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Plan de
Plan de infraestructura de Biden
oportunidad o contratiempo
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Adrián Morales Ríos
adrianmoralesrios@outlook.com Ingeniero Químico Industrial por el IPN. Sus líneas de especialidad se orientan al sector petrolero, con particular enfoque en la prospección petroquímica.
La relación entre Estados Unidos y México siempre ha presentado cierta tensión. Con la llegada de Joe Biden en enero de este año, se esperaba que la comunicación entre ambos países fuera menos ríspida, no obstante, la realidad muestra una relación que podría tener tropiezos, más ahora con el nuevo plan de inversión en infraestructura al que apostará la presidencia de nuestro vecino del norte. Esta iniciativa pretende incrementar las oportunidades laborales para los estadounidenses y acelerar la recuperación post pandemia, pues busca contratar a 19 millones de trabajadores en esta década para el desarrollo de proyectos como nuevas carreteras, instalaciones eléctricas, construcción, transporte, combate al cambio climático, entre otros.
Este último punto pone en severos aprietos a Estados Unidos que, tras la postura del anterior gobierno con respecto al calentamiento global, tendrá que apuntar todos sus objetivos para cumplir el Acuerdo de París firmado hace cinco años y reincorporado en febrero de este año. Biden apuesta a que su iniciativa les ayude a cumplir con el Acuerdo, lo que entorpece la relación con nuestro país, ya que, a pesar de que México firmó la iniciativa, las modificaciones a las leyes y el freno hacia una transición energética sustentable, reflejan todo lo contrario. Si Estados Unidos decide promover una movilización del sector energético, la presidencia de nuestro país tendrá que ajustarse para poder tener una relación diplomática. Otro punto crucial en el nuevo plan de acción estadounidense es el tema migratorio en el que México es un actor crucial pues, casi en su totalidad, la migración hacia nuestro vecino del norte se da a través de nuestro país. Como bien se sabe, el principal motivo por el que se da la movilización de personas hacia Estados Unidos es la falta de empleo en las naciones latinoamericanas, pero al presentar Estados Unidos un panorama nacionalista, este tema causará tensión en la relación bilateral entre su país y el nuestro. Con el plan de inversión, se buscará que los empleos en energías fósiles migren hacia industrias de generación limpia. Esta iniciativa ha sido puesta en duda por expertos en el sector energético,

y regiones de economías basadas en los hidrocarburos ya comienzan a levantarse en contra de este proyecto. En un país en el que las grandes empresas controlan el futuro de la nación, el interés económico estará por encima aún del bien colectivo. Desde otra perspectiva, México cuenta con una gran ventana de oportunidades para el desarrollo del país puesto que la cercanía con Estados Unidos, la abundancia de recursos y la mano de obra calificada, suponen un panorama alentador y de aprovechamiento mutuo a partir de la nueva política, si es que esta se aprueba. Los cuatro principales ejes del nuevo plan de inversión se centran en: apoyo al sector transporte, salud, internet, manufactura, personas con discapacidad y adultos mayores. Esto podría traducirse en oportunidades para las industrias mexicanas dedicadas al acero, cobre, aluminio, silicio, molibdeno, ferroaleaciones, entre otros sectores. No obstante, a pesar de contar con la riqueza natural que podría impulsar el desarrollo económico del país, la iniciativa estadounidense podría pasar de largo en caso de que no se tomaran las decisiones adecuadas para el aprovechamiento de esta oportunidad única. Se trata de una inversión que representa el 226% de nuestro PIB, pero si no se establecen políticas que apoyen a las empresas afectadas, que fortalezcan el sector educativo, que promuevan un esquema fiscal más amigable; esta oportunidad monetaria para el país podría ser aprovechada por otros países. En conclusión, la moneda sigue en el aire, con personas a favor y en contra, la política de infraestructura propuesta por Joe Biden aún no ha sido aprobada por lo que México debe estar preparado para hacer frente y aprovechar las oportunidades de crecimiento que pudieran surgir a partir de este panorama. Con Estados Unidos buscando ganar la guerra comercial contra China y apoderarse del mercado de automóviles eléctricos y centrales de generación impulsadas por hidrógeno, el gobierno de México deberá apostar por fomento de la transición energética y preparar a personal capacitado en el sector.
Segundo Round I
José Hugo Carmona
johugocar@gmail.com Maestro en ingeniería, con experiencia en mercados de energía, modelación de escenarios y prospectivas del sistema energético mexicano, evaluación de cadenas de valor del sector hidrocarburos y su transformación.
El pasado 26 de marzo del presente año, el ejecutivo envió a la Cámara de Diputados la iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de Hidrocarburos. Cabe señalar que, la pasada iniciativa de reforma de la Ley de la Industria Eléctrica publicada en el Diario Oficial de la Federación en el mes de marzo se encuentra actualmente suspendida por un Juez de Distrito en materia Administrativa especializado en competencia económica, radiodifusión y telecomunicaciones, derivado de los amparos presentados por distintas empresas. En esta ocasión, la reforma a la Ley de Hidrocarburos busca “incidir en varios aspectos de la Ley de Hidrocarburos”, entre los cuales la iniciativa menciona los siguientes: almacenamiento mínimo de petrolíferos, negativa ficticia en el procedimiento de trámite de los permisos, revocación de permisos en caso de reincidencia en el incumplimiento de diversas
disposiciones aplicables en materia de hidrocarburos y petrolíferos, contrabando de combustibles, suspensión de permisos por peligro inminente para la seguridad nacional y la seguridad energética o para la economía nacional.
Al respecto, la iniciativa en materia de hidrocarburos pretende modificar los artículos 51; 53, párrafo segundo; 56 fracción XI y 57, así como adicionar una fracción XII, que convierte la actual fracción XII en fracción XIII, al artículo 56; el artículo 59 Bis, y un párrafo segundo a la fracción II del artículo 86 de la Ley de Hidrocarburos. En resumen, este proyecto busca que tanto la Secretaría de Energía (SENER) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) puedan suspender a la iniciativa privada los permisos de producción, procesamiento, transporte, almacenamiento, expendio, importación y exportación de hidrocarburos, si dentro de su criterio consideran que derivado de estos permisos existe un posible peligro para la seguridad nacional, ya sea energética o económica. Sigue sin definir aún en esta iniciativa si se considerará una indemnización a las empresas a las que se le sean suspendidos los permisos. 1/2
Invernaderos inteligentes
Los primeros cultivos de tomates y pepinos cultivados dentro de invernaderos solares generadores de electricidad fueron tan saludables como los cultivados en invernaderos convencionales, lo que indica que los invernaderos ‘inteligentes’ son una gran promesa para la agricultura de doble uso y la producción de electricidad renovable. “Hemos demostrado que los ‘invernaderos inteligentes’ pueden capturar energía solar para generar electricidad sin reducir el crecimiento de las plantas, lo cual es bastante emocionante”, dijo Michael Loik, profesor de estudios ambientales en la Universidad de California, Santa Cruz, y autor principal de un artículo que aparece en la revista Earth’s Future de la American Geophysical Union. Los invernaderos solares que generan electricidad utilizan sistemas fotovoltaicos selectivos de longitud de onda (WSPV, por sus siglas en inglés), una tecnología novedosa que genera electricidad de manera más eficiente y a menor costo que los sistemas fotovoltaicos tradicionales. Estos invernaderos están equipados con paneles de techo transparentes incrustados con un tinte luminiscente magenta brillante que absorbe la luz y transfiere energía a franjas fotovoltaicas estrechas, donde se produce la electricidad. Los WSPV absorben algunas de las longitudes de onda de luz azul y verde, pero dejan pasar el resto, lo que permite que las plantas crezcan. La tecnología WSPV fue desarrollada por los coautores Sue Carter y Glenn Alers, ambos profesores de física en UC Santa Cruz, quienes fundaron Soliculture en 2012 para llevar la tecnología al mercado. El equipo de Loik monitoreó la fotosíntesis y la producción de frutas en 20 variedades de tomates, pepinos, limones, limas, pimientos, fresas y albahaca cultivados en invernaderos magenta en dos lugares del campus y uno en Watsonville, California. “El ochenta por ciento de las plantas no se vieron afectadas, mientras que el 20 por ciento creció mejor bajo las ventanas magenta”, dijo Loik. Los tomates y pepinos se encuentran entre los principales cultivos producidos en invernadero en todo el mundo, dijo. En experimentos adicionales, los pequeños ahorros de agua se asociaron con la fotosíntesis del tomate dentro de los invernaderos magenta. “Las plantas requieren un 5 por ciento menos de agua para crecer en la misma cantidad que en los invernaderos más convencionales”, dijo. “Pensé que las plantas crecerían más lentamente, porque es más oscuro debajo de estos paneles rosas. El color de la luz hace que sea como estar en el Planeta Rojo”, dijo Loik. “Las plantas son sensibles no solo a la intensidad

Foto: Freestock Images Dreamstime

de la luz sino también al color. Pero resulta que las plantas crecieron igual de bien”.
Reducir la energía consumida por los invernaderos se ha convertido en una prioridad, ya que el uso global de los invernaderos para la producción de alimentos se ha multiplicado por seis en los últimos 20 años a más de 9 millones de acres en la actualidad, aproximadamente el doble del tamaño de Nueva Jersey, según Loik. “Es grande y cada vez más grande”, dijo. “Canadá depende en gran medida de los invernaderos para la producción de hortalizas y su uso también está creciendo en China”. Los invernaderos de plástico se están volviendo populares para la agricultura comercial a pequeña escala, así como para la producción de alimentos domésticos, agregó. Los invernaderos usan electricidad para controlar la temperatura y alimentar ventiladores, luces y otros sistemas de monitoreo. “Esta tecnología tiene el potencial de desconectar los invernaderos”, dijo Loik, que se especializa en cambio climático, fisiología vegetal, recursos hídricos y tecnologías sostenibles. El costo por panel de la tecnología WSPV es de 65 centavos por vatio, aproximadamente un 40 por ciento menos que el costo por vatio de las células fotovoltaicas tradicionales basadas en silicio. “Si los invernaderos generan electricidad en el sitio, eso reduce la necesidad de una fuente externa, lo que ayuda a reducir aún más las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo Loik. “Nos estamos moviendo hacia invernaderos autosostenibles”. Los coautores adicionales incluyen a Catherine Wade, quien participó como estudiante de posgrado, Carley Corrado, quien participó como investigadora postdoctoral, y los estudiantes universitarios David Shugar y Devin Jokerst, todos de UC Santa Cruz; y Carol Kitayama, cultivadora senior de Kitayama Brothers Growers.
Los paneles magenta también ayudan a las plantas a ahorrar agua, “ generan electricidad y cultivan al mismo tiempo, revela un estudio de la UC Santa Cruz”