En 1977 “La Conferencia de
las Naciones Unidas sobre el
Agua reconoció por primera
vez que todos los pueblos,
cualquiera sea su nivel de
desarrollo o condiciones
económicas y sociales,
tienen derecho al acceso al
agua potable en cantidad
y calidad acordes con sus
necesidades básicas”. En
los sucesivos años, un gran
número de convenciones,
conferencias y resoluciones
adoptadas tanto por la
Asamblea General de las
Naciones Unidas, como
del Consejo de Derechos
Humanos, reconocieron el
derecho humano al agua