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Lancha Torpedera Alay

Al parecer, los torpedos fueron remitidos al Perú, en carga separada de la Lancha Torpedera, ya que en un informe del Cap. de Navío Ruperto Alzamora de Setiembre de 1879 manifestaba: “…en el vapor de la línea inglesa que salió de Londres el 18 de julio, se mandaron a Panamá artículos para torpedos de botalón…” y el 13 de octubre de 1879 indicaba que: “…de Inglaterra se enviaban botalones para lanchas torpederas…”. La remisión de este material bélico salió de Inglaterra con destino a Panamá sin que tuvieran conocimiento la red de espionaje chileno, atravesó el Istmo en ferrocarril y fueron embarcadas hacía el Perú vía Guayaquil, pero una denuncia chilena en ese puerto determinó que una parte de la carga fuera devuelta a Panamá, donde el cónsul chileno trató por todos los medios posibles que fueran embargadas, lo cual no fue aceptado por las autoridades panameñas y quedaron en los almacenes panameños hasta esclarecer su pertenencia. Francisco Yabar señala: “Finalmente los torpedos que se enviaron de Inglaterra llegaron incompletos al Perú pues en setiembre de 1880, el Cónsul del Perú en Panamá, el Coronel Francisco Larrañaga, descubrió una serie de cajas que contenían torpedos Mc Evoy, baterías, galvanómetros y botalones”. El informe del Crl Larrañaga al nefasto Piérola decía: “…desde la época del cónsul peruano en Panamá Luis E. Márquez, se dieron por perdidas varias cajas conteniendo torpedos y baterías eléctricas que remitió Canevaro de Inglaterra, estos artículos fueron embarcados en el “Colombia” y “Ayacucho” y fueron denunciados en Guayaquil. La compañía inglesa hizo que los regresasen a Panamá, el caso es que se presentaron dificultades para su entrega. Tan luego como ha llegado a mi conocimiento por casualidad, he gestionado y tengo estos artículos a mis órdenes, esperando el momento oportuno para remitirlos…”.

Lancha Torpedera Alay

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La comisión peruana en Inglaterra (Canevaro – Alzamora), al no poder conseguir la compra de un buque blindado y ante el pedido del gobierno de Prado por adquirir lanchas torpederas, pudieron en el mes de julio de 1879, realizar la compra de una lancha torpedera (Yatch – Torpedo) de acero, 78 pies de eslora, 12 pies de manga y 5 ½ pies de calado, andar de 18 nudos, construida en 1878 por George Francis Des Vignes en su astillero de Chertsey, Londres; a un costo de 9,000 Libras esterlinas. El 04 de agosto de 1879, el ministro de Relaciones Exteriores informaba al ministro de Guerra y Marina que el cónsul del Perú en Liverpool manifestaba que: “El vapor-torpedo destinado al servicio del Perú ha salido del puerto de Sheerness, ubicado en la isla Sheppey, río Támesis, cerca de Londres con conocimiento de la autoridad local, como buque de recreo perteneciente a un particular, y seguirá su destino próximamente con la derrota y las precauciones convenientes…”. Los agentes chilenos en Europa fueron burlados, ya que no tuvieron conocimiento de la salida de la torpedera hacia Nueva York.

El 13 de setiembre de 1879, la torpedera llegó a Nueva York y su arribo fue comentado por el semanario especializado neoyorquino Nautical Gazzete en su edición del 27 de setiembre de 1879 en la cual indicaba: “…ha llegado a este puerto una embarcación Yatch de vapor con destino para el Pacífico, donde probablemente se emplearía como bote de torpedo… Su modelo indica de mucho andar. Nada se ve encima de la cubierta sino la chimenea y una casa pequeña sobre la máquina. Es evidente que se destina para un bote de torpedo y hay un misterio en cuanto su destino. Salió hoy hacia el Sur…”. Efectivamente, el 27 de setiembre de 1879, el vapor “Ailsa” transportando la lancha torpedera de Canevaro, zarpó de Nueva York con destino al puerto Colón donde llegó el 24 de octubre, siendo recepcionada por el Tte. 1ro Manuel De la Barrera Toledo como Cmdte de la torpedera, el Alférez de Frag. Arístides Vidal y el 4° maquinista José F. López, tripulación que iba a conducir a la Alay (nombre que se dio a la Torpedera) por sus propios medios hasta el Callao; y los agentes de la empresa Dellatorre & Cía., encargados de la operación de compra encubierta de la Torpedera. Increíblemente, la torpedera peruana había sido anunciada por diarios en EE UU, vista por diferentes agentes de aduanas y corredores de seguro en Londres y Nueva York, transbordada de un vapor a otro, trasmitido decenas de telegramas sobre sus destinos y fechas entre Inglaterra, EE UU, Panamá y Lima; pero, sin embargo, la inteligencia y la diplomacia chilena en Europa y Estados Unidos desconocían su existencia. Según Parvex: “El ministro plenipotenciario de Chile en Washington, Marcial Martínez Cuadros (y su perfecta red de inteligencia) conocían quienes eran los principales agentes peruanos que gestionaban la secreta adquisición de armas para su país. Por informes entregados por el servicio secreto de Chile en el Perú, se tenía pleno conocimiento de las triangulaciones de venta de pertrechos militares. Gracias al desciframiento de telegramas encriptados despachados desde Lima, se conocía a los principales agentes del Perú en EE UU”. Lo curioso es que de acuerdo a Parvex, cuando relata: “El caso de la torpedera Alay” señala que: “El 19 de octubre de 1879, Marcial Martínez fue alertado por uno de sus hombres, encubierto como corredor de seguros en el puerto de Nueva York, que en la víspera había zarpado el vapor ingles Colombia transportando pertrechos para el Perú. Los agentes chilenos consiguieron rápidamente los manifiestos de carga, constatando que además de fusiles y municiones, el vapor transportaba una lancha torpedera desarmada... Una moderna unidad clase Herreshoff 1879, adquirida por la Marina del Perú a los astilleros Thornycroft, ubicados en Rhode Island… bautizada como Alay… Martínez comunicó esta situación al cónsul chileno en Panamá, Antonio Jiménez, pidiendo la detención y embargo del cargamento”. No se puede entender cómo es que, si la inteligencia chilena era tan perfecta, pudieran dar informes con tantos errores garrafales y con una infantil creencia que todo lo que comunicaban era verdad absoluta. Ya conocemos que el buque que transportaba la torpedera Alay fue el vapor Ailsa y no Colombia, que salió de

Nueva York el 27 de setiembre y no víspera del 19 de octubre (21 días después), que la torpedera era clase Des Vignes 1878 construida en Chertsey y no Herreshoff 1879 construida en Thornycroft; es decir, cualquier cosa menos una información de inteligencia. Inclusive afirman que: “se logró la incautación de las armas y municiones, que fueron embargadas”; lo que es una afirmación totalmente falsa, ya que, durante toda la guerra de rapiña anglo-chilena de 1879, en los puertos de Panamá, nunca hubo incautación ni embargo de material bélico perteneciente al Perú. El cónsul chileno no tardó en presentar su queja para impedir su salida y, mientras se resolvía, se autorizó para que la torpedera fuera armada y acondicionada para viajar. El 26 de octubre los funcionarios de la Aduana y del ferrocarril calificaron como Fuera de Lugar el reclamo del cónsul chileno y el 02 de noviembre autorizaron el transporte de la Torpedera Alay en el ferrocarril hasta el puerto de Panamá en el Pacífico. Por lo que siempre Panamá será para todos los peruanos un país hermano de verdad y no como un simple cumplido. La Torpedera Alay llegó a Panamá con sus máquinas en mal estado, ya que, durante la travesía desde Inglaterra, Nueva York y Panamá, nunca le hicieron mantenimiento, la empresa Dellatorre y Cía., realizó las reparaciones necesarias y el 29 de noviembre se autorizaba su salida de Panamá con destino a Manta y Guayaquil, zarpando a las 16:00 horas. La navegación entre Panamá y Ecuador fue muy accidentada, arribando a Manta el 14 de diciembre. Para esa fecha y ante tanto desplante de las autoridades panameñas, el gobierno chileno ya había ordenado la salida del Blanco Encalada, el Loa y el Amazonas al mando del Almirante Galvarino Riveros con la misión de Interferir el tráfico de armas desde Panamá al Perú. A cada buque se le dio una comisión diferente: Al Blanco Encalada capturar o hundir al Rímac, que se sabía que estaba en Panamá cargando armas; al Amazonas con igual comisión, pero su objetivo era una Lancha Torpedo, que había zarpado con la protección de las autoridades panameñas y al Loa destruir las instalaciones para cargar guano en las islas de Lobos. El Amazonas llegó a Paita el 17 de diciembre y después de haber inspeccionado las lanchas de la bahía, zarpo una hora más tarde con rumbo a Tumbes, donde se reunió con el Blanco Encalada el 22 de diciembre, se sabía que la Lancha Torpedo viajaba sin escolta y con las máquinas descompuestas. El Almirante Riveros ordenó al Amazonas que ingrese al mar territorial de Ecuador, inspeccione la costa norte del río Guayas revisando cada caleta o puerto. El 23 de diciembre el Amazonas encontró en el muelle del puerto de Ballenitas en Ecuador a la lancha torpedera Alay sin carbón ni víveres y que portaba bandera del reino de Hawái; fue capturada y remolcada mediante un acto de piratería por Thompson en dicho puerto, con la siempre prepotencia chilena usurpando el mar territorial y la soberanía de Ecuador, tomando como prisioneros a los marineros peruanos Marcelino Villamar, Estanislao de la Cruz y José Alvarado que daban seguridad a la embarcación, siendo trasladados a la localidad chilena de San Bernardo.

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