía poco, para dilatar las fronteras del Reino de Dios. Todas mis obras estaban enfocadas en la salvación del mundo y de que eran para la gloria de Dios, eso era el único móvil de mi vida.

Ahora el cáncer me ha cambiado todo, me ha sacudido fuertemente, actúo con sosiego y calma, hago todo sin prisas, consciente de que soy un frágil instrumento en las manos poderosas de Dios.

Aún más, esta enfermedad me abrió los ojos del corazón. Ha abierto una brecha de luz. He descubierto, que la vida se esclarece cuando una realidad absoluta la ilumina: El amor. Que toda mi existencia solo merece la pena cuando se vive a partir del amor. Las otras realidades son transitorias, miserias de nuestra natural condición, la lucha por aparentar más de lo que somos, las intrigas palaciegas, la ambición sin control, la sutil soberbia, la inútil basura que acumulamos; y acaban por desaparecer, porque dejan de tener sentido en una vida nueva.

Los diagnósticos no son nada alentadores para mí, sin embargo, todo me parece nuevo, limpio, huele a verdadero, todo pareciera que acaba de hacerse, todo es puro milagro.

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luchar, es preciso hacerlo a favor o en contra pero siempre proseguir hacia adelante.

Tiempo atrás ni por la mente me pasaba la idea de padecer esta enfermedad, cuyo solo nombre atemoriza y estremece. Es una idea remota, distante, una realidad que pareciera que existe solo en los obituarios plasmados en los periódicos, que sacude a algunas personas y nos condolemos, es como si siempre quedará tan lejos y siempre la situamos más allá, como si nos consideráramos inmunes, autosuficientes, demasiado fuertes en la salud para admitir un flanco de debilidad.

Pues el mismo Dios ha puesto en nuestro corazón como semillas, las capacidades, por tanto; creer es permitir que estos legítimos anhelos germinen y crezcan, florezcan y fructifiquen. Dios quiere que nos empeñemos en vivir, con todas las consecuencias que esto implica, sin fisuras, plenamente.

Dios cumple los deseos de nuestro corazón y me pregunto: ¿Habrá algún anhelo más profundo que el de vivir, un ansia más ardiente que mantener la vida que Él nos da?

Hay que luchar contra el cáncer y todas sus amenazas a muerte que nos hostigan.

Dios no nos abandona. Nos unge con su fuerza victoriosa, es un Dios que pelea a nuestro lado.

Creo firmemente que mediante la fe no desertamos de esta vida, ni abdicamos de vivir. No claudiquemos nunca. Nadie nos va a remplazar. La vida, como una criatura desvalida, nos pide que la tomemos en nuestras manos y la protejamos, pide nuestro cercano compromiso, reclama audacia y valor. Hay que amar y

En los momentos en que el dolor es menos, disfruto leer, escribir, hablar, tejer, pintar, por cierto como no dispongo de materiales he llegado a usar como lienzo el plato donde con caridad exquisita me sirven la comida…. Pero no se lo digan a mis hermanas, pues sabrán por qué se termina la vajilla.

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Pero lo que más disfruto, es sumergirme en meditación y oración profunda.

Justo estando en oración decidí investigar un poco sobre la UNIÓN DE ENFERMOS MISIONEROS y me encontré con una gran familia, donde no se desperdicia el dolor ya que es un tesoro maravilloso, que al unirlo a la pasión de Cristo, fructifica en bendiciones abundantes y contribuye a la salvación de las almas, encaminándolos por vía directa a amar a Jesús y a María y a hacerlos amar. Esto me ha fascinado.

Agradezco a la Doctora Ana Laura Marines el haberme orientado oportunamente, así mismo invito a cada lector que conozca algún enfermo, a encausarlo a esta gran familia, pues el amor y el dolor son dos fuerzas que llevadas con fe transforman. Hago esta invitación desde lo más profundo de mi corazón pues lo estoy padeciendo en carne propia, soy una más en la larga fila de los afectados, por eso me convierto en testigo, y me dirijo en especial a aquellos a quienes el cáncer ha golpeado y a las personas que sorprendidas y aturdidas nos acompañan con su cálida cercanía.

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También es preciso confesarte que mi vida es ahora más agradecida, celebrada y comprometida, más serena, gozosa y en paz, antes contaba demasiado con la fuerza protagonista de mis manos y ahora estoy por completo abandonada y confiada en las manos de Dios. Y en espera de la pascua.

Tal vez a tiempo comprendí que la vida es un preciado regalo y la acepto y la tomo, la reclino entre mis manos y la reparto generosamente, entro en el misterio donde se experimenta que todo es gracia. Ya no me preocupo por el mañana, me será dado lo que Dios quiera cada día, y disfruto enormemente los detalles cotidianos, abro la ventana, contemplo la magnolia, escucho el canto de los pajarillos y saludo cada día, con un grito sonoro diciendo: «Gracias Dios Padre amoroso, estoy viva». ¡Vamos pues todos, arrastrados poderosamente por la corriente de infinita misericordia y ternura, rumbo al gran abrazo definitivo de amor que nos dará nuestro Padre! Te abrazo y bendigo fraternalmente en Jesús y María.

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LOS OJOS DE LA MISIÓN

La Iglesia proclama «el evangelio de la paz» (Ef 6,15) y está abierta a la colaboración con todas las autoridades nacionales e internacionales para cuidar este bien universal tan grande. Al anunciar a Jesucristo, que es la paz en persona (cf. Ef 2,14), la nueva evangelización anima a todo bautizado a ser instrumento de pacificación y testimonio creíble de una vida reconciliada.

Evangelii Gaudium, 239

MISIÓN Y PERSPECTIVA

La

al misión servicio de la paz

Bajo diversos métodos y espacios, desde lo mas profundo de su ser el hombre ansía la paz. Desgraciadamente a veces ignora la naturaleza del bien que tan ansiosamente anhela, por ello el camino que sigue no siempre es el camino de Dios. La palabra paz proviene del latín pax, y significa un periodo de estabilidad, o sea sin guerra, entre naciones. Antiguamente estos periodos de tranquilidad eran el resultado de un pacto, por eso no ha de sorprender que esta palabra (pacto) también proviene de pax. La raíz común (pag, pak) atiende más al significado de fijar, atar, arreglar, fortalecer.

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Pbro. Luis Alberto Castillo Hernández / Pontificia Obra de la Propagación de la Fe, Secretario Nacional

M

uchos se imaginan a la guerra como una situación de mucha acción, pero se imaginan a la paz como una situación donde no pasa nada.

En ocasiones algunos discursos en torno a este tema nos hacen notar que «paz» no es un sustantivo, sino un verbo. La paz, igual que la guerra, requiere acción. Para evitar guerras uno tiene que dar pasos, por ejemplo: entender a nuestros enemigos, estudiar por qué hacen esas cosas que nos molestan, aceptar nuestras diferencias y mantener el diálogo.

El significado mas originario abarca todos los campos de la vida. Así, paz, significa el conjunto de condiciones de vida en que puede darse una existencia y convivencia humanas en todos los aspectos. Teológicamente la paz en este sentido es un don de Dios, y así la paz se renueva en el compendio de la salvación, por ello es objeto de la Misión.

El significado amplio de la paz se fundamenta en el Shalom del Antiguo Testamento, que puede adoptar las concreciones más diversas y que por ello pudo convertirse en el saludo más frecuente entre los judíos. De ahí que no sea posible una separación exacta entre lo profano y lo religioso. La prosperidad humana depende de las relaciones con Yahvé y de su alianza con su pueblo (Israel). Como Israel ha quebrantado su alianza, también ha destruido su paz y el orden que hacía prosperar su vida (Cf. Jr 6, 14). Con los profetas la paz pasa a ser el objeto de esperanza escatológica sobre la lealtad de Yahvé a la alianza (Cf. Ez 34, 25-31). Con este contexto conectamos con el Nuevo Testamento, al reconocer en Jesús al portador de la paz (Cf Lc 19, 38). El saludo mutuo de paz entre los cristianos expresa a la vez a la paz con Dios, experimentada por la fe en Cristo (Cf Rm 5, 1), la disposición a vivir entre sí en paz (Cf. Rm 12, 18) y la esperanza en la paz definitiva del reino de Dios (Rm 15, 13; Hb 12, 14).

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Maximum Illud

Sobre la propagación de la fe católica en el mundo entero.

El 30 de noviembre de 1919 el Papa Benedicto XV, en el sexto año de su pontificado, emitió la carta apostólica Maximum Ilud; considerada el primer gran documento pontificio moderno sobre la misión. Después de la Primera Guerra Mundial, Benedicto XV se esforzó en infundir ánimo a la comunidad cristiana y alentar su impulso misionero con unas directrices que se convirtieron en puntos de partida esenciales para el actual modo de entender la evangelización del mundo, «deber permanente de la Iglesia». Sus tres secciones –«Normas para los obispos, vicarios y prefectos apostólicos», «Exhortación a los misioneros» y «Colaboración de todos los fieles»– fueron recibidas como una carta magna de la acción y la cooperación misioneras. De este modo, las directrices teológicas, pastorales y espirituales marcadas por Benedicto XV constituyeron todo un estímulo tanto para las misiones en sí, como para la ayuda a estas por parte de las Iglesias locales, terreno donde quedó destacada la prioridad que han de tener las Obras Misionales Pontificias en la cooperación misionera.

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MISIÓN Y PERSPECTIVA

Solo el reconocimiento universal del señorío de Cristo en el último advenimiento establecerá la paz definitiva y universal.

Solo la Iglesia, que rebasa las distinciones de raza, de clase y de sexo (Cf. Ga 3,28; Col 3,11) es en la tierra el lugar, el signo y la fuente de la paz entre los pueblos, puesto que ella es el cuerpo de Cristo y la dispensadora del Espíritu. Finalmente, solo la justicia delante de Dios y entre los hombres es el fundamento de la paz, puesto que ella es la que suprime el pecado, origen de toda división. El cristiano sostendrá su esfuerzo pacífico oyendo a Dios, único que da la paz,

E

l 30 de noviembre de 2019 se cumplirá el centenario de la promulgación de la Carta apostólica Maximum illud, con la que Benedicto XV quiso dar un nuevo impulso al compromiso misionero de anunciar el Evangelio. Corría el año 1919 cuando el Papa, tras un tremendo conflicto mundial que él mismo definió como una «matanza inútil», comprendió la necesidad de dar una impronta evangélica a la misión en el mundo, para purificarla de cualquier adherencia colonial y apartarla de aquellas miras nacionalistas y expansionistas que causaron tantos desastres. «La Iglesia de Dios es católica y propia de todos los pueblos y naciones», escribió, exhortando también a rechazar cualquier forma de búsqueda de un interés, ya que solo el anuncio y la caridad del Señor Jesús, que se difunden con la santidad de vida y las buenas obras, son la única razón de la misión. Así, haciendo uso de las herramientas conceptuales y comunicativas de la época, Benedicto XV dio un gran impulso a la missio ad gentes, proponiéndose despertar la conciencia del deber misionero, especialmente entre los sacerdotes.

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De la carta del Santo Padre Francisco con ocasión del centenario de la promulgación De la carta apostólica Maximum Illud Sobre la actividad desarrollada por los misioneros en el mundo www.vatican.va

Esto responde a la perenne invitación de Jesús: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16,15). Cumplir con este mandato del Señor no es algo secundario para la Iglesia; es una «tarea ineludible», como recordó el Concilio Vaticano II, ya que la Iglesia es «misionera por su propia naturaleza» (AG 2).

Este empeño de Benedicto XV, de hace casi cien años, así como todo lo que el Documento conciliar nos enseña desde hace más de cincuenta años, siguen siendo de gran actualidad. Hoy, como entonces, «la Iglesia, enviada por Cristo para manifestar y comunicar la caridad de Dios a todos los hombres y pueblos, sabe que tiene que llevar a cabo todavía una ingente labor misionera» (AG 5).

La Carta apostólica Maximum illud exhortó, con espíritu profético y franqueza evangélica, a salir de los confines de las naciones para testimoniar la voluntad salvífica de Dios a través de la misión universal de la Iglesia. Que la fecha ya cercana del centenario de esta carta sea un estímulo para superar la tentación recurrente que se esconde en toda clase de introversión eclesial, en la clausura autorreferencial en la seguridad de los propios confines, en toda forma de pesimismo pastoral,

en cualquier nostalgia estéril del pasado, para abrirnos en cambio a la gozosa novedad del Evangelio. También en nuestro tiempo, desgarrado por la tragedia de las guerras y acechado por una triste voluntad de acentuar las diferencias y fomentar los conflictos, la Buena Noticia de que en Jesús el perdón vence al pecado, la vida derrota a la muerte y el amor gana al temor, llegue también con ardor renovado a todos y les infunda confianza y esperanza.

Con estos sentimientos, y acogiendo la propuesta de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, convoco un mes misionero extraordinario en octubre de 2019, con el fin de despertar aún más la conciencia misionera de la missio ad gentes y de retomar con un nuevo impulso la transformación misionera de la vida y de la pastoral. Nos podremos disponer para ello, también durante el mes misionero de octubre del próximo año, para que todos los fieles lleven en su corazón el anuncio del Evangelio y la conversión misionera y evangelizadora de las propias comunidades; para que crezca el amor por la misión, que «es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo»(EG 268).

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MISIÓN Y PERSPECTIVA

Teológicamente la paz en este sentido es un don de Dios, y así la paz se renueva en el compendio de la salvación, por ello es objeto de la Misión.

hablar a través del salmo, en que están reunidos los atributos del Dios de la historia: «Escucharé lo que habla Dios. Sí, Yahvé habla de futuro para su pueblo y sus amigos, que no recaerán en la torpeza. Su salvación se acerca a sus adeptos, y la Gloria morará en nuestra tierra. Amor y Verdad se han dado cita, Justicia y Paz se besan; Verdad brota de la tierra, justicia se asoma desde el cielo.

Yahvé mismo dará prosperidad, nuestra tierra dará su cosecha. Justicia marchará ante él, con sus pasos le abrirá camino» (Sal 85, 9-14).

En el curso de la historia de la teología el concepto de paz se ha estrechado y dividido. La terminación del periodo de persecuciones por obra de Constantino otorgó un peso teológico a la paz entre Iglesia y sociedad. En los disturbios de las invasiones de los pueblos nórdicos y más tarde en las guerras civiles de los señores feudales dentro del imperio el concepto de paz pasó a significar fundamentalmente lo contrario a la guerra. Después de que en el siglo XIX volviera a ganar en importancia la paz subjetiva del alma frente al frío racionalismo, hoy se ha profanado en gran medida el significado subjetivo y cada uno quiere tener su paz. Tras la experiencia de las dos guerras mundiales y frente a la carrera armamentista con armas de aniquilación total el concepto de paz adquiere relevancia teológica contra la guerra y la violencia.

Existen por ello declaraciones oficiales de la Iglesia sobre la paz, sobre todo en conexión con la guerra y la violencia (Pacem in Terris, 1963; GS 77-82).

El Vaticano II brinda, además, unos planteamientos para una teología de la paz en el sentido bíblico amplio (LG 78. 83-90).

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En este mismo contexto surgen los grandes documentos del magisterio misionero, que, aunque no desarrollan teología sobre la paz en específico, suelen proponerse como métodos con los cuales el Evangelio vaya transformando la vida del hombre. Bastaría mencionar Maximum Illud, surgido en el contexto de la primera guerra mundial. Terminada la guerra, el Papa Benedicto XV repite el mandato bíblico de ir a los confines de la tierra y predicar el Evangelio. Recuerda los ejemplos de Francisco Xavier en la India y Bartolomé de las Casas en las Américas y otros para mostrar lo que las personas pueden hacer al servicio de Dios. Muchos misioneros murieron como mártires por su fe y muchos viven como santos. También está impresionado con lo que se ha logrado hasta ahora.

acerquen en el diálogo ecuménico, pues se sienten llamadas a su común tarea de dar testimonio del mensaje de paz del Evangelio frente al mundo mediante la comunión de una paz viva.

En nuestra vida ordinaria tendríamos que cuestionarnos qué tanta conciencia tenemos de que el anuncio del Evangelio es fundamento de la paz. Analizando nuestra realidad, por lo menos latinoamericana, donde más del 90 porciento nos confesamos cristianos, de cualquier denominación, son causa de escándalo los niveles tan altos de violencia, las injusticias y desigualdades.

Por ello ¿qué me propongo para promover la paz en mi familia, trabajo, apostolado…?

Seamos misioneros, testigos vivos del Evangelio, promotores de la paz.

La discusión mundial en torno a la paz ha hecho que las comunidades cristianas separadas se

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TESTIMONIOS MISIONEROS

OMPE México

UEM: XXII Encuentro Nacional Con María, Madre de la ternura y el amor, discípulos de misericordia frente al dolor.

Del 27 al 30 de septiembre del presente año, se llevó a cabo el XXII Encuentro Nacional de la Unión de Enfermos Misioneros en la diócesis de Nezahualcóyotl.

Bajo el lema «Con María, Madre de la ternura y el amor, discípulos de misericordia frente al dolor»; alrededor de 580 encuentristas de todo el país se reunieron con el objetivo de «impulsar, fortalecer y renovar el compromiso misionero de los participantes en el Encuentro, para que, a ejemplo de María, Madre de la Ternura, sean signos de la vida misericordiosa del Padre»; en la Universidad La Salle del municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México.

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L

a Misa de inauguración fue presidida por el Nuncio Apostólico en México, Mons.

Franco Coppola. Durante su Homilía reflexionó sobre la fragilidad del cuerpo y la necesidad que, como individuos, tenemos de los demás; «la condición de enfermo -dijo- es una condición que nos pone delante nuestra realidad, nuestra fragilidad; pensamos que lo tenemos todo y que podemos hacer todo lo que queremos. Cuando estamos enfermos nos enfrentamos a nuestra realidad, a la necesidad que tenemos de los demas». Por ello, ante esta realidad, reflexionó Mons. Coppola, es importante agradecer el tiempo que se recibe y la ayuda de las personas.

Datos generales de la Diócesis

NEZAHUALCÓYOTL

JHS

Extensión: 405,55 Km2.

Población: 1,909,270 apróx.

Municipios que la conforman: Nezahualcóyotl: con una población de 1,109,363 habitantes y una superficie de 63.74 km2. La Paz: con una población de 232, 546 habitantes y una superficie de 26.71 km2.

Ixtapaluca: con una población de 567,361 habitantes y una superficie de 315.1 km2.

La Diócesis se organiza en nueve decanatos:

Decanato 1 del Señor de los Milagros Decanato 2 de San Felipe de Jesús Decanato 3 de Los Santos Reyes Decanato 4 de San Francisco de Asís Decanato 5 de Santa María de Guadalupe Decanato 6 del Espíritu Santo Decanato 7 de Cristo Rey Decanato 8 de San Ignacio de Loyola Decanato 9 de San José

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TESTIMONIOS MISIONEROS

Compromisos emanados de la UEM Nezahualcóyotl 2018 1. Proponer una lectura de la Palabra de Dios desde las categorías de: La prontitud de la santísima virgen María, la identificación con Cristo mediante el dolor, y la esperanza como antídoto contra la tentación del desánimo.

2. Elaborar o reelaborar un manual para visitadores de enfermos, bajo el principio de: «Llorar con el que llora como camino para la santidad».

3. Promover la mística de la ternura como elemento fundamental de la espiritualidad del visitador de enfermos. Bajo el principio de: «Moldear a caricias el corazón».

4. Clarificar la terminología de la UEM, para ir unificando el discurso en una sola voz.

5. Refrendar el reconocimiento de la triple dimensión de la persona humana, para atender al enfermo en sus necesidades materiales, físicas y espirituales.

6. Hacer una lectura del trabajo pastoral de la UEM, bajo una triple perspectiva de la pasión de Cristo, expresada como: Pasión por Cristo, pasión por la Iglesia, y pasión por el hermano enfermo.

7. Profundizar en el Bautismo como sacramento que nos identifica con nuestro Señor Jesucristo, para ser enviados como misioneros al mundo durante el próximo año.

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El Nuncio Apostólico, aprovechando la lectura de del libro del profeta Isaías (2, 1-15), hizo una invitación a ser una Iglesia que «camina en conjunto», puesto que «nadie puede quedarse atrás, para subir a la cima debemos subir todos juntos, como pueblo».

Durante la jornada del viernes 28 se abordaron distintos temas; entre ellos el de «La Santísima Virgen María, como mujer y Madre de ternura, prontitud y compasión», impartido por el Padre Edgar Cruz Arauz.

Otro de los temas fue el de «Los discípulos como expresión del poder curativo que Dios ha otorgado a la Iglesia»; durante el desarrollo del tema la licenciada en psicología Lorena Velázquez Sandoval, abordó el tema del sufrimiento como parte de la realidad humana, pero algo no creado por Dios. Comentó que «los testigos de la cruz de Cristo han transmitido a la Iglesia y a la humanidad un específico Evangelio del sufrimiento. El mismo redentor ha escrito este Evangelio ante todo con el propio sufrimiento asumido por amor. para que el Noviembre - Diciembre 2018

hombre “no perezca, sino que tenga la vida eterna” (SD 25)».

El Padre Arturo Velázquez, Misionero Comboniano, habló sobre «el dolor como elemento vinculante entre la naturaleza Divina y la naturaleza Humana». Además de los temas, esta jornada, contó con los testimonios misioneros de la enfermera Micaela Morales garduño y el señor Rafael Limón.

El 29 de septiembre, los encuentristas, tuvieron la oportunidad de salir de misión y llevar la Palabra a hospitales y comunidades de la diócesis.

La jornada del domingo 30 comenzó con la ya tradicional marcha misionera la cual concluyó con la misa de clausura, presidida por el Excmo. Sr. Héctor Luis Morales Sánchez, Obispo de la diócesis de Nezahualcóyotl, en la Catedral de Jesús, Señor de la Misericordia.

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ESPIRITUALIDAD MISIONERA

La

Hno. Joel Cruz Reyes / Misioneros Combonianos

misión de Paztodo ser humano

San Pablo nos dice que Jesucristo es nuestra paz (Ef 2, 14-17). Jesucristo mismo saluda con la paz y da la paz («Paz a ustedes» Lc 24, 36; Jn 20, 19); «les dejo la paz, les doy mi paz; la paz que yo les doy no es como la que da el mundo» (Jn 14, 27). Esta última frase del evangelio de san Juan es usada por el Papa Juan XXIII en su encíclica Pacem in Terris (n. 170) para decir a todos que esta es la paz que pide y propone la Iglesia. Es una paz diversa de aquella en la que se piensa normalmente, pero no diversa del anhelo profundo de los seres humanos de todos los tiempos. Nuestra religión es pacífica en el sentido de que todo cristiano busca y anhela la paz.

1. La paz: esperanza política del ser humano

E

n los textos bíblicos las palabras Shalom y Eirene, hebreo y griego respectivamente, se tradujeron a nuestro idioma como PAZ. Son palabras que son como un estribillo que se repite constantemente en las Escrituras, tanto el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

La palabra eirene indica no solamente una relación no conflictiva, o una ausencia de sentimientos hostiles hacia los demás, sino, sobre todo, indica el conjunto de condiciones de las cuales proviene toda prosperidad para el ser humano y para el pueblo.

Esta palabra podemos decir que bajo ciertos aspectos es el equivalente al shalom hebreo que significa fundamentalmente bienestar (el ser sano, saludable), es la condición sana del hombre en su totalidad y, por lo tanto, tiene también implicaciones sociales.

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El Shalom es la condición sana que corresponde a la voluntad de Dios. No se limita a la interioridad y exterioridad del ser humano, sino que se extiende a todo el universo. Esta salud es una fuerza que preserva al ser humano y lo impulsa a crear las condiciones de salud en el oikòs (nuestra «aldea global», la casa común de la naturaleza, el hombre…). En otras palabras, no se trata solo de prosperidad espiritual sino de bienestar, de estar bien, ser bien, sentirse bien y hacer el bien al mismo tiempo. Se trata de la salud de todo el ser humano, de todo ser humano, y de la salud de su contexto local y global. Desde esta perspectiva, la paz cristiana significa entonces, oposición a un estado de desequilibrio que compromete el bienestar del ser humano y de la sociedad, por lo tanto, la paz que buscamos está ligada a la esperanza política (bien común) de la gente y Noviembre - Diciembre 2018

por lo tanto a la justicia. Es una paz que implica la acción transformadora de las realidades que no permiten el bienestar del ser humano en su totalidad.

2. La paz: la voluntad de Dios El Antiguo Testamento nos transmite el mensaje de un Dios que baja, para liberar a su pueblo, conducirlo a una vida digna, que vela porque se cumpla su proyecto de justicia y dignidad para todos. El Dios del Antiguo Testamento, en pocas palabras, quiere la justicia, la paz y la libertad para su pueblo. El Nuevo Testamento nos transmite la propuesta de Jesús: el Reino, que es proyecto de justicia y vida para todos. Esto es lo que conocemos como voluntad y propuesta de Dios.

El profeta Isaías dice que la «Paz» es un fruto que solo sabe dar un árbol que se llama «Justicia» (Is 32, 17), y que implantar la Justicia según Dios, es llegar a respetar a todo ser humano según la dignidad y los derechos que Él mismo le dio. Para el profeta, el Mesías, es «el Príncipe de la Paz» que vendría a establecer «el derecho y la Justicia» (Is 9, 6s). San Juan nos dice que este Mesías viene a darnos su Paz, que no es la paz de este mundo (Jn 14, 27). Y los salmos nos dibujan el horizonte en el que fija sus ojos la esperanza de todo ser humano: «Florecerá en sus días la Justicia y una Paz grande» (Sal 72, 7).

El profeta Jeremías ataca con dureza a los que promueven una paz falsa, diciendo que todo va bien, que «estamos mal pero vamos bien», que vamos por el camino correcto. Decir que aquello que vivía el pueblo era «paz», para el profeta, era pervertir la fe en Dios porque Yahvé no podía estar de acuerdo con el precio que los pobres pagaban en aquella aparente tranquilidad.

Jeremías lucha por aclarar lo que supone la paz verdadera. Él denuncia con dureza a los que llaman paz a lo que no es paz, (Jr 6,13-15; ver 8,11s y 23,16-18; Ez 13,10-12.16).

Biblia, debemos reconocer que la justicia y la paz son los pies sobre los que debe caminar nuestra acción como agentes de pastoral. Ya con esto podemos decir que las palabras Justicia y Paz se nos imponen no por cuestión de moda, sino por cuestión de fe en medio de los acontecimientos y en el mundo que nos rodea. Es evidente que la Justicia y la Paz son una realidad que se ha perdido pero que la humanidad busca, anhela, y nos pide a gritos que hagamos algo para que esto pase de sueño a realidad.

3. La paz: el saludo del cristiano En el Antiguo Testamento la palabra shalom frecuentemente es usada como expresión de saludo. Cuando dos personas se encuentran se saludan deseándose la paz (1S 25, 6; 2 S 18, 28; 1S 29, 7). La paz está en el centro del mensaje del Antiguo y del Nuevo Testamento, esto quiere decir que no es un simple saludo de cortesía, sino una fe que genera un estilo de vida en función del bien común. Supone un esfuerzo constante por instaurar en el mundo la justicia. De hecho, el profeta Isaías nos dice que la auténtica paz es «obra de la justicia» (Is 32, 17).

Si uno lee con detenimiento y con un poco de atención, nos daremos cuenta de que en la Biblia no es posible separar la paz de la justicia, estas dos realidades van siempre de la mano. En este sentido, si hablamos de evangelización desde la Noviembre - Diciembre 2018

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ESPIRITUALIDAD MISIONERA

La misión, desde esta perspectiva, consiste en «entrar en la casa» del ser humano (oikós) para bendecir con la paz (Lc 10, 1-7).

Esta misión consiste en decir: la paz sea en esta casa, en este sentido el cristiano está llamado a decir como Dios (Gn 1), que cuando dice se realiza lo que dice: «dijo Dios… y así sucedió». Entrar en la «casa del ser humano» para dar la paz, es la característica del seguidor del Señor (Lc 10, 1-7). En este sentido es necesario profundizar en el sentido de la casa en la óptica de la misión en las circunstancias actuales de nuestras comunidades y de la realidad global.

Cuando hablamos de casa normalmente entendemos un pequeño espacio donde viven las personas y su familia, pero si miramos el término griego oikós que hace referencia a la casa común, y por lo tanto sugiere o hace pensar en una casa de todos necesariamente nos proyectamos más allá de las casas-familia para entrar en una conciencia ecológica, precisamente porque eco-logía se deriva de oikós y de logos (también griego) que quiere decir discurso.

En otras palabras, la paz como misión nos mete en el discurso de la casa común de todos y con todo lo que se encuentra en esta casa: toda la creación, los seres humanos, los organismos vivientes… Pero también el término ecología está en relación con eco-nomía que se deriva de la misma palabra oikós y también de la palabra nomos que significa ley o norma, en este sentido hace referencia a la ley de la casa común, precisamente por eso, el papa Juan XXIII en su encíclica Pacem in Terris dice que en 36

los seres (incluye al hombre) y en las fuerzas que componen el universo existe un orden que es necesario respetar (PT n. 1-2), de lo contrario se crearían todas la condiciones para que la paz no sea posible.

Otro término con el que está relacionado la ecología es ecuménico que se deriva del griego oikoumene y significa o quiere decir tierra habitada como un todo. Esto nos abre los horizontes para ir más allá de lo que se entiende por ecumenismo, y comenzar a entender la misión en términos ecológicos, es decir, a tener en cuenta a todos los seres vivientes con su entorno o en otras palabras: todo el conjunto de condiciones externas que hacen posible o dificultan la vida y que influyen positiva o negativamente en su desarrollo y crecimiento.

Para nosotros como cristianos, más allá de los términos que hemos analizado, existe una relación especial entre Dios y la creación, por esta razón para un cristiano no existe vida que no tenga valor, porque todo ha sido bendecido por Dios, esta es nuestra fe.

4. La paz: un modo ecológico de vivir No hay necesidad de mucha ciencia para entender la conexión entre los diferentes modos de destrucción de la naturaleza y la disminución de la vida humana, entre la violencia social y la degradación ecológica.

Estamos viviendo un desorden ecológico que golpea con mayor fuerza a los más pobres y marginados; de hecho, la exploNoviembre - Diciembre 2018

tación de la tierra y sus recursos están profundamente conectados con las injusticias sociales, económicas y políticas. Y aún más: Nuestro consumo cotidiano no es neutral, porque acumulativamente define o refuerza estructuras de producción que alteran el orden establecido por Dios (orden ecológico).

La toma de conciencia inicia por nosotros mismos, es necesario ser concientes de nuestro mundo y de todo aquello que hacemos o que no hacemos. Nuestro trabajo como animadores cristianos, es el de llegar a formar en nosotros y en los demás «un modo ecológico de vivir». Cierto, es un modo de vivir muy exigente porque hablamos de una cotidianidad y, por lo tanto, de un «estilo de vida» y no solo de actividades de emergencia por la paz o la justicia, aquí estamos poniéndonos en el plan de «ser justos y pacíficos» (ecológicos). En este sentido estamos hablando del uso modesto, sobrio, racional y responsable de las cosas, como fruto no de una «angustia o complejo de culpa» sino de una «espiritualidad», que se deriva de la conciencia de ser criatura, parte de la creación de la cual depende su bienestar y de todos los que habitan la casa común, de esto depende su paz.

5. La paz: misión de todo ser humano La misión desde la perspectiva de la paz cristiana no es otra cosa que la construcción de la sociedad del bienestar (ser y estar bien) como individuos, como pueblos, como mundo, como creación. Es por eso que el papa Juan XXIII en la Pacem in Terris nos dice que la paz no es solo misión de los cristianos (católicos y no católicos) sino que «a todos los hombres de buena voluntad incumbe la tarea inmensa de restablecer las relaciones de convivencia basándolas en la verdad, en la justicia, en el amor, en la libertad: las relaciones de los individuos entre sí, de los ciudadanos con sus respectivas comunidades políticas, de las varias comunidades políticas con otras, de los individuos, familias, entidades intermedias y comunidad política Noviembre - Diciembre 2018

Justicia y la Paz son una realidad que se ha perdido pero que la humanidad busca, anhela, y nos pide a gritos que hagamos algo para que esto pase de sueño a realidad

con la comunidad mundial. Tarea ciertamente nobilísima, como que de ella derivaría la verdadera paz conforme el orden establecido por Dios» (PT n. 163).

La paz es un bien que interesa a todos los hombres indistintamente, por lo tanto es misión del hombre como tal, por eso cada persona debe mirar la paz como: desafío, es decir, como adviento de todo corazón humano, ese deseo profundo de bienestar, de ser bien, estar bien, sentirse bien, hacer el bien; realidad no cumplida, es decir, como realidad que no existe verdaderamente y que necesita ser consolidada donde parece que existe, teniendo presente que la violencia no es un hecho natural, es un hecho social que tiene causas y consecuencias individuales y colectivas; camino alternativo a la violencia disfrazada de paz. Un camino donde solo pueden caminar aquellos que saben ser bien y por lo tanto saben hacer el bien. En este camino no pueden caminar aquellos que hacen nada, porque hacer nada es ya hacer el mal.

Nuestra paz busca superar la disparidad relacional entre los individuos, sectores, países… eso que llamamos injusticia. Somos concientes que el progreso económico no lleva automáticamente al crecimiento humano y social, precisamente por eso, la paz como misión tiene una dimensión que es secular, y como tal, no es solamente nuestra, sino de todos los seres humanos. Esto nos exige una mentalidad pluralista que no piensa y proyecta solo como comunidades cristianas para la Iglesia, sino como comunidades cristianas para la casa común. Para esto es necesario pasar de una mentalidad de cristiano en la Iglesia a la presencia cristiana de la Iglesia en nuestra casa común.

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IGLESIA EN SALIDA

Pbro. Marcos Garduño Arias SX / Misioneros Xaverianos / marcos.garduno77@yahoo.com

fe

Transmisión de la en contextos seculares El mandato del Señor resucitado; «vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se niegue a creer se condenará» (Mc 16, 15-16), es un mensaje muy claro, tajante, pero sobre todo, vigente para todo miembro de la Iglesia que por el bautismo se siente realmente identificado como discípulo de Jesús.

El mensaje no ha perdido eficacia, por el contrario, como afirmaba san Juan Pablo II, «estamos en los inicios de la evangelización».

A

sí como ha sucedido en todos los tiempos y en todos los rincones de la tierra, en nuestros días también, nuestra humanidad no se encuentra preparada para recibir el mensaje del Evangelio; en ningún lugar ni tiempo ha existido un contexto favorable, más bien existen grandes resistencias; aun si las formas de resistirse cambian según el tiempo y el lugar, en el fondo es siempre el mismo impulso, el ser humano por naturaleza busca después de la supervivencia, ser reconocido ante los demás y engañosamente su tendencia natural busca placer ilimitado, poder político, social y económico sobre los demás; todo ello se convierte en resistencia y enemigo del primer grito del evangelizador: «conviertan sus corazones y crean en el Evangelio»; pues se sabe que la conversión requiere de la renuncia a todos los intereses personales y exige transformarse en un nosotros; el proceso es muy difícil, casi imposible para las fuerzas humanas.

En la historia de la evangelización el mensaje se ha enfrentado a la resistencia de grandes imperios, de corrientes políticas, corrientes filosóficas y teologías heréticas

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que no solo se resisten a aceptar el mensaje del Evangelio sino que han creado consenso, grupos fuertes para combatir, y se han fijado como objetivo exterminar a los evangelizadores; creando la ilusión de que con ello eliminan el mensaje de la verdad que nos impulsa. Esta resistencia que se enfrenta a la lucha con los evangelizadores, mediante la constancia y fidelidad de estos, ha producido grandes testigos de la verdad del Evangelio que nos siguen inspirando y demostrando que la fidelidad de Dios es mayor que cualquier poder humano por grande que aparezca.

El evangelizador, al momento de enfrentar tales retos y resistencias que recaen sobre sí mismo, no se siente lo suficientemente preparado o fuerte, pero tiene la certeza de que hay algo más que él mismo, que el mensaje es de alguien más y que a pesar de arriesgar la propia vida, el mensaje está custodiado y respaldado por el Dios que es dueño de la vida y de la muerte, nada se termina aun ofrendado su propia vida en honor a tal verdad. Cuenta con la certeza de Dios que dice: «yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos» (Mt 28, 16).

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A mi forma de ver, el problema actual para la evangelización, la resistencia más fuerte que presenta la humanidad para aceptar el mensaje del Evangelio es que el mensaje es identificado con cierta cultura e instituciones y es desde allí que se busca transmitir. Lógicamente, el Evangelio nos lleva a concretizar en acciones claras formando comunidades y por tanto, todo grupo que pretende hacer un camino junto, viviendo en comunión, es necesario que desarrolle normativas que regularicen las relaciones, honre la justicia, el respeto y que defienda la identidad y los objetivos de tal organización.

Desgraciadamente, en occidente vivimos una crisis fuerte, que recae en todas las instituciones. Todo lo que refiere a agrupaciones, normativas, orden y disciplina se valora como si fuera dictadura o privación de libertad; mientras que se maximiza lo que promueva la libre expresión individual, las novedades, el rompimiento de las reglas tradicionales y el ataque a las instituciones existentes, quizás porque se identifican como las autoras de las injusticias más grandes recibidas en la sociedad 39

IGLESIA EN SALIDA

y las privaciones de libertades individuales.

Aunque, por el contrario, las estadísticas nos muestran, en gran parte, que en el mundo se están abriendo espacios a gobiernos que tienden más al socialismo y dictaduras, se dice que apenas un 35% de los países son dirigidos por gobiernos democráticos. En el ámbito interno religioso, se muestran mayor número de entrada de vocaciones a las congregaciones religiosas más tradicionales y rigurosas, no así en las más liberales.

Evidentemente, la evangelización no puede promover individualismos, por naturaleza promueve la vida en comunión, evidencia la naturaleza de crear instituciones, las cuales no pueden seguir las normativas de cualquier otra institución humana y civil donde se anidan los grandes males sociales, donde se busca, muchas veces los cargos prestigiosos, poder, influencia ante los demás, ambiciones económicas; por el contrario la fuente y principio de toda institución religiosa debe tener como centro los valores evangélicos del servicio, el amor incondicional, la justicia, la solidaridad.

De tal manera, el mensaje del Evangelio, tanto dentro como fuera de la Iglesia, no ha de estar encausado a simplemente recibir el bautismo como requisito para llegar a formar parte de una institución social más, sino que es para formar parte de esta nueva familia de Dios que se compromete a vivir; un discipulado siguiendo a Jesús, de la misma manera que lo ha remarcado el Papa Francisco, «nadie comienza a ser cristiano por aceptar o defender una ideología, sino, a partir del encuentro con una persona, esa persona ha de ser Cristo vivo, muerto y resucitado».

Y aunque este encuentro primario con Cristo tiene características individuales, puesto que Dios nos llama por nombre y nos habla a través de nuestra historia personal, no se queda estancada allí en el ámbito individual, sino que nos lleva necesariamente a formar comunidad, nos manda nuevamente al es40

pacio donde compartimos nuestra experiencia de encuentro que se torna comunitario y solidario con otros, creando así la comunidad de creyentes. Como ejemplo claro de ello tenemos a los peregrinos de Emaús (Lc 24, 1325), en donde el surgimiento de la fe no viene de una presión exterior, sino, de una convicción profunda provocada por este encuentro con Cristo que instruye con los mecanismos que han vivido en su propia historia y la historia de fe del pueblo en el que viven, un Cristo que sale a su encuentro en el camino que los dirigía a su pueblo, llenos de grandes decepciones, aun sin la claridad de ver su rostro se dejan guiar y tocar en el corazón para que en él vuelva a arder el amor y la esperanza, rectificar la confianza en un Dios que camina en la historia humana, cuida de ella y cumple sus promesas.

Así como ha sucedido con en los discípulos de Emaús, está sucediendo con muchos de nuestros fieles cristianos y por eso tiene sentido el llamado de nuestro Papa Francisco: convertirnos en una Iglesia en salida. Así como estos dos discípulos van huyendo de un ambiente que se convertía en cada vez más amenazador, el cenáculo, donde se habían reunido por miedo, destrozados por la decepción, puesto que las expectativas que se tenían de Jesús ahora se veían truncadas Noviembre - Diciembre 2018

por su misma muerte; las amenazas del imperio los orillaron a dejarlo todo y regresar nuevamente a retomar sus lugares en el rol familiar, en lo ordinario.

En nuestros días también nos encontramos con mucha gente, que incluso mucho tiempo de haber permanecido y servido de cerca en la Iglesia, en este tiempo se encuentran de camino de regreso, decepcionados de la Iglesia sea por la influencia de una filosofía relativista que predomina en la sociedad actual, tanto como las críticas externas de protestantes, ateos, o por los mismos e innegables acontecimientos, escándalos que han enfrentado al interior de nuestra comunidad, muchas veces maximizados por los medios de comunicación. Todo eso ha convertido a la Iglesia en una institución insegura, desconfiable, un lugar del cual muchos están huyendo o algunos se siguen acercando pero con mucha sospecha donde no se sabe distinguir entre el mensaje y la institucionalidad del mensaje en sus instituciones o las personas que guían a la institución.

Lo más grave de todo es que las nuevas generaciones, tanto niños, adolescentes y jóvenes, no tienen a la iglesia como referente; no les dice mucho, sus padres han sido Noviembre - Diciembre 2018

incapaces de transmitir su propia fe, la indiferencia ha ganado un espacio amplio en sus vidas, mientras que los ambientes en que se desarrollan se agudizan los argumentos antirreligiosos y el desprecio por la Iglesia y la fe cristiana, haciéndoles sentir vergüenza al manifestar alguna preferencia a proclamarse parte de esta fe. En este ambiente es donde nos invita San pedro a dar razón de nuestra fe (1Pe 3, 15), una razón que ante la indiferencia nadie se interesa ya en conocer. Es así que se vuelve más urgente el convertirnos en una Iglesia en salida para encontrar espacios en donde compartir las experiencias de los encuentros con Cristo vivo. No podemos seguir esperando en las sacristías donde las minorías van a buscar respuesta a las principales cuestiones que se enfrentan en su existencia.

La voz de la Iglesia en todos sus ámbitos cada vez es más disminuida y menos valuada, como si se tratara simplemente de una voz humana e institucional. La Iglesia misma tiene su origen en el Dios que nos ha dado la vida, ha enviado a su Hijo y ahora nos envía a nosotros a hacer audible la voz del Dios de la vida, el que da esperanza a la humanidad entera de todos los tiempos.

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LA VOZ DE NUESTROS PASTORES

pastoral

Propuesta para las OMPE México

S.E. Mons. Giampietro Dal Toso / Presidente Gral. De las Obras Misionales Pontificias

El 02 de octubre de 2018, se llevó a cabo una Jornada Conmemorativa por los 50 años de la revista Ad gentes en las Instalaciones de las Obras Misionales Pontificio Episcopales de México. En esta celebración se contó con la Presencia de Obispos de México, Directores Nacionales de las Obras Misionales Pontificias de Venezuela y Canadá, además de Directores Nacionales de las OMPE México, Secretarios Nacionales, Directores Diocesanos de Misiones, Superiores Generales de Institutos Misioneros, colaboradores de la revista Ad gentes, e invitados especiales.

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Un desafío para nosotros

L

a Jornada comenzó con la presentación de invitados a cargo del Padre Gerardo Rodríguez Estrada, Director Diocesano de Misiones de Tula, Hidalgo, posteriormente S.E. Mons. Fabio Martínez Castilla, Responsable de la Dimensión de Misiones y Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, dirigió un mensaje de bienvenida para todos los participantes.

En esta celebración se contó con la participación de S.E. Mons. Giampietro Dal Toso, Presidente Gral. De las Obras Misionales Pontificias quien dictó una Conferencia Magistral donde habló sobre el Origen Trinitario de la Misión, la Misión en Latinoamérica, Los Medios de Comunicación Social y una Propuesta Pastoral para las OMPE México.

En el pasado, las Obras Misionales Pontificias han sido ejemplo de cómo es posible utilizar la comunicación para despertar el compromiso misionero. En el caso de Pauline -fundadora de la Pontificia Obra de la Propagación de la Fe- las cartas fueron una de sus grandes armas. La historia audiovisual está marcada por algunas de las producciones realizadas por los misioneros, que hoy constituyen los primeros testimonios audiovisuales de pueblos enteros. Las revistas misioneras como la vuestra han tenido un papel decisivo en la gesta misionera de las Obras Misionales Pontificias.

La revolución digital a la que hemos asistido en las últimas décadas, sin embargo, nos presenta un desafío. A pesar de los medios tradicionales de sensibilización y de recaudación, no podemos quedarnos al margen de la revolución digital, con todo lo que significa como impacto.

En este sentido, podemos decir sin temor a equivocarnos que nos encontramos en un momento histórico: En cuanto discípulos misioneros en el mundo de hoy, ¿tendremos la Noviembre - Diciembre 2018

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LA VOZ DE NUESTROS PASTORES

En cuanto discípulos misioneros en el mundo de hoy, ¿tendremos la creatividad pastoral para renovarnos en la era digital?

creatividad pastoral para renovarnos en la era digital?, ¿Para compartir la fe y favorecer su crecimiento a través de las nuevas formas de comunicación? Obviamente no tenemos una respuesta clara a esta pregunta. Lo que sí tenemos son elementos de respuesta que quiero esbozar y que corresponden a cada forma de misión:

1. Identidad clara: Ante todo, en la era digital, donde estamos bombardeados por mil realidades y mensajes, es necesario tener una identidad clara, no para excluir, sino para compartir. ¿Quién eres? ¿Y qué

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quieres compartir? La respuesta tiene que ser breve y comprensible. ¿Cómo presentamos nuestro mensaje y nuestras misiones como Iglesia, de modo que el hombre de hoy nos entienda?

2.

Nuestro celo: La identidad supone por tanto una motivación clara, yo diría más bien una pasión. Si nos avergonzamos de anunciar a Cristo a quienes no le conocen o no le han encontrado, está claro que nunca lograremos cumplir con nuestra misión. Por eso existe la necesidad de tener cristianos bien formados en la fe, de tal modo que se conviertan en cristianos que anuncian a Cristo.

3.

Conversión pastoral: La conversión pastoral significa escuchar antes que predicar.

Si no comprendo al otro, si no me intereso por el otro, no podré presentarle de manera creíble la propuesta de vida que nos ofrece Jesucristo. Escuchar, encontrar, acompañar.

En pocas palabras, hacer red, y entrar en contacto directo con el hombre de hoy, salir a su encuentro aun a través de la red.

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En una palabra: En el mundo digital de hoy es el hombre mismo que va cambiando: ¿cómo pueden nuestras instituciones favorecer el encuentro de este hombre con Jesucristo vivo y así realizar su tarea misionera?

Para terminar: una propuesta Queridos amigos, cuando con mucho gusto he aceptado venir a abrir con ustedes este año misionero, lo he hecho también por la cercanía del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Y he recordado el libro de un periodista alemán, Paul Badde, que he leído hace bastante tiempo en alemán, y cuyo título, traducido, es: «María de Guadalupe.

Cómo la aparición de la Virgen ha escrito el curso de la historia». Este volumen me ha impresionado porque el autor defiende una tesis singular: el acontecimiento histórico más importante del segundo milenio a nivel mundial ha sido la aparición de la Virgen en Guadalupe, porque la Virgen se ha presentado como una mujer indígena a un indígena, y así ha abierto el camino a la evangelización de estos pueblos.

Hoy América latina es cristiana -y particularmente católica- porque la Virgen se ha aparecido aquí. Como he dicho, lo demuestra también en este santuario la gran religiosidad popular. Por eso, ése es un santuario miNoviembre - Diciembre 2018

sionero. La misión de la Iglesia en América Latina pasa también hoy a través de este santuario. Nuestras reflexiones, estrategias y planificaciones, también nuestra presencia en los media y en la web, son instrumentos humanos, pero la misión es una obra divina, y el Papa insiste en que es acción del Espíritu Santo.

La misión da comienzo en la Trinidad, y el Espíritu Santo es el protagonista. Por eso este santuario, en las formas que consideréis oportunas, tendrá que llegar a ser un santuario para la oración en favor de las misiones. Este año misionero es una ocasión especial para que este santuario se convierta en un lugar de oración misionera, para despertar el sentido de la misión en todo el Pueblo de Dios. No olvidamos que Pauline Jaricot ha creado ante todo una red de personas para orar por la misión, y que la patrona de las misiones es Santa Teresa del Niño Jesús, una religiosa de clausura. Y mi propuesta para ustedes, Obras de México, es precisamente esta: que en el esfuerzo permanente de renovar hoy el anuncio del Evangelio, hagan de este Santuario un lugar de misión a través de la oración, para que por intercesión de la Virgen cada hombre conozca que Jesús le ha salvado. Muchas gracias.

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CUADRO POR CUADRO

P. Dr. Luis García Orso, S.J.

Cristiada Título: For Greater Glory: The True Story of Cristiada Director: Dean Wright

Guión: Michael Love

Año: 2012

País: México - Estados Unidos Duración: 140 minutos

Reparto: Andy García, Oscar Isaac,

Catalina Sandino Moreno, Eva Longoria.

Género: Histórico religioso y épico

Valoración: Espectacular recreación de la

guerra cristera en México, y de los valores de fe y libertad que animaron al pueblo católico

combatiente.

L

a guerra cristera en México, de 1926 a 1929, es un tema marginado en el cine, por más que haya marcado tanto la historia, la política y la religión del país. Apenas recientemente se aborda en las pantallas en dos películas: Los últimos cristeros, del año 2011, de Matías Meyer (hijo del famoso historiador Jean Meyer) y Cristiada de Dean Wright. Ésta es una costosa superproducción, con una muy cuidada dirección artística, ambientación y dirección, llevada adelante por la tenacidad de Pablo José Barroso (la productora mexicana Dos Corazones), un gran equipo técnico mexicano, un reparto internacional de figuras latinas que filman en Estados Unidos, un director norteamericano que ha trabajado en Las crónicas de Narnia y El Señor de los Anillos, la música del potente James

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Horner, y las hermosas locaciones en Tlaxcala, Zacatecas, San Luis Potosí y Durango.

La historia de Cristiada (For Greater Glory) arranca con la decisión del Presidente Calles de poner en vigencia las leyes, de 1857 y 1917, de limitar las acciones de la Iglesia Católica y la actuación de extranjeros. Los Obispos deciden suspender el culto y cerrar los templos y los fieles responden de diversas maneras: unos con protestas pacíficas, otros con boicot económico, otros levantándose en armas.

Los protagonistas de la película representan esta diversidad, donde destacan el general Enrique Gorostieta (el buen actor Andy García), como estratega militar contratado para dar dirección a la guerra, las convicciones del sacerdote y general José Reyes Vega (Santiago Cabrera), la ferocidad violenta e impulsiva de Victoriano Ramírez ‘El Catorce’ (Oscar Isaac), el pacifismo reflexivo de Anacleto González Flores (Eduardo Verástegui), la emotiva y sincera entrega del adolescente michoacano José Sánchez del Río (Mauricio Kuri), canonizado en octubre de 2016 por el Papa Francisco.

La película refleja la fe que mueve la actuación de los diversos actores sociales de este hecho histórico; pero no la fe en sentido sólo católico, sino la fe en las propias convicciones, en la libertad, en la voz del pueblo, en la lucha contra el poder, y también la fe en Dios y en Cristo. Igualmente, el filme muestra cómo los seres humanos y los creyentes también somos contaminados por intenciones negativas de violencia, venganza, lucha de poder, y cómo ambos bandos de la guerra

Sabías que...

El productor Pablo José Barroso, aseguró

que la película es totalmente mexicana; sin embargo fue filmada en inglés con la finali-

dad de que se exhibiera en todo el mundo.

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CUADRO POR CUADRO

Sabías que...

Mauricio Kuri, quien interpreta a José Sánchez

del Río, leyó la vida del joven mártir mexicano como parte de su investigación para el papel,

y buscó la guía espiritual de un sacerdote.

cometieron atrocidades inhumanas. La guerra nunca es ni será la solución a los conflictos y al logro de la paz, y la pérdida de vidas humanas es un precio que no habría que pagar. Pero es un hecho que muchos católicos mexicanos tomaron ese camino de la guerra, y que no hubo unidad y consenso en la Iglesia sobre cómo resolver el conflicto con el gobierno.

La película se enfoca más en la lucha armada de los cristeros, queriendo comprender su motivación religiosa. Pero trata también al final los intereses económicos y políticos de los gobiernos de México y de Estados Unidos para no perder sus negocios en la explotación del petróleo, y los arreglos que en ese contexto hacen los obispos mexicanos, sin atender a la opinión de los cristeros y accediendo a los intereses del gobierno norteamericano. En 1929 los templos vuelven a abrirse, pero pareciera que los creyentes se encierran en ellos; cuando los cristeros habían dado la vida en campos abiertos, llevando su fe a los problemas sociales.

La historia tendría mucho que enseñarnos hoy, si reducimos la fe a tomar las armas o a una fe que se encierra en el culto. Lúcidamente lo señaló el Papa Benedicto cuando en mayo 2012 visitó Guanajuato, y en Silao, muy cerca del monumento conmemorativo, dijo refiriéndose a Cristo Rey: «Su realeza no es como muchos la entendieron y la entienden. Su reinado no consiste en el poder de sus ejércitos para someter a los demás por la fuerza o la violencia. Se funda en un poder más grande que gana los corazones: el amor de Dios que él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio». Y concluyó el Papa: «Para que Cristo reine en sus vidas y les ayude a promover audazmente la paz, la concordia, la justicia y la solidaridad».

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INTENCIÓN MISIONERA

Para que el lengua je del corazón y prevalezca siemp del diálogo re sobre el lengua je de las armas. noviembre 2018

Para que las perso nas de de las dia dica aM daun trasmisión Pa rnad s al sel rv icio ad dera la qu dees fe eenlacuJoen la mu co enda uns las lenguaje nid eve entrto nuen ree, alisipon esnt rese ad M ap ta de d do ida bil di sa álog laco oncultur renspla a. cristianas la alegría y o . anunciar el Evangeliodi ciembre 2018