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La relación de un botánico marino con Urdaibai
La relación de un botánico marino con Urdaibai
José María Gorostiaga, profesor de botánica de la UPV.
Era en verano de 1979 cuando entré en contacto por primera vez con la flora marina de Urdaibai, concretamente fue San Juan de Gaztelugatxe el lugar elegido. Era estudiante de último curso de Biología de la Facultad de Ciencias y el motivo de mi presencia en este lugar era realizar la tesina fin de carrera sobre las algas marinas allí presentes. Era todo un reto, ya que apenas había información de la vegetación marina para la costa de Bizkaia. Pedí prestado en la biblioteca de la universidad un libro francés para la identificación de algas marinas y allí pasé el verano recogiendo el material que luego analizaba en el laboratorio. Era un lugar especial, por no decir impresionante. Algas rojas, pardas, verdes con formas caprichosas enriquecían mi vista. Había días que prácticamente no veía visitantes. Sin duda, eran otros tiempos. Este trabajo titulado “Estudio de las algas de San Juan de Gaztelugatxe” fue el primer estudio botánico que se realizó en la joven Universidad Autónoma de Bilbao (germen de la UPV/EHU).
En 1981, publiqué en la revista guipuzcoana Lurralde los resultados de mi tesina, junto a otro trabajo en el que se citaba por primera vez en la costa vasca dos especies de laminarias (Saccorhiza polyschides y Laminaria ochroleuca) en Elantxobe. A estos dos trabajos realizados en Urdaibai les debo mucho ya que gracias a ellos pude entrar como profesor de Botánica con 28 años de edad en la Facultad de Ciencias de Leioa. Ahora al final de mi carrera académica y científica agradezco mucho a la universidad por la confianza que depositaron en un joven estudiante con muy poca experiencia. Un segundo contacto con Urdaibai fue en 1984 durante la realización de mi tesis doctoral ya que una de las localidades elegidas fue Ea. Estudiaba las praderas del alga roja Gelidium corneum, muy abundante en los tramos expuestos al oleaje de la costa vasca y especie clave en la costa cantábrica.

En otoño, el oleaje depositaba grandes cantidades de Gelidium en la playa de Ea, donde era recogida debido al alto valor comercial del agar. Estos arribazones ya no se producen debido a la drástica reducción que han experimentado estas praderas como consecuencia de los efectos del cambio climático.Una vez acabada mi tesis doctoral (1990), me planteé el reto de conocer la vegetación submarina de la costa vasca y fue en verano de 1991
cuando con un pequeño velero y junto al estudiante de Biología Alberto Santolaria fuimos muestreando cada 3 km toda la costa vasca (desde Pta. Kobaron hasta Cabo Higuer). Era una auténtica aventura, pero nuestras ansias de conocimiento podían con todo. Recalamos en S.J. de Gaztelugatxe, Cabo Matxitxako, Gibeleko, Izaro, Ogoño, Elantxobe, Ibarrangelu y Ea. Salíamos de cada puerto todavía de noche y era un poco después del amanecer cuando ya estábamos realizando la primera inmersión. Después nos desplazábamos a la siguiente localidad reponiendo fuerzas, y de nuevo al agua para una segunda inmersión. Como anécdota decir que después de la segunda buceada en Ibarrangelu el 22 de julio nos dirigimos al puerto de Elantxobe, donde celebraban el “Madalen Eguna”. Cuando entramos al puerto a media mañana, y para nosotros que veníamos de un mundo silencioso, nos sorprendió el bullicio y algarabía existente en el puerto, pero se apreciaba que era una fiesta local. No tuvimos problemas para buscar un lugar de fondeo y pasar allí el día cargando las botellas para eldía siguiente. Sin duda, los tiempos han cambiado. Parte de estas localidades han vuelto a ser estudiadas en 2008-09, 2013, 2021-22 teniendo como referencia el estudio original (1991). Los resultados son muy preocupantes, ya que se han registrado profundos cambios en la vegetación marina como consecuencia de los efectos del cambio climático.

Era un lugar especial, algas rojas, pardas, verdes con formas caprichosas enriquecían mi vista
Otro aspecto relevante ha sido obtener información sobre la recuperación ecológica del propio estuario del Oka con la puesta en marcha del Plan Integral de Saneamiento de Urdaibai, cuyo hito más importante ha sido la construcción de la depuradora de Lamiaran en la proximidad del puerto de Bermeo. También un objetivo paralelo ha sido conocer el impacto de diferentes depuradoras (Laida, Laga, Elantxobe, Ea y especialmente la de Lamiaran) sobre su entorno. Esto ha sido posible a partir de 2017 gracias a convenios de colaboración entre la UPV/EHU y el Consorcio de Aguas de Busturialdea, y ya a partir de 2022, con el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia hasta el momento actual. Complementariamente, con ambos Consorcios se ha querido valorar la recuperación de la flora y fauna bentónica del estuario y entorno costero, antes (2020 y 2021) y después (2022 y 2023) de la clausura de la depuradora de Gernika en julio de 2021 al quedar sustituida por la de Lamiaran. Nuestro Grupo de Investigación Bentos Marino UPV/EHU viene estudiando los efectos de la implementación del Plan Integral de Saneamiento del Gran Bilbao sobre la recuperación biológica del Abra de Bilbao y costa adyacente en colaboración con el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia desde la década de los 80 hasta la actualidad, habiéndose obtenido unos resultados extraordinarios. Para la recuperación de un área emblemática como el estuario del Oka y entorno costero próximo (Reserva de la Biosfera) tenemos buenas expectativas en vista a los resultados preliminares, ya que se han eliminado puntos de vertidos, para ser derivados mediante la nueva red de colectores a la depuradora de Lamiaran. Como ejemplo, en el área de Santa Catalina de Mundaka se ha podido apreciar una notable recuperación de la flora y fauna del intermareal rocoso.
También está siendo importante evaluar el efecto que está teniendo el vertido del emisario de la depuradora de Lamiaran ya que trata las aguas residuales de la mayor parte de la población del área de Urdaibai.
Se han registrado profundos cambios en la vegetación marina
Hasta el momento actual (verano de 2023) se ha podido apreciar que en la zona intermareal rocosa más próxima al emisario, la vegetación y fauna bentónica marina no ha sufrido cambios significativos (en comparación a su composición antes de que recibieran las aguas del emisario). Estos estudios de monitorización continua nos permite ir conociendo la evolución de las comunidades biológicas marinas en toda la comarca de Busturialdea-Urdaibai.

Desde el inicio de mis estudios en 1979 en San Juan de Gaztelugaxte hasta el momento actual, he sido testigo de muchos cambios. En los años 70 y 80 era la contaminación el principal problema en la costa de Bizkaia y especialmente en el Abra de Bilbao debido a la fuerte actividad industrial a orillas del río Nervión. El área de Bermeo y las aguas del estuario del Oka también presentaban problemas de contaminación de las aguas, aunque no tan severa. Las algas marinas constituyen unos excelentes bioindicadores de la calidad de las aguas ya que aquellas especies sensibles a la contaminación se encuentran ausentes en lugares contaminados, siendo sustituidas por otras especies oportunistas resistentes. Afortunadamente a partir de mediados de los 80 se empezaron a implementar planes de saneamiento y en el caso de Urdaibai han sido especialmente en las dos últimas décadas cuando se han ido aplicando medidas correctoras mediante la instalación de depuradoras de aguas residuales y ya finalmente, mediante derivación de las aguas de los municipios a orillas del estuario a la nueva depuradora de Lamiaran. Todas estas actuaciones están teniendo efectos beneficiosos sobre la recuperación de la flora y fauna marinas. Creíamos que con solucionar/mitigar el problema de la contaminación ya teníamos los deberes hechos. Sin embargo, un problema mayor que la contaminación ha surgido, es el cambio climático. La contaminación quedaba localizada generalmente en áreas costeras urbanizadas e industrializadas. Sin embargo, los efectos del cambio climático se producen a nivel global, haciendo que especies autóctonas sufran significativos retrocesos e incluso su desaparición. Desde la década de los 80 se ha ido produciendo un calentamiento de las aguas (0.26ºC por década en el periodo estival). Un ejemplo ha sido la desaparición en la isla de Txatxarramendi de diversas algas pardas intermareales típicas de aguas frías tales como Fucus vesiculosus, Fucus spiralis y Pelvetia canaliculata a principios de los años 90.
A partir de 1997 se detectaron los primeros efectos del cambio climático
A partir de 1997 nuestro equipo investigador detectó los primeros efectos del cambio climático observándose decoloración en los frondes del alga roja Gelidium corneum. En 2007, diez años después, ciertas praderas de la costa vasca habían perdido un 50% de su cobertura, y 15 años después (2022) las praderas de Gelidium han declinado en gran parte de la costa vasca, siendo sustituidas por una vegetación empobrecida constituida por especies de morfología simple y, también en parte, con la introducción de especies foráneas de lugares más cálidos, y algunas de ellas de carácter invasor. Todo ello ha llevado a un severo desajuste en el funcionamiento del ecosistema costero. Junto al incremento de la temperatura del agua, el incremento de la radiación solar, así como una reducción en verano de la disponibilidad de nutrientes (como consecuencia de la disminución de precipitaciones) parecen ser parte de los factores responsables de estas severas alteraciones.
Quizás al principio del presente artículo, el lector haya podido vislumbrar la ilusión con la que los investigadores abordamos nuestros cometidos. Sin duda, la actividad humana está repercutiendo de forma severa sobre nuestro planeta y en nuestro entorno más próximo. Siento añoranza por ciertas imágenes que todavía guardo en mi memoria y por todo aquello que estamos perdiendo. Quizás el lector pueda tener similares sensaciones en diferentes campos de su experiencia vital. Todos debemos realizar un esfuerzo para revertir esta situación.
