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Argi Arieta•: un camino hacia el autoabastecimiento energético

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La de Arieta es una de las primeras comunidades energéticas de su tamaño, tal y como explica Txemi Pérez de Eulate. "Lo interesante sería poder ir desarrollando en otras zonas de la ciudad".

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Economía circular, eficiencia energética, reducción de huella de carbono, lucha contra la pobreza energética. Son algunos de los principios con los queArgi Arietasepresentaen EstellaLizarra, como proyecto piloto de comunidad energética.

Epasado 15 de septiembre culminó la primera fase de un proceso participativo que comenzó en la ciudad del Ega a principios de año, impulsado por Gobierno Foral y Ayuntamiento. Con alrededor de 20 socios fundadores, y se han constituido los estatutos de la sociedad y ahora el grupo queda abierto a nuevas incorporaciones. De momento, ya hay otras cerca de 20 personas interesadas en formar parte. "Somos un grupo de barrio", señala su pre- sidente, Kike Monreal. "Lo primero que tenemos que hacer es empaparnos de cómo funciona, y para eso echaremos mano de entidades locales como Teder o asesorías". Añade que es importante ver a qué tipo de subvenciones pueden optar para, a partir de ahí, realizar diferentes proyectos. Otro de los objetivos a corto plazo, explica, es el de reunirse para gestionar la incorporación de nuevos socios "y ver cómo atraer a más gente".

La instalación de paneles fotovoltaicos, en cubiertas públicas como la del polideportivo, el frontón o la escuela Remontival, es un objetivo "a medio plazo". "Esperamos tenerlas para el año que viene", detalla. Por su parte, Txemi Pérez de Eulate, concejal de Medio Ambiente, adelanta que la idea del Ayuntamiento es, tras la instalaciones de las placas solares, destinar parte de la energía al consumo de los edificios municipales, y otro porcentaje, todavía por cerrar, a reducir las facturas de los sociosArgi Arieta. El grupo, a cambio, tendrá que asumir algunos compromisos, como la asistencia a las reuniones que se organicen, pagar unas cuotas de mantenimiento simbólicas, etc. El proceso participativo lo ha gestionado la asesoría Artelan. De la parte legal se encarga Arankoa, y de la parte técnica, Kisar.

Asegura que "estas comunidades energéticas refuerzan el sentido identitario de una zona; promueve el autoconsumo; conciencia de la responsabilidad que tenemos con el planeta; empodera frente a grandes empresas eléctricas".

"También se busca reducir la factura, aunque esto último no es el objetivo principal, ya que al principio es algo simbólico".

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