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La policía del área de Kalamazoo quiere intensificar los vínculos con los expertos en salud mental.
Proyecto de Bienestar Mental
Por Julie Mack | especial para MLive
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KALAMAZOO, MI - La policía que responde a una disputa doméstica entre madre e hija encuentra a una adolescente angustiada que está cortándose.
Un hombre perturbado en un estacionamiento parece estar experimentando delirios psicóticos.
Una llamada frenética al 911 proviene de una mujer preocupada por el suicidio de su marido o de alguien cuyo familiar ha sufrido una sobredosis de drogas.
En el condado de Kalamazoo, al igual que en todo el país, las llamadas de la policía suelen referirse a personas en plena crisis de salud mental.
“Diría que entre el 25% y el 30% de nuestras llamadas tienen un componente de salud mental”, afirma el subjefe de la Seguridad Pública de Portage, John Blue.
De hecho, el sheriff del condado de Kalamazoo, Ron Fuller, calcula que el 60% de sus reclusos tienen dificultades de salud mental, “y eso en un buen día”.
En 2021, el despacho central del 911 del condado de Kalamazoo recibió casi 19.000 llamadas en las que se indicaba un problema de salud mental, según estiman los funcionarios del condado. Eso es un promedio de 51 llamadas al día.
Las agencias de policía del condado han estado trabajando durante años para mejorar la respuesta a este tipo de llamadas, sobre todo a raíz de las protestas de Black Lives Matter hace dos años.
Pero ahora, con el apoyo de una subvención federal de 500.000 dólares, los jefes de policía del condado están uniendo fuerzas con expertos locales en salud mental para llevar las reformas a un nivel superior. En lugar de un esfuerzo aislado, departamento de policía por departamento, están diseñando una colaboración en todo el condado para reforzar la relación entre las fuerzas del orden y el sistema de salud mental.
“No somos consejeros”, dijo el sheriff del condado de Kalamazoo, Rick Fuller. “Somos agentes de policía formados para hacer cumplir la ley. Y se nos pide que seamos consejeros de salud mental en una cantidad de llamadas superior a la que quisiéramos”.
“Nuestro objetivo final es que llegue el día en que muchas de las llamadas que reciben las fuerzas del orden puedan ser atendidas con mayor rapidez y el sistema de salud mental pueda hacerse cargo porque esto no es una función de las fuerzas del orden”, dijo Fuller. “Ahora, muchas veces, las fuerzas del orden son la única respuesta. Hemos tenido casos graves en los que debimos intervenir físicamente, llevar a alguien a la cárcel, y la persona que llamaba nos decía después: ‘Esto no es lo que quería’, y nosotros tampoco”.

Lindsey O’Neil, supervisora del programa de Servicios Integrados de Kalamazoo (ISK) posa para un retrato con la oficial de seguridad pública de Portage, Lacey Fisher, dentro del vehículo de patrulla de Fisher en Portage, Michigan, el jueves 2 de junio de 2022. ISK y la Seguridad Pública de Portage han unido sus fuerzas para un programa innovador en el que se reúnen regularmente para hablar de las personas que la policía de Portage ha encontrado y a las que ISK puede hacerles un seguimiento para que reciban servicios de apoyo en materia de salud mental.
Joel Bissell | MLive.com
El nuevo proyecto tiene cuatro “pilares”, dijo Lindsey O’Neil, supervisora del programa de Integrated Services of Kalamazoo, la agencia comunitaria de salud mental del condado. O’Neil está trabajando con los 10 jefes de policía del condado para supervisar la planificación del proyecto este año, y su implementación en 2023.
El primer pilar es la creación de “un modelo de respuesta a las llamadas en todo el condado que cuente con especialistas clínicos (de salud mental) disponibles para responder en tiempo real a las situaciones de crisis”, dijo O’Neil. “El aspecto de esto dependerá del modelo que este grupo decida adoptar”.
La segunda pieza es la apertura de un centro de intervención en crisis de salud mental que funcione las 24 horas del día para proporcionar a los primeros en responder un lugar a donde llevar a las personas que necesiten atención inmediata, como alternativa a los departamentos de emergencia de los hospitales. El nuevo centro estará situado en el 440 W. Kalamazoo Ave. y se espera que abra el año que viene.
La tercera pieza es la creación de un grupo de todo el condado que se reunirá con regularidad para concentrarse “en las personas de alto riesgo y grandes necesidades que utilizan mucho los servicios de emergencia y tienen una tasa de reincidencia frecuente”, dijo O’Neil. “Intentaremos crear un plan holístico en el que podamos incluir estos servicios en torno a esas personas y familias para reducir la frecuencia de las llamadas y de las situaciones de crisis”.
La cuarta y última pieza, dijo, es la creación de un sistema de codificación en todo el condado para los departamentos de policía locales para facilitar una mejor recopilación de datos sobre las llamadas que involucran la salud mental.
Este sistema de codificación permitiría a los funcionarios y al público saber cuántas llamadas de este tipo se reciben, y cuántas resultan en una detención o una hospitalización o una remisión a otros programas, dijo O’Neill.
Se trata de un proyecto ambicioso, pero es un buen indicio que la colaboración sea impulsada por las fuerzas del orden, dijo Jeff Patton, director de Integrated Services of Kalamazoo.
Los jefes de policía locales “se acercaron a nosotros y dijeron: ‘Estamos preparados. Queremos dar el
siguiente paso. Nuestras comunidades dicen que lo necesitamos’”, dijo Patton. “Ellos son los que encabezan la iniciativa y dicen que esto es lo que queremos hacer, y están poniendo su dinero donde hay que ponerlo”.
El Modelo de Memphis
El condado de Kalamazoo está utilizando el “modelo de Memphis” como modelo para el proyecto.
Este modelo se desarrolló tras un tiroteo policial en Memphis en 1987, en el que un enfermo mental fue abatido por la policía. En la reacción que se produjo tras la muerte, la ciudad colaboró con la National Alliance on Mental Illness (Alianza Nacional de Enfermedades Mentales) y con líderes cívicos para desarrollar nuevas estrategias de tratamiento a las personas que sufren una crisis de salud mental.
De ahí surgió un entrenamiento especializado con el fin de educar a la policía sobre los síntomas y las condiciones de salud mental, y sobre cómo responder eficazmente a las llamadas relacionadas con problemas de salud mental.
El Equipo de Intervención en Crisis del condado de Kalamazoo lleva impartiendo esta formación desde 2008, y la última vez fue en primavera, cuando 42 agentes de Kalamazoo, Portage, el Municipio de Kalamazoo, Vicksburg, la Oficina del Sheriff del condado de Kalamazoo y la Policía Estatal de Michigan participaron en el programa de 40 horas.
El programa recibe grandes elogios de los organismos policiales locales.
“En el condado de Kalamazoo, hemos creado una cultura de resolución de problemas basada en el CIT”, dijo el capitán Rafael Díaz, del Departamento de Seguridad Pública de Kalamazoo, “No es que sea
un programa nuevo y que la gente no esté segura de la eficacia y de que tenga buenos resultados. Casi le diré que, a las pocas horas de tomar la clase, alguien tendrá una experiencia en la que podrá usar esas habilidades en la calle”.
Pero una guía del Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre el CIT y el modelo de Memphis subraya que la formación policial es sólo una parte del programa.
“La lección más dura que hemos aprendido es sobre la magnitud de la formación”, dice la guía. “Las fuerzas del orden y las cárceles siguen siendo el sistema de facto para responder a las situaciones de crisis de salud mental y alojar a las personas con enfermedades mentales. Los organismos encargados de hacer cumplir la ley están sometidos a una inmensa presión para abordar este reto del sistema. Diariamente oímos hablar de organismos que están ansiosos por conocer la formación en CIT, con la esperanza de que sea una solución a sus problemas. La formación es un paso importante, pero el objetivo del CIT no es formar a los agentes para que sean más amables y gentiles al llevar a la gente a la cárcel.
“El objetivo del CIT es mantener a las personas a salvo y eso no es posible si la cárcel es el único destino durante una crisis de salud mental”, dice la guía. “Un programa CIT debe ayudar a las personas a conectarse con el tratamiento y los servicios y debe ofrecer esperanzas de recuperación... Los enfoques que se limitan a la formación no mejoran la seguridad y reflejan un malentendido del modelo CIT. El modelo CIT no es sólo policial; es una respuesta comunitaria a las crisis de salud mental.”
Los retos
Para el condado de Kalamazoo, el reto ahora es llegar a ese siguiente nivel. Los cuatro pilares del nuevo proyecto del condado de Kalamazoo son todos elementos del modelo de Memphis.
Entre los 10 departamentos de policía del condado de Kalamazoo, el Departamento de Seguridad Pública de Portage es el que más ha hecho con la formación en CIT: casi todos sus agentes han pasado por el programa CIT, en comparación con unos 90 de los 240 agentes de Seguridad Pública de Kalamazoo.
Portage también exige a sus agentes que señalen las llamadas con un componente de salud mental. Una lista de esas llamadas se entrega cada semana a Integrated Services of Kalamazoo, que las revisa para ver cuáles son las más adecuadas para realizar un seguimiento. Los miércoles, un trabajador social de ISK va con un agente de policía de Portage a tocar puertas y a orientar a las personas y las familias hacia los servicios adecuados.
Sin duda, algunas llamadas de la policía requieren una intervención inmediata, como llevar a alguien al servicio de urgencias de un hospital, explica Blue.
Las llamadas que se remiten para el seguimiento del ISK son “más bien las cosas que pueden pasar desapercibidas, donde podríamos estar respondiendo a una queja por ladridos de un perro, y nos encontramos con una persona mayor que sufre de Alzheimer que nunca ha ido a un médico y hay una acumulación en la casa”, dijo. “El especialista clínico se encarga del seguimiento, pero nosotros somos los que lo iniciamos”.
Pero la experiencia de Portage también subraya los obstáculos que existen, reconoció Blue. Las personas pueden rechazar el asesoramiento en salud mental u otros servicios. Puede que acepten la oferta de ayuda, pero no la cumplan. Pueden carecer de un seguro que pague el asesoramiento u otros servicios. La escasez de camas para pacientes psiquiátricos en todo el estado sigue siendo un problema constante. Las leyes de confidencialidad médica hacen que las fuerzas del orden no sepan lo que ocurre una vez que los médicos se hacen cargo.
Los funcionarios reconocen que la nueva colaboración no será una solución milagrosa, pero debería mejorar la capacidad de los agentes de la ley para poner en contacto a las personas con los servicios de salud mental y hacer que esos esfuerzos sean más coherentes en todo el condado.
“Cuando empecemos a extraer los datos y a observar lo que está ocurriendo en la comunidad, espero que podamos identificar las áreas de alto riesgo y de alta necesidad, y averiguar quién necesita qué y dónde”, dijo O’Neil.
Al igual que Patton, O’Neil dijo que está impresionada por el afán de los jefes de policía por poner en marcha un plan.
“Hay muchas piezas en movimiento en esto y han puesto todas las manos en la masa”, dijo. “Han dicho: ‘Todo lo que necesiten, quienquiera que necesiten para hacer esto realidad, lo haremos’”.
Este reportaje forma parte del Proyecto de Bienestar Mental, una iniciativa periodística orientada a la búsqueda de soluciones que cubre los problemas de salud mental en el suroeste de Michigan, creada por la Southwest Michigan Journalism Collaborative. SWMJC es un grupo de 12 organizaciones regionales dedicadas a fortalecer el periodismo local. Para más información, visite swmichjournalism.com.