
11 minute read
El dilema de la Oposición ÉTHOS
from CULIACAN 210623
by Noroeste
@chamanesco
Auna semana de que se cumpla el plazo que ellos mismos se dieron para dar a conocer el método de elección de su candidatura presidencial para 2024, los dirigentes de los partidos de Oposición enfrentan un grave dilema: emular a Morena en su violación flagrante a la ley electoral, o seguir perdiendo el tiempo.
Advertisement
Como ha ocurrido durante todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, las dirigencias del PRI, PAN y PRD se mantienen a la zaga de Morena y sus partidos satélite.
Van 10 pasos atrás, expectantes de lo que ocurre en el oficialismo, ya no digamos en la conformación de un proyecto de país alternativo al lopezobradorismo o la construcción de liderazgos presentables que entusiasmen a alguien fuera de sus filas. Ahora, ni siquiera pudieron definirse antes de Morena en una decisión estratégica: cuándo comenzar su 2024.
Mientras Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal comenzaron este lunes sus actividades proselitistas, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano siguen deshojando la margarita.
Morena, con el empuje que les da el Presidente desde Palacio Nacional y el ingenio lopezobradorista para burlar las leyes sin violar las leyes, ha ganado una batalla muy relevante la semana pasada al conseguir el aval del Instituto Nacional Electoral a sus precampañas adelantadas.
Tal vez ni cuenta se dieron, pero las quejas que interpusieron PAN, PRD y MC en contra de la convocatoria de Morena para la selección del “Coordinador de la Defensa de la Transformación” sólo sirvieron para que la Comisión de Quejas del INE diera su aval al proceso.
El viernes, en la resolución que aprobó por unanimidad la Comisión de Quejas, dos consejeras electorales y un consejero aceptaron que dicho proceso entra dentro de las “actividades partidistas ordinarias” de Morena y, aunque fijaron algunas reglas para acotar su proselitismo (no hacer llamados explícitos al voto, por ejemplo), en realidad terminaron por dar carta blanca a las precandidaturas anticipadas.
Por eso Mario Delgado sonreía el pasado viernes, y -cosa inédita- celebraba la decisión del INE, pues con ella -aderezada con la cordial y “muy productiva” reunión del martes entre consejeros electorales y López
Obrador en la sala de juntas del despacho presidencial- ya logró salirse con la suya: adelantar cinco meses las precampañas respecto a los plazos constitucionales.
Eso sin contar que, luego de un año y medio de proselitismo adelantado, las llamadas “corcholatas” apenas han sido amonestadas con 11 medidas cautelares que, en los hechos, son llamados a misa para que se porten bien.
Ése es el contexto en el que las dirigencias del PRI, PAN y PRD siguen hundiéndose en la indefinición.
El lunes 6 de junio, luego de una
Observatorio
ALEJANDRO SICAIROS sicairos6204@gmail.com dolorosa derrota en el Estado de México, los dirigentes partidistas firmaron un acuerdo para refrendar su alianza de cara a 2024.
Sin reflexión alguna sobre los resultados de dicha alianza, los dirigentes se apresuraron a defender su “estrategia” que, en los hechos, no es más que la defensa de sus cargos.
¿Qué importa si vuelven a perder estrepitosamente en 2024? Para ellos la prioridad es que ninguna corriente interna les dispute la dirigencia antes de la jornada electoral.
En su conferencia después de Coahuila y Estado de México, además de negar su derrota con argumentos inverosímiles, los dirigentes anunciaron que el 26 de junio aparecerán nuevamente ante la opinión pública para dar a conocer el método y los tiempos de su proceso interno y, después, regresaron a su naufragio de justificaciones, declaraciones alarmistas y ocurrencias.
Marko Cortés deslizó la idea de poner una cuota de un millón de firmas para inscribirse al proceso interno, cuando es probable que ni entre los tres partidos juntos puedan acreditar actualmente tener esa cantidad de militantes afiliados.
En su extravío, al PAN, PRI y PRD les surgen aspirantes como hongos: Santiago Creel, Lilly Téllez, Damián Zepeda y ahora hasta Xóchitl Gálvez, en el PAN. Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu, Enrique de la Madrid, Ildefonso Guajardo, José Ángel Gurría, Alejandro Murat, Alejandro Moreno y ahora hasta Ulises Ruiz, en las filas del PRI. Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles, en el PRD. Catorce suspirantes a los que hay que sumar los sin partido, que también comienzan a multiplicarse: Demetrio Sodi, Gustavo de Hoyos, el Senador Germán Martínez y ahora hasta el ex dirigente de Frena, Gilberto Lozano. Lo más dramático para la Oposición es que, a menos de un año de las elecciones, ninguno de esos personajes luce competitivo frente a cualquiera de los cuatro aspirantes serios del oficialismo.
La sociedad civil se desespera
Son muchas las voces que, desde abril, urgen a las dirigencias de los partidos a echar a andar su caballada, con la esperanza de que ésta engorde al amparo de las pifias del gobierno y su partido.
Pero Cortés, Moreno y Zambrano siguen en lo suyo: garantizar el control de las candidaturas que realmente les interesan: las de los estados y municipios que gobiernan, y los primeros sitios en las listas de plurinominales al Congreso. Por eso, desde lo más radical del antilopezobradorismo comienza a cuestionarse la cerrazón de estos dirigentes a atender las propuestas de la llamada sociedad civil.
Mientras los dirigentes barajan en sigilo propuestas que dé tiempos y reglas que les permitan mantener el control, desde el Frente Cívico y otras organizaciones promotoras de las exitosas marchas en contra de la reforma electoral ya se está trabajando en una propuesta alterna.
Unidos, Frente Cívico y otros creadores del lema #ElINENoSeToca han convocado al ex presidente del IFE, Leonardo Valdés, y 10 expertos más, para crear un Consejo Electoral Ciudadano que funja de árbitro en sus “precampañas ciudadanas”.
Han diseñado un proceso que incluye debates, pasarelas y encuestas, con el doble propósito de placear a sus prospectos y elegir de entre ellos a quien se vea más competitivo.
Y, finalmente, han pedido que los partidos acepten poner a competir a sus militantes con perfiles emanados de la sociedad civil, no sólo en la candidatura presidencial, sino en las múltiples candidaturas a cargos locales.
La respuesta de las dirigencias nacionales ha sido, por decir lo menos, tibia. Y, por ello, ya surgen voces que hablan de un rompimiento entre las cúpulas de los partidos y las organizaciones ciudadanas.
“La Alianza Va Por México no está mandando señales de que piensa en favor del País sino de las millonarias prerrogativas que la ley electoral les otorga a los partidos. Muchos de sus líderes, incluso desde comienzos del año, se repartieron plurinominales para el Poder Legislativo y, aunque parezca increíble, candidaturas al Gobierno de la CDMX. Las cúpulas han roto la comunicación con la sociedad civil, con excepción del PRD, que se ha planteado ese nexo como sustancial para acompañar al proceso de selección de candidatos”, denunció Marco Levario el pasado 15 de junio.
Bajo la presión de estos grupos, Marko Cortés, Alito Moreno y Jesús Zambrano están terminando de afinar su método y su calendario que, muy probablemente, se empalme con el que ya echó a andar Morena. Hay quienes proponen desde las filas de la Oposición que su candidatura se defina el último domingo de agosto, justo la fecha en la que concluyen los recorridos nacionales de los aspirantes morenistas.
Otros proponen llevar las precampañas hasta noviembre y ajustarse así a los tiempos legales, pero para entonces su amplio ramillete de aspirantes se habrá marchitado.
No es menor el dilema que enfrenta la Oposición. De su respuesta, en este momento crucial, dependerá que puedan contrarrestar una narrativa que, poco a poco, ha logrado imponer el oficialismo: la idea de que la Presidencia de la República se definirá en septiembre, con la encuesta de Morena, y no en junio de 2024, con el proceso electoral.
Como nunca, la Oposición se juega su futuro en esta semana. Si sus dirigentes se vuelven a equivocar, mirándose al ombligo, no sólo habrán entregado la Presidencia con un año de anticipación, sino que nos habrán condenado a presenciar las elecciones más aburridas de los últimos 48 años.
Huecos en el mapa priista de Sinaloa
Jesús Valdés se tardó en irse del PRI
Podría el Partido Revolucionario Institucional atrincherarse en el “no pasa nada” con la deserción de notables figuras en Sinaloa, pero la reciente renuncia de Jesús Valdés Palazuelos a las filas tricolores trae el triple impacto de pérdida del activismo más intenso que se haya hecho en el PRI, merma numerosa de seguidores que se evaporan junto al líder, y el desprendimiento de uno de los pocos perfiles que como candidato sabe pelear palmo a palmo por el voto. Hay menoscabos que duelen, así sean encubiertos detrás de muecas que por parecer sonrisas son rictus de impotencia. Con el enfoque inducido desde el Comité Directivo Estatal del PRI, que a botepronto cuestiona a militantes y liderazgos que después de recibir tanto del partido hoy son ingratos al abandonarlo, se profundiza la crisis de pertenencia porque se pretende darle una interpretación sentimental a la desbandada, que le cree remordimientos a los dimitentes, en lugar de la autocrítica directa y sincera que muestre la autenticidad del conflicto y les permita a los actuales cabecillas priistas detener la hemorragia de cua- dros y figuras relevantes. Esa intención de borrar el origen de la huida remarca también el egoísmo del partido hacia quienes resistieron más allá de lo humanamente posible en los peores tiempos del Revolucionario Institucional. Al crecer la lista de los que el PRI trata como tránsfugas debiera ampliarse también el criterio para juzgarlos tomando en cuenta que si el Pritanic continúa en labor de zozobra nadie querrá quedarse, ni siquiera aquellos que hoy se aferran a la proa. A Jesús Valdés hay que analizarlo desde su posición de priista que aguantó de todo. Como dirigente del partido realizó recorridos demenciales que lo hacían estar el mismo día en el extremo sur de Sinaloa y en la punta norte del mapa estatal, a veces sin viáticos para él ni para la comitiva por la crisis financiera partidista. En diciembre de 2018 el entonces
Gobernador Quirino Ordaz
Coppel lo desplazó del cargo que ocupaba en el Gabinete, la titularidad de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, para enviarlo a la misión imposible de recuperar al PRI tras la debacle electoral del 1 de julio de 2018. Desde las ruinas, el carismático líder priista fue reconstruyendo el movimiento territorial que a la vez lo proclamaba a él como candidato a Gobernador, pero como nadie sabe para quién trabaja, la intromisión de Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, vino y se apropió en 2021 del esfuerzo de Jesús Valdés y se lo entregó en viandas de plata a Mario Zamora Gastélum.
A pesar del despojo de la postulación, Valdés continuó al frente del PRI y soportó la campaña de Zamora, que lo menospreció y rebajó como autoridad del partido. El Gobernador Quirino Ordaz también lo dejó solo y al final todos los índices de fuego se alinearon para responsabilizarlo de la derrota electoral, por lo cual en junio de 2021 renunció a la dirigencia priista sin involucrarse en ninguna actividad partidista, preámbulo de la declinación a la militancia que sucedió esta semana. Cualquiera con la indispensable dosis de dignidad habría tomado el mismo camino de Jesús Valdés, inclusive la actual dirigente del PRI en Sinaloa, Paola Gárate, si hubiera vivido iguales circunstancias. Con 25 años de militancia, al ex Alcalde de Culiacán se le puede acusar
RODOLFO DÍAZ
FONSECA rfonseca@noroeste.com rodifo54@hotmail.com
Contarla para vivir
En 2002, Gabriel García Márquez publicó el libro Vivir para contarla, donde recreó su período de infancia y juventud, vivencias cumbre que le proporcionaron material para forjar el realismo mágico de su narrativa.
P ara justificar la historicidad de los recuerdos ahí plasmados, a manera de epígrafe, el escritor colombiano señaló: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
Q ue “El Gabo” y otros hombres ilustres quieran compartir sus vivencias es comprensible, como señaló Montaigne en sus ensayos: “el propósito de servirse de uno mismo como argumento del cual escribir sería excusable en hombres singulares y famosos que por su reputación han suscitado algún deseo de conocerlos”. S in embargo, conviene preguntarse si los simples mortales podremos también escribir. Montaigne agregó: “No es conveniente darse a conocer salvo si se tiene algo en lo que hacerse imitar, y una vida y unas opiniones que puedan servir de modelo”.
E mpero, para legitimar su osadía de escribir, precisó: “Los otros han osado hablar de sí mismos porque les ha parecido un argumento digno y rico; yo, en cambio, porque lo he encontrado tan estéril y tan magro que no puede surgir sospecha alguna de ostentación”.
A mparado en estas palabras de Montaigne, es que me atrevo a escribir, aunque no tenga su altura. De hecho, mi más duro y certero crítico es mi amada esposa, quien recrimina que no vivo lo que escribo. Es cierto, pero si esperara la perfección jamás escribiría ninguna línea. Además, no me regodeo en mí, sino que me complace citar grandes autores para extraer la médula de su enseñanza. C ordialmente invitados mañana, a las 18:00 horas, en el Museo de Arte de Mazatlán, a la presentación de mis libros.
¿ Escribo y cuento para vivir?
de muchas cosas menos de no haber sido un priista en todo lo que significa la entrega auténtica a un partido. Si alguien resolviera que no se dedicó en cuerpo y alma a la causa tricolor, entonces no hay ningún otro que lo hubiera hecho.
Partiendo del ejemplo de Chuy Valdés, sí pasan cosas trascendentes cuando un liderazgo encomiable decide abandonar las trincheras de la lucha política. Véase el mapa priista actual con huecos a lo largo y ancho de Sinaloa debido a las ausencias de masas militantes en Mazatlán, por los que seguían a Fernando Pucheta; en Rosario, de los que consideran su guía moral a Francisco Javier Luna Beltrán; liderazgos agrarios, ex regidores y ex síndicos del norte del estado que igualmente se van por lealtad a Marco Antonio Osuna Moreno; en el sector femenil que se veía representado por Gloria Himelda Félix y Sandra Lara; y en Culiacán por los grupos de adhesión en torno a Tony Castañeda. Acudir a la deducción simplista de que se van en desagradecimiento por las oportunidades que les dio el PRI, o la hipótesis de “changos mecateros” que se aprestan a saltar hacia otras lianas partidistas, inclusive a la teoría de que el Movimiento Regeneración Nacional y el Gobernador Rubén Rocha se disponen a abducirlos políticamente, significa ignorar las condiciones de base que desataron la desbandada. ¿Acaso alguno de los dimitentes no tendría la dignidad requerida para rebelarse a la imposición que consumó Alito en el PRI estatal?
Fijar el análisis en los que abandonan la nave priista y quitarlo del personaje que violó la promesa de la elección con el voto de los militantes y optó por el autoritarismo cínico, representa la visión miope donde en el bosque incendiado deja de importar el árbol que resistió incólume la devastación del fuego.
Reverso Después del tremendo revés, Que el PRI de Alito aplicó, El que priista aún es, ¿Está seguro que mañana no?
Bienvenida la distopía Te llega un mensaje de Teléfonos de México que avisa “hola, tu servicio Telmex está en una zona afectada por un robo de cable. Estamos trabajando para restablecerlo. Gracias por tu comprensión” y dimensionas los alcances de la delincuencia ordinaria y la incapacidad de la fuerza policiaca para contenerla. ¿Cómo en plena vía pública, a la luz del día, los malandros se roban los cables de los tendidos telefónico y eléctrico, encuentran quién les dé a cambio unos pesos, y con las manos en la cintura afectan comunicaciones y servicios? Se queda corto Black Mirror.
Miércoles 21 de junio de 2023. Culiacán, Sinaloa
Al Gobernador de Veracruz