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Reclaman falta de avances tras desafuero de Covarrubias

faltar a una audiencia de imputación.

Finalmente, la legisladora señaló que el desafuero al magistrado es un ejemplo de que “hay una política de subordinación de la representación popular a intereses particulares”.

Se incrementó la población en un 15 por ciento en espacios con bajo índice de servicios básicos. De manera contraria, hubo una disminución poblacional de un 34 por ciento en sitios con alto grado de servicios básicos, es una paradoja”

PATRICIA MARTÍNEZ BARBA DIRECTORA DEL IMEPLAN

En esta semana las hemos visto en el Ayuntamiento de Guadalajara, el Congreso del Estado, el Consejo de la Judicatura, en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en el gobierno del estado… en fin, en muchas dependencias donde lo único que hacen es lo que les indican sin detenerse a reflexionar si eso les toca hacer, si pueden hacerlo o si es conveniente desarrollarlo. Decidir sin tocar base parece que está prohibido.Desde la butaca es lamentable observar sesiones de pleno del ayuntamiento tapatío y del Congreso local donde los asuntos importantes únicamente se discuten bajo disputas de grupos de poder para manifestar quién tiene el verbo más desarrollado, el tono más fuerte o el argumento más hiriente para destacar, para llamar la atención y para ganar la nota.

Antier hubo dos sesiones casi al mismo tiempo: la del Ayuntamiento de Guadalajara y la del Poder Legislativo, y en ambas la dinámica fue igual, la mayoría del grupo en el poder contra la minoría de oposición.

En ambos lados surgieron las marionetas políticas, ésas que son movidas por hilos desde otras sedes y otras personas buscando llevar el tema a su terreno para declarar la victoria.

En el caso del gobierno tapatío se hablaba sobre cómo recuperar los terrenos de proyecto inmobiliario de Iconia y castigarlos, y en el Congreso local sobre las convocatorias de cuatro magistrados del Supremo Tribunal de Justicia que están pendientes.

Ambos posicionamientos de los grupos de poder tenían razón en sus señalamientos con sus propios matices; sin embargo, siempre presentaron verdades a medias, maquilladas, que se adaptaban a su discurso de querer tener la razón, sin que en ningún momento lo hicieran buscando el consenso, el diálogo o el acercamiento. Y mucho sin pensar en quienes votaron por ellos, el ciudadano de a pie.

Los temas quedaron pendientes, y desde ahora auguramos que ganará quien tiene la mayoría, la que impondrá los votos que tiene o que puede sumar y la que llevará el análisis jurídico a su terreno; la que saldrá perdiendo será la ciudadanía porque nunca se velarán sus intereses, aunque así lo digan y pregonen, porque si esto fuera cierto desde hace tiempo esos grupos de poder hubieran actuando con anticipación. Siempre estará primero el interés político de grupo que el social.

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