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ticiLe unci hj.storia bjen cc)rta si se la cc>mpard co]i ld de Eurc`pa o con las cillas
y viej'as ci.iltiiras de Asia, de Africa del Norte, Mesoamerica v Peri'i. Sin elm, bargo, en lo que `'a de 1607, fecha del arribo de los primeros inmigrantes in-
gleses a las costcis del Continente, a nuestros dias, lcipso relcitivametite corto
que apeiias abarca tres y medio slglos, el desarrollo y evoluci6n que ha e,`perime]itado la cojistruccl6n Ilo puede memos que presentar.ienos como un len6meiio e`forzado de trabaio y cle creac]6n que a trcive`` clel tiemi)o va cristc=.1izi`ndo en formci.i mss o memos permanentes con el uso de mater].{)]es que
`'c-:rfan desde ]ci maderci toscamente lcibrcida hcista las ci6recis estruc.tilr.is nietaliccis
rec`ibiertas
de
vidrio.
I.a coiistrucci6ii de la moracla ctel hombre, determjnada por el medlo ambiei`te Ilo menos q`ie
por los recui.sos tecnicos de q`ie ha
c`ispuesto,
asi co-
mo por las influencias reciprocas de ciil[uras djversa`s, ha seguido en lo.i Es-
tacios unidos i`iia serie de etapas que coinciden en cierto modo colt siis grande`< momentos hi`it6i.icos, cada uno de ]o.I cuales le ha impreso un carcicter distinti\.o.
Asi, en Ill E/)ofa Co/on[.a/ (16117-1783) la casa tiene primero un n`cl[~
cadcj sello rti`stico que le otorgci el adc>be y ]a
madera para
posteriormei`te
adopt;`r el estilo georgianct, copia mss o meiios fiel del qiie in]pe[aba en Gl..in Bretal-`a, cuyo clasicismo provenia de Pallcidio.
Las casas coiTiieiizan por en-
riquecerse de detalles en los p6rticos, bcilaustradas y entablamentos pari` cul~
minar con ]a introducci6n del estilo chipendale y cheralon.
L.a I./)oc.? A4ocJer-
na. qua se inicia en 1783 con la Revolucj6n de lndepeiidencia y term.ina en 1893 con la famosa Exposici6n de Chicago, se ccircicteriza por iin reiiacimieiito clasico-norteamericano en el qite lcl linea adopta uii estilo g[.ciiidilocuen`Lc` in``pirciclo
en .1€`
arqiiitectura
gi.eco-I.omcina
con
unti
intenci6n
cic`ri.cllista, acorde con los ideales de la nueva Reptlblica. rra
G\Jil
(1865)
s`irge
el
estilo
i`ec)-g6tico,
iieoclasico-Iiti-
A pi`rtir cle la Giie-
principalniente
en
lcis
con`striic-
cione` re]jgiosas entre las que sobresale la Catedral de S€in Pcitrici`), eli Nue-
`.a York, y e] g6tico \'ictoriano, cumbre del mal gusto por .su caracter ecl6cticc` y sus ornamentos recargados. Con la aplicaci6n clel hierro a la construcci6n, no s6lo p{|ra :lfitlnzar I:I m€..mpostericl sino para sustituir columncl5 de piedra y `'igtls de ii`€idera y con e! cle.c`ari`ollo del armaz6n de
fjerro col.ido, la eclificaci6n
d:`riti un p{lso clc
etiorme importtincia. El p`iente de Co,]lbrookdcile, en lnglatei.I.€`, fup el I)riiiiei. eiemplo coiicreto cle ]as enormes I)osibilidades de la nuevfi t6cnica. La
r'co!istrucci6n del Palacio de Cristal de Paxton, erigido en Hyde P€`rk, Londres
para
]a
Gran
Exhlbici6n
Intei'n€`cic>t`al
de
1851,
cia acerca de] fut`iro emi)leo del hierro y de] \'idrio.
no
dei.61€`
iiienor
clu-
Heni.i Lfibrot`ste proii{'o
c.±tctrlliria lil Bibllotecci Nacional de Paris clpliccindo lo.s imio\'a(1ores tTi{lte-
rjales y en Noisjel-Sur-Marne, Francia, Jules Saulnier levant6 en 1871 uno
de los primeros edificios de armaz6n soportando una pared de cortina.
James Bogardus, en los Estados unidos, construy6 en 1848 fachadas de hie~ fro fundido "de facil construcci6n y de instalaci6n rapida que reemplazaron a las paredes de mamposteria en los frontispicios de log edificios, y que per~ mitieron una mayor expansi6n para ]as ventanas y a la vez.sirvieron al proP6Sito de emjtjr tambien en hierro fundido los ricos disefios de la antigtie-
dad". Eugene Emmanuel Viollet~le~Duc, que elabor6 las mas avanzadas teo~
:ia;u:::ou,!t::t6gnrjac:Se8:f[:roeepn°::'rcdaej:beansi:etrardoa;]causb?ear.::Sdpearmaacm°pn;:::;:;.en Las dos dltimas decadas del siglo XIX contemplarian, con no poco asombro, el crecimiento vertical, y por demas revolucionario, de la ciudad. El jnvento del ascensor por Graves Ot{s, ya muy perfeccjonado, seria extre~ madamente importance para los rascacielos.
Las ideas innovadoras de los arquitectos agrupados en la llamada Chicago School de la que Louis Sullivan rue cabeza principal, alentaron el de-
::rdra°'|°ezde|aas[:lot::?,:sepa::::o¥a:nfa`;::csascudaj:::Sadaafis°Spocr°Beannzj:;°Eu:n:uar£`r; )ohm Root, H. H, Richardson. Holabird y Roche. William Le Baron Jenney y otros. Los nombres del Montauk Block. Ia Bodega de Marshall Field, el Edificio Tacoma y el Home Insurance Building, expresaron en la segunda mi~
ia]dex?ei]Si%[f:r¥s]exa]aesreaspraouc€::,Cdr,Fcae?!qrLadete]canov]£:;::deamphi::daanae.n¥s£]]:a:: ficios de la Home Insurance y Tacoma, origjn6 una revoluci6n en la arquitectura c`ccidental. La construcci6n grande. hasta entonces basada en la pared de mamposteria que continuamente resistia el peso, rue suplantada por
::es:;tpeomr:esc°dn;Sj;t;:tt:::p:::sj::]aundaeemx:::l§£fj:acma:?tfij:#a£::tat'a:tpo°yhaodr:z::: tal como verticalmente".
Sullivan, con su edificio vertical Guaranty Trust de
|Bai::]nodoreu:v:uY]Oer#mc::tr:n|aB:::sr;T|`epnods:i,|i3:'5O::a!;tieue€ah'::cgno;|oagdj:~
faa3:rgae.exypiLa:ye'psri.g!:b|eenm::?e3,,:ema:::,:adE|po.::c:c::i:sTpira6n.e.an.ye::.:.:;I: urbana, la exagerada carestia que experimentaron los terrenos en las zonas comercja]es, y un afan desmedido de lucro, son algunos de los factores que determinaron el gigantismo de los edificios que en su desenfrenado crecimiento hacia arriba y hacia abajo, sin norma ni ]ey alguna que ajustara su desarrollo. crearon los mas graves problemas a la ciudad y a sus habitantes. Si por una parte fuerc`n la demostraci6n palpable del dominio que el hc`mbre ejercia sobre la t€cnica, pc)r la otra pusieron al descubierto el feroz individualismo de sus propietarios, que en su .sed de lucro no vacilaban en privar de sol, de luz. de aire y de espacio a sus vecinos. Es bien conocido que el edificio Equitable proyectaba `ina sombra sobre la ciudad. durante el solsticio de in~ vierno, de mss de siete acres. Las construcciones fronteras, en justa recipro, cidad, tambien lo dejaron en la penumbra al levantar sin arden ni concierto, sus masas a€reas.
Cuando la ciudad de Nueva York dict6 ]eyes reguladoras para evitar estos excesos, ya era un poco tarde. El hombre liabia perdido su propia di~ mensi6n. En vez de ser el duefio de la ciudad. €sta lo habia dominado. La alegria del hommo faber pronto devjno en tristeza. Conscientemente se habia encarcelado y diiefio de ]a e]ectricidad crey6 que podria renunciar al ca-
Ior y a la luz solar. La catastrofe se habia agudizado con la promiscuidad de los rascacielos. fabricas, comercios, hospitales, trafico humano y motorizado, escuelas, barrios miserables y zonas residenciales. Hacia 1930. Ia uniformi~ dad, el mal gusto, el anacronismo, y para decirlo de una vez la decadencia, se habian eilsefioreado de la arquitectura en los Estados unidos.
Contra esta absurda colmena antisocial, "producto del orgullo y de la especu]aci6n fjnanciera". se levantaron las voces de muy conspicuos arqui~ tectos y artistas empefiados en reconciliar la tecnica con los valores humanos. Ia tecnologia con la estetica, por modo absurdo divorciados y en conjugar las aparentes antinomias ciudad y campo. mecanizaci6n e individualidad. Es~ tas sintesis creadoras, ~resultado de contradicciones hist6ricas~ apoyadas
:jegrorRo:a:e%toerpLoerE:ar3:sLe[r:yAat%:,gBhrt;nE:,rye:,i::soGhrno,p,su:;rT::nyNe:u:raa: Harrison, Johnson, y otros, no tardarian en abrirse paso.
La presencia de Gropjus en los Estados Unidos, para hacerse cargo de una catedra en la Escuela de Arquitectura de Harvard, en 1937, y el arribo de Van der Rohe en 1938, para dirigir la Secci6n de Arquitectura del Instituto Tecno]6gico de Illinois, en Chicago, fue muy significativa para el fu~ turo arquitect6nico del pals. Directores ambos de la Bauhaus, y los dos eminentes educadores, pronto vieron madurar los frutos de sus respectivos estilos.
Cumbre de la obra de Van der Rohe. son las dos torres de vidrio de
i:k:`Ss°hsordeeBi:::?'a£::,Tit;:aieici::odd::ch9j°gtaans.doeb:agus:=e::edesei6';,Ycaan::rruecn~ tural muestra la simplicidad grandiosa de su concepci6n. en la que espacios
get;:I;{§f:::::ayuve°h]:Era:i:?a:hakno::Ss:Ce::q:in?s::€t;}1::v:::a::;°ssj,edi:agl:n:rl]f:ico::fill;g,:n:ugc!:e: sa, sobriedad de formas, agilidad en la utilizaci6n del material.
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iie;:d::I;,:z;::;So::;E:i;n:A;;I:°;;:;n;:;pii:n;:ra:!jj:S;::::;:tse:;e:`i:::a:¥::r:::1;:i:I,::r§e:i:es;;:n;;:::;:;i;: ;:i:qmu;treect::a;cot::::j:::tfedi:;Po°c:ena,raqun`:::::i:zpa`.nt8ruesogr:S:::ta°t:;:;£:cnhe:
S:::r6t:::b:i::dsee:'ugr°ar£::t:Cte'r'8:gt:icacn::t::,:£ani:T,:edxep:euss'6£ndeeans[3ep::: tetica arquitectural y de urbanismo, marcara una fecha en la historia de la habitaci6n del hombi.e en el siglo XX.
ach,c:::n§cE:oo¥dco¥;:gsh;,]vqeT:ss:paos:Ttno:rd,:s,aprj::tpa[o;eps;secatyvaa:z£:oesjedr: cido por su parte, una influencia sin precedente no s6lo en su pals, sino en el extranjero. a traves de sus 60 afros de valiosa obra.
man{sta?uefa::`°tseams::::!ednatdoi:c:rnadb£:'r:;ayp°eynadsaue.?e::e:tT,E::aadcu:txucreas,:::
Faoein:::`:ecg:n::y;';I:a-:!t,ue,:andt:.or5e:,:u:ngo:,,dikoj:!a:i,:n:i:seio::.::;a,:::e?t:|!aco:S:c::.Sa;:e:¥ Nueva York y que por fin se alzaria airosa en Bartlesville, Oklahoma, (Price
!e;gde:I:)i;e::n;¥m°:jic;:n:§i#acma°:;::P:::a:rr3e¥d;:y:::;r,:e:rism:d;e:rna:;:;°aJ:r°:h¥:fisdr:jn::¥a€i[c:i;;;o°s`r;y: un raro poder de creaci6n puesto al servicio de sus semejantes. Paralela a la obra de estos titanes, debe citarse la no menos significativa de Marcel Breuel., Philiph C. Johnson, Alvar Aalto, Pietro Belluschi, Erie Mendelssohn, y Richard I. Neut[a, pero muy particularmente cuatro valio~
§r:u;c:;:'£#!mi:ute:tr::°reis|us:e!:t!:t:a,':,Ca°&n:Scto:ta:y,i:ui::atcs[!r:a:%sha:;;;a:C:':6u:de:a*aoar::a¥C:rnr£: g:::`rsa°in#o:onrs:q:ip°D:?:::t?a:;°nns::u:deoa;::[tse::::;e:I,€:;:r°caTaecct:`r::t,:::: feu§e:Sat`t+:'r6knddees'2,dv:rot:::`8*::r8'aMhe°r[r`,i::toa|:dd:i:fi:s'adec€S;ardtenveBrLnds: chaft.
La Exposici6n de Arquitectura Contemporanea qu.e pres.enta in M6xico el -riu;:;r-d-e--A:-te Modeino de Nueva York por conducto de su I)rogra-
;;a;:i;§t§:1::::i,§u;,;:St{;t::::1:i:;;:::t§sp;:§r§:c¢t;e¥:;::o;::t::;NE§e;I;:a;:a§::e:Aj:::;s::a::;:::::€ejo:a::i:::sn:::i cia un fecundo intercambio entre nuestros artistas y el prestigiado Museo que dirige Rene d.Harnoncourt, gran amigo de Mexico. Los cuarenta y tres edificios construidos por 32 arquitectos han sido se]eccionados por el emi~ nente historiador de arquitectura Profesor Henry Russell Hitchcock, del Smith College, Northampton, Massachusetts. como los mss importantes ejemplos de arquitectura erigida en los Estados unidos desde 1945.
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