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La escalada de la condena a García Luna

ADELA NAVARRO BELLO @adelanavarro / SinEmbargo.MX

El hecho, sin precedente, de juzgar en el extranjero a un alto funcionario del Gobierno mexicano como lo fue Genaro García Luna de 2006 a 2012, tiene por supuesto afectaciones a la administración pública en México, no solo la del pasado que permitió la corrupción del ex Secretario, también la del presente y la inmediata anterior, que no lo juzgaron en territorio nacional, a pesar de contar con medios oficiales para hacerse de pruebas y, de hecho, haber tenido a la mayoría de los testigos encarcelados, antes de su extradición a los Estados Unidos y que colaboraran con la justicia de aquel país. Ni hablar del golpe que la declaración de culpabilidad sobre García Luna trae a las dos únicas administraciones panistas en el Gobierno de la República, la de Fox y la de Calderón, amén de la repercusión al Partido Acción Nacional en vísperas de las elecciones. Efectivamente, la mayoría de los testigos que, con sus acusaciones de sobornos multimillonarios y acuerdos ilícitos hicieron, estuvieron prisioneros en México, donde de hecho algunos como Sergio Villarreal, “El Grande”, anticiparon sus declaraciones, pero que, a diferencia de lo sucedido en los Estados Unidos, en México no le concedieron ni credibilidad, ni validez a sus dichos. Todos los actos ilícitos relacionados con el narcotráfico por los que García Luna fue declarado culpable y será sentenciado el 27 de junio de 2023, ocurrieron, de acuerdo con testigos y Fiscalía, en territorio mexicano. Fue aquí donde, validaron los jurados, el ex Secretario hizo tratos con el Cártel de Sinaloa y con el de los Beltrán Leyva para apoyarlos, a cambio de millones de dólares, a crecer sus ilícitos negocios para traficar droga, desviar investigaciones, o arremeter contra los cárteles enemigos.

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Afecta además a otras corporaciones y fuerzas armadas, pues en el juicio a García Luna también se mencionó por parte de los testigos, la participación de otras corporaciones en el entramado de corrupción de los cárteles de la droga. Y no solo fue la Policía federal entonces comandada por el ex funcionario; también se hizo mención, en igual circunstancia de las acusaciones validadas por el jurado contra García, sobre la participación de elementos del Ejército Mexicano al servicio del Cártel de Sinaloa, también aceptando sobornos en dólares, y proveyendo información a los grupos criminales.

Particularmente, “El Grande” declaró ante la Fiscalía y los jurados de la Corte de Distrito en Brooklyn, Nueva York, y ante la presencia del Juez Brian Cogan, y por supuesto del acusado y su defensa, que, en una ocasión, en medio de la guerra de cárteles, ellos (refiriéndose a los Beltrán Leyva), proporcionaron información a militares para la captura de

Mi sociedad civil no es la tuya

SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS @guerrerochipres / SinEmbargo.MX

La sociedad civil no le pertenece a quienes respaldan el discurso discrepante de los consejeros salientes del INE y tampoco a quienes se oponen al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. En la disputa por el poder nacional, los seguidores de Claudio X. González y de otros personajes semejantes tienen el legítimo derecho a manifestarse y tendrían también la oportunidad de reflexionar autocríticamente sobre atribuirse el monopolio de “la sociedad civil” y “la ciudadanía”. Ambos vocablos están referidos a realidades y espacios simbólico-políticos donde ese segmento de la sociedad ocupa, según todos los datos disponibles, el 30 por ciento de las voces, salvo demostración en contrario. Dejarán pasar esa oportunidad. Por estas razones: reconocer que AMLO tiene apoyo de sociedad civil, ciudadanía y por supuesto militantes de Morena descompone hasta desmantelar la narrativa de que ellos y los otros partidos de Oposición, además del PRI y el PAN, son representativos de “la” sociedad civil.

Hace 200 años, Hegel ya lo planteaba: la sociedad civil es un espacio donde participan todos los sectores sociales, ciudadanos, empresarios, y entre ellos habrá opiniones diversas; son especialmente relevantes aquellas que evidencian la ruptura definitiva entre la virtud y la política demostrada

ALEJANDRO SICAIROS alex.sicairos@hotmail.com

Frente a hechos como la declaración de culpabilidad que la Corte de Brooklyn, Estados Unidos, hizo contra Genaro García Luna; la salida de Culiacán de la lista de las 50 ciudades más peligrosas del mundo por la violencia, y la secuencia de vehículos incendiados en diferentes puntos de la capital de Sinaloa, deben cuidarse los aspectos narrativo y declarativo respecto a coyunturas de seguridad pública con tal de evitar que la palabra y la perspectiva se reviertan en efecto búmeran contra las instituciones y quienes las presiden. Es de elemental custodia la correlación entre discurso y realidad tratándose de un tema que implica gobernabilidad, víctimas, células criminales, registro estadístico y esencialmente ciudadanos que observan, miden y padecen hechos de delincuencia común u organizada sin que necesiten de la mentira para experimentar mayor vulnerabilidad. Lo que se expresa desde el lado gubernativo, según como se diga, induce confianza o desánimo.

Por ejemplo, en el ámbito estatal que nadie festeje el supuesto abandono de Culiacán del ranking criminal que lo mantenía dentro de la clasificación del medio centenar de urbes con el warning internacional por inseguridad. Sí se trata de un dato alentador, sin duda, pero analizadas las proporciones llega en tiempo inoportuno después de la redundante acción de delincuencia organizada que el 5 de enero

Jesús Zambada, “El Rey”, pero que los de la milicia “vendieron” esos datos al Cártel de Sinaloa. A cambio de billetes verdes la proporcionaron para evitar la aprehensión del hermano de Ismael Zambada García, “El Mayo”, líder criminal del Cártel de Sinaloa.

Aun cuando la corrupción en el Ejército no fue el centro del juicio a García Luna en los Estados Unidos, las delaciones de los criminales, considerando que las referidas contra el ex Secretario se dieron por válidas, resultan deshonrosas, graves y alarmantes, pues presumen la participación del Ejército en la corrupción entre los cárteles de la droga en México. Situación que no fue investigada en los Estados Unidos, cuando en un hecho también sin precedentes, y más cercano a producto de una negociación política, la Fiscalía de la Unión Americana en noviembre de 2020, y luego de haberlo detenido por una investigación en la que lo acusaban de delitos de narcotráfico, entre ellos recibir sobornos millonarios para ayudar a un cártel a traficar droga a los Estados Unidos, liberó sin cargos al General Salvador Cienfuegos, quien fungió como Secretario de la Defensa Nacional durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Ciertamente, desde el fin de la administración de Felipe Calderón, pasando por la de Enrique Peña y en la actual del Presidente Andrés Manuel López Obrador, no ha habido en México una real depuración de las corporaciones policíacas ni se ha investigado a los altos mandos. A lo más que han llegado, como cada sexenio, es a cambiarle de nombre a las corporaciones, ya no es SIEDO, es SEIDO y luego FEMDO, pero para el caso es lo mismo. López Obrador fue más allá al desaparecer a la Policía por las revoluciones inglesa, francesa y estadounidenses de los siglos 17 y 18. El rey no es el dueño de la virtud. En consecuencia, una parte ampliamente complementaria y/o privilegiada -la sociedad- es la fuente probable de recuperación de la virtud. El problema radica en el proceso en el cual quien representa el poder, primero, ya no es un monarca y, segundo, tiene legitimidad y apoyo popular actuante y contundente, como es el caso del Presidente López Obrador.

La propuesta del ex Presidente Felipe Calderón -que parte de un diagnóstico central: la “ausencia de una Oposición respetable, vigorosa, creíble y con liderazgo”- tiene sentido, pero al mismo tiempo es debatible. Y por lo visto no le encanta a los partidos políticos, el más relevante de los cuales siendo opositor como el PAN, tiene una escisión entre quienes apoyan al panismo de la CdMx y aquellos que representaron lo mejor de éste en el poder de una generación previa.

Desde algunas voces opositoras a cuanto se proponga por el gobierno del Presidente López Obrador o en la CdMx por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hay una convocatoria a “la sociedad civil” a sabiendas de que la mayoría de la misma respalda a AMLO. La separación ya no solamente es en entre virtud y política, como Hegel sugería en 1821, sino entre verdad y retórica en este 2023.

Federal para integrarla a la Guardia Nacional, aunque sus elementos no fueron investigados, muchos se quedaron en la nueva corporación, mientras otros migraron a los Estados.

Resulta vergonzoso que en México no se investigue la participación de las fuerzas armadas, de las corporaciones policíacas y de los altos mandos de la seguridad que han caído en actividades de complicidad con el crimen organizado y el narcotráfico. La condena de García Luna ciertamente afecta en mayor medida a los gobiernos de Fox y Calderón, al Partido Acción Nacional, pero también salpica a las administraciones que le siguieron, por no combatir la corrupción y permitir que personajes como el ex Secretario, y elementos del Ejército, aun desconocidos, ya denunciados, vivieran con impunidad. Muy tarde exigen los políticos de Morena a la Fiscalía General de la República que García Luna sea procesado y juzgado en México, cuando ya fue declarado culpable en Estados Unidos, y es poco probable que de aquel país lo extraditen a México donde, se supone, vivió impune durante el sexenio de Calderón, el de Peña Nieto y lo que va del de López Obrador. El próximo 27 de junio de 2023, el Juez dictará una sentencia a García Luna, encontrado culpable de cuatro delitos de narcotráfico y uno de declaraciones falsas. La condena al ex funcionario tendrá una escalada a otros niveles del Gobierno mexicano, que, al ser así evidenciado, habrá de enfrentar consecuencias por no aplicar la justicia; después de todo, lo que se demostró en la Corte en los Estados Unidos, no solo fue la corrupción de un hombre ex servidor público, sino de un sistema.

Lengua corta PINGO

Thos

RODOLFO DÍAZ

FONSECA rfonseca@noroeste.com rodifo54@hotmail.com

Memoria y olvido

Los griegos hablaron de memoria (Mnemosyne) y de olvido (Léthe). Entre los romanos se erigió, además, la “damnatio memoriae”, que era una condena forzada al silencio, como una forma de olvido. En una palabra, era más deseada la muerte que el olvido, pues éste significaba la muerte definitiva.

P ara el periodista Rodolfo Walsh, quien sufrió el asesinato de su hija guerrillera, María Victoria, de 26 años, durante la dictadura argentina, y él mismo falleció también en un enfrentamiento, la memoria es nuestro último recurso. De hecho, se lo escribió a Vicky en una carta que le dirigió cuando se enteró de su muerte: vivió el solar de los tres ríos, evento de anarquía que no entra en el periodo evaluado para determinar dicha pacificación culiacanense.

No podré despedirme, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, te celebro y quizás te envidio, querida mía”.

La memoria nos rescata del olvido, pero, en la sociedad actual, nos arriesgamos a olvidar también la memoria. En efecto, es tanto el cúmulo de información que recibimos a través de diversos medios y plataformas, que nos es imposible almacenar y conservar esa inmensidad de datos, además de que muchos de ellos son vanos, inútiles y superfluos.

Empero, reconozcámoslo, es imposible olvidar lo sustancial, como escribió Borges en su soneto Eternidad (Ewigkeit): “Sé que una cosa no hay. Es el olvido;/ sé que en la eternidad perdura y arde/ lo mucho y lo precioso que he perdido:/ esa fragua, esa luna y esa tarde”. Los estudiantes de la Universidad Pedagógica de Sinaloa tampoco podrán olvidar los Conciertos de Cámara que integrantes de la OSSLA han ofrecido en su auditorio. Ayer, se emocionaron con tres romanzas de Schumann; Wings, de Joan Tower; Intermezzo, de Carmen, y Menuet, de La Arlesiana, de Bizet, así como Oblivion, de Piazzola ¿Conservo viva la memoria?

Lo otro: persiste algún segmento del narcotráfico que es tenaz en mantener encendida la flama del miedo tal vez para que sea la chispa de nuevos episodios de violencia exacerbada. Durante esta semana son reportados casos de vehículos incendiados de manera dispersa e intermitente en Culiacán que, ante la imposibilidad del aparato de seguridad pública de esclarecerlos, clavan en la percepción colectiva la aguja de la zozobra.

En lo que se refiere al veredicto del jurado de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, que encontró culpable de varios delitos a Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón, llama la atención el desbordamiento de expresiones que dan por abatida la impunidad en México y le otorgan el sesgo de triunfo político a lo que es la victoria jurídica del sistema estadounidense de justicia.

Se incurre en el absurdo de descartar el cotejo de circunstancias, las de ayer y las de ahora, para determinar los equilibrios indispensables que hagan notar que durante la guerra que el ex Presidente Calderón le declaró al narcotráfico en diciembre de 2006, que ocasionó 121 mil 613 muertes violentas, el número de víctimas fue menor a las reportadas en los cuatro años transcurridos del régimen autonombrado Cuarta Transformación, con 137 mil homicidios dolosos al 1 de diciembre de 2022. Y que por lo tanto al exigir justicia para los inocentes caídos en el calderonismo también clamamos que la ley alcance a los asesinos de gente pacífica en el amloísmo presente.

El problema es que, a pesar de tratarse de la misma violencia e igual pérdida de vidas humanas como secuela de la barbarización, hablamos del fenómeno cruel con similar trivialidad que abordaríamos asuntos como el clima, la ropa que viste el vecino o el estado del tránsito vial. Metemos nuestros temores, la flaqueza popular y la apatía del Estado a cuidarnos, dentro del small talk colectivo que al ser inducido desde el Gobierno nos vuelve socialmente más frágiles.

En el caso de Sinaloa, por fortuna los gobernantes fueron prudentes en lo referente a que el Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia Penal sacó a Culiacán del grupo de las 50 ciudades más violentas del mundo tras la evaluación de homicidios dolosos registrados en 2021. “Es un avance, pero no da para cantar victoria”, resumió el Gobernador Rubén Rocha Moya y el Alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil lo tradujo en el exhorto a redoblar esfuerzos porque la seguridad pública aun no llega a buen puerto. Como estrategia para la paz tendría que uniformarse la actitud a presentar cuando el fenómeno delictivo adquiere preponderancia en la conversación pública y ello conlleva a la trampa de trivializar el debate. El apremio consiste en impedir en lo posible que a la acción del crimen los puntos de vista irresponsables añadan la alevosía de la voz infundada. Por ponerse de moda la práctica política de escupir hacia arriba la sociedad entra en confusión y resulta inmovilizada en su rol de primera generadora de soluciones. En concreto, mucho cuidado cuando en la comentocracia mexicana que invade todos los espacios, y en la banalización de los podios políticos, ocurra la verborrea oportunista que expele versiones sobre la violencia sin más filtro que el de la habladuría. La autenticidad queda derrotada por verdades a medias y mentiras completas fraguadas en el desespero por colgarse medallas manchadas con sangre, o bien imponer la razón personalísima por encima inclusive de la veracidad de los hechos. Así es como adquieren forma hipótesis engañosas que son la ambrosía de fake news y de autenticidades manipuladas desde la función pública.

Reverso Nunca faltó el charlatán, Que nos ofreciera la paz; Lo hicieron el PRI y PAN, Y hoy el Morena locuaz.

Rastros del ‘Culiacanazo 2.0’ La organización ciudadana Construyendo Espacios para la Paz presentó el informe mensual en materia de seguridad pública que en enero refleja el impacto del “Culiacanazo 2.0” con efecto contagioso en incidencia delictiva. Por ejemplo, en Sinaloa los homicidios dolosos aumentaron a 64 casos contra 53 denunciado el mismo mes de 2022; el robo de vehículos casi se triplicó pues de 323 sucedidos en enero de 2022 crecieron a 853 para enero de 2023, y en robo a local comercial se duplicaron los hechos con 86 en el primer mes de 2022 y 160 en 2023.

NOROESTE /REDACCIÓN

Con una experiencia en el mercado de más de 35 años, Masterlab se ha distinguido por brindar a sus clientes en el campo, análisis precisos, confiables, oportunos y de fácil interpretación mediante un equipo de profesionales, trabajando siempre en la mejora continua, dando así un servicio de calidad. Al frente de este negocio ubicado en Culiacán, se encuentra Jorge Ávalos Manzo, fundador de este laboratorio agrícola, el cual se creó en julio 1985 llamado en un principio Láser, con la visión de ser el laboratorio más importante y mejor posicionado a nivel nacional, con clientes satisfechos por sus servicios, comprometidos con la calidad, y la vanguardia tecnológica. Masterlab, dijo, nace a raíz de una necesidad para el sector agrícola, él es ingeniero bioquímico por la Universidad Autónoma de Sinaloa en 1979, con maestría en el área de suelos y nutrición de plantas, y fue durante su estancia en el INIFAP donde toma la idea de crear un laboratorio particular para dar asistencia técnica al sector agrícola, abriendo sus primeras oficinas por el Bulevar Zapata, con un pequeño laboratorio de suelos y de plantas, todo enfocado a la nutrición de las mismas, con atención especial a esta zona agrícola, realizando análisis para los productores.

“Durante cinco años nos volvimos muy populares, trabajamos con muchos productores, hasta que uno de ellos me invita a formar parte de su equipo, un grupo muy grande e importante que tenía siembras en Culiacán, Obregón, Hermosillo y en Estados

Unidos, con quienes trabajé por más de 10 años, dejando el laboratorio en Culiacán a cargo de otra persona, el cual se nos incendió, esto nos costó otra vez reiniciarlo, trabajamos mucho hasta recuperarnos y abrir de nuevo” detalló

Tras este suceso, ya de vuelta en Culiacán, recordó, se dedicó a brindar asesorías especialmente en productos como tomates, pepino, chile, berenjenas, ejotes, todo lo que era de exportación.

Fue entonces que Ávalos Manzo visualiza otras necesidades del sector agrícola hacia los laboratorios, donde ahora se precisaba crear un área de Fitopatología, y así realizar análisis de los patógenos del suelo, aquellos que atacan a las plantas, como hongos, bacterias, entre otros, perjudicando las raíces, frutos, tallos, y el follage, abriéndolo en 1995, sumando así otro nuevo servicio para los productores, el cual se fue mejorando poco a poco, ampliando así su cartera de asesorías.

Para el 2010, Masterlab crea otro laboratorio con miras a fortalecer aún más a la empresa para que esta creciera, adentrándose esta vez al área de la microbiología, desde un punto de vista de inocuidad, es decir, quienes, cómo y cuáles son los microorganismos patógenos para el humano, mismos que vienen en los alimentos.

Posteriormente llega a ellos una nueva oportunidad, buscar las acreditaciones, certificaciones en su campo de acción. Fue entonces que en 2019 Masterlab logra acreditarse en el área de microbiología, ante la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) considerando que esta área era la más importante, porque son las que atacan al humano, causando la muerte por consumir alimentos contaminados.

“Estamos acreditados como laboratorio, pero en ciertos alcances. Ahora nos estamos acreditando en aguas, es decir, agua de riego y de consumo con la EMA, con esta certificación, ya podemos entregar un reporte certificado de que el trabajo ha sido realizado correctamente, cumpliendo todos los protocolos establecidos”.

Luego, dijo el director general, vienen otras acreditaciones en Fitopatología, Nutrición, mientras tanto, Masterlab ha sido acreditado como Laboratorio de Ensayo bajo la norma NMX-EC17025-IMNC-2018 (ISO/IEC

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