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Pasión, competición y profesionalidad

Juan Morales es el gerente de Moto Fusión Marbella y una cara conocida en los campeonatos regionales y nacionales de motocross. Aún corre con los seniors, lo que demuestra que las canas no restan espíritu competitivo. Nos gusta que tipos así regenten talleres.

Marbella, en la costa del Sol, es una localidad inevitablemente estereoti-pada. La concentración de un turismo millonario (y en ocasiones extravagante) y una gestión política que años atrás eran carne de la prensa rosa, amarilla y negra gracias a aquel orondo y caciquil alcalde esconden que allí vive gente de todo tipo y condición que madruga para pagar sus facturas honradamente.

Una revista de motos no es el púlpito adecuado para hablar de lucha de clases y modelos de desarrollo socioeconómico, así que nos dedicaremos a lo nuestro… En la calle Cuarzo, no muy lejos de la playa del Cable, está nuestro Taller del Mes.

Juan Morales es gerente de Moto Fusión y apasionado endurero que supo lo que era llevar una moto desde los diez años, gracias a la Mobylette Campera de su padre, más tarde llegaron las Puch: Minicross, Réplica Coronil,

Campera, Cobra… Llegó a la competición por casualidad, ya que lo suyo era el surf. En 1989 ganó el campeonato andaluz de enduro, y a partir de los primeros años 90 fue asiduo en los pódiums, saltando al Nacional, raids y campeonato de Velocidad hasta llegar a las Clásicas con las que hoy sigue compitiendo. A modo de anécdota, en la categoría senior sigue coincidiendo con los pilotos que habían sido rivales en las últimas décadas del siglo XX: los Barragán de Madrid, Agustí Vall, Enrique y Jesús Romero, Roberto Santacruz… Adversarios entonces, amigos ahora.

Lo del taller fue casi consecuencia inevitable de andar trasteando en sus propias motos cada día. Tras estar once años de aprendiz en un taller de Marbella, se estableció por su cuenta en 2002 y ocho años después aterrizó en el local donde en este momento conversamos: “soy multimarca, lo toco todo menos Harleys”, manifiesta Juan.

También restaura clásicas, especialmente motos de campo. La fachada exterior es coqueta, con una viva combinación de cuatro colores y diversas plantas en sus respectivas macetas que dan alegría andaluza al lugar. Dentro, se mantiene la viveza cromática en una nave diáfana con dos niveles (planta y altillo) donde no faltan los recuerdos de Juan en forma de trofeos y fotografías, e incluso una colección de motos clásicas en el piso alto… ¡Nos encanta! Actualmente son cinco personas en plantilla, y Juan no está para mudanzas a sitios mayores: “Estoy saturado pero ya estamos bien”. Como tantos otros, Juan prefiere controlar lo que está en condiciones de abarcar. Tiene una clientela fidelizada, pero sufre con los peritos de ciertas compañías aseguradoras que escatiman hasta el último céntimo, los trámites para hacerles llegar la factura son engorrosos y en ocasiones pagan varias semanas después. Juan ha llegado a

Moto Fusión (Marbella, Málaga) | tallerdelMes

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